Capítulo 7
Creer nuevamente y abrir el corazón una vez más, será cuestión de tiempo.
Pero nunca sabrás con exactitud cómo, cuándo , dónde o con quién.
Pati C. Ramos.
Nathan
Papá tuvo que salir a primera hora de la casa por esa razón no se encontraba con nosotros. Mamá se sorprendió al verme por la mañana y tuve que explicarle que había llegado muy tarde, que no quise molestarlos, pero decidí quedarme a dormir para evitar cualquier riesgo. Ella dijo que era lo mejor y que estaría hablando con mi padre para que Elijah estuviera más al pendiente de mi seguridad. Era algo de lo que ya había hablado en muchas ocasiones con mis padres, me sentía mejor si el jefe de seguridad mantenía su distancia y únicamente estuviera si lo necesitara, pero mamá siempre insistía con lo mismo. No respondí ante su insistencia y minutos después Amelí y su hermano bajaban con una sonrisa al comedor. Íbamos desayunar todos juntos, su sonrisa disminuyó al verme, pero de igual manera saludó a todos con educación. Pude notarla nerviosa y esquivándome la mirada.
— Debo ir a dejar a Matew, a la escuela— habló mamá—. Los guardias que Elijah asignó para nosotros también son nuevos colaboradores. Sin embargo, estoy tranquila porque son de su confianza y tu padre ya dio su visto bueno—, decía mamá al respecto y no dudé en preguntar por el otro que se cree muy amigo de Lie.
— ¿Y Oliver? ¿Están seguro de que ese guardaespaldas también es de confianza? — expresé observando a Lie, ella levantó la mirada hacia mí y pude notar como entre abrió sus labios dejando de lado la cuchara que sostenía en su mano. Luego Mamá dirigió su mirada en mí y respondió segura a mi pregunta.
— Elijah dijo que lo conocía muy bien, que es como su hijo. Y que no duda de su capacidad y preparación, mucho menos de poner las menos en el fuego por él. Además, está cuidando muy bien de Amelí— finalizó mamá.
— Pues aún está a prueba, podría ser relevado en cualquier momento ¿no es así? — continúe hablando mientras que Lie, dirigió ahora su vista a mamá y con un poco de duda habló al respecto.
— Tia... —, tanto ella como su hermano la llamaba tía, con cariño y a pedido de mis padres— Oliver es una buena persona, es muy amable y está al pendiente de lo que necesite—, mamá le sonrió y confirmó sus palabras.
— Lo sé, princesa. Como también estoy al tanto de que se han vuelto muy buenos amigos. Al igual que con Matew—. Expresó mamá mirando a ambos.
Vaya guardaespaldas, no solo se hizo amigo de Amelí sino también de su hermano. Definitivamente tengo que hablar con ese tipo, y dejarle en claro varios puntos.
— Si, él me ha enseñado otras técnicas para defenderme y ayer me compró el helado que quería— ante las palabras de Matew mamá frunció el ceño y observó curiosa a Lie.
— Lo siento—, Amelí se disculpó y supe que algo la avergonzaba. Era transparente y comenzaba a aprender cada gesto y actitud suya—, no dije que fue Oliver quién compró el helado porque así me lo pidió.
— No lo entiendo, cariño. ¿Por qué lo ocultaron? Si hay que devolverle el monto, no te preocupes, yo misma lo haré. Saben que si necesitan o quieren algo, sólo deben de pedírnoslo.
Así que ese Oliver se toma muy en serio estar al pendiente de Líe, su obligación es cuidarla, protegerla en caso de que haya peligro, no creo que haga bien su trabajo si se distrae comparándole cosas.
— No, no es eso. Es que ... — Lie se removió un poco incómoda en su asiento e intercambiaba su mirada entre mamá y yo— Yo le pedí ir a una heladería que nos quedaba de camino, bajé con la intención de poder comprar el postre a Matew—, el aludido la miró y luego siguió tomando su desayuno —. Pero cuando estaba formando en la fila, una mujer se interpuso y dijo algunas cosas. Respondí a eso, ante su actitud, más no pude seguir con mi compra.
Explicó Lie un tanto angustiada, su hermano la miraba preocupado, al igual que mamá. No había dudas de que hablaba de Chantal.
— ¿Que te dijo? ¿Hizo algo más? ¿Quién era Amelí? — Mamá la interrogó y yo aguardaba su respuesta.
— Como no pude comprar, Oliver me pidió que esperara en el auto, luego de unos minutos apareció con el helado en mano y fue así como terminó comprándolo. Esa mujer se acercó con la intención de insultarme, sin embargo, no me dejé, lo siento.
No soy ninguna salvaje, pero tampoco me dejo pisotear por otros—, Lie terminó de narrar lo sucedido, bajó la mirada mientras jugaba con la servilleta que ahora sostenía y luego me miró dirigiéndome la palabra—. Dijo que era tu novia, también me dijo su nombre.
— ¿Chantal? — mamá volvió a preguntar y Lie asintió con la cabeza — Oh, que mujer tan descarada. Hiciste muy bien, Amelí. No permitas que esa mala mujer se atreva a hacerte algo feo. Hijo, deberías de hablar con ella y ponerle un punto final. ¿Cómo si quiera se atreve a hacer algo así?
Si, también tenía que cerrar ese ciclo de una vez por todas. No sé cómo Chantal logró enterarse de la existencia de Amelí, pero si Nicholas tuvo algo que ver con eso, ambos sabrán que no estoy jugando y pagarán por las consecuencias de sus actos. Esos dos solo sirven para fastidiar y hacer el mal.
— Así lo haré, mamá—, contesté para luego dirigir la mirada sobre Amelí y responder sobre lo que mencionó—. Esa mujer no es mi novia, siento mucho que se haya atrevido a molestarte. Me encargaré de que eso no vuelva a pasar, por favor, Amelí, no dudes en contarme si algo así vuelve a ocurrir.
Lie solo asintió con la cabeza, parecía haberse quedado sin palabras y, fue mamá quién respondió aliviada ante mi respuesta.
— Eso espero, hijo. Bueno, nosotros debemos de marcharnos. Se hará tarde para la escuela—dijo mamá levantándose y dirigiéndose a Matew.
El niño asintió, luego se despidió de su hermana con un beso y por último se despidió de mi con apretón de manos. Tanto Matew como mamá salieron de la casa felices no sin antes desearnos un buen día. Cuándo quedamos solos en el comedor, vi las intenciones de Lié, de querer salir corriendo. Pero fui más rápido y me interpuse en su camino antes de que si quiera se alejara de la silla.
— Piensas huir ¿así nada más? ¿Cómo si no hubiese pasado nada?—, pregunté, no se atrevía a mirarme y coloqué mis manos sobre su rostro levantándolo suavemente— Esa mujer no es mi novia, haré lo que dije algunos instantes y la pondré en su lugar.
— Aún así... lo de ayer no debió pasar, Nathan—, respondió ella.
La comprendía, tenía miedo. Y sobre todo tenía razón. No debí besarla, no cuándo no podré ofrecerle nada. Sin embargo, había algo en mí que no permitía alejarme de ella. Era como la necesitara, como si ese beso hubiese despertado algo en mi interior. Cómo si me hubiese conectado con una pieza que me faltaba, cuál rompe cabezas. Dejé escapar una pequeña risa amarga y negué con la cabeza.
— Tienes razón, no debió pasar pero pasó. Pasó y no puedo dejar de pensar en ello— expresé seguro.
Tomé su mano y la llevé hasta al despacho de papá. No quería que nadie nos escuchara o interrumpiera. Cerré la puerta, luego dejé escapar un suspiro mientras ella tomaba distancia de mí.
— Tengo que ir a clases, Nate. Se me hace tarde, será mejor que hablemos otro día—. Dijo preocupada.
—Yo te llevaré—afirmé porque no quería saberla así, distante.
— No, no lo entiendes. Es mejor que tomemos distancia, no está bien que tú y ... —, rápidamente me acerqué a ella llevando nuevamente mis manos a su rostro. Interrumpiéndola porque no quería escuchar de nuevo que ese beso no debió pasar.
— No, no lo digas. No lo hagas Amelí— dije desperado.
No pude conmigo mismo y la besé. La besé una vez más como si mis labios encajara perfectamente con los suyos. Ella se sorprendió y dudó al principio, pero cuando delineé sutilmente su labio superior con la lengua, ella correspondió a mi beso dejándose llevar. La acorralé entre la pared y mi anatomía, sentía que necesitaba mucho más de ella. Que necesitaba probar no solo sus besos sino también su piel. Mordí suavemente su labio inferior y luego me dirigí a la zona de su cuello mientras que mi mano izquierda tenía la posibilidad de sentir la pequeña parte expuesta de su piel, en su espalda. Su blusa se había levantado un poco cuando Lié colocó sus manos sobre mis hombros. Ella volvió a susurrar de pronto y, volví a atacar su boca porque no estaba listo para dejarla.
— No... — sus palabras murieron en mis besos. Sabía que debía parar y fui dejando besos sueltos en casi todo su rostro. Apoyé mi frente sobre la suya mientras intentábamos regularizar nuestra respiración.
— ¿Qué me has hecho Lie? — hablé en voz baja sin poder alejarme de ella—. Debo llevarte a la universidad y no quiero un no por respuesta. No quiero separarme de ti—, la miré a los ojos acariciando su mejilla con el pulgar.
— Debo irme si, pero será mejor que vaya sola— respondió ella a cambio, alejándose de mí.
Entorné los ojos y asentí resignado porque tal vez no era el momento adecuado para seguir insistiendo. Más, cuándo se dispuso a salir e intentó abrir la puerta, volví a cerrarla y la giré hacia mí besándola una última vez. Sabía que estaba mal que hiciera esto, que debía ser más fuerte, pero ella tenía algo que parecía hacerme perder la razón y desear únicamente no soltarla.
— No me quedaré de brazos cruzados, no después de esto. Y aún cuando sigas negándolo, yo seguiré procurando de que podamos descubrir juntos que es lo que está surgiendo entre nosotros dos— expresé inclusive sorprendido de mis propia palabras.
Permaneció quieta por unos instantes, regularizando su respiración, pero luego salió sin decirme nada y me quedé solo en el despacho de papá. Tenía que ir con pies de plomos porque Amelí, no era como Chantal y no quería arruinar las cosas con ella. Ya lo había estropeado al principio, no podía volver a hacerlo ahora.
Una semana después...
Las cosas entre Amelí y yo iban avanzando un poco más, se resistía cada vez menos a esto que comenzábamos a sentir, al igual que yo. Apenas comenzábamos a descubrirlo, había dejado de lado su temor y se había sincerado conmigo, diciéndome lo que sintió cuando nos besamos la primera vez. Lo que siente y lo que cree al respecto.
Habíamos preferido no decirle nada a mis padres porque aún no estábamos seguros de lo que estaba surgiendo entre nosotros. De lo que realmente sentíamos, de lo único que estábamos seguros, era de que el sentimiento era mutuo y era algo único.
Por mi parte, tampoco había roto todas mis barreras. Aún seguía negándome a creer por completo en alguien más. También tenía miedo, no podía negarlo. Pero lo que más temía, era el hecho de no poder corresponder a Amelí debidamente. De que por mi falta de confianza, termine lastimándola o la aleje de mí sin haber luchado por una oportunidad. Honestamente temía por que eso sucediera.
Cuando la veía hablar con alguien del sexo opuesto, me irritaba completamente. Si, estoy seguro de que son celos y me vuelve loco pensar que pueda ocurrirme de nuevo, lo que pasó con Chantal. Sin embargo, se que ella, que Lie, no es así. La verdad no tiene ni punto de comparación, esas dudas, ese miedo, estará latente todavía en mí. Como me había dicho mi padre, debo aprender a creer nuevamente y saber que no todas son iguales.
Ya había vuelto a la rutina de la universidad y por la misma razón volver cruzarme con mi primo o la culpable de mi desconfianza, era inevitable. Como hoy, el ver a Nicholas como si nada malo hubiera hecho, era un fastidio para mi. De no ser por mi amigos, hubiese caído de nuevo en suspensión y sería una gran estupidez. Porque me perdería la posibilidad de pasar más tiempo con Lie, pues pese a que estamos en diferentes carreras, el poder estar en la misma universidad me daba la oportunidad de verla más seguido. Ya que en ocasiones no podía ir a la casa de mis padres.
— Hey, ¿Qué dices? ¿Nos vemos hoy en la noche? La fiesta es del cuarto año de Ingeniería. Y nos han invitado por ser parte del equipo de fútbol— Rodrick proponía ir a la fiesta pero lo que dijo Charlie me hizo pensar de nuevo en Lie. Tal vez, también debería invitarla y sería buena idea poder ir juntos.
— Pues tendré que preguntarle a Lucy a ver si quiere. Últimamente ha estado muy cansada y tal vez debamos de ir a consultar con un médico— dijo Charlie.
— ¿Con un médico? ¿Por qué? — le pregunté porque eso era toda novedad. Y algo muy raro, puesto que Lucy era una chica muy sana.
— Es que... No estamos seguros, pero Lu, ha tenido un retraso y creemos que cabría la posibilidad de que pueda estar embarazada—. Respondió.
— ¡No jodas! ¿Es en serio?— Rodrick casi grita fuerte y toda el aula comenzó a mirarnos.
— Shh... cállate idiota. No es seguro, lo sabremos esta tarde en realidad. He comprado una de esas pruebas que sirven para salir de dudas. Haremos esa prueba y si resultara positivo, mañana mismo buscaremos un profesional que pueda orientarnos y guiarnos con todo el proceso— dijo Charlie mirándonos a los dos.
— Lo dices tan tranquilo ¿Ambos están seguros de seguir adelante si los resultados dieran positivo?— ahora era yo quién preguntaba porque un hijo cambia toda la vida. Era una responsabilidad muy grande y aunque no hay madurez suficiente para cuando llegue uno, siempre es bueno estar preparados.
— Lo estamos. Se que aún somos muy jóvenes, que Lu apenas empieza su carrera y yo voy terminando. Pero cuando una pareja se ama de verdad, no existe obstáculo alguno para seguir adelante. Ya iremos viendo como nos organizaremos más adelante, por ahora, solo se que debo estar ahí para ella. Apoyarla y cuidarla más que nunca. Porque esto se trata de los dos, ambos somos responsable de lo que ocurra. Y estaré feliz obtengamos el resultado que obtengamos—. Finalizó mi amigo.
— Eres admirable Charlie—, apoyé una mano sobre hombro, presionándolo un poco para brindarle mi apoyo— Cuenten conmigo para lo que necesiten.
— Nathan tiene razón, yo en tu lugar estaría cagadísimo hasta las patas. Pero sabes que cuentas con nosotros y no estás solo. No olvides que estaremos para apoyarte en todo—, Rodrick me secundó y Charlie asintió feliz ante nuestras palabras.
— Gracias chicos, gracias a los dos, en serio.
Al terminar nuestra clase, busqué a Lie y terminé encontrándola en la biblioteca con un grupo de sus compañeros. La observé un par de segundos, luego salí sin que diera cuenta porque no quería molestarla. Ya hablaríamos después y la invitaría para ir a esa fiesta.
— ¿Vigilando a tu noviecita?— Nicholas se cruzó en camino cuando di media vuelta para salir. Tenía los brazos cruzados y observaba en dirección a Amelí— ¿Crees que te engañará como lo hizo Chantal?— se burló de mí.
— No vuelvas a meterte conmigo, Nicholas. Ella no es como la arpía de Chantal— mascullé evitando alterarme para no caer en sus provocaciones.
— En eso tienes razón, esa lindura no es como la golfa esa. Se nota a leguas. Pero ¿ Y tú? ¿Que hay de ti primo? ¿Serías capaz de engañar a ese angelito? Porque eso no cabe duda, mira nada más esa boquita, esos ojos... — empuñé mis manos porque estaba nada de volver a golpearlo—. La he visto desde lejos ¿sabes? Sería un lujo corromper a ese ángel.
— Aléjate de ella. Aún no he empezado contigo. Y créeme, muy pronto tendré el placer de cobrarte donde más te duele, primo. Estás advertido, aléjate de Amelí. Porque no me importara en absoluto que seas familia.
Salí de la biblioteca dirigiéndome al patio. Golpeé lo primero que tenía en frente para descargar mi rabia y a lo lejos visualicé a Oliver que se encontraba esperando a Lie. Era mejor que regresara a la casa con él, no estaba siendo una buena compañía ahora mismo, además, tenía que encargarme de que todo estuviera en marcha en la empresa. Y darle por fin la noticia a mi querido primo.
Ayyy ese Nicholas que malo es ¿verdad? Como fue capaz de meterse con la novia de su primo y encima molestarlo así otra vez.
No se pierdan el siguiente capítulo!
Besos y cariños
Pati .
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