Capítulo uno » Dueño de sus más locas teorías
YoonGi, despreocupado, se sentó a su lado en esa aula de estrés y después de dar un sorbo a su botella de agua le echó un poquito en el cabello.
Namjoon golpeó sus rodillas por el escritorio y se talló el agua de la cabeza reclamando —¡¿Que te sucede, animal?!
YoonGi tenia las mejillas llenas de agua y señaló al pizarrón, tragó y luego habló con un rostro limpio de culpa alguna —Ya hay trabajo.
Nam no se dio cuenta entonces que el profesor habia llegado sin decir palabra o emitir sonido en sus pasos, como un alma en pena y escribió en la pizarra "Primer día, ensayo del libro que leyeron en vacaciones, 1000 palabras."
El moreno volvió a quejarse, tomó su maleta de ambas tiras y gruñó hacia la bolsa como si quisiera guardar aquel sufrimiento en sus hojas. El segundo año de su universidad les pesaba mucho.
YoonGi sacó una hoja blanca, y escribió acerca del libro "Damian" que habia leido hace tiempo. Esas vacaciones no hizo lo que le fue pedido, se creía demasiado para tomar órdenes y decidió invertir su tiempo en dormir y alguno que otro poema nuevo.
Al cabo de un cuarto de hora la puerta se abre con un tímido crugido, una persona llegó pero no pasó más allá del marco de la puerta, el profesor Hung le miró y preguntó —Buenos días ¿va en esta clase?
Los chismosos estudiantes no pudieron ver si el chico asintió o algo, pues era tan silencioso.
—Entonces pase, tienen trabajo.
El misterioso hecho de calmados suspiros caminó hacia adelante, YoonGi por mera curiosidad alzó sus ojos y lo miró un segundo solo para volver a bajar sus ojos. Aunque, pensandolo mejor los volvió a clavar sobre el chico; no era muy alto, tenia unos grandes cachetes y el cabello rubio casi pelirojo en suavecitos rulos. La pequeña mochila en su espalda era rosa, curioso, los estudiantes no se hicieron esperar con sus chuchilleos.
El chico escaneó con la mirada algún asiento libre entre todos esos chismosos ojos, el de enfrente estaba disponible. Caminó unos pasos hasta el lugar hasta que el profesor le volvio a llamar —Joven, ¿es usted nuevo en esta clase?
El chico asintió.
—Venga a firmar su nombre— apuntó a la hoja de asistencia en sus manos. El muchacho caminó determinado después de soltar su mochila, su vergüenza de haber captado las miradas de cada presente en el lugar le imponía solo ver al suelo, su profesor notó aquello. Este por nato interés intentó hacer una plática con él —¿Cuál es su nombre, joven?
YoonGi notó como el chico solo se agachó para firmar la hoja y en respuesta le tendió la hoja directo en sus manos apuntando a su nombre con un solo dedo. El profesor sin comprender dijo —¿No me dirá? Joven, tenga modales.
El chico negó con su cabeza pero el profesor en acción indignada prosiguió —No contestar cuando se le habla dice muy mal de usted. Deberia...
La clase entera vio como el nuevo chico alzó su mano e hizo una especie de gancho con su índice decorado en anillos y lo movió apuntando a su boca y luego a su oído.
El hombre se quedó callado. Mirándolo sin entender. El muchacho suspiró pesado y tomó una hoja de los post-it del profesor cuya función es anotar ideas espontáneas o fechas importantes. El hombre cubrió su boca con la pena del mundo al leer la nota y habló un poco más bajo, intimidado por su propio atrevimiento y temeroso de algún percance legal —Ya veo, me disculpo. N-no debí, joven. Puede sentarse. La actividad puede hacerla de cualquier libro que haya leído.
El muchacho de labios brillosos no se molestó, en cambio sonrió haciendo un amable eye smile y se fue a sentar.
La clase estaba tan atenta a la situación, preguntándose que letras decoraban los post it. Tanto así que el profesor tuvo que carraspear para que siguieran con su trabajo.
Namjoon estacionado detrás del chico nuevo, pegó con fuerza sus ojos y su cerebro intentó procesar; ¿que clase de humano le sonríe al profesor Hung? Lentamente giró su rostro hasta YoonGi y gran sorpresa, su amigo solo tenia la vista abajo junto a sus manos y lápices, terminando su ensayo. Relajó los hombros, apagó el ratón y se puso a hacer lo mismo.
La clase ya casi terminaba, nadie había podido acabar su ensayo y casi estaban ansiosos de acabar de releer mentalmente aquellos capítulos inspiradores, pues el tiempo se estaba acabando. YoonGi, casi terminando se asustó debido a un sonido de madera arrastrándose rompió que con su concentración. Miró al frente y estaba el silencioso personaje nuevo llevando sus 4 hojas blancas al escritorio.
El profesor ajustó sus lentes que de la impresión tan repentina cayeron hasta su nariz. Tomó las hojas y leyó el titulo —"El corazón delator" muy buena novela. Queda libre, y bienvenido al salón 601— guardó las hojas y aquel muchacho dueño de sus teorías más locas tomó su colorida mochila para luego salir del salón.
¿Que con el chico nuevo? Entraba en la cabeza de todos los estudiantes.
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