Capítulo siete » YoonGi siempre estaba ahí

Dos semanas tardaron las autoridades en dejar en paz su institución.

La escena del crimen fue investigada y limpiada al fin.

Dos sospechosos, declarados inocentes, pero lo que volvió al caso uno congelado, fueron los testigos falsos, las redes sociales, los "youtubers" de la institución y claro, un toque de corrupción no hacía falta.

La escuela podía entrar en clases de nuevo, todo estaba igual que antes, a excepción de un altar en el centro del edificio. No era la mejor foto del Sr. Bing, pero era algo.

Los chicos claro que al entrar no pudieron evitar chismear sobre distintas teorías que como todo universitario creaban pensando que ya tenían el caso resuelto.

—Tal vez fue el director.

—¿El anónimo?

—¡Si, ése!

—Ni siquiera sabemos como luce, ¿porque piensan que es él?

—Pues por eso mismo, es una fachada. Tal vez lo hizo enojar.

JiMin escuchaba la platica de los muchachos que caminaban frente a él. Su cabeza estaba agachada, demasiado deprimido para ver bien su camino.

Como consecuencia, su cuerpo se estampó con otro que iba caminando a toda velocidad, el maletín del hombre cayó y sus papeles volaron por el aire.

Pánico puro, JiMin no tomo importancia a su manita que se golpeó con la banca y rápido comenzó a reunir las hojas de la persona, había mucho viento y podían salir volando y perderse para siempre. Ese nuevo profesor sobaba su cabeza con una mueca de dolor.

Frente a sus ojos ya estaban los papeles y el librito rojo que JiMin se encargó de juntar.

—Oh, gracias ¿te encuentras bien?— preguntó mientras se levantaba. Limpió su pantalón negro y acomodó su cuello de la camisa blanca.

JiMin movió su cabeza de arriba a abajo sin expresión. Un hombre murió en ese lugar ¿como tendría voluntad para sonreír?

El hombre le dio su mano y dijo —Mi nombre es Kim SeokJin. Seré profesor de Literatura II. ¿sabes...donde esta el salón 601?

Reconoció el mismo número que su grupo y asintió haciendo un ademán para que lo siguiera. SeokJin arregló aun ropa, estaba nervioso por su primera clase, recién había recibido su plaza, aunque tenía menos horas de las que un profesor debe tener, pero era joven, entusiasta y este era su primer día.

JiMin no lo miró en todo el recorrido, seguía rondando por su mente la noticia de la policía: "Ya no contamos con respuestas, por el momento no se encuentra ningún sospechoso responsable del asesinato del Sr. Bing, esperamos mas pistas y si alguna persona tiene información relevante, por favor informarla a las autoridades."

Su mente sostenía la idea de que una vida fue arrebatada en el mismo edificio donde él estaba, donde estudiaba y donde escribiría poesía sentado en la fuente. Sintió algo de repulsión y su estómago revolverse. Olvidándose de que estaba guiando a su nuevo profesor, corrió al baño, buscando vaciar su panza. Llegó apenas, tambaleó corriendo y se tiró de rodillas frente a un escusado. SeokJin le siguió preocupado, vio sus pies saliendo del cubículo y cuando ya no escuchaba mas sus arcadas preguntó cauteloso —¿Te encuentras bien?— le tuteó.

JiMin solo suspiraba profundo, trataba de calmarse y dejar de pensar en eso pues la sensación de sudar frío era horrible. Tiró la cadena y se levantó con pesadez, una vez que salió aún con su cara pálida, asintió al nuevo profesor. Este claro que no dejaría a un estudiante en esa condición. Se le acercó y dijo —No se supone que debas venir a la escuela en embarazo...

Los ojos de JiMin se abrieron y miró al alto hombre con un rostro de miedo indescifrable. SeokJin no pudo evitar reír un poco —Es broma, creo que debo llevarte a la enfermería. Lava tu boca.

JiMin lo hizo pero solo para sacar su libreta de la bolsa pequeña de su mochila y escribir rápidamente "no quiero perder clase, me encuentro mejor"

¿No hablas?— preguntó después de leer su nota escrita en esa bonita y curva caligrafía. 

JiMin sacudió su cabeza a los lados.

El hombre de tan solo 26 años sonrió cortamente y dijo —Bien, ya llego 10 minutos tarde a mi primera clase, si insistes en llegar, no te pondré retardo a ti...

Giró sus lindos ojos, como si el que hizo tal broma no fuera alguien mayor a quien debía tomar como autoridad. Sintió como si fuera alguien de su edad con quien pudiera llegar a hacer amistad.

Entraron ambos al aula y JiMin se desvió muy rápido a su asiento a lado de un desubicado YoonGi. Una vez que se sentó, YoonGi le tomó el hombro y le pregunto muy cerca de su oído —¿Donde estabas? Me estaba asustando.

Arrebato sus cosas y anotó en su libreta "estaba en el baño, nuestro nuevo profesor estaba conmigo"

Su clara inocencia no le hizo darse cuenta de que sus ideas comprimidas en un renglón le hizo ver algo pasado de raya. Pareció que dijo algo íntimo que molestó a su amigo pelinegro.

—¿Como que en el baño? ¿que..que...que hacían los dos ahí?

JiMin achicó sus ojos y negó con su cabeza, de nuevo. No comunicando lo que quería.

El carraspeo del profesor les llamó la atención y todos en el aula miraron al frente.

—Les pido una enorme disculpa a todos, me atrase unos momentos en una emergencia— puso sus oscuros ojos en JiMin solo un segundo, el pequeño bajó su cabeza y enceló al otro búfalo a su lado —Mi nombre en Kim SeokJin, seré su profesor de Literatura Aplicada II y espero que trabajemos bien juntos— hizo sus manos en unos puños esperando un apasionado "¡claro profesor!" que siempre añoró en sus tiempos de estudio. Pero nunca llegó. Incómodo, se acercó a su escritorio por sus hojas.

Fue claro para todos como el nuevo profesor quedo en un pequeño ridículo, y JiMin se sintió muy mal por él. Si pudiera, él sólo gritaría "¡Yuju!" solo para animar a SeokJin.

YoonGi no quitaba sus ojos de la manera en que JiMin se movía, parecía cansado, y hasta ... Adolorido —¿Que estaban haciendo en el baño, JiMin?— susurró con fuerza muy cerca de la cabeza del alarido.

Él se giro, no estaba entendiendo porque se enojaba con él. Acercó su mano a su libreta y escribió "No tienes de que preocuparte, no me paso nada malo."

¿Estaban ... haciendo algo?

Park "inocente" JiMin frunció el ceño "¿quienes?"

YoonGi rodó los ojos —Tú y el profe.

"No, yo creo que aun sigo enfermo de tu tocino"

No comprendió bien a la primera, hasta que conectó los hilos y sin más, gritó —¿Vomitaste otra vez?

Si quedara a mi criterio, YoonGi seria llamado Pendejo y recibiría un buen zape de JiMin, lo había dicho muy alto, todos clavaron la mirada en ellos, incluso SeokJin quien escribía en el pizarrón. 

JiMin era claramente mas educado, asi que puso su dedo sobre sus labios e hizo "shh" muy bajito.

—Ah, me dueles Jiminnie, me dueles— a sus espaldas, NamJoon lloró en soledad.

Alguien en el fondo susurró a su mismo y su compañero —A alguien se le olvidó el condón...

SeokJin les habló una vez más, con tal vez demasiada tímidez —Chicos, esta es mi primera clase, tengo los nervios del primer día y se que pueden notarlo. Por favor, les agradeceria si pusieran de su parte para hacer la clase fluida y agradable ¿estamos de acuerdo?

JiMin asintió con un especial brillo en sus ojos, en cuanto a los demás alumnos, solo hicieron un vacio "sí profesor" que valía mucho menos que... En realidad 
k mmnada valía menos que eso.

Aunque SeokJin no le hubiera dicho que era su primer dia, ellos muy facilmente se hubiesen dado cuenta pues, el trabajo de ese primer dia fue algo tan simple que les hizo sentir estar en kinder de nuevo. Antes de que la hora terminara, cada uno ya tenia su trabajo listo y puesto en perfecto orden en la esquina del escritorio. SeokJin presionó sus labios juntos, buscando mentalmente que podría proponer para que esa clase no fuera un aburrido desperdicio de tiempo. Miró a cada uno a los rostro, a las chicas con demasiado maquillaje, al chico mudo con cabello ondulado, el chico a su lado que no le ha quitado el ojo de encima desde que le shusheo hace 16 minutos, y al guapo chico de cabello oscuro de la primera fila, su piel lisa y ojos filosos. Hasta con un simple semblante serio parecía un modelo de perfumería masculina, algo de elegancia que no pasa desapercibido. Y como su naturaleza, creció bendita curiosidad.

—Escuchen, me interesa mucho saber que hace cada uno aquí, que los llevó a estudiar literatura en esta universidad— se sentó en la esquina de su escritorio, a un lado de la pila de hojas —¿Alguien gusta comenzar?

JiMin deseaba poder hacerlo, pero simplemente estaba fuera de su alcanze.

Y una vez más, nadie, ni un alma le siguió la corriente. ¿Estos animales de verdad se esfuerzan en hacerme quedar pequeño y estúpido?

Si hay un Dios, este escuchó sus plegarias. Una chica al fondo alzó su mano.

—Gracias Yoda— susurró SeokJin —Tú, dime tu nombre primeramente.

La chica acomodó su cabello en su oreja —Me llamo Xiumin, yo estudio aqui por que quiero ser guionista de obras dramáticas, siento que lo puedo lograr.

—Muy bien— SeokJin de verdad que necesitaba alguien que hubiera hecho una decisión profunda...o simplemente correcta— Gracias Xiumin. ¿Alguien más?— bajo sus ojos hacía su nuevo alumno favorito —¿Tú JiMin? Puedes escribirme una nota.

El pequeño chico apuntó con su dedo a su propio pecho, SeokJin achicó sus ojos con ternura —Si, tú. La leeré para todos.

Le daba pena, así que en mejor opción, sugirió a YoonGi con su gordito dedo índice. SeokJin negó con su cabeza dejando entender que daba igual quien lo hiciera. Y asi, tan rápido como pudo, escribió en su libreta de hojas color pastel una nota de su razón de estar en ese asiento, estudiando letras y como mejorar en lo que su tía le influenció desde la infancia.

Un minuto pasó en silencio y luego JiMin tomó en ambas manos su libreta y la pasó a las pálidas de YoonGi. Este no se negaría nunca a una petición de su amigo pequeño, sostuvo la ancha libreta y leyó con una voz profunda y casi dormilenta —Me encanta escribir todo lo que veo, la vida que tanto dicen imita al arte es para mi, mi lema de cada día. Quiero escribir la vida de una manera en que las personas sepan para que están aqui y porqué razón. Si son en canciones, si son en libros o poemas, ya será la misma vida quien lo decidirá cuando sea tiempo.

Nam alzó sus cejas, le agradó mucho la actitud de su nuevo compañero que de todo lo que escribió en cuestión de segundos, no se notaba en su persona. Siempre cohibido, tímido y hasta tierno.

Su profesor junto sus manos, y acomodó sus delgados anillos —Que impresionante Joven. Me interesa saber a donde llegará usted cuando logre lo que desea.

JiMin mostró una linda sonrisa, agradeciendo que le retroalimentó y no solo ignoro la pasión que puso en esas cortas lineas. Su contacto visual se interrumpió por la mano de YoonGi, rudamente devolviendo la libreta.

· · ·

YoonGi aparcó su sucia moto frente a la casa de vistas blancas y paredes grises. La casa de sus papás y sus dos molestos hermanos menores.

No tardó mucho para, a través de las plantas de su jardín, ver la cabeza de su adulta asomarse en emoción, con un gorro de paja y una mancha de tierra en su mejilla —¡Mi niño!

YoonGi soltó su casco y corrió hasta su querida adulta —¿Qué haces en el suelo? Te puedes lastimar.

—Oh— se quejó ella limpiando sus manos en su mandil para no manchar a YoonGi —No me pasa nada, tengo sangre de lobo.

—Pero huesos de una hermosa tortuga. Necesitas cuidarte, KiSoo— cuando su adulta se vio parada frente a él, ella no esperó a pedir permiso y atrapó sus mejillas en sus maduras manos.

Su rostro se hundió en ternura, su niño había cambiado mucho.

—Mirate, todo un guapo adulto— chasqueo su lengua sin dejar de ver sus facciones —Un adulto muy flaco. ¿qué no comes? ¿Qué he hecho mal, Buda? Entre a la casa y coma de mi pay.

YoonGi, volvió a sus 10 años y dijo en emoción —¿Pay de limón?— atrapando las manos de ella. KiSoo sonrió mientras asentía y YoonGi, sin esperar más, saltó a la puerta principal.

Su hermana JuLee, con su uniforme escolar, estaba sentada frente al televisor mientras usaba su celular. Gastando energía. Si esa fuera la casa de él, estaría más que enojado, tener tu propio departamento te hace codo.

Caminó, y apagó el televisor. JuLee bajó su teléfono protestando que ella miraba el programa —¡Liu! Es mi turno de poner doce corazo...— pero no era su gemelo, era su hermano favorito.

—¡Meow meow! Estás en casa— colgo sus brazos en su cuello. YoonGi, por más aprecio que le tenía a su espacio personal, no negó el abrazo a su hermanita JuLee.

—¿Que haces aquí? ¿necesitas dinero?— escucharon esas palabraa desde el pasillo, Liu tomaba una siesta pero el ruido de la moto llegar le despertó sabiendo que se trataba de su hermano mayor. 

No venía por una cuestión económica, no supo como explicarle. Hasta que llego su adulto a explicar. Llevaba unos pantalones aguados de color azul y unas sandalias sobre unos gastados calcetines que solían ser blancos —YoonGi, gracias por venir. Ninguno de tus hermanos puede venir. Hana está trabajando en el extranjero, Po sigue sin poder tener un pasaporte es...— bufó soltando aire de sus pulmones —Todo un desastre.

YoonGi cabeceó y caminó a abrazar a su adulto. Sabía lo que necesitaba aunque no lo dijera, esa era la habilidad de YoonGi, siempre sabía cuando sus adultos estaban tristes, o cuando uno de sus hermanos o hermanas se sentía fuera de lugar aunque ninguno de estos mostrara una cara larga o un comportamiento triste. Siempre estaba él, el pequeño niño de 10 años para consolarlos, sin usar palabras, un simple abrazo era todo lo que necesitaban.

En este caso, se trataba de la salud de su adulta lo que deprimia a su familia entera. Pero nada que una rebana de Pay de limón de KiSoo no pudiera sanar por unos momentos...

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