Capítulo tres » Limitados

Entró por la enorme puerta con grabado elegante en su madera. Caminaba con cierta velocidad haciendo que su largo abrigo gris volara a sus lados como una capa. YoonGi era feliz y el hecho no era desapercivido por el alumnado, YoonGi el "senior eterno amo de la literatura" sonriendo era como un eclipse, no sucede seguido pero tampoco puedes verlo directamente. Era casi perturbador.

NamJoon terminaba la tarea de Lady Stink cuando levantó sus ojos para ver a su amigo y preguntó —¿estás contento?

YoonGi plantó sus pies frente al escritorio y dejo salir una enorme bocada de aire sonriendo —Mi primera mañana sin contestar 15 mensajes de buenos días, sin enviarle una foto de como voy vestido, nada de eso, libertad mi amigo, libertad.

—Vaya, no tienes que agradecerme. Yo se que me adoras— dijo alzando su mano y tocando su pecho con la otra. YoonGi a punto de sentarse se detuvo en seco y giro su cuerpo hacia el escritorio de la izquierda —Me sentaré acá, alzaculo.

Nam soltó su pluma y chistó recargando su espalda —Ah, vamos... Era una bro... — se vio interrumpido por el portazo que el profesor Jun dio al entrar. Era de los peores profesores que tenían, daba gramática pero se especializada en tortura; era demasiado estricto, con reputación de estudiantes que fueron expulsados de su clase por respirar muy fuerte. Legítimamente. 

Nam miró a su amigo sentado en el escritorio sin un compañero a su izquierda, sabia que ya no tenía oportunidad para cambiarse de lugar y resignado soltó su mochila detrás de su silla.

Más estudiantes ingresaron, era la primera hora por lo que había un tiempo de 5 minutos de tolerancia, cuando solo faltaban 15 segundos en el reloj elegante del profesor llegó corriendo JiMin casi sin aliento.

Pasó la puerta disculpándose con el profesor dando cortas reverencias y se fue a sentar en el mismo lugar que la primera semana de clases.

No fue hasta que sacó su libreta azul que miró al chico que conoció el día anterior a su lado. Hizo el ademán de saludo más una feliz sonrisa pero pronto el chico le negó con la cabeza de manera ruda. JiMin se extrañó por eso y el otro le explicó en un susurro —No querrás enfadar a este profesor, es malo de lo peor.

JiMin abrió su boca y miró al señor regañando a tres estudiantes que habían llegado tarde. Devolvió su mirada a YoonGi y asintió moviendo sus labios en un "ok". 

—Jóvenes, veo rostros nuevos asi que me presento, soy el profesor Jun Leo. Estaré enseñándoles aplicaciones de la gramática II y espero pongan su mejor esfuerzo en el ciclo.

YoonGi dejo de prestar atención y comenzó inconscientemente a hacer garabatos con su mano izquierda pues era zurdo. Su dibujo quedaba cerca de la mano de JiMin que ya había comenzado a poner la fecha de aquel día. Sus grandes ojos miraron mas allá de su muñeca y vio los lindos garabatos de su compañero, parecía que creaba una mándala floral.

De pronto YoonGi dejo de agregar patrones al dibujo semicircular, se había quedado sin imaginación. Pensó y pensó que mas podría poner bajo los pequeños pétalos que acababa de terminar. De pronto entre tanto pensar su mano fue movida por una pluma de color negro, la rebelde mano intrusa comenzó a dibujar por él, haciendo formas onduladas sobre cada pétalo. Se miraba bien.

Quitó sus ojos de la esquina de su libreta para ligeramente observar a su compañero de asiento. JiMin estaba tratando de hacer lineas perfectas y limpias, la punta de su lengua salia de sus labios en gesto de concentración. Los ojos de él dejaron en paz la hoja rayada para pasar a mirarlo directo. Terminó agregando garabatos al dibujo y con su mirada preguntaba si le había gustado. YoonGi tardó en reaccionar pero cuando lo hizo y echó un vistazo a la mándala, sonrió suavemente dando su aprobación. 

Una mano se azotó entre el rostro de ambos contra el escritorio —¿Interrumpo algo?

El profesor Jun notó como no había escuchado a su orden y solo dibujaban en la libreta. Una vez que les llamo la atención los hizo salir del salón, no para que perdieran su clase, si no para darles una advertencia.

Los chicos salieron detrás del alto hombre de cabello negro, él se giró y mandó a YoonGi a cerrar la puerta —Muchachos, necesitan tener más obediencia, su comportamiento importa demasiado para mi clase y no toleraré mal comportamiento, sé que no son chicos de preparatoria para que yo esté llamándoles de esta manera pero se que las escuelas son pésimas estos días, yo haré mi trabajo bien y los disciplinaré como debieron haberlo hecho.

YoonGi no sentía nada al escuchar sus palabras, ni siquiera un poco intimidado estaba. Y podríamos esperar que JiMin al ser el nuevo a todo esto estaría aterrado, pero en cambio JiMin miraba al hombre con una fuerte determinación en sus ojos, su mandíbula cerrada con una ligera sonrisa mostraba aceptación a su hablar. El profesor habló después de ver sus reacciones —Usted es nuevo, dígame su nombre.

JiMin negó un poco para luego señalar su boca y luego su oído. El hombre frunció el ceño e inclinó su cuello.

El chico alto procedió a explicar —Su nombre es JiMin, es mudo.

—Ah, entiendo. ¿me lees los labios?

Él negó y señaló [sí escucho] las señas en si eran bastante literales por lo que el pensador profesor entendió rápido lo que intentó decir —Si me oyes, de acuerdo. Iré a hablar con el director, entren a la clase y guarden silencio.

YoonGi vio como su profesor se alejó por el pasillo, y entró de nuevo al salón, volteó su cabeza y JiMin lo observaba atento, meneó su cabeza y dijo —Pasa.

JiMin se apresuró a pasar, no quería que se quedara mucho tiempo sosteniendo la puerta. Se volvieron a sentar entre todo el buchilleo de sus compañeros. Una chica al ver a JiMin sentado le tocó el hombro, su asiento era el trasero a él así que inclinó su cuerpo sobre el escritorio para estar cerca de su cara.

—Hola, me llamo Xiumin, ¿y tu?

Una vez más, hizo la seña que decía [sordo] pero después alzó su mano en forma de que esperara y anotó en la libreta floreada de la chica las palabras "Me llamo JiMin".

Ella rió leyendo esto y contestó —el profesor no está, puedes hablar.

YoonGi a su lado rodó lo ojos, estaba muy atento a su platica. El chico negó y volvió a tomar la pluma de tinta rosa "soy mudo". Ella abrió su boca pintada de rosa —¡Nunca había conocido a alguien mudo!

JiMin hizo su cara hacia atrás esperando no captar su alta voz, la chica de su lado volteó con rapidez y hablo sorprendida —¿Mudo? ¿no hablas?

—Eso significa mudo, Eun— habló casi enfadado YoonGi delante de ella. El chico seguía escribiendo su tarea de filosofía.

—Entonces hablas por señas, mi amigo Finn tiene una prima sordomuda, ¡puedes hablar con él!— la chica de cabello esponjoso dijo animada.

JiMin hizo una mueca de disgusto y volvió a escribir "que podamos hablar asi no significa que nos agrademos, pero gracias".

Las chicas al leer al mismo tiempo bajaron sus hombros en desanimo. La castaña que primero le habló volvió a decir —Bueno, ¿de donde vienes?

"Del Norte, Busan"

—Y si puedes escuchar entonces te debe gustar la música, ¿que te gusta escuchar?

Su carita se ladeó pensando y luego se iluminó a la par que escribía "Pink Floyd, es extranjero ¿lo conoces?"

La chica alargó una vocal en forma de descanso vocal pensando y al final terminó negando, JiMin le sonrió "te recomiendo The Dark Side of the Moon, es buenísimo"

YoonGi casi terminando su último renglón escuchó a la chica bufar —¿Es rock?

Un silencio entre los dos solo dejaba sonar las pluma rozando el papel.

—Ah, no me gusta mucho esa música.

JiMin asintió serio, no veía a donde estaba yendo la conversación, y no le gustaba hablar por compromiso así que devolvió la pluma en su mano y se dispuso a mirar de nuevo al frente. Ella se había quedado quieta seguramente pensando que había hecho mal.

De nuevo el crujido de su cuerpo contra su mesa se escuchó ahora más cerca de él. JiMin volteó topándose con dos lunas frente a su nariz, su pecho aplastado en la mesa le había puesto nervioso. YoonGi miró de reojo solo por curiosidad y una vez que notó como le embarraba sus pechos en la cara al chico nuevo exclamó cansado —Por Dios Xiumin. ¿tan rápido?

—¡Aish!— dijo en su dirección, se volteó de nuevo al chico sonrojado —¿quisieras ir a un café conmigo después de clases?

JiMin se quedó quieto en su lugar, sin entender la promiscuidad de aquella chica con el chico que poca atención le quería dar, su mano tembló mientras pedía su libreta una última vez. La chica leyó su nota y dijo un decepcionado —Oh, bien.

Terminó al fin su dolorosa conversación. JiMin suspiró con los ojos muy abiertos, sacudió su cabeza tratando de dejar aquella atrevida imagen de su cabeza. YoonGi prestó atención a sus rulos casi anaranjados menearse por sus movimientos.

Se rio dándole un ligero codazo —Siempre hace lo mismo, después de clases te va a volver a buscar. Si quieres quédate conmigo y mi amigo Namjoon— su mirada daba una especial confianza al chico por lo que aceptó su oferta.

Terminaron sus primeras clases, antes de su descanso de dos horas. YoonGi platicaba con Nam mientras caminaban a lado del chico silencioso directo al food court.

El moreno como siempre se desvío directo al puesto de subways, y YoonGi se separó caminando al de comida japonesa, miró a JiMin inconscientemente seguirlo a él y le habló —¿También quieres japonesa?

JiMin asintió embozando una dulce sonrisa. Mirarlo con tal alegría a cosas cotidianas era algo raro, pero agradable raro. Es como un niño pensó YoonGi.

YoonGi ordenó el lonche número 8, el usual de su gusto. Esperó a que JiMin pensara en que comer y miró como señalaba con sus deditos un lonche numero tres. Había algo que YoonGi nunca había notado, ese puesto era el único con números en los lonches.

¿Come japonesa porque es la única que puede ordenar?

Le tocó el hombro y dijo —¿seguro que quieres esta? Puedo ayudarte a pedir otra cosa.

JiMin bajó sus ojos, era muy evidente que le daba vergüenza depender de los demás, no quería deber a nadie o verse inútil. Su tía siempre le dijo que él era todo menos un inútil, el no hablar no lo hace inútil, hace al mundo inadecuado.

YoonGi prosiguió —Vamos, no te resignes por lo fácil. Dime ¿que es lo que más te gusta comer? ¿china?

Sus cabellos ondulados negaron.

—¿No se te antoja una torta de bistec? ¿jugosa, chancrosa y exquisita?— dijo en una graciosa voz, algo así como la de un duende.

Su boca babeando y ojos adormilados le dijeron que si quería. YoonGi tomó su bandeja de comida y le llevó hasta el puesto de nombre "las parrillas".

—Una torta especial con té, por favor— YoonGi habló al bajito hombre de la caja.

JiMin pagó cuando el hombre volvió con su bandeja y ambos se sentaron en la mesa donde Nam devoraba su sándwich de albóndigas.

—Cuando quieras algo que no sea japonesa puedes decirme, no me molesta— dijo haciendo sus ojos muy chiquitos y los labios atrapando comida a medio masticar.

JiMin asintió un poco sonrojado de sus orejas, y antes de comenzar a comer puso su mano en su pecho para luego alargarla hacia el chico. YoonGi miró esto dudoso, no sabía lo que significaba. JiMin lo repitió con lentitud vocalizando con su boca sin hacer sonido, obviamente, un amable "gracias".

—Oh, ya. No es nada— imitó el gesto provocando a JiMin reir.

Al cabo de 40 minutos todas las bandejas se encontraban ya vacías y Nam por su naturaleza creció una curiosidad por el muchacho.

—¿A que escuela asistías antes?

JiMin anotó en la servilleta que ya tenia varias frases cortas, dignas de su propia bibliografía "me educaban en casa".

YoonGi se sorprendió —¿Porque ya no más? ¿para que pudieras tomar una carrera?

"Mi tía me enseñaba, ella ahora descansa en paz". No mostraba pena o alguna otra cosa de mencionar la muerte de su tia. Eso incomodó un poco a Nam pero YoonGi fue el que habló primero —Ya veo, lo lamento. No tienes porque preocuparte de nada. Ahora somos amigos.

—Si, puedes contar con nosotros. Si necesitas algo o quieres quitarte mas zorras de encima como Xuimin solo avísanos— Nam dijo guiñandole el ojo.

De nuevo, sus ojos se curvaron un instante dejando a los dos chicos una sensación de dulzura en su pecho.

Ahora en su casa, cansado y con la mochila llena de tarea nueva, se dejó caer sobre su amplia y cómoda cama. Su cuerpo se hundió por completo entre la colcha blanca. Sintió unas pequeñas patas clavarse en su cuero cabelludo y miró hacía arriba, su gatito Sony, lo recibía con el mismo amor de siempre.

Lo acarició, sus patitas contrastantes de su demás pelaje eran su parte favorita. Patitas blancas, bigotes blancos, y cuerpecito negro. Ese era su gatito.

El gato bajó de la cama, JiMin ya sabía que quería comida. Levantó su cuerpo hasta quedar sentado y talló sus ojos, el pequeño minino acariciaba su cuerpecito contra su pierna apresurándolo. JiMin rodó los ojos debido a su leve y tierna insistencia y se levantó para caminar a la cocina, sus escaleras eran muy largas y al pequeño Sony le costaba bajar a saltos pues disponiendo de solo tres patas, tenia movilidad limitada.

A veces JiMin se ponía a pensar que si pudiera comunicarse con el joven gatito y le dijera que tiene movilidad limitada él le contestaría —¿Movili- que? ¡mi cola! Mirame saltar hasta los rosales, ¡soy un gato genial!

Una cosa que admiraba de él era como sobrellevaba esa condición. El mismo tiene una limitación que todos los días de su vida le ha molestado, no tiene habla con la cuál pedir una ayuda rápida, no tiene una voz para ordenar una simple comida en su escuela. Ha aprendido a vivir con su condición, ajustándose al mundo, aunque a veces se pone a pensar que seria muy lindo si los demás también pusieran de su parte.

Pero hoy no pensaría de esa manera, hoy hizo amigos, hoy comió algo muy rico y hoy recuperó un poco de su vida normal.

La sonrisa que parecía nunca abandonar su rostro volvió a salir. Su vida se estaba recuperando poco a poco, tenia amigos y eso le hacía muy feliz.

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