Akutagawa había entrado al aula, viendo algo extraño. Miushi descansaba en el mueble, o más bien, estaba tirada. El de ojos grisáceos decidió ignorarla como siempre hacia, esperando a su compañero. Se sentó con libro en mano y decidió actualizar sus hojas

Los minutos pasaron, las horas del club terminaban y la chica en cuestión no se había movido en absoluto. Suspiro agobiado, la chica era un escándalo total.
Cerró su libro y se acercó a la chica, golpe su cabeza con el libro y fue cuando la alumna subió su mirada — Akutagawa-sensei eso fue cruel — mencionó tallando su cabeza

— parecías estar realmente dormida
— no lo estaba
— bien, habla
— no quiero

El mayor la miro mejor, notando un moretón en su rostro — ¿peleando de nuevo? — la chica dio un respingo — ¿porque peleaste ahora?

— ese chico
— ¿Osamu de nuevo? — suspiró — ¿ahora porque pelearon?
— Él volvió a decir que mi escritura jamás llegará lejos, y que el sería como usted sensei, pero yo le aseguré que no hay nadie más grandioso que usted

Akutagawa acarició el cabello de la chica — ¿como va tu historia?
— horrenda
— ¿la revisamos juntos?
— ¿puede?
— claro

Atsushi miro a ambos desde la puerta Akutagawa revisaba los escritos mientras jalaba la mejilla de Miushi.

— Nakajima-sensei, creí que le urgían los medicamentos
— bueno, es que me quede viendo algo tierno
— tardó demasiado vendando al joven Osamu. Debería darse prisa
— Oh es que Akutagawa-sensei ya trató la herida
— entraré a revisarla
— Yosano-sensei, -le detuvo- y si le invitó un café
— sospechoso... - suspiró - quiero un pastel también
— por supuesto

La doctora se fue y Atsushi sonrió, a veces solo había que dejarlo en manos de su gran compañero.

...
Este capítulo fue basado en un sueño que tuve. Espero lo disfruten

¡Gracias por leer!