Habían pasado alrededor de dos años desde que vi a Mim, mí vida desde aquel momento solo se limitaba a querer obtener conocimiento, saber como controlar aquello que podía ver más allá de mis límites naturales, el poder verlos no era recordarlos, aun viendo algo a tan largas distancias detalles se pedían, tras varias prácticas solo me limitaba a entrenar, una y otra vez, de alguna manera el padre supremo me observo en uno de mis días cualquiera, eso fue el comienzo de toda mi desgracia, él me habría asignado a su esposa, la reina Frigg para que me entrenará y como solo podía obedecer sus peticiones, me limite a asistir a los entrenamientos, el primer día de estos fue más extraño de lo que yo mismo creí.

Camine por los pasillos asustado, desde siempre supe que la actitud de ella era una severa y aun estando vigilandola ella era de temer.

- Usted es Frigg.-

- Ya deberías saberlo- sin duda ella era increíblemente hermosa, poseía una gran cabellera roja que al ser iluminada por el adorado brillo del sol se volvía más hipnotizante, al ella voltear a verme no pude evitar quedar embelesado con el color tan intrigante de sus ojos, eran de un color tan blanco como las hojas de papel en las que suelo escribir sus mismos ojos poseían brillos dorados que me recordaron a la imponente armadura del dios Odin.

- Yo soy Heimdal, es un...- no pude terminar de hablar ya que ella me había interrumpido.

- Ya se quien eres, dime, porque Odin esta tan interesado por ti, no veo nada impresionante y no presiento un poder abrumador, ¿hay algo especial contigo o eres solo uno de sus fetiches?.-

Ella era directa, su voz resaltaba la severidad de su poder y lo importante de su presencia.

- Veo imágenes, recuerdos de acciones sucedida en otros lugares, escucho voces muy lejos de mí, aprendí a ignorarlo pero, creo que a Odin eso no le gustó- ella se había levantado de su lugar y me indicó que me acercará lo cual hice con calma.

- Desperdiciar cualquier estilo de potencial es un acto imperdonable para Odin, él cree que el poder puede conseguir todo, incluso aquello que él no puede conseguir.-

- ¿Está equivocado?-

- Es extraño, es una pregunta que podría ser respondida fácilmente pero la respuesta traería otra pregunta trayendo dilema. Y más preguntas provocando un ciclo tan grande que podría perturbar a cualquier mente.-

La delicadez de sus palabras solo me hacian querer seguir escuchandola, parecia una poesía casi perfecta.

- No entiendo muy bien eso, pero creo que ya estoy algo familiarizado con lo de ser perturbado en pensamiento- ella se colocó frente a mi y puso sus manos en mi cabeza, cerró sus ojos y solo la pude escuchar pronunciar palabras que no entendí del todo, como si me hubiera borrado o dormido por un segundo, mi mente quedó en blanco, ya para cuando tuve uso de razón nuevamente estaba tirado en el suelo y ella estaba sentada esperando en aquel balcón sentada, que al momento de pensarlo más claramente, estábamos en una sala de entrenamiento en un lugar cerrado de no ser por ese balcón, habían muchos asientos y varias cosas para entrenar el cuerpo.

- Eres simplemente perfecto para los deseos de Odin, puedes ver más allá del reino de Asgard y todos en la misma, escuchar todo lo que esté a tu alcance con gran afinidad y si te concentras un poco no habria limites definidos por un dios, tu cuerpo no está entrenado pero estás predestinado a poseer una fuerza semejante a la de Thor, claramente no puedes tener una igual a la de él. Y tambien eres poseedor de un desequilibrio mental que podría llegar a causar desequilibrio en la paz de Asgard- todo aquello me dejó más que impresionado, los ojos de ella al decir tales cosas eran completamente dorados, pude ver como ella empezó a caer de espalda a lo cual me levante del suelo de un salto sujetando su mano manteniendola sentada.

- ¿Hay algo más?- No pude evitar preguntar si lograba saber algo más de mí pero solo recibí una mirada extrañada.

- ¿Qué fue lo que dije?-

- ¿A qué se refiere?- me extraño mucho su pregunta, ¿no sabía lo antes dicho?.

- Disculpa, lo que acabas de ver es magia Aesir, profecías y estilo de vida, puedo ver mucho de ti a futuro.-

- ¿Aesir?.-

- Digamos que es magia antigua... Eso no importa ahora, se supone que yo sabría lo que tú eres y quien eres, tengo prohibido decir lo que veo por órdenes de Odin y para mantener el orden, no recuerdo lo que vi en ti, eso significa que tu mente tiene una firmeza superior a la mía, eso no debe ser muy posible. Pero no es imposible, así que dime... ¿Qué té dije?- esta vez parecía algo enojada, sujeto mis manos obligándome a sentarme junto a ella.

- Dijo que mis sentidos me permiten ver más allá de lo que debería ser normal, escuchar más de los límites normales y... Que mis acciones tendrían importancia en el equilibrio de Asgard.-

Solo note impresión en su rostro, presentía que habia hecho algo mal y lo note cuando fui escoltado por Frigg ante Odin, acepte de manera ilusa pensando que me contarían o me ayudarían con mis habilidades, reafirmó que fue de manera ilusa ya que Odin tenía otros planes para mí.

- Querido, tenemos que hablar, tengo cosas que discutir contigo- Frigg hablo de manera formal, todo aspecto de ella era digno de admiración, Odin se encontraba sentado en una gran mesa junto a varias personas que poseían un aspecto imponente y muy desarreglado.

- Heimdal, vaya sorpresa me has traído, una esposa preocupada, espero no la hayas hecho molestar- El dios de dioses parecía estar calmado, su dominio sobre la preocupación de la dama parecía algo natural.

- De seguro estaría muerto si lo hubiera hecho- fue el comentario de uno de los presentes.

- Digan lo que les perturba, hablen sin rodeos- Odin estaba algo ansioso por escuchar buenas noticias.

La reina Frigg comentó todo aquello ya antes hablado, provocando una evidente sorpresa a los dioses quienes empezaron a discutir el futuro de mis acciones sin siquiera preguntarme, me sentí como lo que ellos llaman sirviente.

- Supongo que deshacerse de él es la opción más evidente- hablo de nuevo el mismo sujeto que hace unos minutos.

- No permitiré que algo como eso suceda, aún no sabemos si las acciones de él serán beneficiosas para Asgard- Esta vez Odin me habría defendido, de alguna manera me sentí alagado.

- O tal vez el sea quien provoque el final de Asgard, no podemos permitir que alguien como él que posee poderes tan aventajados vaya con nuestros enemigos, me opongo a que su corazón siga latiendo- exigió esta vez un hombre de formidable forma física, era quien se mantenía sentado a la derecha de Odin.

- Y yo no permitiré que alguno de ustedes le toque un solo cabello. No te atrevas a desafiarme Thor, o yo mismo te obligare a tejer mi próxima capa- esta vez Odin parecía algo enojado, el simple hecho de que lo cuestionaran le molesto.

- Estoy en todo mi derecho de expresarme, ¡este es el consejo de Asgard!- Thor se había levantado de su lugar observando a su padre quien solo permaneció sentado.

- Este consejo fue formado para idear formas de proteger el reino, tú harás lo que a mí me plazca y en este momento me place que te calles!- Odin de manera lenta se levanto de su lugar observando a su hijo -eres casi tan desconfiado como yo, pero yo soy más terco, Heimdal es desconocido hasta para la sabiduría de Mimir y solo sabemos poco de él, si este chico puede proteger el reino eso me bastará para darle un lugar en Asgard y si me equivoco lo resolveré por mis propios medios, tú no tienes que preocuparte por mis decisiones, si yo creo un problema tú lo resuelves, quieras o no.-

Ambos dioses estaban a la defensiva, Frigg parecía estar en calma pero a mí me incómoda el hecho de que estén hablando de mi futuro y mis roles frente a mí.

- Hay formas más fáciles de solucionar sus discusiones que a golpes, aunque si quieren se pueden matar y dejarme el trono- esta vez un sujeto con características más delicadas intervino en la discusión de ambos dioses.

- Como si fuera a perder contra alguno de ustedes, débiles y descorteces, conozcan su lugar en este reino- Explicó de nuevo Odin quien volvió a sentarse. -¿Tienes algo para decir o soló vienes a jugar?. Loki- el sujeto sentado se reclino en su lugar mientras veía al techo de manera calmada.

- Thor quiere mantenerlo alejado y tu "padre de todo" lo quieres muy cerca de ti, ¿acaso tienes miedo que te apuñalen por la espalda?- El llamado Loki parecía querer provocar a los dioses jugando con su paciencia.

- Tal vez te rompa el cuello antes de que digas otra palabra- Thor parecía pensarlo de manera real, se notaba que era un sanguinario.

- Ustedes estaban buscando a alguien para cuidar aquel puente que tanto adoran y temen, ¿no es así?, pues ahí lo tienen, alguien que puede ver a los enemigos a una gran distancia y escuchar las posibles sorpresas que traen los mismos, esta lo suficientemente alejado de Asgard como para que Thor no te moleste y lo bastante cerca para que vigile el reino- Aquellas palabras de ese sujeto parecían sensatas, ideó una estrategia militar tan práctica en cuestión de segundos, fue respetable a simple vista.

- Estoy más que seguro que si usarás tu cerebro para defender el reino y no para hechizos banales te tendría algo de respeto, hermano- Thor parecía convencido de que fue una gran idea, pero aceptar eso de su hermano con el cual compartía un recíproco odio era inaceptable.

- Que asi se haga, de ahora en adelante serás Heimdall el guardián de el Bifrost y Asgard, rey del palacio Bifrost y hoy proclamado protegido del Padre Supremo- En aquel momento supe que algo había cambiado de manera inexplicable para mí, aquella decisión fue tan repentina que me dejó confuso. -Aunque poseas un reino no tendrás un ejército, y aún con todo lo que esto representa debemos buscar una forma de que te comuniques con nosotros sin tener que correr a Asgard.-

- Yo podría resolver eso- Comento esta vez lo que parecía ser el hombre más alto y formido de entre todos.

- ¿Qué quieres decir? , Tyr- Odin parecía impresionado con que aquella persona simplemente diera un comentario.

- Tómalo como un regalo- Vi que aquel sujeto tomó algo que parecía ser un cuerno que estaba en su espalda y lo colocó en la mesa -el cuerno Giallarhorn, creado por los enanos a partir del diente del maldito lobo Fenrir, el mismo lobo que me arrancó la mano, tu puto hijo Loki.-

- No es mi culpa que no pudieras con un cachorro- ahora la rivalidad parecía crecer entre los otros dioses quienes simplemente se miraban con desprecio, al parecer aquel dios Loki tenia una despreciable fama entre los demás.