Capituló 18
Me revuelvo el cabello mientras las primeras gotas comienzan a caer, de pronto un dolor punzante me revuelve el estómago y se complementa con la sensación de mal presagio.
Aún peor es el hecho de que Jisung no haya contestado mis últimas llamadas.
Se suponía que debería haberme llamado luego de marcharse la noche anterior pero mi celular sigue con la casilla mensajes vacía y aún peor es aquel mensaje que llego esta mañana de un número desconocido portando un mensaje en blanco.
De repente noto de un movimiento al alzar mi cabeza como las patrullas de policía se habían estacionado fuera de la universidad y eso termina por dejarme sin el último gramo de aliento en mi cuerpo.
¿Qué está pasando?
¿De qué me perdí?
— Profesor Lee Minho — se dirige a mí un oficial con una pequeña libreta y un bolígrafo en manos, y de nombre Shin Ryujin — ¿Le molestaría contestarnos algunas preguntas?
— Sí. ¿Sobre qué? — Indago cauteloso.
— Sobre la desaparición de un alumno — responde Ryujin para luego aclarar — Han Jisung.
2 días antes.
El apareció unos segundos después de que Jisung abandonara mi oficina, con una sonrisa triunfal en el rostro y un nuevo lápiz labial color carmín.
Y pensé de inmediato en que cuando me abandonó creí que no podía odiarlo más de lo que lo hice, increíble que hoy se haya superado así mismo cuando me alejó de la única persona que me importaba en esto.
— ¿Cómo está el chico? — preguntó soberbio y una sonrisa le inundó el rostro — Ya encontrará alguien más, el mundo es enorme para pequeños oportunistas.
Saqué todo de mí para no gritarle que se vaya a la mierda, pero debía ser más listo que esto entonces fingi una vez más y le di una media sonrisa.
— Estará bien... — caminé hacia el y lo tomé por la cintura — Tenías razón, sólo estaba siendo orgulloso.
Félix rió y reposo sus manos en mi pecho.
— Lo sabía. Te conozco — dijo feliz.
Respiré hondo.
— Hice una reservación en aquel restaurante que te gusta para esta noche. Quiero que estés allí a las 7, podríamos ver como sigue todo esto — le avisé y me aparté — Ahora ve, tengo que trabajar en algunas cosas.
Al verlo partir me adentré en mi oficina y saqué mi celular para llamar al restaurante, no había tal reservación y aquel comentario sólo me dio tiempo para pensar en como hablar con Jisung.
Fingir que lo quería y que había ganado, era lo más listo que se me ocurrió para pensar mejor en como sacarlo de mi vida sin que afectara todo lo que era mi vida o la vida de la persona que realmente quería.
Si conocía a Félix, y lo conocía, no es que estaba tan enamorado de mí simplemente no soportaba perder frente a alguien más.
Como era de esperarse, cuando colgué al restaurante, decidí llamarlo pero el no atendió. Era obvio que si quería que me escuchara, debía hablar en persona con el así mismo como era obvio que no podía sólo ir a su casa e increparlo.
— ¿Por qué todo tiene que ser tan malditamente complicado?
Luego de una cena llegué a casa hecho polvo, Félix estaba en su hotel y no podía evitar pensar que fue un castigo la noche entera y en las mil excusas que tuve que inventar para que no viniera esta noche.
Luego de una ducha corta, y ponerme algo cómodo me recosté en mi cama y alcancé mi ipad para revisar Facebook, me había hecho una cuenta sólo para tener algo de información sobre Jisung pero para mí desgracia todo de el estaba en privado.
La buena noticia es que Jungkook, quien conocía era algo así como su amigo, no era igual de hermético y terminé enterándome de que esta noche irían a club en el centro y que aparentemente estaban muy emocionados.
Todo eso me olía a desconfianza sobre todo cuando tan sólo hace unas horas Jisung estaba deshecho como yo justo ahora.
Una vez más lo llamé pero no atendio.
Así pasaron las horas en las que seguía con el insomnio intacto repensando en cómo hacer que Jisung me perdonara y que Félix me dejara en paz a mí y a el.
No conseguí dormir y las horas se fueron como por arte de magia, cuando noté en mi reloj de mesa que eran las 3:40 de la madrugada y yo aún me sentía como si no fuera a dormir en un largo tiempo decidí cerrar los ojos con todas mis fuerzas para así aunque sea engañar a mi cerebro.
Volví a marcar su número pero el no contestó, incluso aunque el tono de marcar sonó largo y duradero por unos minutos, era obvio que Jisung no sólo no quería contestar sino que deseaba que yo esperase en la línea el tono desaparecer y ser reemplazado por su voz.
Nunca sucedió.
En respuesta la pantalla de mi móvil se iluminó por una llamada entrante y tan rápido como contesté ni siquiera pude ver de quien se trataba.
— ¿Jisung?
— Parece que siempre vas a tener esperanza en los casos perdidos — habló Félix con vivacidad, para ocultar su evidente frustración — No, amor. Soy yo... tu esposo.
Quería morir.
— Es que recibí un mensaje de el más temprano por eso creí que... Quiero dejarle en claro que ya no hay nada entre nosotros — mordí mi labio inferior.
Que montón de mentiras.
— Me alegra que hayas podido ser honesto contigo mismo. Ese muchacho probablemente está follando con alguien en estos momentos y tú ya no significas nada para el.
Fue suficiente para mí y corté la llamada.
No necesitaba más de esto y si el quería lastimarme lo logró en segundos.
Sin siquiera intentarlo.
Mi móvil volvió a sonar y cuando contesté con la rabia revolviéndome la sangre, mi respiración se disparó al igual que mi pulso.
No había voz, tan sólo una música muy alta en el fondo y supe de quien se trataba aunque el número era desconocido
— ¿Jisung?
Nadie habló. Así que volví a insistir.
— Por favor, yo sé que no lo entiendes pero es más difícil de lo que piensas. Te amo y eso es lo único que necesito que sepas por ahora — respondí.
— Profesor... Es agradable hablar con usted — contestó una voz que evidentemente no era la de Jisung.
Joder.
— Jungkook — hablé con un hilo de voz.
— Mire, yo no voy a juzgarlo — se escuchó como si estuviera yendo a un lugar más calmado — Yo entiendo que no siempre las cosas salen como uno quiere y es difícil de entender para los demás.
— Sí... ¿Qué sucede? — no sabía que decir.
— Jisung... Bebió un poco de más y estaba todo normal porque pensábamos ir a casa pero cuando fui al baño el desapareció. Lo busqué por todo el lugar y cuando pensé que se había ido lo encontré con Seungkwan — su voz parecía muy nerviosa.
— ¿Quién?
— Claro, usted no tiene idea — respondió dándose cuenta y explicó — El es una escoria, fuimos juntos a la secundaria y era conocido por venderle drogas a los chicos de grados inferiores. El arruinó muchas vidas, también estaba obsesionado con Jisung, el nunca le había correspondido pero hoy tomó de más y está a punto de irse con él no sé a que lugar y ya no sé como retenerlo. El me habló sobre lo que tenía con un tal MinMin pero nunca imaginé que era usted, sólo llamé a ese número en su móvil.
— Pásame la dirección ahora. Voy para allá.
— Está bien.
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