Parte Única

Ya lo adivinaron, supongo, pero igual:

Advertencia: pareja con diferencia de edad, contenido +18, ABO.

ALERTA +7K de PALABRAS

Shoto tensó los músculos de sus brazos, intentando liberarse de la atadura que atajaba sus manos de hacer lo que querían.

Su cadera se sacudió intentando llegar más profundo, levantando al omega encima suyo con fuerza, arrancándole un gemido mientras apoyaba sus manos en el amplio torso de Shoto.

- Despacio- dijo el señor Midoriya mientras empujaba con su trasero las caderas de Shoto para que regresaran a la cama- Sabes bien Shoto, no tenemos la misma edad.

El omega pasó sus labios por el cuello de Shoto mientras lo cabalgaba, el grueso falo del alfa entrando en él una y otra vez sin que este pudiera hacer nada. Se sentía utilizado, como un juguete.

Pero al ver el rostro del señor Midoriya y sentir su cuerpo, todo dejaba de importarle.

Izuku movió sus caderas con experticia, de adelante a atrás, en círculos, sabiendo exactamente qué hacer para que los dos se sintieran bien.

Shoto no lo aguantó más y separó sus muñecas con fuerza, rasgando la delicada y costosa corbata que el señor Midoriya ató a la cama y en sus muñecas.

Llevó instantáneamente sus manos a las caderas del omega y las presionó contras las propias, llegando mucho más profundo que antes. Su omega gimió.

Shoto hundió las yemas de sus dedos en la suave piel del omega, lo levantó y luego lo llevó bruscamente hacia el encuentro con su pelvis, mientras levantaba sus caderas. La piel húmeda provocó un sonido apenas audible bajo el altísimo gemido del omega.

Shoto aprovechó ese momento de distracción del omega y lo tomó nuevamente para invertir sus posiciones, tendió al omega en la cama y separó sus muslos mientras alineaba su pene con la entrada del omega.

El señor Midoriya jadeaba bajo el alfa, sus manos apoyadas en los hombros de Shoto. Se supone que aún le estaba enseñando pero aprendía rápido, ese alfa era capaz de darle más placer que cualquier otro. Mientras empezaba a moverse, cambiando la dirección y ángulo de su cadera con cada embestida, Izuku clavó sus uñas en esa amplia y deliciosa espalda que lo cubría completamente. Su nariz se arrugó mientras no podía controlar los gemidos y jadeos expulsados por sus labios.

Lo quería más cerca.

Enredó sus piernas en la cadera del alfa, empujándolo más profundo con sus talones y sintiendo el movimiento travieso de su pelvis. Los sintió volverse más intensos, hacían rechinar la cama, lo volvían loco.

Con sus manos apoyadas en los omóplatos del alfa, era capaz de sentir cómo sus músculos se tensaban para embestirlo.

Sentía un cosquilleo arremolinándose en su vientre, su pene cosquilleaba y aunque quería tocarlo, también quería disfrutar únicamente las atenciones del alfa.

Izuku lo animó, acercó sus rostros hasta que sus respiraciones agitadas se mezclaron, se alejó de él y se dió la vuelta, se apoyó en sus rodillas y con los hombros apoyados en la cama, giró a mirar al alfa que se había separado, un poco sorprendido.

Izuku levantó el trasero y separó sus nalgas para que Shoto pudiera ver claramente. 

Entendía que Shoto estaba sorprendido, esta posición estaba prohibida, no le dejaba a Izuku sentir que tenía el poder.

- Ven, Sho-chan - Dijo el omega, las esquinas de sus ojos rojas y con lágrimas- Aún no terminamos.

Shoto no pudo evitarlo, su libido por los cielos, tomó las caderas del omega y las arrastró para que se encontraran con su miembro.

Entró en él con fuerza, un sonido de rebote expulsado por la garganta del omega mientras Shoto se aferraba a sus caderas. Sentía que estaba a punto de entrar en su RUT y, si no fuera por la medicina que el señor Midoriya le hacía tomar siempre, podía haber jurado que de hecho entraría en uno.

- Más fuerte- Exigió el omega entre gemidos y con la cara enterrada en la almohada, deseando que el alfa lo tratara con mayor rudeza. Porque así es como el sexo debía ser.

Levantó más su trasero y lo empezó a mover en vaivén, regresando al encuentro con la pelvis de Shoto.

Sintió las manos en su cadera tomarlo con más fuerza y deseó que dejaran marca.

Deseó tener en su cuerpo los rastros de la posesión de Shoto.

O no tener nada en absoluto.

Los golpes, piel con piel, generaron enrojecimiento en las nalgas del señor Midoriya, Shoto pensó que se veían deliciosas, deseba morderlas.

Morder...

Los ojos desenfocados del alfa se posaron en el cuello del omega. Era el área que, por derecho, le pertenecía. Y sin embargo no había ninguna marca allí. 

Ni suya, ni ajena.

- No entiendo cómo es que nadie te marcó- Soltó el alfa, lamiendo esa zona en específico con su pesada lengua. Sintió la glándula palpitar contra su lengua, pidiendo ser mordida, desgarrada con sus dientes.

Izuku detuvo sus movimientos con los sentidos alerta. Hizo el ademán de girarse, esperando a que Shoto le dejara moverse a su antojo, Shoto podía negárselo, podía retenerlo por las muñecas y forzar su esencia en él. Llenarlo con su semilla y mezclar sus aromas con una marca que nadie se atrevería a quitar nunca.

Pero Shoto también le había cedido toda su voluntad al señor Midoriya. E incluso si le quedaba alguna, no era más que para complementar los deseos del omega.

Shoto dejó que el señor Midoriya calmara a su alfa interno, que cambiara las posiciones hasta quedar sentado a horcadas sobre él.

 - Eres tan joven Shoto- Dijo Izuku entre jadeos cansados, producto de la actividad física de antes- Tienes tantas cosas que aprender. Tantas cosas que enseñarte- Continuó antes de morderle el encuentro entre el cuello y los hombros con fuerza.

Las manos de Shoto abandonaron las caderas del señor Midoriya y se apoyaron en su cuello y espalda, incitándolo a continuar.

Las caderas del omega tenían manchas rojas donde antes habían estado sus manos, Shoto sabía que estaba siendo castigado cuando el señor Midoriya terminó de morderlo y lamió la poca sangre que salió.

- Si no hay ninguna marca en mi cuello, es porque no les dejé poner una- Izuku tomó el rostro del alfa, para morder sus labios- Algunos morían por poner su marca. Algunos murieron.

La sonrisa en el rostro del señor Midoriya era aterradora, pero Shoto no tenía miedo.

¿Cómo habían empezado todo eso? 

El alfa no estaba muy seguro, sus recuerdos eran difusos. Pero Izuku conocía cada detalle, él lo había planeado todo.

- ¡Adiós papi!- Exclamó Denki mientras corría para alcanzar la puerta y salir, segundos antes de ser interceptado por su padre y terminar estrellándose contra su pecho.

El señor Midoriya abrazó a su hijo y con un gesto elegante depositó un beso en la suave frente del omega.

- Recuerda ir con cuidado- Le dijo mientras limpiaba el bálsamo labial que quedó sobre la frente de su hijo- ¿Conducirás hasta allá? ¿No quieres que papá te lleve? 

- Iré con Shoto- Dijo Denki mientras se abrazaba a su padre y frotaba su nariz en el traje que levaba.

La postura de su padre se puso rígida de pronto. 

- Sabes bien que ese alfa no me agrada.

- No otra vez papá- Denki lo miró con sus enormes y adorables ojos color ámbar- Sabes que es mi amigo desde siempre.

Su padre era reticente a dejarlo ir, pero el insistente sonido del timbre lo irritó. 

Se separó de su hijo apretando la mandíbula y cuando abrió la puerta, miró con desdén al alfa que se encontraba tras de ella.

Era casi de su altura, con hombros anchos y caderas estrechas. Mucho más alfa de lo que le había parecido hace dos años.

Era un completo peligro para su hijo.

Izuku se irguió, alzó el mentón y frunció ligeramente el ceño, lo miró fijamente pero no le saludó, como si realmente no estuviera allí.

- Dale un beso a tu papá Denki- su hijo se puso de puntitas para dejarle un beso en la mejilla e Izuku se volteó a mirarle, suavizando su mirada solo para él- Cuídate mucho y recuerda que los alfas no son de fiar.

- Papá, Todoroki está en...

- Denki- Su padre tomó su mentón con suavidad y lo miró seriamente a los ojos- Los alfas no son de fiar.

Solo Izuku conocía el verdadero peso de sus palabras.

- Los alfas no son de fiar- Repitió Denki, sin mucha convicción.

Solo Izuku... y Shoto que había escuchado la historia de labios de su padre Enji Todoroki, uno de esos alfas que no son de fiar.

El señor Midoriya casi lo pierde todo por alfas, casi pierde hasta su hijo por los alfas.

Se casó con el dueño de los dos principales almacenes comerciales de Japón, parecían un matrimonio feliz y eran la unión dorada que representaba la opulencia japonesa.

Al menos hasta que Denki nació.

Cuando lo hizo, el esposo del señor Midoriya quiso quitarle todo: su herencia, su empresa, su nombre, su honor... su hijo.

En palabras de Enji Todoroki, ese fue el error más estúpido que pudo haber cometido.

Podías quitarle todo a un omega y nunca serían capaces de reclamarlo de regreso, lo unico que no debías hacer era quitarles a sus hijos.

Cuando los ejecutivos que poseían acciones en la empresa del señor Midoriya tuvieron que hacer una votación para decidir, Enji decidió votar a favor de Izuku.

No porque confiara en la capacidad de los omegas, sino porque temía el poder de sus instintos.

No eran mayoría en número, pero los porcentajes que sumaban sí lo eran, Izuku empezó a reclamar todo de regreso.

Un año después del suceso, cuando todo se hubo calmado, una noticia tiñó con sangre y luto todos los titulares japoneses.

Nikolái Takahashi, ex esposo del señor Midoriya, había fallecido.

Nadie se atrevió a señalar a Izuku, aunque la fiesta que decidió celebrar un día después dejó todo bastante claro.

El señor Midoriya había asesinado a su ex esposo. Había exigido todo de regreso y le había añadido a sus honorarios una compensación, la vida de Nikolái.

- Shoto, ¡Hey! Psst, ¡Shootoo!- el alfa volteó desconcertado a mirar a Denki, quien se colgaba juguetonamente de su brazo - ¿Qué obra deberíamos analizar?

¿Qué?

- Shoto, no me digas...- Denki se paró frente a él, con las manos apoyadas en la cintura, como una jarrita rubia regañándolo- No me digas que no prestaste atención.

- ¿A qué?- Shoto lo miró y miró alrededor.

Mierda.

¿De verdad había pasado por alto las clases de la universidad?

- Tienes suerte de que yo, sea hermoso, inteligente y tú compañero para este trabajo, de lo contrario, estarías perdido- Dijo el rubio mientras daba vueltas alrededor de Shoto, remarcando la "y" como si algo de lo que dijo hubiera tenido sentido para enfatizarlo.

Denki siempre le había parecido un niño, incluso cuando le llevaba un año de ventaja, incluso cuando la pubertad le llegó primero a él e hizo que su rubia cabeza fuera más alta que la suya.

Siempre había parecido un niño pequeño, tal vez obra de quién en realidad era el omega más hermoso e inteligente del mundo: su padre Izuku, quien lo mimaba demasiado, como impidiéndole crecer.

- ¿Iremos a tu casa?- Preguntó el rubio.

- Nah, mi viejo está en casa, mejor vamos a la tuya- Dijo Shoto, mostrando ligera aversión a su padre y ocultando su gran interés por ver de nuevo al señor Midoriya.

- Pero mi papá...- quiso refutar Denki.

- No importa, solo haremos un trabajo- le respondió Shoto mientras acariciaba su cabeza mientras lo miraba con los mismos ojos con que miraría a un cachorro.

Solo... Un trabajo.

- No hay manera en que deje que entres a mi casa- El señor Midoriya lo miró fijamente a los ojos mientras sostenía la puerta.

¿Acaso no había alguien que hiciera todas las tareas domésticas por ellos?

- Pero papi esto...- Denki intentó convencerlo, pero una sola mirada gélida de su padre bastó para callarlo.

Shoto intentó sostenerle la mirada, pensando que sería algo disfrutable o satisfactorio, pero no sintió nada, su resistencia no le hacía sentir mejor en absoluto, así que en cambio, decidió someterse a esa penetrante mirada que le hacía picar el cuello.

- Señor Midoriya, nosotros tenemos un trabajo asignado en parejas, si desea lo haremos en la sala, frente a usted- Dijo, mientras bajaba la cabeza, cosa que no hacía ni siquiera frente a su padre.

 -Mmh- Un sonido de asentimiento por parte del señor Midoriya terminó por quitarle la razón a Shoto. Era un murmullo bajo de afirmación, como quien no quiere la cosa, como si no hubiese podido resistir al truco de Shoto.

El alfa se sintió encantado. Encantado con la manera en que podía ceder su voluntad y el señor Midoriya la tomaba de mala gana, para hacer con ella lo que quisiera. Shoto se encontró a sí mismo queriendo darle más, queriendo cederle todo a ese omega que lo miraba altaneramente.

Probablemente allí empezó todo. 

Todo ese juego en que había decidido embarcarse, levando consigo al enigmático señor Midoriya.

Un juego intrincado, Shoto cedería para que el señor Midoriya tomara el camino que él deseaba.

- Denki voy al baño- Dijo Shoto mientras se levantaba del piso y limpiaba el polvo inexistente de sus rodillas.

- ¿Sabes dónde es?- preguntó el rubio y Shoto se quedó callado- Es la única puerta blanca en el pasillo de la izquierda.

Por supuesto que Shoto no sabía dónde estaba el baño, nunca le habían dejado entrar en esa casa y lo que es más: él no quería ir al baño.

- Bien, la única puerta blanca en el pasillo de la izquierda. Entiendo- Repitió obedientemente el alfa.

Pero a penas Denki dejó de prestarle atención, Shoto fue hacia la derecha, el pasillo decorado de manera sobria y con poca iluminación que le daba a él el sentimiento de que era el lugar en donde se encontraba el señor Midoriya.

Cuando escuchó el murmullo del papel siendo doblado, tocó la puerta.

- Adelante- su voz fría pero seductora lo llamó a entrar, probablemente sin tener idea que se trataba de él. Un alfa.

- Señor Midoriya- Shoto dijo en un susurro mientras hacía una reverencia discreta.

- ¿Qué haces aquí?- El omega levantó la vista mientras entrecerraba los ojos con sospecha.

¿Qué hago aquí?

- Quería hablar con usted- respondió el alfa con un tono serio y voz baja, como si le estuviera pidiendo permiso.

Izuku se levantó de su asiento y rodeó su escritorio, se paró delante de Shoto, como si quisiera intimidarlo. Se acercó hasta el punto en que Shoto podía sentir el ligero aroma del gel de ducha que usaba.

Pero no había rastro de sus feromonas. Si se ponía a pensar al respecto, nunca las había sentido apropiadamente. 

- Aprovechemos la oportunidad entonces- Dijo el señor Midoriya mientras lo rodeaba después de unos minutos de silencio y fue a cerrar la puerta poniéndole el seguro.

Shoto tembló. ¿Por qué el señor Midoriya cerraba la puerta con seguro? ¿a qué se refería con "aprovechar la oportunidad"? Su imaginación no hacía más que volar.

Un pobre alfa sin experiencia temblando ante la idea de que un poderoso omega lo dejara tomarlo. Era una situación un poco risible.

El señor Midoriya volteó luego de cerrar la puerta y empujó a Shoto contra una silla, cuando él cayó sentado, el señor Midoriya apoyó sus manos en el reposa brazos y acercó su rostro a Shoto, el alfa tuvo el impulso de cerrar los ojos, pensando que sería besado.

Escuchó en la silenciosa habitación un bufido bajo, parecido a una risa.

Abrió los ojos por reflejo y se encontró directamente con la mirada intensa y verde del señor Midoriya inundados con un brillo de malicia.

Shoto se sintió un poco avergonzado, como si sus intenciones hubieran sido adivinadas, pero no se sintió mal ni lo dejó ver. Solo esperó silente las palabras e intenciones del señor Midoriya.

- Voy a ser claro contigo, quiero que te alejes de mi hijo- Shoto empezó a sentir que tal vez es lo único que el señor Midoriya sabía decir. 

Cada vez que lo veía decía cosas como "Aléjate de mi hijo" o "No te quiero ver cerca de Denki", así que inevitablemente le dejó oír su opinión.

- Me ha quedado claro señor, que usted no desea que me acerque a su hijo pero-...

Shoto intentó mirarlo a los ojos con indiferencia pero la mirada intensa del señor Midoriya lo detuvo y el omega lo interrumpió.

- No, creo que no te ha quedado claro- El omega se acercó sólo un poco más- No es un deseo que puedas ignorar simplemente. Es una orden que debes cumplir si no quieres que ponga tu mundo de cabeza.

Shoto se sintió intimidado por el verde que brillaba tan fuertemente delante de sus ojos, pero aunque quiso preguntarle al señor Midoriya en qué manera pondría a su mundo de cabeza y qué podía hacer para ganar su confianza, su boca no hizo más que ensalivarse.

El señor Midoriya buscaba intimidarlo y había liberado su energía de omega dominante, sus feromonas amenazantes inundaban el lugar. Un olor a vino blanco sofocante que habría sometido a cualquier omega y hasta a algunos alfas, pero que en Shoto habían despertado sus instintos primarios de reproducción.

El señor Midoriya lo notó incluso antes de que Shoto lo hiciera. Se alejó del joven alfa, disimulando su sorpresa y le señaló la puerta.

- Puedes retirarte- le dijo con voz fría.

Cuando el alfa se levantó, entorpecido y avanzó a trompicones hacia la salida, Izuku sintió levemente su aroma a canela cassia.

Era un aroma poderoso. Izuku se sintió levemente atraído mientras cerraba la puerta después de que el alfa hubo salido.

Lo sabía.

Canturreó para sí mismo cuando el ambiente en que se encerró consiguió la calma.

Él no era un omega tonto, sabía reconocer los deseos de los alfas, había tenido que aprender a hacerlo.

Sabía cuando un alfa deseaba hacerle agachar la cabeza y profesar sumisión. Sabía cuando un alfa deseaba sus afectos y cuando deseaban su cuerpo. 

Pero le era más difícil entender que habían alfas que deseaban agachar la cabeza ante él, por deseo y por afección. Por eso quiso comprobarlo con Shoto Todoroki.

Porque lo había notado, cómo le lanzaba miradas furtivas cuando tenía quince, pero los alfas jóvenes e inmaduros hacían eso, miraban. Así que no le tomó importancia, principalmente porque se  notaba la vergüenza del alfa después de mirar, como si fuera un bastardo tímido.

Y hoy, había notado cómo recorrió su cuerpo con una mirada rápida y disimulada, cómo discutió con él en la puerta, cediéndole las razones y los argumentos. 

Ya no era un chiquillo de quince años, era un alfa completo. 

Izuku había tenido que ser inteligente y mucho más astuto que todos los alfas que lo rodeaban para poder criar a Denki y conservar lo que era suyo, Denki también era suyo y era demasiado joven para que cualquier alfa lo reclamara, especialmente porque Denki seguro aceptaría.

Izuku primero quería enseñarle que había que ser cuidadoso con los alfas, cuya naturaleza era viciosa.

Aunque al inicio había optado por ocultárselo, quería contarle a Denki lo que le había pasado a él cuando Denki era poco menos que un muñeco envuelto en muchas mantas con diseño de osos. Qué es lo que había pasado cuando él había sido un omega indefenso con un bebé en brazos. Más que solo querer contarle, sintió que se lo debía, porque su única misión en ese mundo era, y lo había decidido día con día, proteger a ese hermoso omega de ojos ámbar y cabello rubio, para que pudiera vivir una vida tranquila libre de rencores y constantes sospechas.

Izuku miró a la puerta mientras sus ojos se escurecían, si Shoto se convertía en un obstáculo para sus planes, entonces lo quitaría del camino.

Lo amaestraría, para que fuera poco más que un cachorro que obedecía órdenes y tal vez... que lo satisficiera.

Había tiempo para moldear al cachorro, pero luego del encuentro de hoy, que Dios lo perdone, Izuku sabía que tal vez no tenía tanta paciencia.


Cuando Shoto salió de la oficina del señor Midoriya, corrió al baño a tomar sus supresores y lavarse el rostro, con gotas de agua resbalando por su nariz y su mentón, se miró al espejo. 

Él, un alfa de veinte años de edad, bien parecido -o, en palabras de Denki "extremadamente guapo"- con una familia adinerada y en una buena universidad, era virgen.

Nunca tuvo pareja antes y lo que sentía recién lo estaba aprendiendo.

Un bulto en sus pantalones lo delató. Él deseaba al señor Midoriya y aunque podía resguardarse tras la excusa de haber sido víctima de sus feromonas, el aroma que despidió el omega había sido agresivo. Además Shoto sabía que su atracción y sentimientos venían de mucho tiempo atrás. Era imposible ponerles una fecha.

El alfa apoyó sus manos en el lavabo mientras las gotas de agua seguían escurriendo por su rostro. Sus ojos a través del espejo brillaban. Brillaban tan intensamente que Shoto se preocupó por que pudieran parecer espeluznantes. Los cerró fuertemente y cuando los volvió a abrir el brillo ya no estaba. 

Solo debía esperar a que el bulto en sus pantalones desapareciera.

Esperar a que el señor Midoriya cayera tan profundo como él. 

No pudo aguantarlo más y salió del baño, se dirigió a la puerta principal y mientras pasaba por la sala fingió recibir una llamada en su teléfono. 

Se alejó rápidamente dándole a Denki la excusa de que algo urgente había surgido y que debía salir inmediatamente. 

Solo debía fijar una fecha pronto para continuar el trabajo. De ahí en más, sus planes para conquistar al señor Midoriya eran...

No existían. Shoto no tenía idea de qué hacer, pero pensó que tal vez la próxima vez que lo viera, podría actuar de manera menos lamentable. 

Izuku vió a Shoto salir con la mirada perdida. El alfa no sabía qué hacer y eso le encantaba a Izuku. Porque él guiaría el camino y le enseñaría a Shoto todo lo que él quería que supiera.

Izuku era un omega que disfrutaba de los juegos, disfrutaba destrozar a sus oponentes, su orgullo y sus ambiciones. Tomarlo todo y verlos derrotados.

Pero realmente no había punto en hacer algo de ello con Shoto, un alfa que había venido a él con nada en mente mas que dejar su voluntad en manos del omega.

Izuku tomó un poco de vino con supresores diluidos. El alcohol y las medicinas no debían mezclarse, pero ya no importaba.

Había un camino que seguir. Izuku podría jugar un rato con la mente de Shoto, podía divertirse confundiéndolo, alejándolo y luego aferrándose, evitarlo para hacer que se desespere.

Podía hacer todo aquello pero algo en ese joven alfa le hacía perder la paciencia. No creía haber deseado tanto a un alfa en mucho tiempo. 

La próxima vez que lo viera, sería definitivo. Tomaría a ese alfa para sí mismo, disfrutaría las atenciones de un amante joven.

No había tiempo que perder.

- ¿Nyle?- La mujer al otro lado de la línea respondió su llamada con rapidez- Necesito inductores de celo, no demasiado fuertes, algo como un afrodisiaco leve.

- Está bien señor, ¿Necesita algo más?- La mujer estaba apunto de sugerir un acompañante, pero Izuku la interrumpió.

- Quiero que tengas mi departamento listo para cuando te llame. Mantenlo abastecido con alimento y que las camas tengan sábanas limpias.

- Entendido señor.

Izuku dejó su teléfono a un lado y tomó de un sorbo lo que quedaba en su copa. Sin duda no había tiempo que perder. 

Pero haría algo de tiempo para él, su amante joven.

Ahí estaba Shoto nuevamente, frente a la casa de los Midoriya.

Probablemente debido a la conversación de la última vez, no hubo ni siquiera rastro del señor Midoriya allí, a Denki y a él se les hizo tarde mientras hacían el trabajo y Shoto no podía evitar mirar a todas partes de vez en cuando, con la esperanza de que el señor Midoriya apareciera.

De nuevo, Shoto se sentía tonto por esperarlo, él era un alfa joven sin nada que ofrecerle al señor Midoriya. Ni siquiera tenía manera de saber si podía ser un buen amante.

Su convicción se esfumaba cuando caía en cuenta de sus carencias. 

Solo podía ofrecerle devoción, pero ¿sería eso suficiente?

- ¿Siguen trabajando? Creo que deberían hacer una pausa para comer, son casi las siete de la noche- Dijo el señor Midoriya.

El omega usualmente usaba trajes completos, una camisa, un chaleco y encima un blazer o un saco.

Esta vez usaba solo una camisa fresca y liviana color crema. Era ancha y delgada, quizá un poco traslúcida, de cualquier manera, era demasiado para Shoto.

- Vayan a lavarse las manos, haré que preparen la mesa- Dijo el omega mientras daba media vuelta y los dejaba.

Denki volteó lentamente a mirar a Shoto.

Canturreó una risa antes de hablar, emocionado- Creo que ya te está aceptando. ¡Creo que le puedes caer bien  mi papá!

Shoto lo miró, sin mover ni un pelo. Aunque solo había sido invitado a comer...

¿Podía ser?

Ahora, su prioridad no era caerle bien al señor Midoriya. Su prioridad era hacer que el señor Midoriya cayera por él. Y ese era un buen comienzo, se levantó con una sonrisa y le dijo alegre a Denki.

- No hay que hacerle esperar entonces.

Como si fueran niños, obedientemente lavaron sus manos mientras el señor Midoriya esperaba sentado por ellos. Llegaron y empezaron a disfrutar lo que pensaron que sería una inocente y deliciosa cena. 

Shoto intentó halagar repetidamente la comida que le era invitada, pero no encontraba la manera correcta de hacerlo. De pronto, sintió su garganta seca y quiso tomar un sorbo de agua o lo que sea que estuviera servido, levantó su vaso, pero este estaba vacío.

El señor Midoriya llevó una mano a su boca en signo de sorpresa  cuando vio que el vaso de Shoto no tenía nada servido y que, en realidad, ninguno de los vasos tenía algo servido.

- Vaya, pero ya todo el personal se marchó- dijo, apenado, el omega.

- ¿No podemos servirnos algo que ya esté preparado papi?- Denki miró a su papá como si la respuesta fuera fácil. Su padre siempre le había enseñado a hacer las cosas por su cuenta sin tener que recurrir siempre al personal. En palabras de su padre, la carga que ellos tenían era bastante y su trabajo era limitado,  no estaba entre sus deberes atender a Denki en cualquier cosa que se le antojara.

- Supongo que podemos servirnos algo a parte. Yo tengo ganas de un poco de vino ¿Ustedes ya beben?- Preguntó el señor Midoriya mientras destapaba una botella de vino, luego, repentinamente, se detuvo- ¿Ya tienen edad para beber?

- Shoto-chan aún no- Dijo Denki en tono burlón. El sufijo "chan" era completamente innecesario. Solo quería remarcar que Shoto era un niño frente a la ley, mientras él, él era un omega rubio, atractivo y adulto, aunque frente a la ley solo importara lo último.

- No se puede evitar entonces, iré a traerte un jugo Shoto-kun - Dijo Izuku mientras se levantaba de su asiento y con una jovialidad inusual llevaba su vaso hacia la cocina.

Por supuesto, cada momento había sido meticulosamente planeado, a excepción de las palabras de Denki.

Izuku volcó el contenido de un papel doblado en la bebida, un jugo de pera mezclado con un afrodisíaco.

El omega sonrió, se sentía completamente incorrecto e ilegal.

Se sentía excitante.

Shoto recibió el vaso con un poco de vergüenza.

No faltaba tanto para su cumpleaños número veintiuno, pero ahí estaba, siendo tratado como un infante.

Tomó un sorbo del jugo para refrescar su garganta y finalmente habló.

- Es una casa encantadora, señor Midoriya, una cena deliciosa, también- Dijo torpemente, recordando lo que le habían enseñado cuando era apenas un niño para acompañar a su padre en cenas formales.

Se sintió tonto.

Sujetó su vaso con más fuerza, como aferrándose a él y luego bebió todo el contenido sin tener en cuenta el decoro, ya no importaba.

Escuchó al señor Midoriya agradecerle educadamente y solo siguió comiendo. Denki intentó intervenir en lo que, a sus ojos, se veía como un ambiente incómodo, pero solo su padre intentó seguirle la conversación y entonces desistió.

Cuando estaba cerca de terminar su comida, Shoto sintió que las ventanas eran muy pequeñas, que el aire acondicionado no estaba funcionando y que la camisa que usaba ese día era demasiado gruesa.

Estaba acalorado, quería arrancarse la ropa y...

Miró al señor Midoriya.

Ardía en deseo por ese omega.

Cuando el señor Midoriya le devolvió la mirada, Shoto quiso agacharse, temiendo verse tan espeluznante como aquel día en el baño, pero simplemente no pudo. Quería tirar la elegante y enorme mesa para saltar sobre el señor Midoriya y hacer un desastre de él.

El omega le sostuvo la mirada, se puso de pie y se acercó a él.

- Denki, creo que tu amigo empieza a sentirse indispuesto- Su hijo lo miró con confusión.

- ¿Le cayó mal la comida?- preguntó curioso.

- No, creo que es un, ehrr... problema de alfas-  Explicó su padre, con completa calma- Termina tu comida y ve a dormir, yo lo enviaré a su casa.

Denki pareció complacido con no tener nada que hacer y aceptó.

Al parecer a su padre le agradaba mucho Shoto, estaba sorprendido por el radical cambio.

El señor Midoriya vió a su hijo alejarse y tomó a Shoto de los hombros.

- Ahora vas a levantarte para que te lleve a casa, Shoto-kun -Le susurró al oído poco antes de que su conciencia se desvaneciese. Sus ojos cerrándose capturaron como última imagen los labios del señor Midoriya, y qué vista tan tentadora.

Shoto se perdió entonces, en imágenes del señor Midoriya, en fantasías con él.

Izuku ronroneó, satisfecho.

- ¿Nyle? Prepárame un auto y déjalo en la puerta trasera, conduciré yo. Apaga las cámaras de seguridad del departamento que te pedí alistar y cancela todo lo que tenga pendiente por dos días, dile a mi hijo que me surgió un viaje de negocios, y hazle creer a Enji Todoroki que su hijo tiene una excursión a algún museo, ya sabes, como los niños suelen tener.

- Está bien señor- Respondió su asistente del otro lado del teléfono. Necesitaba urgentemente un aumento, pero se lo pediría en otro momento, probablemente después de esos dos días.

Izuku llevó a Shoto hasta el departamento que había mandado a abastecer y pidió ayuda para transportar a Shoto.

Acomodó los botones en las muñecas de su camisa mientras miraba al alfa en la silla de la habitación. Se sentó en la cama delante suyo y desabrochó su camisa, sentía calor.

Los traviesos ojos del omega no pudieron evitar dirigir una mirada hacia la entrepierna del alfa, completamente levantada y formando un bulto.

Deslizó su pie fuera de su pantufla y lo estiró hasta ese lugar, rozando el grueso pene del alfa.

Sintió su rigidez, quiso sentir más.

El alfa empezó a despertar cuando sintió el toque.

Ah, esto va a ser tan divertido. Pensó Izuku.

Shoto levantó la cabeza lentamente, confundido. El señor Midoriya no quitaba su pie de ese lugar.

¿Qué estaba haciendo?

- Toma esto como una formalidad. Me parece que tu cuerpo ya me dio el consentimiento- Dijo mientras presionaba con un poco más de fuerza la zona. El alfa gimió y sus piernas se separaron.

- Señor Midoriya ¿Qué está haciendo?- Preguntó Shoto en un susurro. ¿Era un sueño?

- No me gusta andar con rodeos Shoto-kun, no tengo tiempo para las formalidades y cosas parecidas- Dijo el omega mientras se deslizaba de la cama y se acercaba a gatas hacia Shoto- Pero estoy haciendo tiempo para ti- Izuku estiró sus dedos para desabotonar y bajar el cierre de la cremallera en el pantalón de Shoto - Tienes mi atención Shoto ¿No es eso lo que querías?- Izuku acarició su miembro a través de la tela. Sintió su humedad y su sutil aroma. Quiso hacerle tantas cosas.

- Señor Midoriya, no... no haga eso- Todoroki frunció el ceño, claramente lo alejaba con sus palabras, pero su cuerpo quería más, sus caderas se levantaron para encontrar las manos del omega enfrente suyo. 

-  No te resistas Shoto-kun, no hay necesidad- Izuku sacó la virilidad del medio-albino y la miró antes de mover sus manos por ella.

Oh Dios, con uno así, sería más que suficiente.

- Señor Midoriya, yo...- Shoto intentó buscar algo en su cabeza que sirviera para negarse. Debía negarse porque...

Cuando sintió el aliento frío del omega acercarse a su miembro, sintió que perdía la cabeza, no había una razón para negarse. Realmente era todo lo que quería en ese instante, lo que quería para siempre.

- Por favor, señor Midoriya- Shoto tomó la cabeza del omega con ambas manos y la empujó contra su pelvis- ¡DIOS! 

El omega aguantó las arcadas, como le habían enseñado, presionó sus manos en los muslos del alfa y lentamente alejó su cabeza.

Con su lengua, recorrió la punta del pene del alfa, abrió su boca y se agachó una vez más, tan lejos como pudo, levantó la cabeza y antes de dejar que el miembro escapara, lo succionó con un poco de fuerza hasta escuchar el quejido del alfa.

El miembro abandonó sus hinchados labios con un "plop" húmedo y quedó levantado frente a su rostro.

- Eres bastante descortés Shoto-kun - el señor Midoriya tomó una vez más el falo delante suyo con la palma de su mano y lo acercó a su rostro, para pasar la lengua por toda su extensión- Dejándote llevar tan fácilmente- Izuku volvió a meter el pene en su boca, yendo hasta el fondo y luego sacándolo- Parece que tendré que enseñarte muchas cosas.

El omega se agachó hacia los testículos del alfa y los masajeó con una mano mientras que la otra recorría la virilidad de Shoto.

El alfa se sujetó a los reposa-brazos de la silla, no estaba atado a ella pero sentía una fuerza invisible empujarlo, la misma fuerza invisible le hacía mover sus caderas, siempre más cerca al señor Midoriya.

Era el deseo.

Él era un alfa joven, las cosas que estaba sintiendo, el deseo y el placer, eran nuevas para él. Los sentimientos que estaba desarrollando, confusos, eran nuevos para él.

Miró al omega entre sus piernas, las cosas que le estaba haciendo sentir, eran nuevas.

De pronto sintió que todas esas cosas desconocidas le desagradaban. Quería poner sus sentimientos en orden, conocer sus sentimientos y las sensaciones, saber lo que las desencadenaba.

Shoto estiró sus manos, despegándolas de la silla y tomando entre ellas el rostro del omega, acercándolo al suyo.

- Enséñeme, Señor Midoriya- Dijo el alfa mientras unía sus labios a los del omega y descubría su propio sabor y el del omega mezclados- Quiero aprender todo, de usted.

El omega ronroneó y le pidió abrir la boca, cuando el alfa lo hizo, sintió su lengua ser abordada y arrastrada por la del señor Midoriya.

Fue un beso húmedo, el alfa sintió sus labios llenos de la saliva de ambos y un hilillo los mantuvo unidos cuando se separaron para tomar aire.

Empezaron a desvestirse, desesperados, el ápice de conciencia guardado por Shoto para hacerle al señor Midoriya una declaración tan vergonzosa, acababa de desaparecer y ahora era todo instintos.

Su instinto le decía una y solo una cosa:

Obedece.

Izuku dirigió a Shoto para que se echara en la cama, el alfa -completmente desnudo obedeció mansamente y esperó sentado mientras el omega se sentaba a horcadas sobre su cadera.

Tenía aún la camisa puesta cuando apoyó las yemas de sus dedos en los pectorales de Shoto, y ambos podían sentir la fricción.

No había tela de por medio en los lugares importantes, y Shoto sintió ganas de tomar con fuerza la cadera del omega. 

En su lugar, preguntó:

- ¿Puedo beber de usted?- Un susurro se hizo escuchar en la habitación llena de jadeos- Déjeme probarlo.

Al escuchar la picardía con que se expresaba el alfa, Izuku empezó a pensar que en realidad él pudo haber tenido experiencia.

El pensamiento le desagradó, por lo que no intentó siquiera objetar y acerco su pelvis a el rostro de Shoto. Dejaría que le muestre en lugar de preguntarle.

El alfa tomó sus nalgas y las puso frente a su rostro, lo levantó con fuerza e Izuku temió caerse por lo que, en medio de un jadeo, se sujetó de la cabecera de la cama.

La entrada del omega empezaba a lubricar, Shoto podía sentirlo, el olor del gel de ducha mezclado con las feromonas del omega.  Pegó su nariz y estiró su lengua.

Empezó lamiendo los bordes, los sintió retraerse y entonces empezó a intentar meter su lengua en el estrecho agujero.

Estaba poco contento con la postura así que tomó al señor Midoriya de la cintura y lo empujó contra la cama con las nalgas levantadas hacia él y antes de que el omega pudiera siquiera reaccionar, separó sus glúteos y empezó a sorber silenciosamente, con fuerza.

Izuku hundió su rostro en las sábanas, lo que Shoto le hacía rozaba la línea entre el placer y el dolor. A Izuku le gustaba mucho.

Shoto lamió con fuerza la entrada una vez que separó su rostro un poco.

El encuentro entre los testículos del omega y su entrada, el períneo, fue lamido cuidadosamente por Shoto. Y luego siguió sorbiendo en la entrada los jugos que intentaban escapar. 

La habitación se llenó con los jadeos y gemidos de Izuku, y el sonido que hacía Shoto al pasar los fluidos del omega.

 El momento en que la mandíbula de Shoto empezó a doler, este se enderezó y sujetó la cintura del señor Midoriya y la presionó hacia abajo.

Tomó con su mano libre su miembro erecto y lo alineó a la entrada del omega, cuando una mano se estiró contra su cadera, deteniéndolo.

- Tienes que ponerte un condón- Dijo Izuku- No me gustan las pastillas, ponte un condón.

El tono subyacente de súplica que Shoto escuchó, no le agradó demasiado. A él, no debía rogarle en absoluto y el tono del omega con él no debía ser otro que imperativo.

- ¿Un condón? - Preguntó el alfa, intentando obtener una idea de dónde encontrarlos.

- Si, ¿No los usaste con tus otros compañeros?- Dijo Izuku, sintiendo un sabor amargo en la boca al mencionar a los otros.

- Señor- Shoto quitó el pelo que se adhería a su frente debido al ligero sudor- No han habido otros.

Izuku dejó de respirar un momento.

Shoto pensó, emocionado, que el señor Midoriya estaba feliz, que había estado celoso.

Tal vez, si hubiera visto la sonrisa perversa iluminar el rostro del señor Midoriya no hubiera pensado igual.

O, tal vez, sus sentimientos lo habrían orillado a pensar lo que quería.

- Vas a aprender tan bien- Dijo el señor Midoriya mientras se incorporaba y daba la vuelta.

Apoyó sus manos en los hombros de Shoto y lo echó sobre la cama, sentándose a horcadas sobre su cadera nuevamente.

Empezó a desabotonar su camisa lentamente y Shoto suspiró ante la imagen de su torso desnudo.

Tomó al omega por las caderas, para reunir un poco de autocontrol mientras preguntaba, nuevamente, por los condones.

- Está bien, luego lo solucionaremos- Dijo Izuku mientras se levantaba un poco y alineaba el pene del alfa con su entrada.

Se sentó lentamente, liberando el oxígeno contenido en sus pulmones para mantener la calma. 

Se sintió lleno, y empezó a moverse, lentamente.

Shoto no quiso perder detalle y observó cuidadosamente la manera en que las pestañas del señor Midoriya descansaban sobre sus pómulos y su ceño se fruncía mientras intentaba concentrarse y contener los gemidos.

Sus labios entreabiertos e hinchados dejaban ver por debajo una lengua roja y de rato en rato, una hilera de dientes se asomaba para morder el labio inferior.

Shoto estaba cautivado y detalló con una mirada suave y ardiente en partes iguales, todo el cuerpo del señor Midoriya.

Sus ojos se detuvieron en el vientre del omega, lineas rosadas ocupaban la piel suave, llamaban a Shoto para que las acariciara.

El alfa las detalló con las yemas de sus dedos, la rugosidad en medio de la nube de piel, frunció el ceño ante el pensamiento de que esa era una marca que no era suya.

Una marca en su omega, por un hijo que no era suyo.

Era un pensamiento intrusivo y tonto, pero sus ojos se oscurecieron sin poder evitarlo. El sentido de pertenencia estaba ahí, desde el primer momento él sentía pertener al señor Midoriya y que el omega le pertenecía también.

- Por favor Shoto, no hagas eso- El omega sobre él, jadeando y con las mejillas sonrojadas, alejó las manos del alfa de su vientre.

Sus palabras eran suplicantes pero esta vez el tono era jocoso. Lo miraba desde arriba con ojos divertidos.

No estás aquí para estas cosas.

Tus ojos no deberían brillar con afecto. 

Shoto alejó obedientemente sus manos del vientre del omega y las usó para sujetar la cadera que subía y bajaba.

La presionó contra su pelvis, sus testículos rozando también la entrada del omega. 

Se empujó contra él, una y otra vez.

Izuku sintió que sus codos temblaban y terminaron por no poder sostenerlo, dejándolo caer sobre el pecho de Shoto mientras este seguía embistiéndolo desde abajo, moviendo sus caderas con fuerza.

Los amantes jóvenes, llenos de desesperación y deseo.

Izuku acercó su boca al cuello de Shoto justo cuando sintió que su clímax estaba cerca.

El deseo, la anticipación y las demás emociones escondidas en los ojos de ambos, todas estallaron en sus bajos vientres, manchando sus cuerpos y mezclando momentáneamente sus escencias.

Izuku mordió con fuerza el lateral del cuello de Shoto ahogando un gemido contra su piel, hasta que el sabor metálico inundó su boca.

Shoto destensó su cuerpo mientras su miembro terminaba de expulsar su semilla en el cuerpo del omega. Sus brazos cayeron agotados a los costados de su cuerpo y se quedó mirando al omega tendido encima de él.

Este omega no es mío, reparó, está luchando con todas sus fuerzas para no ser mío. Pero yo lo quiero reclamar.

Y con ese pensamiento en mente, arrastró sus cansados brazos hasta la espalda húmeda del señor Midoriya, para acercar más sus cuerpos. Ese omega rechazaba desesperadamente sus afecciones y tomaba solo lo que creía necesitar. Pero Shoto forzaría su entrada a la vida del señor Midoriya. Él pertenecería al señor Midoriya.

Izuku intentó regular su respiración y giró su rostro para encontrarse con el mentón de Shoto, una estructura ósea fuerte, un libido vigoroso, y por sobre todo, el deseo de sucumbir ante él a pesar de ser un alfa.

Izuku sonrió silenciosamente, alejándose cada vez más de los pensamientos dulces. 

Ese alfa era suyo. Era suyo para poseer, para demandar y para marcarlo. Ese alfa era suyo, y le enseñaría cómo ser un buen chico.

BASTA.

HOLA

QUÉ TAL.

Vengo a contar rápidamente que tenía esta idea desde hace mucho, pude llevarla al cabo finalmente y me tomó esfuerzo, tiempo y algo de estrés, sí. 

Sin embargo, este OS no es sólo mérito mío, sino que debo agradecer por la idea original a celestiaaby y su historia corta ¨Señor Vegas¨. Basta, que la leí e inmediatamente pensé en lo maravilloso que sería que Shoto e Izuku tuvieran diferencia de edad también.

Y ahora, mi agradecimiento más especial para Las_nalgas_de_Venti por su maravilloso trabajo con la portada. Siempre quise pedirle una y al fin me animé, muchas gracias por su esfuerzo y por su precioso trabajo, tkm.

Y ahora, gracias a todos ustedes por esperarme, si la historia les gusta lo suficiente, podríamos continuarla, sino, estaría bien dejarla como un bello recuerdo y O.S.

Si tienen una pregunta, pueden dejarla aquí, estoy dispuesta a dar spoilers jajdjaj.


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