Capitulo 7

Capítulo 7

Al día siguiente Mark estaba pasando la mañana fuera de la oficina y Lexie revisaba papeleo en su escritorio cuando recibió la visita de Victoria.
Lexie: ¡que sorpresa verte aquí!
Victoria: bueno tenía una hora libre en mi agenda y noté que Mark ha salido a muchas reuniones toda la mañana así que pensé que era un buen momento para tomarnos un café y ponernos al día.
Lexie: —suspirando y agradecida por el descanso— eso me parece muy bien
Victoria: genial, en la cocina hay café recién hecho —ambas caminan con dirección a la cocina mientras van platicando—

Victoria: y, ¿ya te has familiarizado con el trabajo?
Lexie: en eso estoy
Victoria: ¿están mejorando las cosas con Mark?
Lexie: —un escalofrío recorre su espalda pero ella dibuja una sonrisa para disimular— todo va bien
Victoria: ¿está estresado?, su estado de ánimo podría verse afectado por el caso en el que están trabajando ahora. ¿Quién es el cliente?
Lexie: —no está segura si debe hablar del caso así que improvisa—problemas de plagio de un cantante
Victoria: —no está muy convencida de su respuesta— ¿de verdad?
Lexie: —no entiende porque tanto interés en el caso de Mark así que decide cambiar de tema— ¿que hay de ti?
Victoria: todo está fastidiosamente tranquilo y eso no ayuda en nada a que pueda llamar la atención y lograr convertirme en socia
Lexie: —piensa que tal vez esa sea la razón de su interés, tal vez le preocupa que Mark se convierta en socio primero—sabes, me sorprende que el sr. Sloan no se haya convertido en socio aún
Victoria: a mi no me sorprende, es un idiota.
Lexie: pero es un buen abogado ¿verdad?
Victoria: no es malo
Lexie: es estupendo con los clientes y he estado aprendiendo mucho de sus estrategias
Victoria: ¿desde cuando empezaste a venerarlo tanto? —desconcertada—
Lexie: —se pone algo nerviosa pero sabe ocultarlo— no, yo...
Mark: —lleva una taza de café vacía y está algo irritado— ahí estás... deje tu contrato de trabajo en el escritorio
Lexie: —desconcertada— ¿por qué?
Mark:porque parece que leíste mal donde dice la hora de tu descanso y quizás te sorprenda saberlo pero tomar café con Victoria no figura entre tus deberes
Victoria: a mi también me da gusto verte, perdóname Lexie, hablamos luego
Lexie: adiós Vic, gracias por el café —Victoria se va dejándolos solos pero no deja de pensar que ambos ocultan algo y no descansará hasta descubrirlo— tampoco lo es comprar desinfectante
Mark: —llenando su taza de café— vuelve a tu escritorio. Ahora —Lexie camina a su oficina y Mark va detrás de ella sin poder evitar mirar su trasero—

•••
Lexie vuelve a sus tareas pero al poco tiempo recibe mensajes de su jefe.

El último mensaje hace que Lexie se imagine lo interesante que podría ser aquella escena mientras camina a la oficina.

•••
Lexie entra suspirando pues espera ser reprendida por alguna cosa.
Mark: ya que nos distrajeron ayer, pensé que ya era hora de que te informara sobre la reunión con Byron. Necesitamos avanzar más con ese caso.
Lexie: —le sorprende la actitud que tuvo— te escucho —se sienta en una silla frente a su escritorio—
Mark: discutimos qué hacer para salvaguardar el fondo fiduciario y llegamos a la conclusión que a estas alturas la mejor opción es cambiar los requisitos para tener acceso al dinero. En este momento únicamente es necesario que Melody cumpla 18 años pero podríamos consideras agregar cláusulas...

El resto de la tarde transcurre con ambos en aquella oficina discutiendo estrategias y cambiando la letra pequeña del fondo fiduciario.

Ella no puede evitar aprovechar cada oportunidad para mirarlo notando cómo se mueven sus músculos debajo de la camisa, inhalando su irresistible colonia, viendo cómo le brillan los ojos cuando ella dice algo inteligente... Mientras que él sigue siendo extremadamente profesional y por alguna razón esto causa molestia en Lexie no puede creer cómo es capaz de actuar como si Barcelona nunca hubiera ocurrido.

Mark: —se levanta de la silla y estando a unos pasos de ella— me alegra que hoy hayamos avanzado más con este caso. Voy a necesitar que me redactes unos contratos mañana. —ella lo observa intentando decirle lo qué tanto se ha guardado pero no es capaz— ¿porque me miras como si tuviera tres cabezas?
Lexie: por ninguna razón
Mark: te estoy dando tareas "relevantes", qué hacer, ¿no?
Lexie: si
Mark: has estado actuando extraño todo el día. —un poco irritado— no estoy aquí para jugar a las adivinanzas, así que puedes usar tus malditas palabras para decirme que pasa.
Lexie: —no puede creer que no sepa— si no lo sabes, entonces no puedo ayudarte

A partir de aquí pueden escuchar esta canción hasta los próximos tres puntos que cambia la escena.

[Aquí debería haber un GIF o video. Actualiza la aplicación ahora para visualizarlo.]

Mark: se trata de... ¿Barcelona?
Lexie: bingo... —bajando la voz— ¡dormimos juntos!
Mark: ¿y no estás contenta con eso? —instintivamente se acerca un paso frente a ella—
Lexie: no estoy contenta con que creas que puedes actuar como si nada hubiera sucedido
Mark: ¿qué quieres que haga entonces?, —algo intranquilo— ¿enviarte mensajes sucios a través del sistema de mensajería?, ¿desnudarte mentalmente cada vez que entras a mi oficina?, ¿seducirte en mi oficina?
Lexie: —desconcertada— eso no es lo que quise decir
Mark: es exactamente lo que sucedería si no me obligará a olvidarme de Barcelona —ella se sorprende un poco pues no era la respuesta que esperaba pero si la que en el fondo deseaba— así que elige, porque si eso es lo que quieres, estaría mas que feliz de complacerte.
Lexie: —los ojos de Mark oscurecidos a causa del deseo penetran el avellana de los suyos mientras rompe aquella pequeña distancia— teach me... what you mean... teach me...

Aquella frase trajo Barcelona de vuelta y en contra de la razón la tomó entre sus brazos para hábilmente deshacerse de su ropa mientras que la cerró sus ojos dejando llevarse por el momento.

Mark: —deja algunos besos en su cuello hasta acercarse a su oído y con so ronca le habla— he querido hacer esto desde aquel momento en el ascensor. Deseaba tanto hacerlo aquí.

Aquella ultima oración le recuerda a Lexie el elemento prohibido de la situación y pese a que sabe que la puerta está cerrada no puede evitar la sensación de nerviosismo que recorre su cuerpo.
Mark: —nota ese ligero cambio en su semblante y con delicadeza pasa su mano sobre su mejilla— oye, mírame... no tienes nada de que preocuparte, ¿está bien? —ella asiente y entonces él vuelve a pegarla así mismo—

Sus labios por fin se encuentran al tiempo que las manos de él se deslizan en su espalda en otro momento hubiera sentido vergüenza de estar en ropa interior frente a él pero después de la confianza que le hizo sentir en Barcelona lo único que es capaz de sentir es excitación por el roce de sus manos.

Sin romper el beso la carga para ponerla sobre su escritorio ocasionando qué papeles y carpetas caigan al suelo pero en ese momento eso deja de importar ellos están absortos en otro mundo. La joven comienza a pasear sus manos por el pecho de él y deshaciéndose de su corbata para desabotonar un par de botones.
De un momento a otro la recuesta sobre el escritorio para ir descendiendo sobre ella acción que requiere todo el autocontrol por parte de la joven para no gritar de placer. Cada movimiento contribuye a que sobre la fría y dura madera su cuerpo desnudo tiemble de placer hasta que finalmente él la deja encontrar su cinturón mismo del cual pronto ella se deshace y cuando nada se interpone siente como su miembro tiene una gran erección por lo que enreda sus piernas alrededor de él y lo guía hacia su interior al tiempo que él no deja de mirar esos ojos avellana que se han intensificado de deseo.

En aquella intensidad sigue siendo imposible descifrarlo pero de alguna manera se están complementando a la perfección. Las palabras tiernas no tienen cabida y tal vez nunca la tengan pero por ahora ahogan el placer en gemidos amortiguados y nada más.

Terminan rendidos ante el deseo salvaje y hermoso. Una vez más la ayuda pero esta vez es a vestirse lo cual causa una extraña sensación en ambos y luego como si eso fuera algo que hiciera todos los días de uno de sus cajones él saca una corbata idéntica a la que terminó arrugada provocando algo de diversión en ella.

Lexie: —ajustando su vestimenta y cabello— ¿como me veo?
Mark: —divertido mientras anuda su corbata— como si acabaras de tener sexo con tu jefe
Lexie: maldición
Mark: —ríe divertido— puedes usar mi baño para arreglarte
Lexie: —sorprendida— ¿tienes un baño privado aquí?
Mark: si. Y cuando termines damos por concluido esto... —Lexie camina al baño sin entender bien sus palabras unos segundos después Mark la observa desde afuera con una sonrisa que no se ha dado cuenta que tiene— tengo hambre y estoy seguro que tú también. Déjame llevarte a cenar por... haberte ignorado estos últimos días.
Lexie: —voltea algo sorprendida encontrándose con esa perfecta sonrisa— ¡oh!
Mark: se que no he manejado bien las cosas entre nosotros. Considera la cena como una tregua. —como un acto reflejo le guiña el ojo—
Lexie: —maldice para sí misma, cada vez que lo descarta él se encarga de emparedarle que tiene un lado amable y mientras sale del baño responde a su invitación— claro, me gustaría ir —le dedica una sincera sincera—
Mark: perfecto, nos iremos en mi auto

•••
El camino transcurre entre una platica amena acerca de la arquitectura de la ciudad hasta que el motor es apagado a la puerta de un restaurante que luce algo lujoso

Estando en su mesa asignada ambos miran la carta.
Lexie: —dudosa— ¿estás seguro de que esto está bien?
Mark: por supuesto que si. Tengo que mostrarle a mi asistente que la aprecio ¿verdad? —instintivamente su mano busca la de ella en la mesa pero automáticamente después del roce se aclara la garganta y la aparta—
Lexie: —no está segura de cómo reaccionar a esto y suelta lo primero que le viene a la mente— supongo que te gustan los buenos restaurantes
Mark: podría decirse... o tal vez solo estoy interesado en tener a una hermosa mujer sentada frente a mi mientras cenamos en un lugar con estrellas Michelin.
Lexie: —termina por dejarla sin palabras— si, yo también soy amante de la buena comida. Me gustaría saber cocinar tan bien como se comer.

Son interrumpidos por el mesero que toma sus órdenes para luego dejarlos nuevamente a solas.
Mark: —algo frustrado— ¿porque haces eso?
Lexie: —confundida— ¿hacer que?
Mark: cambiar de tema cuando estoy tratando de ser amable. ¿No es eso lo que has querido todo el tiempo, un jefe "amable y cortés"?
Lexie: supongo que si pero resulta ser inesperado cuando viene de ti
Mark: sin duda no soy tan patan.
Lexie: solo cuando quieres serlo
Mark: —divertido con la voz un poco ronca— recuérdame que te castigue mañana por decir eso —aquello despierta sucios pensamientos en ella provocando que se sonroje así que instintivamente él pone un mechón de su cabello detrás de su oreja mientras la tranquiliza— no hay de que sonrojarse... —decide cambiar un poco de tema para tranquilizarla— entonces... con que tienes memoria fotográfica... a ver dime la tabla periódica
Lexie: —ríe divertida— hidrógeno, helio, litio, boro, carbón, nitrógeno, oxígeno, flúor, neón, sodio, magnesio...

Son interrumpidos por el mesero que lleva sus ordenes.
Lexie: —se sorprende al ver el plató de él— eso es mucha comida
Mark: hablaba en serio cuando te dije que tenía mucha hambre
Lexie: ahora que lo pienso, también estoy muy hambrienta —toma los cubiertos—
Mark: bueno, creo que disfrutarás esto... pero espero que no tanto
como lo hiciste en nuestro interludio anterior. —le sonríe—
Lexie: —toma un bocado y deliberadamente pasa su lengua por los labios— la verdad es que aveces me pones nerviosa
Mark: —intrigado— ¿que te pone nerviosa?
Lexie: —mentalmente hace una lista: tus ojos oscurecidos de deseo, tu cabello estilo "acabo de tener sexo", tu sonrisa...— todo. La forma en que me ves, la forma en que me haces sentir.
Mark: no sabes cuánto me enloqueces
Lexie: a juzgar por las cosas que me haces en privado, estoy empezando a entender
Mark: pequeña Lex y apenas he empezado no te imaginas todas las cosas que te quiero hacer
Lexie en ese momento solo está segura de tres cosas; una le encanto que haya acortado su nombre, dos él pequeña se escuchó demasiado dulce y tres tendrá que apretar las piernas para poder terminar de comer.

Mark: quizá seas mi asistente favorita hasta ahora
Lexie: ¿como eran tus otras asistentes?
Mark: nunca me involucre con ninguna, si eso es lo que te estás preguntando. Esto no es algo que acostumbro a hacer.
Lexie: de alguna manera lo sabía —él hace un gesto de sorpresa— te importa demasiado tu trabajo
Mark: y a ti también. Sin embargo aquí estamos... —hace una pausa al tiempo que le dedica una mirada cautelosa— ¿te arrepientes de lo que hicimos?
Lexie: —ahora es ella quien busca la mano de él sobre la mesa— nunca había estado tan segura de algo así que no.
Mark: yo tampoco —sus piernas se encuentran y simplemente las mantienen así tocándose en secreto—
Lexie: ¿qué va a pasar después?
Mark: ganaremos el caso y en cuanto al resto... ya veremos —no puede creer lo que ha dicho no es algo que acostumbre pero de algún modo siente que esto, qué ella es diferente—
Lexie: está bien —le dedica una sonrisa y el resto de la velada transcurre entre una amena platica sobre la ley, casos y veredictos insólitos... anécdotas extrañas de oficina... y el tiempo vuela—

•••
Al término de la cena insiste en pedir un taxi así que en el silencio del camino a su apartamento va mirando el paisaje nocturno mientras no puede dejar de pensar en todo lo qué pasó aquel día y sobre todo en lo mucho que desea repetirlo hasta que sus pensamientos son interrumpidos por el tono de su celular.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top