Capítulo cinco » Destinatario: Hetwing

"Una vez más, mi corazón se inunda en tus versos, siento la misma sensación que Edgar hacia su amada Irina. Eres espectacular y siempre mi alma salta de alegria al ver tus páginas. Siempre esperaré a tus libros, que me llenan de felicidad, ver tu nombre es un regalo, no se que hice en mi vida pasada para mercer leer tus notas, pero lo agradezco. Sabes que mi corazón ya te pertenece, te adoro, te admiro, te quiero. Gracias.

Tu fiel lector, JS"

Releia por quinta vez la carta que esa mañana llegó, el olor de café le encantaba pero nada como olerlo y leer las palabras de su mayor admirador. NamJoon era escritor anonimo. Tiene cerca de 5 libros publicados los cuales tienen gran fama, su seudónimo era "Hetwing" pues no amaria tener el tipo de reconocimiento donde sus lectores tienen un rostro a quien agradecer. Era algo extraño pero esa era su decisión.

Hasta que un dia hace 3 años despues de publicar su segundo libro "El mundo de Misery, perdido en lamentos" le fue entregada una carta de su editorial.

—Nos enviaron esto, tiene tu nombre como destinatario— dijo el jefe de aquella editorial pequeña.

Fue al instante, amor a primera lectura. NamJoon habia caido por esta persona -no le habia especificado su sexo- pero esperaba que fuera masculino.

La manera en que le llamaba "maestro de la erotica" no era denigrante u en maldición. Era gratificante y en gran honor. Amaba leerlo, en agradecimiento por todas sus cartas ese ultimo año, dedico al final de su tercer libro unas páginas a su amor literario.

"Me encantas, mi cabeza cae ante ti, me tienes en tus brazos y promete no soltarme, me encantas, mi locura creció y tiene de culpable
tus iniciales, JS"

Escribió en la ultima página legal de aquel libro de pasta roja, una manera simple de hacer reciproca las palabras de cariño.

Tomó su maletin, terminó su cafe y corrió a alcanzar su autobús .

· · ·

Tocó su puerta, quería tanto poder ver a su hijo más de lo que la noche anterior pudo. JiMin solo había corrido hasta su cuarto tratando de ser invisible para su padre.

Su cabeza tocaba la madera blanca de la puerta —Hijo, ábreme por favor. Quiero ver tu cara.

El chico no escuchaba esto, había salido horas antes del amanecer listo para llegar a su universidad. Vagaba por el parque paralelo a su privada, esperando a que fuera hora de entrar a sus clases. Una pareja dulcemente se tomaban de las manos en una lejana banca, era un hombre maduro con unos pantalones de tirantes, muy propios, y su mujer, la bella señora de cabello plateado arreglado en un moño bajo su bonito gorro tejido.

JiMin achico sus ojitos, su reloj decia que faltaban 40 minutos hasta que su clase de filosofía empezara, asi que se dio la libertad de sentarse en el suelo, sacar su libreta y escribir, poesia es como lo llama la gente, pero para él sus letras eran más que eso, eran escenas, eran situaciones, eran cuentos que cualquiera puede vivir alguna vez, nada fantástico pero por supuesto que hermoso.

Dictaba tal amor entre aquella pareja, podia fácilmente deducir que se conocian de jovenes, tal vez en un cafe, tal vez en un bar. Los brazos de él dejaban ver descoloridos tatuajes, tal vez él era el macho chico malo de motocicleta que se enamoró de la timida chica del instituto. La mujer tenía unas facciones tan lindas y delicadas, tal vez era humilde, tal vez tenian familia, tal vez eran almas gemelas. JiMin escribió cada posiblidad en bellas frases que tomaron dos cuartillas de su libreta.

Ya faltaba un cuarto de hora para sus clases. La pareja ya no estaba más sentada ahi. Tomó sus cosas y trotó hasta su escuela.

El salón estaba lleno, JiMin estaba algo abrumado, habia chismes volando por el aire, algo habia ocurrido.

Nam hablaba por teléfono, advirtiendo a YoonGi que no llegara.

Hubo un asesinato en la Universidad Hua. El profesor de Cálculo se encontró degollado en el cuarto de limpieza.

NamJoon girando en estrés sobre su lugar miró entre la gente el cabello naranja de JiMin, alzo su mano llamando su atención y este corrio a su lado.

[¿Que ha pasado?]

Nam dedujo su interrogante y respondió —Asesinaron a un profesor, se cancelaron las clases por hoy.

Cubrió sus labios, nunca en su vida habia sabido de nadie conocido a él quien haya sido asesinado. Era algo impactante y a la vez tan nuevo que no supo como tomárselo. NamJoon le tomó el hombro —tranquilo, no es seguro que te vayas caminando ¿tienes como irte?

JiMin negó haciendo las esquinas de su boca hacia abajo, no habia tenido en cuenta que el responsable podia estar cerca y eso le aterró.

—Ire a casa de YoonGi ¿quieres venir?— ofreció y JiMin sin dudar aceptó.

—Pobre Sr. Bing— dijo YoonGi tapando sus ojos en su sillón. Seguia en pijama y por sus cabellos, era facil saber que ni se habia duchado.

JiMin estaba en la barra de la cocina, tenia algo de vergüenza pues olvido que a la casa de YoonGi no son bien recibidos los zapatos y este dia llevaba los calcetines más gastados que tenia.

NamJoon se habia preparado otro café, de pronto le habia llegado otro dolor de cabeza y sabe que solo la cafeína se lo quitaría.

—Una vez lo vi en el mercado, no tenia hijos ni esposa. Que triste debió haber sido...— Dijo YoonGi en un tono lamentable.

NamJoon cabeceó mientras comía una galleta, esperando que el azúcar le quitara la migraña. El pelirojo de la barra tenia los pies juntos bajo la silla y su mirada pegada en el suelo. Seguía en una clase de shock que YoonGi notó. No sabia lo que en realidad pasaba en su vida y tal vez agregándole ese feo acontecimiento, su cabeza pesaría aun más.

Se levantó del sillon estirando sus brazos y dijo —si fuera religioso, rezaria por él. Gracias por sus clases Sr. Bing, y gracias por reprobarme también— miro el techo y creó una tierna sonrisa en JiMin.

Nam tocó su mano sobre la barra —¿te sientes bien?

¿Tan obvio era? Todos podían notar que JiMin no estaba bien.

YoonGi se acercó y por inercia el chico trato de ocultar aún más sus piesitos —Si hoy no tenemos clases, deberiamos salir por lo menos.

Nam sonrió —Sí , JiMin ¿donde te gusta ir?

El chico apretó sus labios mirando hacia un costado en forma pensativa, no solía salir mucho, en realidad nunca habia ido de fiesta o a algún bar. Cosa que trato de no decir porque le daría pena. Alzó sus manos diciendo que no se le ocurria ningún lugar.

—Vamos ¿algun pub, o un club rascuacho que apeste a drogas? ¿nada?

JiMin rio y negó a la vez. A su lado la silla se movio y YoonGi tomó asiento —Yo no he desayunado ¿tú ya?

JiMin trato de recordar, como tuvo que salir por su ventana, no logro pasar a la cocina para tomar por lo menos una fruta, dio una negativa con su cabeza.

YoonGi alzó su brazo —¡Mesero! Dos omelettes, para comer aquí y rápido.

Nam sostuvo un frío rostro —Aqui está tu omelette— Se tuvo que lavar la cabeza por el huevo que NamJoon le avento en protesta.

Después de unos minutos, YoonGi preparó dos omelettes de tocino con queso americano.

Hacia tanto que JiMin no comía una comida casera, su tia hacia comidas tan deliciosas, le encantaba desayunar junto a ella, casi lograba recordar cada mañana asi, si no habia regaños de su padre, habia caricas de su mamá.

Le agradeció a YoonGi por la comida y el otro observó como tomó su tenedor y cruzo cada comida con el mismo.

Queria preguntar que hacia, le pareció muy raro, pero lo dejo pasar, él su vida pensó

NamJoon estaba desparramado en el sofá. Leyendo las noticias sobre el incidente de su escuela, al parecer no habia sospechosos, pistas o más testigos, el caso era complicado y nada prometedor.

JiMin probó su comida, su lengua experimentó un sabor que nunca habia hecho, era grasoso, dulce y empalagoso. Abrió la capa de huevo en su plato y observó los trozos rosas. YoonGi sostenía su bocado a centimetros de su boca mirando con una barbara extrañes al chico.

JiMin lo miró con el ceño fruncido, apuntando a su comida con el tenedor.

—¿Qué?

JiMin repitió el movimiento un poco más salvaje.

—¿El tocino? ¿no quedó bien?

Tocino, habia escuchado hablar de el. Pero nunca lo llego a probar hasta ahora. De lo que se estaba perdiendo. JiMin miro el tocino y con sus manos pidio a YoonGi que le llenara con más trozos.

El rio con ternura —Hay más en aquél sartén. Sirvete lo que...

JiMin soltó polvo mientras corría a la estufa cargando su plato. Era delicioso ¿Cómo nunca lo habia probado?

YoonGi estiró su cuerpo tratando de ver lo que el muchacho hacia, llevaba un buen rato moviendo sus manos de un lado al otro, de un lado al otro.

De regreso a su lugar YoonGi abrió sus ojos —Tu...tu omelette no cierra.

"Tocino con huevo" podria llamarse a eso. JiMin achico sus ojos y asintio orgulloso. Ataco con su utensilio y se centró en comer cómodamente. YoonGi estaba algo preocupado. Era demasiado. Tal vez nunca en su vida le habian dado tocino llegó a pensar. Al mirarlo parecia un pequeño niño disfrutando de un rico postre, meneando sus pies colgantes de la silla. Lo dejó ser, dejo que disfrutara de su desayuno.

Vaya mala decisión.

Era la segunda vez que JiMin corría al baño despidiendose de su desayuno en el retrete.

YoonGi tocó la puerta cuando ya no escuchó nada —¿estás mejor?

Unos segundos después volvio a escuchar los armoniosos sonidos de guacareos del chico —Eh, te esperare en la sala.

Nam trataba de ocultar su sonrisa, le hacia mucha gracia la culpa que YoonGi sentia.

—Ya sé, cuando salga lo llevamos al consultorio.

Nam se acomodó en el sillon —Ah no, iras tú solo. Yo tengo frio— dijo con sus cejas alzadas.

—¿Y? Bien pudiste haberle dicho que no comiera eso.

—Escucha, tu lo preparaste, tu te responsabilizas del estomago débil.

YoonGi se recargo en su sillón —no es un panza débil, creo que nunca habia comido tocino antes.

Su amigo abrio ambos ojos —¿cómo?

—No se, me dio esa impresión.

Nam humeo un momento pensando, luego habló —los estudiantes en casa son muy raros.

—Tú eres raro.

—¡¿Porque lo defiendes?! Él te está bautizando el escusado.

Le lanzó una pantufla de un solo movimiento de pierna —cállate. Está enfermo.

En el baño ya no estaba JiMin vaciando su panza. Habia caminado hasta la recámara de YoonGi sin saberlo.

En cuanto sus ojos vieron una cama, se dejo caer entre las cobijas anchas y calientitas. Sus ojos se cerraron. Más su mente no descansó como debido, tuvo una pesadilla, una de las más recurrentes.

Habia gritos, reclamos y los oidos de pequeño JiMin solo podian escuchar sus propios latidos estruendosos.

No tienes que tratarlo asi, es un niño— la mujer azoto sus manos sobre la mesa.

Los ojos llorosos de JiMin recorrieron el sillon en donde se ocultaba. Le dolian las rodillas y los cachetes, aquellos manotazos le habia tirado al suelo y estaba seguro que debajo de su ojo sangraba.

Escuchó un gruñido, vidrios rotos y un jadeo de parte de su tia.

¡Detente! ¡te voy a quitar a JiMin!

¡No puedes, es mi hijo!

Jiun hizo sonar sus tacones y recorrer el sillón sucio hasta estar frente a los piesitos del niño. Le reviso la cara y haciendolo fruncio el ceño en coraje.

Si no lo hago yo, lo hará la policia— tomo al niño en sus brazos y lo cargo, no media ni la mitad de su cuerpo.

JiMin habia ocultado su cara en el cuello de su tia, tenia tanto miedo, hace días que la sensación de peligro no le dejaba en paz, siempre teniendo que cuidar cada accion que hacia pues si algo no iba como su padre queria, recibiría tantos golpes pudiera antes de desmayarse.

Sus pies sintieron jalones de aquellas manos que lo abusaban diario. Su tia forzó el agarre en su espalda y parte baja esperando que no se fuera de sus brazos. Otra persona intervino, su madre SunGee detenía el cuerpo de su padre para que lograra salir de esa mansión.

Lloró.

Apreto sus manos en la ropa de Jiun.

Lloró más por su mamá.

Queria irse, pero no queria dejar a su mamá con aquel monstruo.

—¿JiMin?

Salto de su cama mirando a todos lados en pánico. Dormía temblando mientras balbuceaba sonidos.

O eso fue lo que YoonGi le dijo.

JiMin hizo una sonrisa forzada tratando de que dejara de preguntar sobre su estado.

[Bien, ¿agua?] señaló de manera casi primitiva, era su mano simulando un vaso en su boca.

YoonGi se quedó congelado, ¿que era eso? ¿tres dedos en la barbilla...? —Ah, ya— dijo antes de correr al baño.

JiMin golpeó su frente al dejarse caer en la cama.

Regresó entregandole un pañuelo húmedo. JiMin lo tomó de manera en que YoonGi no se sintiera mal.

Se sentó a su lado —¿Te llevo al doctor o prefieres ir a tu casa y descansar?

JiMin abrió sus ojos de golpe recordando lo que estaba soñando hace unos minutos. Negó con su cabeza dejando a YoonGi sin opciones.

—¿Te sientes mejor?

Los rulos danzaron con su asentimiento.

—¿Entonces...quieres ir conmigo al trabajo?

¿Salir hasta la plaza sin tener que esperar en un auto? ¿tener libertad de caminar a donde quiera?

"¡Si vamos!" Comunicó su tierno eye smile.

Bajaron de la moto justo frente al restaurante más grande de la plaza, JiMin miraba la fuente en el centro de la explanada, era de verdad hermosa, sus manos picaron por sentarse en la orilla y escribir en su libreta lo bonito que brillaban los deseos de la gente al fondo del agua en movimiento semi-estático.

Los toques en su hombro le hicieron girar en su lugar.

YoonGi apuntaba con su otra mano a su espalda —es por acá. Mira, mi jefe es muy simpático, dudo que no te deje estar en la parte trasera. Ahi guardamos las chaquetas y demás. Si te aburres dime y pido un descanso para llevarte a tu casa.

JiMin asintió pensando opción que nunca tomaré, thank you next.

—¡Wake me up, before you YoonGo! ¡Corre a darle un beso a tu querido novio!— grito un chico de cabello cafe en cuanto entraron por la puerta de cristal. JiMin se alertó, ¿tenía novio? ¿Si es gay?

YoonGi no se mostraba amoroso, más bien reia con sus ojos cerrados, como una humilde broma incapaz.

El chico se acercó dejando los menús en un estante en la barra de la entrada y abrio sus brazos a YoonGi —¿donde estabas? Me encargue de todo yo solo, tus propinas son ahora mías ¿entiendes?

—Lo siento, lo siento— le dio un apreton de manos y le abrazo de manera muy masculina. No, no era gay.

JiMin no sabía que hacer. El alto chico era tan cercano a su único amigo en ese lugar tan nuevo que le hacia sentir demasiado ajeno a todo. El muchacho sonreia de una manera tan iluminadora, amable y feliz. Le miró sin quitar su sonrisa y dijo —Hola, soy HoSeok.

Una mano tendida frente a él ¿que hacer? La verdad no queria tomarla, nunca habia conocido a nadie de esa manera tan casual. Estaba nervioso. Le tomó la mano, incómodo.

YoonGi intervino diciendo —Él es JiMin, un compañero.

HoSeok levantó su barbilla comprendiendo —¿estudias filosofía?

Oh oh, no tenia su libreta. Su mano tembló indeciso en si tomarse el tiempo de conseguir una pluma y papel o si solo asentir viendose muy cortante, no. Era una nueva persona a la que conocía por medios que no eran familia o la escuela, no queria arruinarlo.

A punto de intentar vocalizar una afirmativa YoonGi se puso a su lado diciendo —en realidad él es mudo, te podría hablar con una servilleta pero sabes que aqui no tenemos de papel.

—Oh, con que señas ¿ah?— estiro sus brazos a la misma que movia sus pies acomodandose, preparando su cuerpo para hablar en movimientos.

[Me llamo H-O-S-E-O-K, aunque puedes llamarme H-O-B-i, mucho gusto] agregando al final una de sus bella sonrisas.

Sus ojos al igual que sus labios se abrieron mientras sacaba sus manos del bolso de su sueter [Es tan bueno hablar con alguien al fin, no soy sordo, puedo escucharte. ¡Mucho gusto!]

HoSeok analizó las señas unos segundos, sin esfuerzo pues Jimin lo hizo lento, cuando entendio la frase, se dio cuenta de su error y rió [Ya veo, igual no esta mal poner en practica mis señas, ¿lo hago bien?]

JiMin señaló [perfecto]

YoonGi tenia un rostro tan desubicado, con una boca indignada y un toque de celos —¿Como es que sabes señas?

HoSeok inclinó su cabeza —mi mama era voluntaria en centros de ayuda y yo amaba ir. La mayoria era niños sordo-mudos, asi que tenia que saber como hablar con ellos para poder jugar.

JiMin recordó tantas veces en su infancia como deseó que alguna persona, compañero o mayor le hubiera ofrecido una mano para acercarse a su grupo de amigos y jugar como todo niño. Todo habria sido muy diferente si hubiera conocido a HoSeok a los 6 años.

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