ENFERMERO IMPROVISADO

Capítulo 3

_Bueno será mejor que descansemos dijo Isogai- mañana ya con mas calma, veremos qué hacer_

_Ninguno pensará quedarse en esa habitación? Morinaga estará inmuno-suprimido y alguien podría transmitirle algun virus o bacteria..._
Antes que nadie dijese nada al respecto, Rosita asintió con un gruñido y agregó: _

_mmm... un poco exagerado, pero... cierto!, solo uno debe quedarse con él para cuidarlo.
Hiroto se levantó rápidamente
_yo me quedaré!_
Souichi de inmediato increpó el ofrecimiento del amigo íntimo de Morinaga.
_Por qué tú? Acaso sabrás como suministrarle las dosis correctas de medicamentos? O cambiar sus vendajes? Siquiera sabes tomar el pulso o la temperatura? Sabes detectar si su respiración normal y si cambia de ritmo por algún problema??
_No, pero me imagino que TÚ si lo sabes...(¡)
_Pues yo soy quien mezcla los antibióticos y los fármacos, quien cambia sus vendas y sabe si esta sufriendo dolor! Yo le conozco mejor que nadie aquí!!!
_Claro! Y entonces sabrás lo triste que estaba cuando te esperó durante horas y simplemente no viniste!
Y que lo raptaron a él por creer que eras tú y que por eso lo golpearon salvajemente!!! No creo que sea tu cara la que él quiera ver cuando despierte. YO estuve con él antes del secuestro y sé bien que no quería volver a verte.
_No se trata de eso, enano idiota, se trata de una condición médica que sea favorable para su salud. Si quiere verme o no ese no es mi problema ahora. Ademas esta sedado, no despertará hasta mañana._
Contestó senpai entre dientes, conteniéndose para no demostrar lo mucho que quería romperle la cabeza a Hiroto. Este se volvió a hacia su benefactor del momento en tono de súplica.
_por que no lo cuidas tú, Rosita? _
Senpai se volteó con los puños apretados
_No dejaré a Morinaga solo y herido con ningún homo, entiéndelo de una vez! Ni siquiera con Tomoe! No por homo, sino por inútil. De niño no podía cuidar ni una tortuga!

Tomoe se acomodó los anteojos y con un gesto chistoso dijo:_Sou-san tiene razón. A-alguien capacitado debe cuidarlo. Yo...Yo ni siquiera sabría acomodar su almohada...

Rosita se dirigió a la puerta y con un gesto de sus manos invitó a todos a salir.
_ A ver niñas, el bombón tiene razón, desfilen para afuera y que él se quede con su chico, yo ni quiero, ni puedo. Tengo que ir a prepararme para "triunfar" esta noche... como todas las noches... Claro! este palacio no se paga solo, nenas! _

El último en salir fue Hiroto quien miró de reojo a Souichi y sin amedrentarse le dedicó su mirada mas matadora, que no fue menos que correspondida de igual forma.

_Siempre tan encantador, ahora ofendes a quien nos ha ayudado tanto...
Le dijo el mas joven en voz baja cuando paso a su lado.

Rosita de inmediato dio unas palmaditas suaves como una dulce maestra para ordenar a sus niños
_Vamos, cariño, afuera, ya suficiente por hoy.
Bombón!, ahí está todo lo que necesitas. Llama si quieres ayuda- muah!_
Dijo señalando una caja de gazas y aparatos esterilizados.

Al cerrarse la puerta, Souichi pudo sentarse a ordenar sus pensamientos por un instante. Tanta información se le amontonaba en el cerebro y agolpaba sus neuronas. No podía digerir todas esas emociones, no era alguien que pudiera tener esa carga emocional y al mismo tiempo auto-control. Debía calmarse para disponer el siguiente paso.

Mientras preparaba la siguiente dosis de medicamentos y vendajes para el herido, Se había decidido que solo él "profanaría" así a su compañero.
_Bueno_ se dijo suspirando resignado_ Creo que al menos cuando te lo cuente, espero que con lo hentai que eres, no te importe, ni te avergüence.

Él le hablaba en voz baja, calmosamente, como hacía Morinaga con las plantas enfermas del laboratorio. Al ver sus esfuerzos Souichi siempre le reprimía.

_Estas demente? Es solo una planta y ya esta marchita! Tírala, traeré otra para los experimentos.

_No!, senpai, si la tratas amablemente y le hablas con cariño volverán sus ganas de vivir y florecerá... verás que sí. Es como cualquier ser viviente. Solo necesita atencion y cuidados.
_Y tiempo! Que no tenemos! Déjate de idioteces!

Cuantas veces este hombre había logrado hacer florecer plantas ya casi muertas, con cuidado y esmero!
Asi Souichi quería devolverle a Morinaga sus ganas de vivir y la alegría que seguramente le habían robado aquellos matones, su sonrisa inocente...!

_Eso no tenía que pasar. Menos a alguien como tú...!
Los mataré, juro por Dios que me vengaré!_

Soui-san recordó como encontró a su amigo, recostado en un charco de desechos, congelado y medio desnudo, con el rostro amoratado y sumergido en su propia sangre.

En cuanto el herido pudo hablar le contó de su odisea, de como fue engañado para ir a la suite del magnate y de como este lo drogó y trató de asaltarlo sexualmente. Morinaga se había logrado defender quebrándole una botella en la cabeza y dejándole inconsciente, antes de que sus matones lo apalearan y fueran a encerrar en esa bodega oscura y abandonada, después de su fallido intento de escape. Le contó de como había logrado robarles un celular.
Y de como lo molieron a golpes luego de que lo descubrieron.

_Deberías estar en un hospital! ...debería verte un verdadero médico..._
Después de asearse y prepararse cuidadosamente, para hacer la curaciones de la noche a su paciente, el master en farmacéutica se sentó en la cama suavemente junto al enfermo, lo tomó con cuidado por detrás de la cabeza y le suministró líquido con un gotero, mientras su corazón seguía desmoronándose dentro suyo.

Recuerdos de una madre enferma y moribunda se mezclaban con los del pozo sucio y frío en donde encontró a su kohai.

Recordó la mirada triste de su madre cuando pronunciaba su nombre

"Mi pequeño y amado hijo ..."
Y de cuando levantó del suelo a Morinaga
"Senpai, senpai... sen-pai"

Y las duras palabras de Hiroto
"...él no quería volver a verte"
_Qué sabe él sobre nosotros? Ese imbécil no sabe nada..._

Terminada su faena con Morinaga, acomodó la almohada y se aseguró de que estuviese bien arropado y lo mas cómodo posible, prefería mantenerlo sedado a que sintiera dolor.
De seguido él mismo se dispuso un sitio para dormir al lado de su cama... se recostó y logró quedarse dormido luego de mucho rato.

Las primeras luces de la mañana ya asomaban en la ventana de la habitación cuando un leve quejido despertó al pelilargo y como con resorte se levantó y se puso sus lentes para ver a un apaleado Morinaga quien parecía que volvía de entre los muertos, solo para darse cuenta de lo mucho que dolía su existencia.

Su improvisado enfermero le tomo de la muñeca mientras examinaba su pulso.
_Senpai...? dijo entre abriendo los ojos como queriendo verificar si era un sueño.
_Tranquilo, vas a estar buen. Trata de no moverte._
_Me duele.. todo...incluso..._
_Ya lo sé! Te traeré algo de comer y luego volveré a sedarte para que no sientas dolor._
Hizo a soltar su mano, pero fue detenido por el chico que se aferró a su brazo.

_No me dejes... senpai..._
_shhh. Calma. Nadie volverá a tocarte. No dejaré que nadie vuelva a lastimarte._

Souichi acercó su rostro al de se kohai y le susurró rozando la mejilla...
_Estas a salvo. Confía en mí..._
Morinaga se aferró a él entre sollozos y lamentos. El abrazo fue tierno y suave, Morinaga no tenía demasiadas fuerza y Souichi no quería lastimarlo mas, pero los dos necesitaban dejar que sus cuerpos adormecidos se reconfortarán y curaran entre sí el dolor y la angustia. Cada uno era la mejor medicina del otro.
_Senpai... ellos creían que eras tú! Lo siento... yo me defendí como pude... pero... ese tipo intentó... conmigo.
_Basta! Mori. Lo sé todo. Perdóname... no es tu culpa es la mía...
_No, senpai. Prefiero haber sido yo... ayy!!
_Ya no te muevas, me cuesta mucho vendarte, gran torpe, lograrás que se rompan las gazas__
Souichi lo volvió a recostar con cuidado _Te duele. Estas muy débil. Tengo que calmar el dolor!_

Salió rápidamente del cuarto y entró en la cocina, donde algunos de los muchachos desayunaban y hablaban de los "negocios" y ganancias de la noche recién pasada. Al ver al pálido joven entrar de repente hicieron silencio.
_Necesito algo para que mi amigo coma_ Dijo en tono serio.
_Bombón! Ya se ha despertado tu chico? Qué bueno! Eres un gran enfermero!!_ Exclamó Rosita saliendo de la alacena con unos huevos y una sartén en las manos.
_Ya le preparo algo ligero y nutritivo para que coma, siéntate el desayuno estará listo en un minuto.
_Gracias! Es que... Debo volver con Morinaga. Esta algo alterado. Puedes llevarlo a la habitación...? Por favor?
_Yes, My Lord. Desayuno a la suite trabajando!
_Rosita!_ Dijo el senpai apretujando las palabras en su boca, como queriendo salir rápido de ese nombre y mirando al suelo en actitud de reverencia. _Aprecio mucho todo lo que has hecho... por nosotros._ Y salió tal cual entró.
_Vaya a ese lo atiendes como un carísimo huésped y a nosotros ni siquiera nos pasas la sal para un huevo._ Increpó Memory
_Ay querida. Si tú tuvieras ese magnífico equipo y esa delantera seguro que te atendería y no así, mucho mejor!. Pero amor, no le llegas ni a la tapa del shampoo, bebé!
_Bah! Ni esta tan bueno... el medio muerto era el "sabros" del grupo. Ay! ese muchachote... Dios! Lástima que ya lo chupó el diablo... y la gata de parto no lo suelta ni un segundo..."_

De vuelta en la habitación ya senpai había logrado calmar a un nervioso Morinaga que le rogaba no apartarse de su lado. Pero no por miedo a sus heridas. Sino por que tenía la extraña percepción de que debía protegerlo, esconderlo de posibles peligros.

Al rato entró Rosita con una bandeja de desayuno para los dos muchachos.
Huevo y tostadas y un caldo de verduras y pan suave con jugo y café.

Senpai hizo una reverencia y tomó las cosas acercando la bandeja a Morinaga. Este intentaba poder usar sus brazos pero le dolía hasta el alma. Souichi tomó la cuchara y comenzó a darle la sopa con cuidado. Poniendo su mano en la barbilla del enfermo como lo hacía con sus hermanos pequeños en alguna otra época.

En esas estaban cuando se oyó una vos de alegría desaforada
_Despertaste Mori!!! Oigan Morinaga despertó. Esta despierto!!!_Era Hiroto que venía a ver a su amigo herido.
_Cállate no ves que perturbas?. Ademas dije que no podía venir mucha gente!_

Muy tarde llegaba el regaño, ya todos se aglomeraban en la puerta para saludar a su querido amigo.
Bastante tuvo que luchar senpai para que entraran de a uno y casi sacarlos a las patadas, solo parecía permitirle a Kanako que lo tocara y no excesivamente, regañándola si lo hacia hablar de mas o si este intentaba moverse para que ella se sentara a su lado.

Asi transcurría el tiempo mientras senpai se esforzaba por cuidar lo mejor posible a su compañero.

Las primeras noches parecían eternas para ambos... entre fiebre y vendas Souichi hacía lo posible por calmar a su delirante enfermo.
Le suministraba calmantes y trataba de mantenerlo sedado con medicamentos que él mismo mezclaba. Con cuidado elegía las dosis y hacia tiempos de pocas horas para no crearle efectos riesgosos, pero todo esto era agotador.
Solo descansaba a ratos o cuando Isogay le relevaba por algunas pocas horas.
Así se mantuvieron al menos una semana, hasta que el paciente comenzó a presentar mejoría. Entonces Souichi pudo completar mas horas de sueño en el futón que dispuso junto a la cama del herido.

De cuando en cuando el cansancio y sueño lo vencían de modo que no notaba que el chico despertaba en medio de la noche, pero éste no hacía ruido, al verlo cansado y dormido removerse entre sueños. Silenciosamente podía mirar como las luces de los rótulos en la calle se esparcían por el cuarto e iluminaban el rostro de su senpai.
Amaba esa belleza cambiante. Tan masculina de día. Tan andrógina de noche sobre todo cuando el vapor coloreaba su rotstro, después de una ducha tibia. Tan femenina por la mañana adormilado e inocente, pálido y hermoso, inerte y suave como una estatua de mármol recién pulido.
Con la garganta seca por la fiebre y las ganas no podía evitar hacer un ruido carrasposo y doliente, pero eso bastaba para que la estatua resucitara y cumpliera sus deseos de un poco de agua.
A veces el herido despertaba y sentía a su senpai tocándole la frente o pasándole un hielo por la cara y las manos, le estremecía un sentimiento reconfortante al contacto con el frío en su rostro y brazos. Esas manos que conocía tan bien, con sus dedos largos y sus tendones tensos recorrían sus facciones con cuidado, frotando el frío pañuelo por su enfiebrado cuerpo maltrecho.

Una suave respiración se acercaba a ratos para hacerse la tarea de arroparlo y podía oler el aroma del cielo. El perfume que le bañaba sutilmente el cuerpo como si le hubiesen rociado con agua fresca y la fiebre se derramaba en sus sueños como el chapoteo de dos chicos jugando entre lianas a caer a una posa.
Entre sueños jugueteaban y reían. Su compañero se balanceaba sin dejarse caer y lo miraba desafiante. _Mírame! a que no logras estar tanto tiempo sin caer! _
Con una carrera tomaba impulso y se sujetaba de la misma liana mientras lo abrasaba con las piernas, haciéndole rabiar terriblemente.
_Tú grandísimo tramposo...!_
Y ambos caían al agua enredados y forcejeando.
_Senpai..._
Otras veces, sus sueños eran de horrible figuras que gritaban y laceraban su cuerpo, dejándole herido junto a lo que parecía muchas veces ser el cadaver de su amado senpai... Un grito ahogado que no escuchó nadie fue lo último de esa horrible pesadilla.

Así despertó Morinaga empapado como si hubiera estado en una piscina. Senpai lo secó y cambió la ropa de cama. Removió algunos vendajes y lo recostó de nuevo, no sabia en que raro sueño estaba ahora y se dejaba poseer por sus imágenes difusas para olvidar el dolor.

Con las primeras horas de la mañana se despertó y sintiendo una suave respiración en su hombro. mientras un abrazo recorría su pecho y  una mano que dibujaba pequeños círculos en su mejilla. Abrió un poco los ojos pero ya sabia que era su senpai, que no se despegaba de él y medio dormido le reconfortaba. En la realidad o en sus pesadillas él estaba para salvarle del dolor, la fiebre o simplemente alejar agunos demonios.

_Sen-pai... Senpai!_

El senpai se incorporó rápido, como un soldado descubierto pereceando en servicio por su capitán.
Morinaga sintió tristeza por haber roto él mismo el hechizo y comenzó a sentir frío en los lugares que el muchacho liberó en su huida.
_ Estas mejor... La fiebre ya cedió, tienes hambre...?_

En esos días las curaciones de Morinaga comenzaron a hacerse rutinarias para Souichi.
El senpai por la mañana le ayudaba a dirigirse al baño a ducharse y luego comenzaba el acto de casi momificarlo con ungüentos y nuevos vendajes, siempre en completo silencio, solo de vez en cuando Morinaga expresaba su malestar por importunar así a Souichi. Pero Senpai simplemente gruñía o le atestaba un pequeño golpe para que se callara.

_No seas ridículo! No puedes tú solo... cállate que me desconcentro de las dosis que te tocan hoy. Levanta mas el brazo y deja de quejarte!_

Asi pasaron varios días. Pero en realidad lo que daba vueltas en la cabeza de Souichi-san era su sed de venganza... buscando la manera de desquitar cada gota de sangre y cada lágrima de que su kohai derramaba desde el día que se lo llevaron.

"...me vengaré, juro que los haré pagar... esto no se queda asi...!"

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