Capítulo cinco

Una sonrisa tonta se le podía ver a cada momento, dicen que el sexo termina siendo muy beneficioso pero el que terminó mucho más relajado había sido Milo.
Kardia sacó otro cigarrillo más mientras disfrutaba de estar acostado con Antares compartiendo el mismo momento.

— ¿Te confieso algo? — Cuestionó Kardia dejando escapar un poco de humo entre sus labios.

Milo se incorporó un poco de ese sillón para seguir escuchando a Metaxas.

— Por unos momentos pensé que no accederías a esto.

En ese momento Milo se quedó sorprendido ¿En que momento accedió? Las miradas intimidantes de Kardia lo hicieron doblegarse y dejarse llevar a algo que terminó disfrutando.

Eso era... Cedió ante Kardia y ahora se dio cuenta que con Degel pudo disfrutar de un encuentro tranquilo donde él podía hacer con Degel lo que más deseaba mientras que con Kardia fue totalmente diferente  una pasión llevada a otros extremos que lo llevaron sucumbir a ese encuentro inesperado.

— Sinceramente pensé que estarías molesto por que me acosté con Degel.

— Tienes suerte que Degel habló de ello, de lo contrario si las cosas no hubieran sido así ten por seguro que yo hubiera buscado desquitar mi molestia contigo — Respondió Kardia en un tono con altivez.

Ante eso Milo nuevamente comenzó a sentirse nervioso sin embargo siguió escuchando la plática de Kardia.

— Sin embargo desde hace mucho tiempo, entre mi pareja y yo se presentó la oportunidad de hablar sobre nuestros encuentros. Como te diste cuenta a mi me gusta hacer las cosas a mi modo mientras que Degel puede ser sumamente accesible a todo. Él fue quien me dio la idea de dar un giro inesperado, siempre que salía al centro de masajes me platicaba que había cierto muchachito que no le quitaba la vista de encima.

Milo se asombró ante esto porqué después de todo había sido muy evidente que se dieran cuenta en la forma que observaba a Degel.
Era imposible no perderse en esa belleza  de cabellos verdes, a cualquiera le llamaba la atención Le Roux, lindo y delicado. El movimiento de su cadera al caminar...
Recordaba sus manos finas y delgadas recorrer su piel, el momento en el que sus miradas se cruzaban ansiando querer seguir deleitándose con esa fruta prohibida, sin duda lo tenía atrapado y sin salida viviendo sus fantasías.

Pero la voz de Kardia interrumpió sus recuerdos.

— ¿Escuchaste lo que dije? — Preguntó Kardia alzando una ceja al darse  cuenta que Milo se encontraba en la completa distracción.

— No del todo — Respondió apenado.

Kardia se levantó de ese sillón para poder sacar una botella de vino que tenía guardada en uno de los estantes.
Dirigió su mirada a las ventanas, la noche había llegado.
Ahora se daba cuenta que Degel y él tenían gustos muy peculiares, sin embargo no pudo evitar morderse el labio al ver su cuerpo desnudo, si con traje se veía atractivo, sin ropa sencillamente aún tenía más ganas por desearlo nuevamente.

— Te propuse un trato.

Milo salió de esos pensamientos después de mirar a Kardia con ese cuerpo esculpido por los mismos dioses.

— Te escucho.

El señor Metaxas se acercó con la botella de vino abierta y dejó caer un poco sobre la piel del contrario.
Milo al sentir ese líquido frío comenzó a experimentar una corriente que recorría su cuerpo.

— Sin explicaciones, sin ningún contrato y sin condiciones podrás disfrutar de mi Degel así como yo deseo tenerte por puro placer.

En donde había llegado Milo, una oferta tentadora donde solamente toda esa tensión sería arreglada en la cama con uno, con el otro... Quizá con ambos.
Daba gracias al cielo que no tenía pareja de lo contrario esta noche lo hubieran mandado a dormir en la calle.

— Kardia —  Susurró Milo, nuevamente esa mirada intimidante comenzaba a sonrojarlo de inmediato.

Justo en ese momento Kardia nuevamente se acercó a su cuerpo delineando con la punta de su lengua en su vientre donde había dejado caer un poco de vino, esto hizo que Milo curveara su espalda, Metaxas lo tomó nuevamente entre sus brazos para seguir deleitándose con su cuerpo.

— No tiene sentido que oculte estas ganas que tengo por volver a poseerte — Respondió mordiendo su cuello dejando marcas muy notorias, después levantó su mirada cargada de deseo y llevó su pulgar a los labios del contrario delineando de manera tentadora — Incluso es hasta pecado lo que quiero hacer...

Ese par si que lo hacía ceder a la locura, Metaxas era impulsivo, orgulloso, egocéntrico... ¿Atractivo? Sí atractivo y muy sensual.
Por lo que notaba Kardia era mucho más experimentado que él. Sus dedos largos recorrían su piel una vez más tentando en caer nuevamente en el pecado.
Él dijo que le gustaba ir directo al punto y daba a relucir su personalidad explosiva.

De un movimiento repentino Milo rodeó sus brazos en el  cuello del contrario y se acercó a su oído.

— Si estoy cediendo es porqué así lo deseo, porqué quiero y porqué quiero jugar de la misma manera como ustedes dos lo hacen conmigo.

— Solo hay una regla muy importante en este juego sin censura entre los tres — Respondió con la voz ronca tocando sin pudor su piel morena y ocasionando gemidos y suspiros en el contrario.

— Cual...

— El que se enamora pierde.

Milo no pudo responder respecto a eso, solo pudo sentir sus cálidos labios besando con muchas ansias, Antares trataba de seguirle el ritmo, podía sentir como su lengua buscaba la suya dejando escapar sonidos que inundaban esa oficina.
Un juego peligroso donde Kardia lo tenía bajo sus dominios.

Tenía una extraña conexión con ambos, no le daría más vueltas al asunto...
Si lo que necesitaba en esos momentos es que lo dejen sin aliento.

¿Y porqué no?

Degel... un ángel de día
Y Kardia... un demonio de noche

Nuevamente Kardia tomó la cintura de Milo y comenzó a invadir ese lugar nuevamente pero esta vez sin dolor, el calor y el morbo de ese momento lo tenían cegado completamente y él sentía tocar el cielo una y otra vez.

Solamente quería una cosa, deseaba más.
Cerraba sus ojos y se imaginaba también teniendo a Degel con ellos.

Y sin duda eso lo haría también.
Porqué los dos lo volvían totalmente loco y eso lo excitaba, necesitaba de Kardia y Degel de él.

Un perfecto trío...

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Buenas noches personitas bellas sé que dije que este sería el último con trío pero no podía aventar a Milito así como si nada 😅 tiene que tener un porqué y sobre todo su consentimiento.
¿Cómo se dio cuenta Kardia de ello?
Lo sabrán en el siguiente capítulo que ese si es final 😅

Los quiero mucho y sobre todo les agradezco que este intento por seguir aprendiendo a redactar mejor lemon les guste, les mando un abrazo.

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