Capitulo 17
Les traigo un pequeño maratón, espero lo disfruten 🍃 2/2
Capítulo 17
Pueden poner esta canción hasta donde se indica la otra canción
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Un poco más de una hora después...
Lexie vuelve a despertar con la esperanza de que este de vuelta pero nuevamente se encuentra ella sola en casa tal vez es momento de preocuparse por lo que decide llamarle al celular lo cual es en vano porque inmediatamente escucha la contestadora.
Suelta un largo suspiro, se talla los ojos y camina hasta la ducha.
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Varios minutos después...
Al salir de la ducha iba a ver que se ponía cuando encontró en la cama la camisa de Mark la tomó un instante y la acercó a sus fosas nasales embriagándose con el perfume de él después salió a buscarlo a la sala.
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Mark estaba de lo más despreocupado en la cocina preparando el almuerzo luciendo una playera tipo polo y unos jeans que se veían algo deslavados.
Lexie: —se mordió ligeramente el labio al verlo así— hola tú
Mark: —al escuchar su dulce voz levantó ligeramente la mirada— bu... —ahí estaba ella tan perfecta recién bañada con su camisa que le cubría hasta los muslos— luces tan bien esa camisa
Lexie: —se acercó a él y lo abrazó por detrás— que bueno porque no pienso regresártela —planto algunos besos en su espalda—
Mark: es toda tuya pequeña —le da un suave beso en los labios— nunca esa camisa se había visto tan bien
Lexie: —lo suelta y toma uno de los tocinos que estaba friendo— y ¿donde andabas, qué tardaste tanto? —haciendo puchero—
Mark: —le da un fugaz beso— lo siento tenia que ir por algo de ropa a mi casa y por provisiones porque si nos queremos quedar aquí todo el fin de semana no había mucho en el refrigerador
Lexie: ¿te cambiaste de ropa sin bañarte?
Mark: algo así —ella le pega una pequeña palmada y él ríe— cuando llegue estabas usando el baño
Lexie: pudiste entrar —le guiña el ojo—
Mark: suena tentador pero ¿quien te prepararía el almuerzo?
Lexie: pudiste ser mi almuerzo —ríe divertida— por cierto que bien luces así tan despreocupado
Mark: —la abraza por detrás dejando caer su barbilla en su cuello mientras le deja pequeños besos y su voz se vuelve ronca— creo qué hay algo que no te he dicho... —ella gira su rostro con gesto de preocupación— quita esa carita que no es nada malo —la gira para que quede de frente a él y entonces la toma en sus brazos mientras que ella abraza sus piernas al torso de él quien la sienta en la barra de la cocina— te amo... te amo mi pequeña Lex... intenté luchar contra esto por que creí que era lo mejor, me quise convencer de algo que no era cierto porque no puedo ni quiero estar lejos de ti... te amo en todas tus facetas, en todos tus estados de ánimo; gruñona, sonriente, adormilada... te amo y no quisiera que esto acabara solo quiero estar a tu lado, aquí en nuestra pequeña burbuja feliz
Lexie: —un pequeña lágrima recorre su mejilla y él la limpia con su pulgar— tú también me haces tan feliz... y también quise creer que solo era algo sin importancia pero no, tú me haces sentir cosas que nunca había imaginado y quisiera pasar todo el tiempo amándonos, siendo feliz a tu lado. Tú me hiciste creer en las historias de amor, te amo y me gusta nuestra burbuja feliz.
Se funden en un cálido y apasionado beso que va subiendo de temperatura al grado que pronto la ropa termina sobrando y ahí en medio de aquella cocina sus cuerpos vuelven a encontrarse, se disfrutan como si fuera la primera vez hambrientos de deseo mientras que las sensaciones explotan dentro de ellos.
Los movimientos comienzan lentos y a medida de que el fuego se apodera de ellos el ritmo va subiendo pero siempre van al compás en aquel vaivén el amor explota en magia que se escapa en el sonido de sus gemidos hasta que llegan al clímax del placer.
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Después de aquel momento en la barra de la cocina se encuentran en la mesa almorzando.
Lexie: ¿y esto? —señalando una pequeña caja que estaba ahí—
Mark: es el postre
Lexie: creí haberlo comido antes
Mark: —ríe divertido— podemos repetir aunque no hablaba de ese postre
Lexie: —abre la caja y saca uno de los cupcakes emocionada— ¿son los mismos del día de mi cumpleaños?
Mark: no sé de qué hablas
Lexie: —divertida rodea los ojos y le da una mordida— ¡auch! Me duele la muela —la expresión de él parece de preocupación— y no sé si es por el chocolate o por lo dulce que estás siendo
Mark: —le limpia con una servilleta el residuo de chocolate de su labio inferior— me habían dicho muchas cosas pero dulce nunca, sacas lados inimaginables de mi. —su mano encuentra la de ella, entrelazan sus dedos mientras sonríen—
Lexie: —se acerca para darle un fugaz beso— yo te amo más
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Pueden escuchar esta canción hasta el final
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Lexie va a su cuarto a ponerse unos jeans rotos y una playera cómoda al salir Mark que está sentado en uno de los sillones no puede dejar de admirarla mientras ella toma las llaves de su casa y del auto para finalmente tomar la mano de él.
Mark no entendía a dónde es que iban pero nada malo podía pasar si estaban juntos.
En el trayecto no dejaban de hacerse pequeños mimos ni de darse fugaces besos.
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Finalmente llegaron a su destino el cual era un hermoso lugar verdoso lleno de flores, árboles, con un lago en el medio.
Mark: —sorprendido— ¿y esto?
Lexie: una parte de nuestro pequeño lugar feliz
Mark: —la cargo y la elevó por los aires para darle vueltas— te amo tanto
Lexie: sin darme cuenta a tú lado fui siendo más feliz —sus labios se hicieron uno y sus lenguas fueron abriéndose paso explorando sus bocas—
Caminaron tomados de la mano mientras disfrutaban de la naturaleza pero sobre todo de lo mágico que tenían.
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Por la noche de vuelta en casa prepararon para su cena pasta pero como dos pequeños comenzaron a jugar con los ingredientes.
De pronto ambos tenían harina por todas partes y algo de salsa de tomate embarrada. Las risas retumban por las paredes del lugar y aquellas risas eran el perfecto fondo musical para esos besos fugaces, esas caricias y esos te amo que se escapaban.
Mark: espero no sea tarde para aceptar tu propuesta matutina —le guiña el ojo—
Lexie: oh si ya es muy tarde lo siento. —con fingido desinterés— Expiró hace como diez horas
Mark: ¿segura? —embarrándole salsa de tomate en la nariz—
Lexie: segurísima —le embarra salsa de tomate en la orilla del labio inferior—
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Finalmente después de una pequeña guerra de cosquillas ponen un poco de música y ambos se meten a la ducha a quitarse los restos de comida que tenían.
En aquel baño solo hay miradas y caricias sutiles pero con esas pequeñas miradas las sensaciones se disparan a través de sus cuerpos húmedos.
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Al salir de bañarse Mark se pone un pants que había llevado por la mañana y una playera cómoda mientras que Lexie opta por ponerse nuevamente su nueva camisa.
Mark: —estaba sentado en la orilla de la cama secándose un poco el cabello— ¿no preferirías lavarla?
Lexie: —parada frente a él aspirando el aroma— para nada, lo que más me gusta es el aroma
Mark: y a mí lo que más me gusta eres tú —toma su mano para jalarla hacia él y quedarse mirando por unos segundos—
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Estando juntos se siente como si el tiempo en su burbuja feliz fuera independiente al resto del mundo. Cenan a altas horas de la noche pero no se percatan de cómo el tiempo en el mundo exterior avanza hasta horas más tarde.
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Algunas horas después de que terminaron de cenar Lexie lo guía a la parte de arriba del edificio.
Mark como aveces solía hacerlo la abraza por detrás dejando caer su barbilla en su cuello mientras que ella recarga su cabeza en su pecho y ahí donde se sienten dueños del tiempo y capaces de todo el sol comienza a salir. El cielo va tomando diferentes matices cuando la mirada de Lexie encuentra el matiz grisáceo de los ojos de él y los ojos de Mark encuentran el matiz avellana de los ojos de ella.
Mark le da un cálido beso en la frente para luego poner su frente sobre la de ella mientras se toman de las manos y ahí se quedan unos segundo que parecen una hermosa eternidad hasta que sus miradas vuelven a los colores cálidos del cielo.
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De vuelta en la casa se sientan en la cama comenzándose a besar luego pareciera que los besos irán más allá.
Lexie: —retrocede un poco— suena increíble hasta para mi pero... creo que... no tengo ganas
Mark: —acaricia su mejilla y so voz se vuelve dulce— está bien Lex, no tenemos que hacerlo, solo quiero acostarme a tu lado —le dedica una cálida sonrisa—
Se acomodan en la cama; el brazo de Mark está abrazando a Lexie por el cuello y ella esta recargada en su pecho poniendo una de sus manos arriba de la cabeza de él y la otra tomando la mano que le queda libre a él.
Lexie: buenos días
Mark: —cerrando los ojos— buenas noches —le da un beso en su frente y comienza a acariciar su cabello con la mano que la estaba abrazando por detrás y así después de un rato concilian el sueño—
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El domingo despiertan después del mediodía pero eso no les impide quedarse admirándose en la cama un largo rato.
Cuando los ojos de Mark se abrieron encontraron el avellana de los ojos de Lexie que llevaba algunos minutos despierta observándolo.
Ambos lucían tan bien con el cabello hecho un desastre por la almohada, adormilados era el mejor look de ambos. Así adormilados se dieron el primer beso del día deseando que así fueran todas las mañanas.
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Se dan juntos una ducha y se quedan un rato en la tina disfrutándose mientras escuchan un poco de música. Al salir ambos se ponen sus pijamas y van a la cocina a preparar algo para comer.
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Su domingo se vuelve un día de películas y palomitas en qué las risas retumban nuevamente en aquellas paredes.
Abrazados con los pies entrelazados y muchos mimos miran películas de todos los géneros, se hacen cosquillas, se avientan palomas y por momentos aparecen lágrimas causadas por la trama de las películas.
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Finalmente van a la cama a acurrucarse deseando que el fin de semana fuera más largo y esperando que el final solo sea el comienzo de algo maravilloso, de la misma manera que desean que ese fin de semana sea más largo desean su historia feliz de cuento.
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A la mañana siguiente...
Ojalá no fuera lunes así no tendrían que salir de su burbuja feliz pero la realidad es más complicada que un fin de semana feliz así que la burbuja feliz comienza a reventarse por un lunes que llama a ir a la oficina.
Lexie despierta, se incorpora en la cama y lo ve saliendo del baño; medio mojado, con la toalla enredada debajo de su torso.
Mark: buenos días pequeña —se acerca y le da un beso en la boca— lo siento creo te moje un poco
Lexie: buenos días guapo —quitándose las cobijas— no pasa nada —haciendo puchero— ¿ya te vas?
Mark: no quisiera... pero esta noche podemos repetir —realmente quería volver todos los días a sus brazos—
Lexie: eso es una gran idea —se levanta de la cama— debería también de ducharme porque si llego tarde al trabajo mi jefe puede enojarse
Mark: tu jefe suena como un idiota... tal vez en secreto está enamorado de su asistente
Lexie: —se para de puntitas frente a él para ayudarle a acomodar la corbata— te amo, ten un bonito día
Mark: —toma entre sus manos la barbilla de ella y finalmente le da un largo beso— te amo, te veo más tarde mi mal portada asistente
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Así es como tienen el mejor comienzo de semana. Sabiendo que se tienen el uno al otro y lo bien que se complementan en todos los aspectos ambos se dirigen a sus destinos.
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