Capítulo 4
Reconocer el error, siempre será de valientes.
Arreglar ese error, será de honorables.
Pati C. Ramos.
Nathan
— En verdad no puedo creer que te hayas comportado de esa forma, hijo. Y yo que les hablaba maravillas de ti. Ahora entiendo el porqué se rehusaban a responderme algo cuando les preguntaba qué tal se estaban llevando entre ustedes—, expresó mi madre.
Mamá negaba con la cabeza con un poco de angustia mientras se sentaba en el sofá individual del despacho de papá. Habíamos iniciado nuestra conversación hace ya algunos minutos atrás, antes de que me marchara para la convención.
—¿Fue por eso que me pediste tiempo y así pudieras hablar con ella primero?—, esta vez era papá quién me dirigía la palabra.
—Así es papá. Necesitaba pedirles disculpas y también lo hice con su hermano.
Después de que Matew terminó de compartirme algunas anécdotas sobre él y su hermana, fue a la cocina a pedido de mamá para que Mary pudiera ofrecerle una merienda, y así lo hizo. Mientras tanto yo me reuní con mis padres narrándoles sobre mi comportamiento en los últimos días y sobre lo ocurrido con Chantal y Nicholas. Ambos coincidieron en el rechazo hacia mi primo y en no volver a tenerle consideraciones. Sin embargo, en cuanto a Amelí y Matew, se encontraban decepcionados de mí. Y los entendía.
— Me alegra que hayas hecho lo correcto y que esos chicos sean considerados. Por favor Nathan, eres lo suficientemente adulto como para diferenciar a las personas que valen la pena, de las que no tienen escrúpulos. Espero que no vuelvas a cometer el mismo error. Y sobre todo, puedas apoyarnos a tu madre y a mi, a cuidar de Amelí y su hermano mientras sus padres no están— expresó mi padre seriamente.
— Eso haré papá, se los prometo. Pero podrían decirme ¿por qué se están haciendo cargo ustedes? ¿Por qué sus padres no regresan? Además, no entiendo por qué deben quedarse aquí? No tienen otros familiares u otro lugar ? Digo, no es que vuelva a ser un idiota y molestar a esos chicos, pero, ¿por qué aquí? — pregunté intrigado.
— Creo que los dejaré solo para que conversen sobre ello. No es bueno que esos niños se sientan excluidos o incómodos. Iré a ver si Amelí ya despertó para que nos acompañe en la merienda— dijo mamá antes de retirarse.
— Está bien, cariño —, papá besó en la mejilla a mamá y ella se retiró dejándonos solos.
Ellos realmente se amaban con todo el corazón. Por sobre todo, sincera y honestamente. El amor de ellos era puro y único. Era lo que más amaba de mis padres, había soñado con algo así cuando creí estar enamorado de Chantal. Sin embargo, ahora, se que todo fue una mentira y querer algo como lo que tenían mis padres era estúpido. Eso ya no existía, al menos no para mí.
— Cómo ya lo sabes, Sebastián es mi mejor amigo. Crecimos juntos, compartíamos casi todo y nos tratábamos como hermanos—, papá comenzó a hablar apenas mamá salió del despacho—. Lastimosamente dejamos de frecuentar, más no de estar en contacto, por muchos años. Hace poco, él, me dijo que debía de hacer un viaje, que era importante porque se trataba de su familia, que sus hijos quedarían solos por corto tiempo. No se preocupó mucho porque como ya sabes también, Amelí es mayor de edad y ella les prometió a sus padres que se haría responsable tanto del cuidado de su hermano como de la casa, hasta que regresasen de ese viaje. Sólo que ahora... Todo se ha complicado. Y... en cuanto a tu pregunta, no, no tienen otros familiares, solo nos tienen a nosotros, hijo.
— Amelí me dijo algo me dijo sobre eso, sobre los del viaje de sus padres. Tenían pensado junto con su padre venir para acá, para New York, en lo que ella se adaptaba a la universidad. Al menos, fue lo poco que pudo comentarme cuando me disculpé con ella. ¿Qué pasó con su familia? ¿Abuela, o abuelo tal vez ? — Expresé acercándome al escritorio, tomando asiento frente a mi padre.
— Viven en México, por parte de su madre. Y los abuelos paternos fallecieron hace mucho tiempo. Mi amigo fue hijo único, por la misma razón no tienen más familia. Espero puedas comprender mejor, en base a todo esto, Emiliano. Y efectivamente Sebastian tenía planeado hacer eso, hacer ese viaje. Me dijo que lo más importante para él, son sus hijos y es por esa razón que si descubría lo que temía, regresaría lo antes posible y vendría a vivir definitivamente para la ciudad, con sus hijos— dijo papá.
— Cuenta conmigo, papá— respondí porque esos chicos en verdad necesitaban de nosotros—. Me doy cuenta de que no mencionas a su esposa ¿Qué ocurre papá?—, al parecer todo era más complicado de lo que imaginaba.
— Sebastián planeó ese viaje con el fin de desenmascarar a su esposa. Les hizo creer a su familia que irían de vacaciones, en pro a fortalecer la relación con su esposa. Ella al parecer le siguió la corriente porque al contrario de sus hijos que creían que ese viaje era por amor, ella, creía que existía ese viaje por trabajo. Pues como te darás cuenta, Sebastián ideó todo eso para que nadie sospechara nada—, respondió papá colocando sus manos juntas sobre el escritorio mientras me miraba con atención y se disponía a tomar asiento.
— ¿Quieres decir que mientras sus hijos están aquí, creyendo que sus padres están disfrutando de una escapada romántica... Èl, tu amigo, está intentando descubrir si su esposa lo engaña con otro o no?— pregunté incrédulo.
Porque aunque no volvería confiar en una mujer, ella... Amelí... Parecía ser diferente, no se veía como alguien de la clase de Chantal, y no podía cree que su madre seria así.
— Cómo lo oyes, hijo. Lo peor de todo esto, ni siquiera es que Sebastián haya mentido de esa forma a sus hijos y a su esposa. O que crea que su mujer lo engaña, cosa que dudo mucho. Aquí lo que realmente me preocupa es otra cosa, y mucho—, expresó angustiado papá.
— ¿Qué cosa papá?— dije llevando una mano a la nuca, esto se enredaba cada vez más.
No quisiera estar en el lugar de Amelí y su hermano cuando se enteren de toda la verdad, será muy doloroso y difícil para ellos. No puedo llegar a imaginarme siquiera, que a ella, le tocará la peor parte cuando descubra que no es lo que siempre pensó. Se como se siente eso, estoy seguro que para ella será mucho más difícil que para su hermano pequeño. Despejé mis pensamientos volviendo a centrarme en mi padre y su respuesta.
— Lo que me preocupa es que semana pasada cuando Amelí y su hermano llegaron a la casa, fue la última que hablé con Sebastián. Dijo no haber confirmado sus sospechas, pero que aún había algo muy grave que su esposa no le había dicho y que se encargaría de arreglar la situación. Que no volvería junto a sus hijos sin tener una solución a los problemas. Ellos estaban en Miami para entonces, de hecho fueron allí desde el comienzo. Lily, su esposa, llegó a su hotel un día antes y él, Sebastián al día siguiente, claramente sin que ella sepa eso. Seguía creyendo que su esposo se encontraba en una misión y sus hijos en casa. Mientras ella fue a una clínica médica para realizarse algunos estudios, esto fue lo que me enteré cuándo hablamos por teléfono con Sebastián... Él estaba cegado por la rabia, el coraje, la preocupación de no saber nada. Estaba como loco porque no lograba entender nada, había creído que su mujer lo engañaba ¿me entiendes? Y sí lo engaño, pero no de la forma en que uno pueda imaginarse al principio. De hecho, a mí también me está desesperando esta situación, intenté calmarlo, que razonara, pero luego hemos perdido la comunicación.
— Entonces todo es peor de lo que podamos suponer, y si, sinceramente había pensado que la mujer lo engañaba con otro. En parte imaginé ponerme en el lugar de tu amigo papá, y sé toda la rabia que habrá sentido porque es lo que siento cada vez que menciono a Nicholas o Chantal. Y los recuerdo engañándome, deseando volver a ese momento para haber podido reaccionar rompiéndoles los huesos a mi primo. O haberle dicho más cosas a esa mujer.
Sin embargo, con todo lo que me has dicho, esto no tiene que ver con esa clase engaño—, papá se levantó y se acercó a mí colocando una mano sobre mi hombro.
— Así es hijo— dijo y luego me hizo una pregunta—. Te has puesto a pensar... ¿Qué tal vez lo tuyo con Chantal no era amor? ¿Qué tal vez por esa razón no estás realmente dolido sino que agradecido?—, quise preguntar, pero papá me detuvo levantando su dedo índice para que siguiera prestándole atención—. Agradecido porque te abrieron los ojos y te libraste de cometer un error, quizás abismal si las cosas con Chantal hubieran seguido adelante. ¿Haz pensando en ello?
— Si, lo he hecho papá—, tenía razón porque lo he hecho desde que los descubrí y no valía la pena ensuciarme las manos por ellos. Mucho menos que perdiera mi tiempo como ya lo hice todos estos años—. Y es cuando más coraje me da. Porque no sé si no actúe, si no hice algo porque no la amaba, o porque él es familia. O porque simplemente no vale la pena.
— Es por esa razón que estoy preocupado por mi amigo. Hijo, un hombre enamorado, no actúa de esa forma. Créeme. Y no te estoy diciendo que por estar enamorado uno debe cometer estupideces, no. Sino que eso me demuestra que lo tuyo con Chantal nunca fue realmente amor.
Porque te aseguro que si fuese lo contrario, si tu la amarás, inclusive ya hubieras pensado en escucharla, en creer en sus mentiras y haber hecho algo más. Pero no lo haces, ni siquiera piensas en esa posibilidad ¿o me equivoco?
— No te equivocas papá, estás en lo correcto. Pero por más que lo nuestro no haya sido amor, creo que ambos, tanto Chantal como Nicholas han destruido mi confianza hacia los demás y no me permitiré pasar de nuevo por lo mismo. Y tampoco es que no quiera hacer nada, al contrario, quiero ser yo quién le restriegue a Nicholas que la disolución de las alianzas con nuestras compañías está hecha. Quiero ver su cara cuando se lo diga que ya ni siquiera tiene su puesto o un lugar en la empresa—, papá ladeo una sonrisa negando con la cabeza para luego llevar sus manos a los bolsillos de su pantalón.
— Eso que deseas, es por hombría hijo. Porque crees que de esa forma no te verás afectado por la acción de ambos y los demostrarás que no valen nada. Se llama orgullo. Y es entendible, también honorable que únicamente actúes de ese manera. Eso me hace sentir orgulloso de ti, Nathan.
Porque me demuestras que eres un gran hombre y lo hiciste al reconocer tu error con Amelí y su hermano ofreciéndoles tus disculpas. Pero recuerda esto hijo, cuándo un hombre ama de verdad, cuándo realmente lo que siente es amor, comete cualquier tipo de locura, sea mala o sea buena. Y siempre, siempre hará todo lo posible para que la mujer que ama no se aleje de él.
Respecto a lo de no confiar en nadie nuevamente... Es imposible hijo, no puedes cerrarte la oportunidad de volver a enamorarte, conocer a alguien más. No permitas que una mala experiencia te destruya de esa forma. Al contrario, permítete crecer a través de ello, de mejorar y seguir creciendo como persona.
— No creo poder hacerlo de nuevo, papá. Y por ahora no pienso volver a confiar en una mujer. Mucho menos engatusarme como me pasó con Chantal—, sentencié seguro de mis palabras.
— Es comprensible que pienses así. Pero te aseguro que cuando menos te lo esperes, esas heridas sanaran y el amor tocará de nuevo a tu puerta—
Dijo papá sonriendo.
— No lo creo papá, pero gracias por tus palabras y por tu comprensión. En verdad agradezco que siempre estés para apoyarme. Y espero sepas que también que cuentas conmigo.
En cuánto a tu amigo... en referencia a todo lo que has dicho ... ¿Tú estás preocupado por él, porque crees que haya cometido una locura? ¿Y esa locura lo haya llevado a una acción mala?
— Efectivamente. Temo porque haya cometido un error irreparable y pierda la oportunidad de volver a estar con sus hijos. No sé, solo pienso en algo así porque se lo impulsivo que puede llegar a ser, Sebastián. Solo espero en verdad que no haya hecho nada irreversible— respondió muy angustiado.
— ¿Crees que... Que haya sido capaz de.. —, ni siquiera sabía con exactitud qué diría.
Pero no pude terminar de hablar porque se escuchó un pequeño golpe en la puerta y seguido de eso ingresó Amelí un poco apenada. Con los ojos levemente hinchado por haber llorado y aún con estragos del cansancio, tanto mi padre como centramos nuestra atención en ella.
— Lo siento, no quiero interrumpirlos, pero la señora Alice me pidió que les dijera que la merienda está lista y quiere que compartamos todos juntos—, papá se preocupó al verla, pero enterneció el gesto y se acercó hasta Amelí llevando una mano sobre el rostro de ella.
— ¿Cómo te sientes, pequeña? ¿Haz podido descansar? Por favor perdóname por haberte asustado, quiero que sepas que no fue esa mi intención. Me alteré al ver que mi sobrino se atrevió a comportarse de esa manera. Quiero que sepas estaré restringiendo la entrada a Nicholas y no permitiré que vuelva a provocar algo así, a actuar de esa forma.
— Estoy bien, no se preocupe. No tiene que hacer eso, solo por mi. Sin embargo, no puedo negarle que si me asustó mucho porque creí que usted me echaría de su casa por... Por golpear a su hijo —, respondió apenada, papá comenzó a reír y tanto Amelí como yo lo miramos extrañados.
— Lo hago porque no permitiré que nadie falte el respeto a esta casa. golpeaste a Nathan? — preguntó papá—. Déjame adivinar, se merecía por haber hecho una tontería ¿no?
— Bueno... Yo... —, ella parecía no encontrar las palabras, claramente estaba avergonzada y yo me uní a la risa con papá. La verdad si me lo merecía por idiota.
— Ya basta papá, la pobre está avergonzada porque casi me rompe la mandíbula. Debo admitir que tiene un buen gancho—, el rostro de Amelí estaba completamente sonrojado y captó mi atención por completo. Se veía sumamente adorable—. Bueno, creo que terminaremos de hablar otro día papá. Será mejor ir de una vez porque sino mamá vendrá por nosotros.
— Tienes razón, hijo. Y por favor Amelí—, papá tomó la mano de ella como si en verdad fuera una hija suya—, no me trate de usted. Considérame un tío o simplemente llámame Henry. ¿Estamos?
— Está bien. Gracias una vez más, por todo se... Digo... ¿Tío? ¿De verdad no le molesta si lo llamo así? — preguntó ella.
— Para nada, pequeña. Estaré feliz de que lo hagas—, papá besó la coronilla de Amelí al mismo tiempo que la abrazaba—. Vamos al comedor.
— Vamos— secundé siguiéndolos—. No podré quedarme por más tiempo, debo salir esta misma noche y estaré de regreso para el fin de semana.
—Me parece bien, hijo.
Salimos del despacho y papá se adelantó un poco yendo delante de nosotros. Y Amelí me miró preguntándome si iría a alguna parte.
— ¿Saldrás de viaje?
— Así es. Tengo que ir en representación de la empresa, a una convención y saldré esta misma noche.
— Oh... Suena interesante. ¿Y hay más hombres cómo tú? Digo, empresarios jóvenes de tu misma edad ¿o eres el único?— sonreí ante su pregunta porque se me hizo curiosa y divertida.
No sabía con exactitud si ella en verdad estaba tratando de confiar en mí y verme como a un amigo, o solo lo hacía por amabilidad. Así fuese lo último, de igual manera estoy agradecido porque me permitió disculparme, me escuchó y su mirada no ha perdido ese brillo que vi el primer día.
— Pues... no somos muchos, pero, si, si hay un par de chicos más de mi edad. Te prometo que cuando regrese, les ayudaré a mamá y a ti con el tema de la universidad. Si gustas... podría pasarte algunos links a tu teléfono para que puedas ir viendo ¿Qué dices? — pregunté porque honestamente quería enmendarme con ella y ayudándola sería la mejor manera.
— Si, me gustaría. Te anotaré mi número de teléfono, antes de te vayas. Gracias Nathan— respondió con una dulce sonrisa.
Amelí llegó hasta la mesa dejándome un paso atrás y yo no respondí nada más. Siendo completamente sincero, mamá tenía razón en decir que si hubiésemos frecuentados, ahora seríamos buenos amigos. Y estoy seguro de que lo seremos. Compartí un momento más con ellos, pero antes de marcharme intercambiamos números para que así pudiera cumplir con lo dicho anteriormente. Matew no paró de parlotear sobre su escuela nueva y todas las cosas que mamá le había comprado. Su hermana asentía feliz o le respondía con calma y paciencia a cada cosa que decía. Era realmente una pena que sus padres estuvieran pasando ahora por la situación que me narró mi padre. Y por lo poco que estoy conociendo de ellos, se que serán los más perjudicados cuando sepan la verdad. Espero que las conjeturas que podamos hacernos ahora sean totalmente erróneas y ese hombre no se pierda la oportunidad de seguir conviviendo con sus hijos. Las personas que traicionan tu confianza o te lastiman de algún modo, en este caso como lo hizo Chantal conmigo o como lo hizo la madre de Amelí con su padre, no merecen que perdamos el tiempo en ellas.
El tiempo es lo que nos enseña a valorar la vida a través de nuestras acciones. Mientras que la vida nos enseña a valorar el tiempo.
Hola, hola ¿Cómo están? Deseo como siempre, que hayan disfrutado del capítulo. Y no olviden pasar por mis otras historias, en venta al público y disponible en librerías como the Race "porque la vida es una carrera por ganar" Lo pueden conseguir también en Buscalibre
Hasta el próximo capítulo.
Besos , Pati 💜
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