Capítulo ocho » Un bello comienzo

—Te amo, come bien ¿si? No me gusta verte tan flaco, mi niño— sus pequeñas y viejas manos no dejaban de tocar las mejillas de YoonGi, como si trataran de asegurarse de mantener una sonrisa permanente en su niño.

Yoongi con la sonrisa deforme por la presión logró sonreír aún más mientras rodaba los ojos —Claro mi adulta, lo prometo.

Su padre, ya con ropa formal, su usual chaleco oscuro y su camisa de botones siempre impecable se sentó en el sillón contrario de su sala, a través de la mesa llena de libros y de flores de la temporada. Admiró el cariño de su esposa a uno de sus hijos, ladeó la cabeza y por algo de angustia oculta en su pecho golpeteó el brazo del sillón mientras su pie hacia lo mismo con el suelo —YoonGi— llamó.

—Dime— respondió como pudo sin poder voltear pues su adulta no dejaba de darle cariño como lo ha estado haciendo.

—¿Cómo vas en la escuela?— se sentó mejor —¿Qué hay de nuevo?

La platica de padre e hijo no les quedaba, no eran así. Era palpable que la preocupación de su adulto por la salud de su esposa era inmensa, y su conducta normal ya no sale, simplemente es alguien que vive en sus pensamientos negativos y melancólicos, pero es un padre y un buen padre nunca dejaría que su familia lo viese derrotado en sus rodillas. Él quería que los días fueran normales y felices, como solían ser.

YoonGi tomó con delicadeza las manos en su rostro y cabello y las dejó en el regazo de su adulta —La verdad es que yo, estoy bien, tengo buenas notas y la inspiración no se acaba— sonrió cortamente para su adulto —Pero tengo un... Un amigo, sí, que... Me preocupa.

Sus padres se miraron entre si, no eran usuales esas palabras de su hijo.

Su madre se inclinó un poco y tomó su mano llena de delgados anillos modernos. El contraste de los tonos de piel y el bonito anillo de compromiso de Kisoo era enternecedor —¿Cómo se llama tu amigo?— paso a paso fue.

—JiMin, es...sí, supongo que es mi amigo. Soy su primer amigo, me dijo, bueno... Me señaló— su traba en cada palabra era reflejo de que un pensamiento aún sin terminar era interrumpido por otro y otro. Nada estaba claro en su mente.

KiSoo asintió sonriendo —Es mudo entonces, no pensé que sabias señas, mi niño.

Él negó —De hecho no, es complicado hablarnos pero, me gusta... hablarnos. Hablarnos me gusta— su despeinado cabello era justo como sus pensamientos.

Su padre rio de su ternura —KiSoo y yo sí sabemos. Hana tenía una amiga en su anterior hogar que era muda y aprendieron juntas. Ella nos enseñó.

YoonGi recordó a su hermana mayor, era dulce y amarga a la vez, una chica solitaria que ama a pocas personas, pero lo hace con toda su alma. La extrañaba mucho.

Su mamá, con determinación y aprovechando que algo les distrajo de la terrible situación, agarro la mano de su hijo y se encaminó a la cocina —Haremos un pastel de manzana y te enseñaremos señas para que tu amigo JiMin se sienta contento— una vez más, tomó sus mejillas —Contento con su primer amigo.

YoonGi por más feliz que se sintió, su corazón se quebró, su padre también soportó unas de las lágrimas diarias, su mamá no recordaba que ya habían hecho un pastel hace unas horas...

...

A las 7 am, el sol era ocultado por nubes grises, un clima poco popular.

JiMin sentaba en el bus mientras escuchaba las notas altas de una cantante que era famosa por su silbido. JiMin, más que hablar, quisiera silbar como ella.

Bajó deseando que las gotas no aumentarán. Pero se equivocó. Terminó corriendo hacia la entrada de la universidad y su cabello se encontraba ahora empapado. Su gel de brillitos y estrellas se arruinó y la tristeza aumentó.

Frotó sus manos en su cabello salvajemente y luego las miró, llenas de figuras pequeñas y brillantes. Volvió a frotar y está vez algo cubrió su cabeza por completo. Asustado la quitó y se giró. Era YoonGi con una sonrisa burlona —¿Te agarro la lluvia, chiquillo?

Jimin no estaba acostumbrado a apodos, y menos ese que era muy raro.

[¿Qué es esto?] señaló antes de analizar la tela.

—Es mi suéter. Pontelo— respondió con casualidad.

JiMin apretó los labios con pena [No, es tu ropa, tendrás frío....] sus ojos se abrieron sin creer lo que acaba de suceder.

[¡¿Cómo me entendiste?!] sus hermosas muecas de sorpresa añadieron los signos de exclamación.

YoonGi, orgulloso, alzó los hombros. —Eso no importa. Vamos a clase.

Agarró la mochila de JiMin para que este se pusiera el suéter verde oscuro. El dueño de la tela lo miró mientras se atoraba en la manga. Pensó que darle el suéter ya era muy íntimo, ayudarlo a ponerlo lo haría todo más raro, además... Era divertido verlo batallar.

—JiMin— llamó.

El chiquillo lo miró con atención con una manga sobre la cabeza.

YoonGi dejó de caminar e inhaló [¿Cuál...?]

JiMin con ternura asintió, comprendiendo que su amigo aún es principiante y debe tener paciencia.

[¿Es tu...?]

Su amigo carcajeo feliz, era muy raro que alguien hiciera eso por él.

[¿Seña?] el movimiento característico de su nombre se refería. Las personas mudas no deletrean los nombres cada que signan, sería agotador, los mudos tiene una sola seña para cada persona, puede ser que a sus padres les signen "mamá o papá", igual con los hermanos, pero también sucede que los mudos te asignen una seña especial para ti, que para ellos y su pensamiento sobre ti significa sólo tú. Puede ser algo en los ojos porque usas lentes, puede ser un movimiento ondulado por tu cabello pero siempre será única y para siempre tuya.

JiMin no sabía cuanta felicidad traía que alguien le hablara en Señas, era casi mágico lo mucho que quería carcajear.

Lo hizo, no pudo evitarlo. YoonGi hasta el momento no había escuchado la risa de una persona muda, era ruidosa y sin cuidado, como un niño.

Luego del momento, se puso el suéter y levantó su mano derecha, Yoongi miraba con atención, levantó el meñique, y lo atrapó con su pulgar, luego lo solto casi dando un golpecito en su barbilla.

YoonGi ahora estaba confundido —¿porque?

Jimin hizo lo mismo pero con su dedo medio [eso, significa "luz"] ahora lo hizo con el meñique [Con este dedo, es la "J", De JiMin] deletreo al final.

Puede que YoonGi comprendiera por lo que dijo —Significa que eres iluminador.

JiMin asintió [Mi maestra me lo puso a los 5 años, decía que yo era una pequeña luz que animaba cada cuarto donde yo entrab-]

—Chiquillo no te entiendo, vas muy rápido— YoonGi se sintió atacado por cada seña que aún no aprendía.

JiMin suspiró, todo iba tan bien. Era un comienzo, se recordó, un bello comienzo.

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