Agotado y pensante. Capítulo 11.
- ¿Heimdall?- Freyja llegó por el balcón esperando encontrar a su... "compañero" cerca, pero este no se encontraba en la habitación, indago con su mirada por toda esta pero no lo encontró, hasta que escucho una voz ahogada que venía del baño, Freyja se paro en la puerta de este y colocó de manera lenta su oído en la puerta.
Se podía escuchar a una persona vomitando, Freyja golpeó dos veces la puerta esperando recibir respuesta pero no fue de la manera que espero.
- !¿Qué?¡- Escucho la voz de aquel dios tan enfadado, él estaba en el suelo del baño recuperando el aliento, ella pensó por algunos segundos que él estaba bien pero al recordar que solo habían pasado minutos desde que estaba escuchándolo reír con Odin supo que algo no estaba completamente bien con Heimdall.
- Soy yo, Heimdall abre- el silencio reino por unos segundos, no porque el se sorprendiera, simplemente estaba recuperado el aliento de haber hablado tan fuerte.
- Eso ya lo sé, recuerda quien soy- Heimdall lanzó un poco de agua al inodoro y se levantó del suelo y se empezó a lavar la cara con agua que tenía frente a un espejo junto a la puerta -estoy bien, puedes ir a descansar, no has dormido bien estos días.-
Freyja al escuchar esto dio una patada a la puerta enojada.
- !¿Me has estado vigilando?¡, sabes que te dije que no me agrada eso- Freyja estaba más que decidida a darle una paliza a Heimdall, parecía dispuesta a esperar.
- No pude evitarlo, de verdad que no, cada hora te vigilo de nuevo para saber si aún estás viva, créeme, se volvió algo inevitable hasta para mí- Heimdall lanzó sobre si mismo un cubo de agua que tenía hielos en el baño, deseaba despertar su cuerpo.
- Podías haber ido a hablarme, podías haberte disculpado- Freyja solo escuchaba desde afuera lo que parecía ser un desastre dentro del baño.
- Tengo un puente que vigilar y personas que cuidar en este castillo, no puedo desaparecer tan fácilmente, además, dormir fue difícil ya que no tengo una cama- Heimdall salió del baño secándose el cuerpo, sus ropas estaban mojadas pero él no les tomó importancia, miro a Freyja que estaba frente a la puerta y espero algo de ella.
- Bueno. Tu cama está en lo profundo de algún lago de Jotum. Ahora que estoy aquí podrías decir lo que querías ¿sabes?- Freyja deseaba que él le diera una excusa para estar tan apegados como días atrás, ella miraba al suelo ya que sabía la clase de mirada molesta que tendría Heimdall.
- Me.. Me disculpo por mis palabras hirientes y mis pruebas inapropiadas, siendote sincero, aún no coincido en el punto donde me equivoque, espero y puedas ayudarme a. Empatizar más contigo- Heimdall estaba hablando de manera sincera, no entendía el enojo de ella, pero él no tenía la intención de disculparse sin antes ser sincero.
- Se que no entiendes mucho, los tratos físicos entre humanos y dioses creo que podrían llegar a confundirte, pero- Freyja levantó su mirada para intentar hablar de manera más significativa, pero al encontrarse con los cálidos ojos de él no pudo articular palabra alguna hasta el cabo de unos segundos -pero. Me gustaría que fueras un poco más cuidadoso con tus "pruebas" y secretos.
- Te lo dije antes, no tengo secretos o, al menos no tenía hasta que tú te empezaste a involucrar conmigo.-
- Vaya, soy el motivo para que tengas secretos.-
- Mi único secreto fue que no te dije cuanto apreciaba tenerte cerca en mis noches, mi cama estuvo dándome cobijo solo a mí por más de mil años, siempre fría y llena de polvo, pero un día una diosa decidió que me amaba y mi cama se volvió calida, limpia y con una razón bastante linda como para que yo quisiera intentar dormir temprano- Heimdall no dudo en mantener su mirada en los ojos de ella, él podía escuchar sus latidos, observo como los ojos de ella lentamente tomaban un cristalino perfecto para él. -O al menos así lo fue hasta que esa misma diosa decidió llevar mi cama hasta algún reino de gigante.-
- Oye, perdoname, ¿si?- Freyja abrazo a Heimdall hasta y este correspondió el abrazo con uno solo de sus brazos.
- Tendrás que traerme una cama muy linda para ganar mi perdón- Heimdall sujeto a Freyja de la cadera inclinándose un poco y la cargo para caminar por la habitación, Freyja parecía una niña siendo cargada por su padre, ya que reía por las acciones de Heimdall quien después de tanto mantener una disputa romántica Freyja hizo aparecer una cama en donde debería estar la de él.
- Es la cama de tu habitación, vaya, que diosa más atrevida.-
- No me molestes, querias que estuviéramos juntos otra vez, ¿no?, empezamos donde estamos más cómodos y...- Freyja fue callada por un beso decisivo de Heimdall, su cuerpo le exigía que los labios de ella le pertenecieran, Freyja no desaprovecho su oportunidad y se aferro con sus piernas a las caderas de Heimdall mientras jugaba con sus manos en el cabello de él, Heimdall camino unos pasos, ninguno tenía intención de separar su ardiente beso en el cual estaban decidiendo quien liderará, Heimdall deposito a Freyja ligeramente en la cama y con sus manos no pudo evitar jugar con unas caricias en las piernas de ella subiendo por su abdomen y muriendo en su espalda, el tacto de él era delicado, como si de acariciar el pétalo de la más delicada flor se tratará, Freyja al sentir aquellas caricias decidió perder el debate de los besos sintiendo como él empezó a apoderarse de su cuello con ligeros besos y mordidas, el aliento de él en esa parte del cuerpo de ella la hacían experimentar un calor inexplicable en su cuerpo, un extraños frío la hizo estremecer por leves segundo -ya no me importa quien tome el mando, solo hazlo.-
Heimdall por otro lado mordió ligeramente el cuello de ella, no pretendía detener lo que estaba haciendo, tomó posesión de las posaderas de ella con sus manos sentandola ahora a ella sobre su entrepierna mientras mantenían otro firme beso sentados en la cama, él exigía todo lo que ella podía ofrecer y ella lo entregó sin miedo alguno, la ropa de ambos se fue perdiendo en la habitación, la cama les pareció lo más cálido que había en el mundo, su feroz deseo los hacía actuar sin miedo, ella se aferro firme a la espalda de él mientras ambos degustaban del inexplicable placer de estar juntos, los gemidos y aplausos inundaron la habitación durante horas incluso, sólo un pensamiento recorrió la mente de Heimdall en aquel momento*
- Le haces honor al título de diosa del amor.-
....
Después de aquella noche los días de ambos se volvieron más animados, en el día Freyja aveces lo visitaba llegando a pasar horas mientras tenía algún estilo de charla, uno que otro juego entre ambos y varias caricias, ambos dejaban su lado más pervertido verse en el nacer de la noche, alguna que otra de sus acciones románticas llegaban de día, tal vez una ducha juntos o una insinuacion impropia de la reina de las Valkyrias, un año y medio paso de manera fugaz para ambos, pero ellos parecían estar en su etapa más apasionada que nunca antes, su relación era muy evidente, las heridas de Heimdall causadas por Loki sanaron a los pocos meses, en este momento el vigía de Asgard se encontraba exhausto por una fantástica noche con su increíblemente delicada y linda pareja, él apreciaba la vista que ella le otorgaba que era su cabello dorado reposando sobre sus mejillas.
- Oh vaya, una hermosa diosa está en mi cama conmigo, ¿acaso es mi esposa?-Heimdall jugo con sus palabras mientras retiraba el cabello de la mejilla de ella abrazandola.
- No tengo un presente de tu parte que afime nuestra unión, no estamos casados- ella no abriría sus ojos ya que sabía que él la miraría muy fijamente, eso normalmente la ponia muy nerviosa y algo avergonzada.
- Jajaja, me habría gustado, estar casados y con hijos, habría sido fantástico una vida así- Heimdall tomó a Freyja en brazos y jugo con las mejillas de ella- aunque creo que me conformo con esto, es suficiente.
Heimdall ya se había acostumbrado a la presencia de Freyja en sus aposentos, su cálida presencia le era increíble, las noches eran animadas y sus días tenían ansias de volverse a ver, Heimdall estaba tan cautivado por la presencia de aquella Valkyria que algunas mañanas la despertaba con el desayuno en la cama, aveces inundandola de besos y otras veces de caricias, sin duda era lo más especial que él tenía.
- ¿Sabés?, aún podemos casarnos, si me lo pides adecuadamente claro. Aún faltan cinco meses para que acabe el Fimbulvetr- Freyja atrapó a Heimdall con sus piernas y se subió sobre el en la cama, aún en la oscuridad de la noche el cabello de ella tenía un brillo natural dorado, su piel blanca era tan suave y su cuerpo firme, natural de una guerrera.
- ¿Me estas exigiendo que te pida casarnos?, eres muy atrevida reina de las Vakyrias- la risa de ella se hizo presente pero de manera repentina la mano de ella llegó a las campanas de Heimdall apretandolas. -Oye, oye, calmate, está bien. Reina de las Valkyrias, ¿aceptarías casarte con este mestizo sin linaje?
Ella sin dudarlo le apreto las campanas muy fuerte dejandole tiempo para que el respondiera algo nuevo.
-Calma, calma, maldición... Freyja, ¿podrías aceptar ser mi esposa?
El silencio reino por varios segundos pero fue porque Freyja no podía soltar una respuesta, sabía que lo quería perl sus ojos se llenaron de lágrimas de manera imprevista, aún sabiendo que sucedería no pudo evitar estar en aquel estado, para calmar la espera de Heimdall ella rodeo el cuello de él y atacó sus labios con un enorme beso pero más que apasionado era algo torpe, esto le pareció tierno a Heimdall quien la sujeto de manera firme con sus brazos para calmarla.
- Tranquila, puedo esperar a que te calmes, esta...- el no pudo terminar se hablar ya que ella le volvió a besar de manera rápida para luego esconderse en su cuello ligeramente avergonzada.
- Claro que si quiero, tonto. Tenías que hacerme decirlo ¿no es así?.-
- No soy vidente como para saber tu decisión.-
Narra Heimdall.
Pude notar algo diferente en su mirada, estaba más ¿brillante?, era es extraño, no podía limitarme a sólo verla así que constantemente le robe algunos besos para ver si esto cambiaba pero, parecía más vivo con cada beso, mi cuerpo se estremecía junto al de ella, era simplemente encantadora su forma de actuar.
- ¿Cómo quieres que suceda?, ¿dónde quieres que suceda?- hice mis primeras preguntas hacia ella esperando que supiera ya donde deseaba casarnos y como. No se como funciona esto claramente.
- Quisiera a mis hermanas cuando suceda, en un lugar con pocas personas, ¿tu deseas que alguien esté ahí?- pude notar algo de intriga en su rostro, se nota que aún pasando tanto tiempo junto aún no me conocia del todo.
- Mimir no puede venir, es lo más cercano a un hermano que tengo y doy por hecho que no quieres a Odin en ese lugar, jajaja- rei un poco ante mi broma pero Freyja no le gustó esto, así que apretó mi oreja tirando de esta. - Vale, vale, perdón, ¿qué te parece Frigg?
- ¿La reina?, al parecer tienes una relación muy apegada a ella- ella soltó mi oreja, pude ver como pensaba en que sería mejor.
- Es como mi madre, fue ella quien me cuido al comienzo y me oriento, tú y ella son muy parecidas, solo que tú y yo ahora estamos ligados por algo más que palabras vacías, ahora eres Freyja, diosa de las Valkyrias, diosa el amor y la fertilidad que está perdidamente enamorada de su esposo Heimdall- pude notar que ella volvió a tener los ojos cristalizados, le robe un ligero beso antes de quedarme mirándola como todas las noches lo hacía mientras ella concilio el sueño, una nueva realidad volvió a apresar mi mente, aquello que sucedería y no podría cambiarlo... -desearía que tuviéramos más tiempo.-
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top