Capítulo final

Camus miraba un gran cambio en Milo, lucía con una sonrisa que irradia y lo notaba un poco más distraído.
Las veces que trataba de hablar con él simplemente no le prestaba atención.

- ¡Milo!

En ese momento Antares dio un pequeño sobresalto, su mente estaba recordando lo bien que se la ha pasado disfrutando de las mieles de la vida, ya no ha podido concentrarse hasta en ocasiones pierde la razón.

- ¿Qué?

- Desde hace algunos días has estado muy distraído... ¿Todo está bien?

Milo lo miró de reojo, y le regaló una sonrisa.

- Claro que si, además jamás me había sentido tan pleno.

- ¿Donde andas metido bichito travieso? - Cuestionó Camus con burla.

- Camus... - Titubeó un poco nervioso - ¿Es malo tener uno que otro encuentro casual con alguien?

En ese momento el galo terminó de doblar las toallas limpias - En que sentido Milo.

- ¿Relaciones sexuales? - Preguntó apenado.

En ese momento el joven galo no pudo evitar reírse, después colocó una mano sobre su hombro para poder darle su respuesta.

- Milo, hay personas que ven los encuentros casuales como malo, como una falta de respeto y hasta estigmatizan el hecho de tener algún encuentro con alguien más... Sin embargo si todo es mutuo y sin meter los sentimientos... Claro que es normal interactuar con alguien para satisfacernos, además es algo que se disfruta libremente y te sirve para conocer más a fondo tus gustos y también experimentar nuevas sensaciones.

- Parece que sabes mucho de ello - Le respondió con una mirada burlona.

- Bueno... Yo... - Camus se quedó callado por unos momentos - Yo también tengo lo mío, con eso te digo todo... Pero ya no perdamos más el tiempo y llévate estas toallas a su lugar - Contestó con un ligero sonrojo en sus mejillas.

- También tienes lo tuyo ¿Eh?

- Claro que tengo lo mío... Pero no se lo digas a nadie - Después de decirle esto le regaló un guiño y salió de esa habitación dejándolo solo con aquellas palabras que le alimentaron aún más sus ganas de seguir recordando todo lo que ha pasado con Le Roux y Metaxas.

El tiempo transcurría de manera lenta, Milo estaba totalmente aburrido jugando con algunos inciensos que estaban prendidos para armonizar el ambiente, mientras esperaba la hora de salida pudo ver a Camus subiendo al auto de Kanon y en los asientos traseros se encontraba sentado el hermano gemelo mayor, los tres parecía que se llevaban mucho de maravilla más en el momento que Saga le mandaba indirectas al galo y a Kanon parecía no molestarle. Ahora comprendía a lo que Camus se refería.

- Creo que ya entendí - Comenzó a reírse y nuevamente dejó la varita de incienso en su lugar.

Sin embargo un mensaje llegó a su celular, lo sacó de su bolsillo y lo desbloqueó para ver de quien se trataba.

En cinco minutos nuestro chófer pasará por ti.

- ¿Degel? - Cuestionó Milo asombrado después de leerlo, nuevamente guardó su celular en su bolsillo y se fue a recoger sus pertenencias, pasó a despedirse de los demás y salió del centro de masajes para esperar ese auto que lo llevaría a la casa de Kardia.

En verdad que le emocionaba todo lo que había pasado con ellos dos, no podría pasar nada malo después de todo Kardia fue muy directo y solo le pidió una cosa, esa era que no se dejara llevar por los sentimientos y tenía toda la razón. Milo disfrutaba de una relación casual y eso era todo.

Un auto negro se estacionó frente a él, el chófer se bajó y le preguntó su nombre, acto seguido le abrió la puerta trasera para que subiera.
Después de un largo rato, llegaron a la casa de Metaxas, le dieron la indicación que lo esperaban en la recámara del joven Degel y así lo hizo.

Al entrar a la habitación cerró la puerta y se acercó al tocador para dejar sus pertenencias.
Sin embargo a los pocos segundo salió Degel del baño portando únicamente una bata de color rojo, ante esto Milo se sonrojó al instante, su mirada recorría con detenimiento su  cabello largo y verde con unas ligeras ondas cayendo por su espalda. Aquella bata dejaba ver perfectamente su silueta  definida y atractiva para cualquiera que lo mire.

- ¡Demonios, ahora envidio a Kardia! - Pensó mordiéndose el labio sin dejar de perderse en la belleza de Degel.

- Me alegra tanto que estés aquí Milo - Saludó Degel regalándole una sonrisa y se acercó para poder estrecharlo en un abrazo.

- Bueno, ya estoy aquí... ¿Que es lo que necesitas? - Cuestionó tomando a Degel de los brazos para poder verlo de frente pero sus ojos zafiro se posaron en los labios del contrario tan suaves que invitaban a ser besados pero ahora el que comenzaba a estremecer era él.

- Claro que te necesito a ti - Se acercó a su oído para susurrarle, después lo tomó de su chaqueta negra y con una mirada pervertida lo llevó hasta el colchón, de un movimiento repentino lo aventó y Milo quedó totalmente acostado en la cama mientras Degel se acercaba lentamente para poder desabrochar su pantalón.

De pronto una tercera voz se coló en ese habitación haciendo que Milo se asustara un poco.

- Debo estar muy loco para ver esto - Contestó Kardia entrando a la habitación observando lo que estaba por ocurrir.

- ¿Y porqué mejor no te unes? - Cuestionó Milo sin pensar, de manera inmediata se llevó sus manos a la boca por lo que acababa de decir.

En ese momento Kardia cerró la puerta, le colocó el seguro y dejo su maleta a un lado para poder tomar asiento en el sillón que tenía frente a la cama.

- Es buena idea... Pero mientras quiero observar - Contestó Kardia retirándose lentamente su corbata y mirando con lujuria a su pareja y a Milo. Quizá estaba loco pero desde hace mucho tiempo atrás su mayor fantasía era ver como Degel estaba con alguien más y es por ello que accedió a lo que Degel también buscaba.
Sonrió con malicia al recordar que fue él quien mando a poner cámaras en su habitación con tal de ver ese momento que tuvo Milo y su pareja semanas atrás.

Degel terminó de retirarle sus prendas a Milo.
En ese momento el joven Antares se incorporó del colchón  y tomó a Le Roux de la cintura para comenzar a besarlo, al principio lo hacía de manera torpe porqué tener la mirada intimidante de Kardia sobre ellos era algo incómodo.

Ese beso se intensificó aún más cuando Milo pasaba sus manos en su cuerpo levantando poco a poco esa bata acariciando sus piernas, esto hizo que Degel se estremeciera ante el tacto del contrario, podía sentir una corriente viajar desde su vientre hasta todo el cuerpo experimentando agradables espasmos.

Poco a poco le retiró la bata de un solo jalón ante la mirada atónita de Kardia quien los observaba con detenimiento sientiendo las reacciones que le provocaban ellos dos mientras se quitaba la camisa de manera desesperada.

- Quería verlos... Pero ya no aguanto más - Respondió Kardia con la voz ronca acercándose a ellos completamente desnudo.

Degel se sobresaltó ante el contacto de ellos dos, experimentaba una nueva sensación justo en el momento que aquellas manos fuertes recorrían su piel sin pudor. Su cuerpo temblaba, emocionado ante lo que estaba por ocurrir.
Kardia se colocó detrás de Degel y comenzó dejando un camino de besos en su espalda, sin previo aviso Milo lo tomó de su rostro y comenzó a besarlo de manera más demandante adentrándose más a su boca arrancando espasmos que lo hacían arquear de placer sumando a ello los besos de Kardia que bajaban hasta su cintura.

- ¡Ah! - Gimió Degel sintiéndose en el mismo cielo, su cuerpo se tensó en el momento qu Antares se acercó para tomar su miembro y llevárselo a su boca.

Kardia se dio a la tarea de tomar las nalgas de su pareja y abrió poco a poco para adentrarse en esa zona donde se daba el gusto de saborear aquel escondido lugar.

Tenerlos de esa manera lo estaba volviendo loco, Degel cerraba sus párpados con una sonrisa de placer... Después de todo obtuvo lo que quería, porqué sabía que Kardia no se negaba ante lo que él pidiera.

Kardia se levantó y le hizo una pequeña seña a Milo para que hiciera lo mismo.
Antares se acostó, tomó de la cintura a Degel para que pudiera sentarse sobre él. Podía sentir como la punta de su miembro rozaba con la entrada del francés quien gemía ante el tacto húmedo, de un movimiento repentino Milo dejó entrar su palpitante miembro en ese cálido interior que se amoldaba perfectamente.

Milo colocó sus manos a su cintura y comenzó a moverlo despertando sensaciones placenteras a Degel.

- ¿Te gusta? - Susurró Kardia cerca del oído de su pareja pasando la punta de su lengua por todo su cuello.

- Yo... Sí - Respondió con la voz agitada sin interrumpir los movimientos de Milo.

Kardia giró levemente el rostro de su pareja para poder besarlo mientras que con su mano diestra tomaba el falo de su amado francés y comenzaba a estimularlo sin romper ese vaivén.

En ese momento Antares le hizo una seña a Kardia para que se detuviera un poco, le ayudó a Degel a salir por unos momentos y después se levantó él para ponerlo en cuatro y de esta manera le diera también atención Kardia.

Milo nuevamente entró en ese cálido lugar para seguir con esa labor arrancando gritos y gemidos por parte del francés.

- Shhh...  tu hermosa boquita debe tenerme.

Kardia no le dio tiempo de hablar a su pareja, de manera repentina  tomó su miembro y lo introdujo a su boca tomándolo del cabello para poder seguir en la labor de meterlo y sacarlo.

Las sensaciones que los tres sentían eran indescriptibles y eso Degel lo disfrutaba porqué Milo lo trataba con una suavidad única y Kardia con fuerza ambos disfrutando de ese francés que ahora poseían.

- ¡Oh Degel! - Gemía Kardia sin romper ese oral pero se encendía aún más cuando su pareja lo estimulaba con sus manos.

- ¡Degel... Eres una delicia - Gritó Milo subiendo las embestidas con fuerza.

Nuevamente Kardia tomó a su pareja y lo ayudó a levantarse, a modo de seña le indicó a Milo que se acostara nuevamente y volviera a la posición que se encontraba en un principio.
Esperó que Le Roux se acercara a él y lo tomó de la cintura para ayudarlo a entrar.

- ¿Qué quieres Degel? - Preguntó Kardia con la voz excitada pasando su lengua por todo su cuello y bajando de manera tortuosa hasta su hombro dejando una gran marca.

- ¡Ah...! M... Mételo -  Respondió intentando articular sus deseos - Yo... Quiero sentirlos.

- ¿Eso quieres? - Kardia comenzaba a jugar con su paciencia.

Pero Degel cegado ante tanta sensualidad desbordada simplemente asintió.

Metaxas tomó su miembro, colocó un poco de lubricante hasta dejarlo totalmente listo para entrar.

- Bien... Ahora nos sentirás.

Degel no tuvo oportunidad de responder solo en ese instante observó como Antares y su pareja se daban miraban uno al otro como cómplices y ambos se adentraron juntos a ese cálido interior.
Su cuerpo estaba totalmente cubierto de sudor  y él entre ellos dos, cuando sintió como los dos invadían su interior no pudo evitar enterrar sus uñas en el torso de Milo.

Apenas logró acostumbrarse al tamaño de ambos,  quedándose quietos por unos momentos.
Se podía escuchar el palpitar unísono de los tres, un torrente de sin fin de sensaciones indescriptibles al sentir dentro de su cuerpo a esos dos hombres que lo volvían loco, entraban y salían a su gusto.

Ese vaivén se volvía aún más intenso  y esos dos hombres hacían sus embestidas más fuertes acompañados de aquellas respiraciones agitadas cada uno gritando y gimiendo a causa del placer que los cegaba.

Degel sentía como su cuerpo experimentaba espasmos, las manos de Milo apretaban su cadera y por parte de Kardia se ganaba una nalgada.
Segundos después se estremeció al sentir como su interior se llenaba completamente con ese elixir blanquecino de ambos, no aguantó más y se liberó entre su vientre y el de Milo.

Poco a poco se fue relajando mientras dejaba caer su cabeza en el pecho de Milo mientras que Kardia acariciaba su espalda.
Dirigió su mirada al espejo y sonrió porqué ellos dos lo llevaban hasta la cima del cielo...

Sin embargo ser callado y serio servía para disimular muy bien lo que realmente le gustaba y ese era...

Tener la atención de ellos dos.

Sabía que Kardia no accedería tan fácil y por ello se lo insinuó, también se dio cuenta de la cámara porqué se la pasa cuidando sus pasos.
Antares le llamaba la atención porqué no le quitaba la mirada de encima, amaba esto porqué...

Siempre obtenía lo que quería.

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Ahora si acabé con la poca inocencia que me quedaba jajaja espero que les haya gustado y ahora si después de quitarme las ganas de escribir esto que salió más que nada por la curiosidad por mi historia de Escondidos 😅😅😅 les mando un abrazo los quiero nos leemos en mis demás historias.
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