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No había mucho que se pudiera decir sobre Kirishima Eijirou; era retraído, tímido, nervioso, callado y poco autosuficiente.

No tenía mucho que dar tampoco, sólo su bonita y pequeña colección de su súper héroe favorito, era un simple adolescente patético como muchos otros, pero algo era diferente en él.

A pesar de ser quien él era seguía con ese entusiasmo de ayudar a la gente y ser una especie de héroe para los demás.

Kirishima Eijirou aspiraba a ser un héroe masculino lo suficientemente fuerte para poder soportar todo el peso del mal en su espalda.

Una explosión lleno el silencio del aula siendo seguida de gritos y murmullos.

-¡Silencio todos!-pidió la educadora-¡Todos bajo los pupitres!-ordenó antes de que otra explosión sonará con mayor intensidad indicando estar fuera del salón de clases.

Las chicas junto con varios chicos comenzaron a chillar del horror.

-¡Agruparse en el centro!-grito por encima de una explosión, los alumnos obedecieron y se reunieron en el centro del aula mientras que la mayor se colocaba enfrente de ellos y con un ligero suspiro creó un campo de protección a su alrededor.

Kirishima veía a su sensei y a sus compañeros dentro de ese campo desde una esquina; el miedo lo había consumido y no pudo moverse ante la orden de su sensei.

Una explosión más derribó la puerta del aula y un cuerpo cayó cerca de los pies de azabache quien mantenía su expresión de horror.

-¡KIRISHIMA-KUN!-grito una voz femenina un tanto ahogada pero el azabache estaba lo suficientemente temeroso como para identificar la voz.

-Bastardo-grupo una voz desde la entrada del aula, Kirishima dirigió su ojos hacía la voz masculina mientras su respiración se aceleraba.

Los ojos color carmín se toparon con unos del mismo tono, una cabellera rubia ceniza, un rostro bonito lleno de rasguños y moratones, un cuerpo bien trabajado y claro, un traje de héroe cubriendo su cuerpo.

-Desgraciado infeliz-el rubio se acercó en su dirección y Kirishima sintió su cuerpo temblar-, shine-dijo el rubio saltando hacía él.

El azabache cerró sus ojos esperando un golpe o algo, pero no sintió nada, abrió sus ojos de a poco y vio como el rubio sometía al otro cuerpo sin esfuerzo y Kirishima aprecio al bello ser durante un tiempo extra queriendo ver el rostro enteramente pero aún seguía fascinado con aquél antifaz.

El rubio la volteó a ver de un segundo a otro logrando intimidar a Kirishima.

-Mierda-grupo el rubio con su áspera voz acercando su mano al menor y pasando su dedo por la mejilla del mismo, Kirishima estaba apunto de colapsar-, no debías estar afuera, bastardo, por suerte sólo es un pequeño rasguño-dijo el mayor alejando su mano y levantándose para tomar el cuerpo inconciente sobre su hombro-, ve a la enfermería.
El rubio camino a la salida asiendo crujir la madera de la puerta rota y uno que otro trozo de la pared o piso.

Kirishima esta fascinado y asustado por aquél rubio.

Kirishima quería ser un héroe igual de varonil que el rubio.

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