¡ un !
Era una noche cálida, habían cenado bien y ahora simplemente estaban pasando el tiempo acostadas en la cama esperando la hora de dormir. Minjeong estaba jugando en su Nintendo y Yizhuo solo se encontraba mirándola, abrazada de costado a su cintura. La pelinegra observaba la linda cara de su novia, como de vez en cuando fruncía el ceño por lo que veía en la pantalla, o cuando sacaba un poquito su lengua y la mantenía entre sus dientes, simplemente adorable.
Pero Yizhuo se estaba cansando, y de repente sus dos semanas sin sexo debido al periodo de ambas se hizo presente. Si, ella definitivamente quería tener relaciones, entonces ¿Por qué no provocar a Minjeong?
Yizhuo empezó con un juguetón toque en los senos de la rubia, esperando algún tipo de respuesta, pero Minjeong ni se inmutó, esto hizo que la pelinegra ponga más empeño en que su novia le dé atención. Bajó la blusa blanca de su novia, dejando expuesto su brasier blanco con una linda tira de encaje en la parte superior. Yizhuo miraba la cara de Minjeong, esperando alguna respuesta, pero solo vió como fruncía el ceño y movía un poco su consola.
Yizhuo rodó los ojos y presionó uno de sus pechos, eran tan suaves, le encantaban.
—Unnie~— lloriqueó la menor mientras subía su mano al cuello de la rubia. Le indignaba que no se inmutara ni un poco.
—¿Si, amor? — habló la mayor finalmente. Minjeong no era estúpida, tal vez solo se estaba haciendo. Quería ver a cuánto llegaba su Ningning, por esa razón, no la miró cuando le contestó, ella seguía "muy concentrada" en su juego.
—¿Quieres dejar eso y darme atención? — preguntó mientras seguía acariciando por sobre encima su pecho.
—No. — Minjeong realmente tenía ganas de reír, amaba ver a Yizhuo frustrada.
—Bien.
Claramente Yizhuo no se iba a conformar con eso, así que se acomodó un poco más arriba y comenzó a acariciar los senos de Minjeong con más intensidad, ella sabía que quería, nunca haría algo para sobrepasarse con la mayor. Subió su cabeza y besó la clavícula de la pelirroja, y lo sintió, sintió cuando el pulso de su mayor se aceleraba. Sonrió. Subió aún más y besó su cuello a la vez que metía su mano debajo de la ropa interior de Minjeong, acariciando su pezón.
—No me dejas ver, Ning— se quejó Minjeong y Yizhuo hizo un puchero.
—Minje, deja eso amor— ahora su mano también estaba por su abdomen—, yo sé que quieres, vamos— Yizhuo dijo a su oído mientras comenzó a repartir besos por su cuello y clavículas.
—No~— se negó mientras intencionalmente quitaba la mano de su novia de su pecho.
—Ay Dios, deja esa mierda— Yizhuo llegó al borde de su pequeña paciencia y le quitó la consola. Minjeong sonrió, su Ningning tenía tan poca paciencia, iba a darse la vuelta para posicionarse encima de Yizhuo pero no se lo permitieron— Ah no, Minjeong, hoy te quedas abajo.
Minjeong se sonrojó, ¿Ella? ¿Debajo? No, definitivamente no le gustaba la idea. Pero al parecer a su novia sí ya que bajó hasta su cuello y succionó fuerte.
—Ah~ Ning, déjame— no le gustaba ser la que recibía placer directamente, ella disfrutaba más dándolo, o eso pensaba.
—Vamos, Minjeong, ambas sabemos que te gusta. No es algo que no hayamos hecho antes— le sonrió.
Yizhuo se sentó sobre la mayor y le sacó la blusa. Llegó su momento favorito, definitivamente amaba los pechos de su novia. Corrió un poco el brasier de Minjeong y tocó su pezón rosado, definitivamente lo amaba. La respiración de Minjeong era pesada, no miraba, tenía la cabeza hacia el costado, no estaba en sus planes ser la pasiva esa noche, pero no iba a negar que lo disfrutaba.
Yizhuo apretó el pequeño pezón antes de llevar su boca hacia él. Succionando fuerte, no tanto para lastimar a su novia, pero sí para hacerla gemir. La coreana daba pequeños quejidos mientras Yizhuo trabajaba en sus pechos, de uno al otro. Sintió como la menor se detenía y tuvo que alzar la cabeza para mirar, vió a la pelinegra levantar la cabeza mientras un hilo de saliva conectaba su boca con el pezón, echó la cabeza hacia atrás mientras largaba un gemido. Era la cosa más caliente que había visto en semanas, y pobre de Kim lo que le faltaba por ver.
Yizhuo sabía que Minjeong era muy sensible, así que estaba dando todo su esfuerzo para complacer bien a su novia. El último gemido la sorprendió, no lo esperaba, no cuando ya no estaba haciendo nada. Subió hasta la boca de la mayor y se besaron con fuerza, lenguas entremedio, quejidos por parte de ambas y el calor cada vez más fuerte. Se separó y bajó hasta su cuello, succionó fuerte, quería marcarla, ni siquiera pensó en lo que tenían que hacer al día siguiente o si era muy visible, solo los hizo; uno, dos, tres, se detuvo cuando iba a hacer el cuarto.
—Basta amor, basta por favor— suplicó Minjeong, por un momento pensó que la lastimó, pero luego completó— Mañana debo trabajar y los estás haciendo muy a la vista— y entonces Yizhuo sonrió, recordando las veces que le había suplicado de igual manera a ella para que parara, pero la ignoraba, así que era su turno de hacerlo.
—Entonces más abajo, unnie— y bajó a las clavículas, su segundo lugar favorito en el cuerpo de Minjeong. Hizo lo mismo mientras Minjeong gemía cada vez más fuerte y sujetaba su cabeza aún más cerca de ella si era posible.
—Sácatela— dijo Minjeong refiriéndose a la remera que tenía la azabache. Esta no rechistó y lo hizo, la rubia se sorprendió cuando se dió cuenta que no llevaba sujetador— Mierda— hizo el intento de subir su cuerpo para besarla, pero Yizhuo se negó.
—Mm Mm, hoy no Minjeong, hoy eres solo tú— negó.
—Pero—
—Pero nada Minje, no seas testaruda y sé una niña buena ¿Sí? — Yizhuo sonrió con codicia, bajando nuevamente a sus pechos— ¿Te parece si sacamos este? — señaló el sujetador. Minjeong asintió y levantó un poco su espalda para poder desabrochar el sostén.
—¡Ah! Ning~— gimió cuando repentinamente la pelinegra dió una suave, pero fuerte para su sensible pezón, mordida. La menor quería más, notaba a Minjeong cada vez más excitada y eso la entusiasmaba.
Bajó su mano por el abdomen de la rubia y la metió dentro de sus shorts.
—Mm, no Ning— paró la mano de la azabache, Minjeong se seguía negando y Yizhuo no sabía por qué la avergonzaba tanto recibir placer.
—Amor, relájate, confía en mi— aconsejó mientras tomaba los brazos de la rubia y los colocaba a sus costados. Bajó del regazo de la mayor y desabotonó los pantalones de esta, los bajó y pudo ver lo húmeda que estaba. No se contuvo mucho tiempo y rápidamente llevó su mano hacia el centro de la mayor.
Minjeong se llevó un brazo hacia su cara, tapándola, odiaba que la vean así, no sabiendo muy bien la razón, solo lo odiaba. Ning siguió frotando su centro mientras ella largaba pequeños quejidos y gemidos. Sus caderas se levantaban casi involuntariamente, buscando más contacto.
Yizhuo finalmente bajó las bragas de la rubia y la tocó sin la tela de por medio.
—Ah~ Ningning... Mm— se quejaba Minjeong. Yizhuo lo amaba, amaba verla tan débil ante ella, con el cuerpo sudoroso y el cuello marcado por ella. También amaba lo sensible que era Minjeong, siempre se preguntaba por qué solía ser ella la que llevaba el control cuando era mucho más placentero cuando estaba debajo.
A estas alturas Minjeong estaba completamente desnuda, con las rodillas flexionadas, un brazo tapando su cara y otro sujetando su muslo, sus uñas clavándose fuerte en este. Y Yizhuo juraba que era la escena más caliente que había visto nunca. No quería hacer esperar a su pequeña, así que bajó la mano hasta su centro y comenzó a acariciar su clítoris. Los gemidos de Minjeong ahora eran más fuertes, junto con quejidos y pequeñas negaciones.
Yizhuo llevó su cuerpo sobre el de la rubia y con su mano libre sacó el brazo de la cara de Minjeong.
—No dejas que te vea, bebé— comenzó a repartir besos por su mandíbula y cuello.
—No quiero... Ah... Que mmh me veas— insistió en taparse el rostro. Yizhuo rodó los ojos y dejó un rápido beso en sus labios. Bajó hasta el centro de la mayor y dió una lamida— ¡Ning! — gritó mientras seguía largando gemidos cada vez más fuertes, esto volvía loca a la azabache, comenzó a lamer más fuerte, encontrando el clítoris y concentrándose en él.
Minjeong no paraba de gemir, movía sus caderas para aún más contacto, estaba al borde del orgasmo y entonces Yizhuo se detuvo.
—Mm, no no amor, ya casi— Yizhuo sonrió ante la súplica de la mayor. Llevó dos dedos a los labios de la rubia.
—Chupa— Minjeong no se hizo rogar y rápidamente comenzó a chuparlos, pasando la lengua entre los dos, sintiendo aún su escencia en ellos. No dejaba de largar pequeños jadeos y quejidos, odiaba ser tan sensible.
Luego de unos segundos Yizhuo sacó sus dedos de la boca de su novia y los llevó a su entrada, sin esperar la penetró fuerte y duro. Minjeong largó una mezcla entre un gemido y grito, totalmente desgarrador, pero la pelinegra sabía que estaba bien, no la había lastimado. Las manos de Minjeong ahora estaban presionando las sábanas a su costado, los nudillos blancos por la fuerza que ejercía. Su cabeza hacia atrás, dejando su cuello expuesto, y la espalda arqueada. Los gemidos no se detenían, las embestidas tampoco, ambos cada vez más fuertes. Yizhuo sintió como los músculos de Minjeong se apretaron alrededor de sus dedos.
—¡Ah! Mm si, Ninggie, me voy a correr— sus caderas cada vez moviéndose más.
—Hazlo, vente en mis dedos— y Minjeong se soltó, con un fuerte gemido y su cuerpo en pequeños espasmos. Yizhuo subió rápidamente a su boca, besándola fuerte mientras lentamente sacaba sus dedos del interior de la rubia. Llevó nuevamente sus dedos a la boca de Minjeong y gustosa la abrió, probándose a si misma una vez más.
Yizhuo la vió así, con sus dedos en la boca, su rostro colorado y sudado, ojos llenos de lágrimas y el pelo alborotado. Casi tiene un orgasmo de tan solo ver esa imagen, pero entonces decidió que ese no era el fin. Haría que Minjeong le suplicara parar, tal vez dos o tres orgasmos más, haría que su pequeña dejara de tener vergüenza. Si Minjeong minutos atrás se quejaba de las marcas ahora se tendría que quejar del dolor que le provocaría caminar.
Sacó sus dedos de la boca de la mayor y los llevó a la suya, cuando Minjeong hacía eso le resultaba tan caliente, pero ahora que era ella la que llevaba el control se le hacía mucho más excitante. Los chupó y largó un gemido, se acomodó sobre Minjeong una vez más y le dió un beso corto.
— Minjeong ¿Seguimos? —dijo inocentemente, Minjeong la miró a los ojos rápidamente.
—¿Seguir? — Yizhuo volvió con su labor de acariciar el cuerpo de la mayor — Creo que fué suficiente y— se cortó cuando la pelinegra comenzó a lamer su pezón nuevamente— Mierda, mierda, mierda—
— ¿Qué es esa bocota Minjeong?— se levantó— Minjeong — comenzó mientras bajaba su mano al sexo de la mayor de nuevo— Me suelo preguntar por qué te pones en el papel de activa y controladora cuando ambas sabemos que eres mucho más sensible que yo. — Minjeong luchaba con mirarla mientras jadeaba y solamente quería cerrar los ojos y disfrutar.
—Es mejor cuando te lo hago a tí— contestó.
—¿Sí? Pues hoy las cosas son diferentes así que, ¿Dónde está ese juguete que usas conmigo? — Yizhuo salió de la cama y fue a buscar en los cajones.
—No, Yizhuo, mierda eso no— Minjeong se levantó detrás de ella. Yizhuo reía.
—Oh, aquí está. — alzó el vibrador con el que tanto Minjeong la había torturado— A la cama, Kim— mandó, le encantaba tener el control, definitivamente tenía que ser así más seguido.
—Pero— Yizhuo la miró seriamente.
—Creo que ambas sabemos que esto es mejor que las esposas— alzó una ceja, sonrió en su interior sabiendo que ahora tenía algo con que amenazar a la mayor.
—Carajo, Yizhuo — se dió la vuelta para volver a la cama— por lo menos desnúdate, no es muy cómodo el roce de tus pantalones— la pelinegra rodó una vez más los ojos y se sacó las únicas prendas que tenía. Se dió la vuelta y agarró el pequeño control del vibrador.
Caminó hacia la cama y se posicionó arriba de Minjeong, bajó hasta sus labios y comenzaron un beso duro, luchando por el control del beso. Se separaron por la falta de aire y Yizhuo volvió al cuello de la mayor, Minjeong le acariciaba la cabeza mientras jadeaba. La azabache siguió bajando hasta llegar a sus pechos, contorneó el pezón con su lengua y chupó, los quejidos de Minjeong eran cada vez más fuertes. Antes de continuar su camino se aseguró de dejar algunas marcas en sus senos.
—Mmh...— jadeaba Minjeong. Yizhuo bajó por su abdomen, dejando pequeñas chupadas y besos. Llegó a su centro, empapado nuevamente y sonrió, antes de pasar su lengua por ahí acarició un poco con sus dedos —Ning~ mhm— la pelinegra alzó la mirada y la vió agarrando la almohada detrás de su cabeza, sonrió, estaba haciendo un buen trabajo.
Dió una lamida antes de concentrarse en succionar el clítoris, los gemidos de Minjeong aumentaron, metió dos de sus dedos nuevamente y empezó a bombear dentro y fuera.
—Ahh Ning, si...— siseó la mayor, sus manos estaban apretando fuertemente la almohada, con su espalda arqueada. Sintió como Yizhuo sacó sus dedos de su interior y se quejó.
La china tomó el vibrador y lo fue metiendo lentamente, alzó su cabeza para ver a Minjeong, cuando se aseguró que estaba dentro completamente tomó en control y subió hasta la boca de la pelirroja, comenzando otro beso lleno de gemidos ahogados y cuando Minjeong menos se lo esperaba prendió el juguete.
—¡Ah! Mmh, Ningning—mmh— Minjeong bajó los brazos y cerró sus manos sobre sus pechos, se sentía fallecer y sabía que aún no estaba en la potencia más alta. Yizhuo la miraba con admiración, como si esa rubia que masajeaba sus pechos con una capa de sudor, el cabello desarreglado, cuello lleno de marcas y piernas flexionadas fuera la obra de arte más bonita, y muy lejos de la realidad no estaba, ver a Minjeong en esas condiciones era lo mejor de la vida.
Se sentó a un costado de Minjeong, solo quería verla. Minjeong estiró su brazo hacia ella.
—Dame el control— exigió, la china rió, y hasta ahora creía que se lo iba a dar.
—No.
— Yizhuo ¡Mierda! — gritó al sentir como las vibraciones subían de intensidad. Y entonces la pelinegra le subió más, 4 de 7 niveles, si, estaba bien con eso por el momento. Minjeong solo gemía y largaba quejidos, tenía sus uñas enterradas en sus muslos.
Yizhuo solo la miraba jadeante, la miró fijamente por lo que creyó fueron cinco minutos, cinco minutos llenos de placer para la rubia que nuevamente estaba al borde del orgasmo, sujetando sus muslos por debajo que ahora estaban a la altura de sus pechos. Y entonces sus gemidos se hicieron mucho más fuertes, los espasmos la comenzaron a invadir.
—Ning~ me mmh me corro, Yizhuo — y subió aún más la intensidad, en 7, la coreana gritó fuerte mientras sus caderas se sacudían brutamente, había llegado al segundo orgasmo de la noche. Seguía tan sensible, pero al parecer Minjeong no tenía intenciones de apagar el aparato —Amor— lloriqueó— Basta amor, no puedo más— la miró suplicante.
—Si puedes— claramente Yizhuo no lo apagaría, Minjeong hizo el amague de quitárselo, pero la pelinegra quitó su mano. —Quieta. ¿Recuerdas cuando yo te suplicaba, Minjeong, lo recuerdas? No parabas hasta que se te diera la gana y ahora es mi momento de hacerlo— Minjeong no había parado de lloriquear y largar gemidos, era tan sensible, ambas lo sabían.
Yizhuo llevó una mano al clítoris de la rubia mientras la besaba, estaba tan sensible que sabía que iba a tener otro orgasmo en cualquier momento, más no espero que la mano de Kim se vaya a su centro, haciéndola gemir fuerte.
—No haz tenido ningún orgasmo, amor— Minjeong la miró.
—Estoy bien, así— jadeó.
Ambas estaban completamente al borde del orgasmo, Minjeong sentía que iba a morir al ser este su tercer en la noche. A Yizhuo no le tomó mucho tiempo correrse mientras la mayor la penetraba.
—Jeongie... Me vengo... mmh— y en cuanto Minjeong sintió el orgasmo de la azabache golpear contra sus dedos se corrió fuertemente, sus caderas se alzaron con violencia mientras gemía fuerte.
—Apágalo, Yizhuo, apágalo— sujetó el brazo de la pelinegra. Yizhuo tomó el control y lo apagó. Minjeong se relajó. — Eso... Eso fué genial— le sonrió a Yizhuo.
—Ven, te lo voy a sacar— le ayudó a sacarse el vibrador y luego subió para darle un beso, se quedaron abrazadas hasta que sus respiraciones se calmaron— ¿Te puedes parar? Vamos a la ducha— se burló la azabache y Minjeong la miró mal.
— Yizhuo, hoy no porque estoy cansada, — la pelinegra largó una carcajada— pero me las vas a pagar— dijo mientras se levantaba de la cama.
—Con gusto— la siguió Yizhuo. Cuando llegaron al baño Minjeong se miró al espejo.
—¡Ning Yizhuo, mira lo que has hecho! Carajo, esto no se va a tapar con maquillaje— se quejó, la menor rió y le dió un pequeño beso en la mejilla.
—Vamos al agua, luego te quejas.
¡gracias por leer! ૮ ˶ᵔ ᵕ ᵔ˶ ა
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