ㅡ KyungSoo, hijo, ven aquí. ㅡ GeongHan habló suavemente, desde el sofá de la sala de estar, diciendo el nombre de su único hijo varón con un toque de amor y ternura, pero se notaba cansado.

El pequeño sonrió inocentemente en su dirección, y caminó obediente hasta él. Sonrió con alegría cuando la conocida colonia de su padre con olor a menta llegó hasta sus fosas nasales.

ㅡ ¿Si, papá? ㅡ Le preguntó inquisitivo, curioso por saber lo que su padre quería hablar con él.

Normalmente él acariciaría su cabello con una de sus manos, y le daría consejos para afrontar su día a día. Luego de su pequeña charla ambos harían bollos caseros −KyungSoo teniendo que ayudar en muy pocas cosas, como traer la harina o amasar junto GeongHan pues aún no tenía la edad suficiente como para tener algún contacto con el fuego− y los comerían entre charlas amenas. Contarían pequeñas cosas que harían de todo un ambiente familiar.

Aquel día no era como los otros.

KyungSoo podía sentirlo. Y aunque sólo fuera un infante, los niños podrían ser de todo menos tontos. Podía obsevar como los ojos de su padre ya no desprendían ese cariño y felicidad hacia la vida como días antes.

ㅡ Quiero contarte una historia, pequeño Soosie.

ㅡ ¡Sí! ㅡ Dijo con pura emoción, contento pues su padre rara vez le contaba alguno de sus geniales cuentos. Se levantó de su asiento, y se acomodó en el suelo, estando así de frente a su papá, teniendo que elevar un poco su cabeza para poder verlo a los ojos.

ㅡ Érase una vez, en un pueblo muy lejano, dos hombres que inocentemente estaban enamorados. Estaba habitado por pocas personas, y la mayoría era infeliz, excepto por Han y Yigyo. El amor que ellos ese tenían era fuerte e inquebrantable, a pesar de que ambos fueran hombres. ㅡ Volvió a hablar GeongHan, mirando con una extraña tristeza hacia su hijo menor. Su voz era grave y, extrañamente, se oía dolorosa.

Era una carga de emociones muy pesada.

KyungSoo miró con confusión hacia su padre.

ㅡ Pero, papi... los hombres no pueden gustarse. ㅡ Le habló, confundido ㅡ. Mamá dice que eso está ma-

ㅡ No importa si es mujer u hombre, hijo. Lo que debe importar es la persona que hay dentro. ㅡ Aclaró su padre, con una dejo de enojo en su voz.

KyungSoo cerró su boca, y siguió escuchando en total silencio, atento a las palabras de su padre.

ㅡ Nadie quería hablar o acercarse a ellos, pues todos allí creían firmemente que una persona nunca podría salir con alguien de su mismo sexo, y eso puso tristes a Han y a Yigyo. ㅡ Por un momento se detuvo, y el pequeño Do vio como su papá parecía estar recordando algo.

ㅡ ¿Papi?

ㅡ Ellos eran felices en su propio mundo... ㅡ Siguió GeongHan, sin prestarle atención a su hijo ㅡ. Se tenían el uno al otro, el mundo era colorido si estaban juntos, sus corazones saltaban de alegría al verse a los ojos, y ver en ellos a la persona que más amaban en ese mundo... Hasta que volvían a la realidad, una que no perdonaba y mataba en vida a todos aquellos que fueran diferentes al resto. Fue así como poco a poco las cosas para Han y Yigyo se fueron oscureciendo.

KyungSoo se alarmó cuando vio que su padre comenzó a sollozar, pero algo dentro suyo le aconsejó quedarse en su lugar.

ㅡ N-No tuvieron opción, y debieron terminar con su relación por la fuerza. Sus familias nunca los apoyaron al momento de decir que era lo que querían... E-Estaban solos en ese cruel mundo, y aunque se tuvieran el uno al otro, el universo conspiraba en contra de su incondicional y verdadero amor.

Poco a poco GeongHan se fue desmoronando, y ésta vez KyungSoo actuó.

ㅡ ¡Papá! ㅡ Gritó él, asustado ya que nunca lo había visto llorando. Aunque no tuviera fuerza, intentó sostener a su padre.

"Los hombres no lloran".

"El hombre nació para la mujer, y viceversa".

"Las personas que gusten de su mismo sexo están enfermas".

Aquellas palabras se quebrantaron en la mente de KyungSoo.

Cuando logró entender el punto al que su padre quería llegar, en su garganta un nudo se creó.

ㅡ Yigyo abandonó a Han, y nunca más volvieron a encontrarse... ㅡ Siguió GeongHan, sin aliento, su pecho doliendo ㅡ. Hasta el día de hoy aún Han lo sigue buscando... pero Yigyo se fue para no volver más.

KyungSoo abrió sus ojos, con gran sorpresa.

ㅡ ¿Él...?

ㅡ Sí, KyungSoo. Shin Yigyo murió, y ahora el que está muerto en vida es Do GeongHan.