Regalos. Capítulo 3.

- Talvez debo recordarte el porque me llaman, Dios de la guerra- exclamó con orgullo tyr, este parecía un sujeto muy trivial, a simple vista su cuerpo tenía múltiples cicatrices, tenía una enorme barba al igual que su cabello el cual permanecía con rastas muy largas.

- Y yo debo recordarte quien es el que tiene sus dos manos- Loki jugaba con sus palabras, parecía ser muy sabio pero su actitud era una la cual estaba vacilando a todos los demás, era interesante ver a los Dioses más respetados actuar como niños.

- ¿Es normal que todos ellos actúen así?- mi pregunta fue referida a la diosa Frigg, quien parecía apenada por todos los presentes.

- Son unos inmaduros, no aprendas eso de ellos o te cortaré la lengua- la reina parecía estar algo enojada, todos los presentes notaron eso al instante.

-Mm, bien, dejando de lado todas las discusiones, yo Thor te dejaré como obsequio esta armadura, fue bendecida para cubrir todas las maldiciones que irrumpan en tu cuerpo- Vi como detrás de él había una armadura de rústico aspecto pero delicados detalles, algo que note después de observarla por varios segundos era su color blanco, tan blanco como la piel de un conejo, por leves segundos quede embelesado.

- Esa es la armadura que se suponía sería el regalo de el cumpleaños de nuestro padre- aquel comentario llegó a mi con intenciones de molestar, pero eso solo lo hizo más especial.

- Gracias por esto, es una hermosa armadura. La utilizaré con orgullo- Thor parecía estar más que asombrado, todos lo parecían aunque, lo peor de todo es que yo no sabía el porque.

(Narrador Omnisciente)

- La mía es mejor- comento el padre de todo quien solo se volteo por un segundo y de un golpe a la pared saco una espada la cual con solo dejarla sobre la mesa genero un ligero corte sobre esta marcando una notable cortada. -Mi espada, llámala como gustes, te daré ese gusto.-

- Vaya que parece un arma con gran potencial en batalla- Heimdall observo el arma la cual tenía palabras escritas en ellas las cuales eran letras de el Asgard antiguo, de manera repentina todos los presentes empezaron a reír al notar las acciones presentes.

- Padre, con todo respeto, esa espada fue creada con la finalidad de empuñarse sólo una vez en combate contra algún dios- Esta vez Thor parecía más exigente, las razones de aquella acción le pareció inaudita -yo debería tener esa espada.-

- ¿Estas cuestionandome de nuevo?-Aquella mirada fue más que suficiente como para hacer que Thor se disculpara de sus palabras.

- Agradezco este regalo, parece muy grande, tendré que acostumbrarme- La espada tenía un gran tamaño al igual que su peso.

- Te adaptaras a ella y ella a ti, ahora... Loki, tu regalo- Odin estaba algo decepcionado de tener que recordarle a su hijo que debía dar algún obsequio como reconocimiento de un nuevo protegido de Odin, al menos para permanecer con un orgullo por sus regalos.

- Tsk, como quieras viejo- esta vez Loki no se movió más que solo para levantarse de su lugar, extendió su mano a Heimdall y en esta apareció un pequeño cuerno, parecido al que le había regalado Tyr pero esta vez este era más pequeño. -Bebelo.-

- ¿Qué tiene ese cuerno?- Pregunto esta vez Tyr, quien al igual que los demás estaba confuso, con solo tocar el cuerno este estaba ardiendo cual agua caliente.

- Lágrima de gigante- todos los presentes quedaron espectantes, y más cuando Odin hablo.

- ¿Quién te la dio?- Odin estaba enojado, sujeto la camisa de Loki y lo lanzó contra la mesa la cual no aguanto más peso y callo al suelo -¡¿Quién te la dio?!-

- Yo la conseguí solo- Loki parecía calmado, su cuerpo había sido severamente golpeado pero el no se inmutó.

- Es imposible que lo hayas hecho, los gigantes de hielo no poseen lágrimas al igual que los de fuego y los gigantes por naturaleza prefieren morir antes de soltar alguna lágrima, los hechizos no sirven si las lágrimas tocan otro material, son imposibles de obtener, eso sin tomar en cuenta que los gigantes están siempre en grupos mínimos de cuatro- comento Frigg quitándole toda razón a las palabras de Loki.

- Ustedes saben que yo nunca miento- Loki parecía seguro de sus acciones pero Odin ya no tenía razón sobre las suyas.

- No mientes, eres tan vil que podrías matarnos a todos y estarías tranquilo, pero sobre todo eso no mientes, debí haberte colocado otra maldición al nacer- Odin soltó a Loki y se dirigió a Heimdall quien sólo Mantenía sus manos en su cabeza, estaba completamente aturdido, aquello podría haber sido lo último que Heimdall podría haber hecho, confiar en Loki y beber de aquel cuerno.

Después de beber aquel líquido que traía el cuerno, pude memorizar cada cosa que veía y oía,
Loki lo llamo "Recuerdos Paralizados" Odin me otorgó el puesto de vigilante en la entrada del Reino, El Bifros, un puente tan amplio como la mitad del castillo de Odin y tan largo que conectaba con los nueve reinos, se me fue construido un castillo, para mí fue totalmente innecesario pero escuche que tenía la finalidad ser el área de descanso para los guerreros que tenían largas travesías, desarrollé una gran resistencia debido a mis "Recuerdos Paralizados" , ahora no necesitaba más de veinte minutos de sueño semanales lo cual me fue extraño, un cuerpo deberia colapsar en tiempos tan pocos de sueño, aunque aveces me daba algún gusto y dormía cuatro horas, no tomaba alcohol ya que este mismo no tenía efectos en mi cuerpo, nunca supe lo que era caer ebrio inconsciente, conocí varias personas, amigos y guerreros nobles, supe todas las profecías y las acciones hechas por todas las personas que podía observar, de todos los seres que pude ver los que más odie fueron los humanos, la razón de mi odio era que estos no tenían una forma de vida orientada, Odin es el rey y actúa como tal, Thor es un guerrero y pelea como tal, Cada dios tenía una misión que cumplía sin desvíos pero los humanos no tenían un patron, los otros seres eran parecidos a los dioses, los humanos sólo tenían decisiones arriesgadas, vidas inadecuada, odio, ira, amor, celos, muchas características que no deberían poseer un solo ser, una vez más mi actitud ingenua recibió un golpe de realidad, ellos vivían en calma aveces, otras veces habían guerras, parecían peones controlados pero su libertad me hacía creer que solo eran ingenuos, mil años pasaron desde que estuve en el Bifros vigilando, esperando el momento de que mi visión de la existencia acabará, todos los reinos esperaban el ya muy afamado Ragnarok, pero en mí mente solo podía observar y analizar a aquella especie tan débil, eran más débiles que los dioses y gigantes, podría decir que estaban por debajo de los enanos, los humanos tenían muchos sentimientos en su vida pero los únicos que pude ver reflejado con mayor intensidad fueron odio, rencor y celos, habían unos pocos que experimentaban un amor y paz increíble, estaban en sus últimos momentos de vida. Un día no muy diferente a los demás un inexplicable frío llegó a El Bifrost, tome aquel cuerno que me fue otorgado y lo hice sonar no más fuerte de lo necesario, tropas de Asgardianos llegaron tan rápido al puente que algunos estaban poco preparados, pude ver a Odin acercándose entre todos sin cuidado alguno y soltó solo una ligera pregunta.

- ¡¿Quién desea morir en este día Heimdall?!- todos los presentes quedaron espectantes, el rey siempre parecía seguro de su victoria.

- Nadie ataca a Asgard hoy- sentí el filo de la lanza de Odin en mi garganta, no me extraño aquella acción, tome ligeramente la lanza y la aleje con cuidado de mi cuello.

- Dame la mejor de tus excusas para haber venido desde mi trono hasta aquí o empezaré por tu ojo derecho- Odin parecía más enojado que en otras ocasiones, los últimos años fueron un ciclo de pérdidas para él, su hijo Loki fue apresado por él mismo, profecías mantenían presente la muerte del gran dios de dioses, disputas dentro del reino se hacían habituales y su cordura amenazaba con extinguirse dentro de poco.

- Fimbulvetr, el invierno más frío que haya enfrentado la existencia a llegado, la gran guerra del Ragnarok se avecina, es momento de dejar el alcohol atrás ya que no son pocos los enemigos que Asgard enfrentará, Gigantes, muchos de ellos preparan sus fuerzas para atacar, enemigos antiguos fueron liberados, Ferir hijo de Loki escapó al igual que Loki escapó de su encarcelamiento por haber matado a Balder. Jormundgandr la serpiente del mundo hijo de Loki los escolta a todos hasta Jotunheim, el reino de los gigantes, serán protegidos hasta que Loki y Ferir recuperen sus fuerzas.-

- Debemos atacar Jotunheim ahora que están débiles, padre- Thor noto la locura de su padre pero aún en su delirio y arrebato de ira este poseía mucho razonamiento.

- Podría ser una jugada muy arriesgada, tal vez podamos ganar- Odin intento ser optimista pero era mi obligación ser realista.

- Pelear todos juntos sería una gran cantidad de pérdidas para Asgard, Jormundgandr tiene la ventaja en esta batalla,el que vaya a pelear contra él tiene que estar alejado de todos, su gran cuerpo aplastaria las filas de Asgard sin problema y nos dejaría descubiertos ante un ataque de los demás enemigos de Asgard, Surt esperara a que el Fimbulvetr acabe, ese será el momento donde aquel gigante de fuego pueda avanzar por Midgar, Yggdrasil por ahora nos protege con esta inmensa nevada pero luego estaremos a nuestra suerte, lo mejor que podemos hacer es preparar una impresionante defensa y intentar repeler este ataque... O morir todos en el intento.-

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