Pico estaba sentado en un sofá viejo, viendo una pelicula de terror en un televisor algo antiguo.

Él chico-saurio estaba vistiendo un abrigo algo más grande qué él mismo, Pico, juntó con una bufanda, unos guantes y un sombrero para estar bien abrigado.

La razón de esto era simple. Él invierno había llegado y cómo él era de sangre fría tenía qué estar muy abrigado o sí no moriria congelado sin más.

-Pico.

Él susodicho sonrió al escuchar la voz de su pareja, Lila.

La mujer echa de tinta tenía una dulce sonrisa en su rostro  mientras qué en sus esqueleticas manos tenía una taza con café caliente él cuál le ofreció al chico dinosaurio.

-Ten.

-Gracias.

Pico agradeció y agarró la taza con cuidado debido a qué le era complicado él agarrar cosas usando guantes.

Pico sopló un poco la taza mientras qué su pareja sé sentaba a su lado.

La pareja estuvo un rato sentando sin decirse nada, Lila miraba la televisión, y Pico disfrutaba del café caliente.

-¿Te sientes cómodo, Pico?-Preguntó Lila mirando al chico dinosaurio.

Pico le sonrió y apoyó su cabeza en él brazo de su pareja.

-No podría estar más cómodo.

Lila sonrió y acarició la cabeza de su novio.

-Yo también me siento igual.