═════ ❀∘❀∘❀∘═════
ELIZABETH
❝안녕하세요❞
═════ ❀∘❀∘❀∘═════

Soltando un pesado suspiró, camino hasta una de las bancas del jardín que se hallaba desocupada y tomo asiento.

Moría de hambre de verdad. Las clases me habían agotado completamente, sentía que la cabeza me explotaría en cualquier momento; alguien debía volver ilegal el hecho de que las letras se fusionaran con las matemáticas.

Luego de clases, decidí ignorar todo a mi alrededor y enfocarme en que ese día terminase exitosamente, saque un pan relleno de crema y mi libreta de matemáticas. Sin embargo, al pasar de los minutos, la mirada tan penetrante de aquel muchacho me hace levantar la cara y cuestionarme muchas cosas. ¿Acaso tenía algo en la cara? ¿Un moco? ¿Por qué me observaba tanto?

—Aprendí algo —manifestó lentamente con mucho entusiasmo.

Y sin siquiera dejar que yo correspondiera, comenzó con su demostración haciendo que sólo sintiese curiosidad del que quería comunicarme.

"Mucho gusta ¿Yo soy un pato? ¿Tú nombre era?" Me cuestione cuando termino.

Yo sólo pude sonreír genuinamente, dejé lo que estaba haciendo y tome sus manos haciendo que el se petrificara un segundo. Moví su dedo índice hacia arriba, para que bajase desde su mentón y me señalase a mi.

La calidez de sus grandes manos se mezclaban con la mía haciéndome sonreír tontamente, como si fuera una maestra orgullosa de su alumno. Cuando termine, le pedí que lo intentará otra vez.

Un rojo carmesí ilustró ambas mejilla y no pude evitar pensar en lo tierno que se veía así. El castaño no reprochó nada, y simplemente se limitó a repetir lo que recién le había mostrado.

Sonreí orgullosa.

Quería enseñarle más. Tenía tanto que preguntarle. Tanto por decirle. Ese chico me generaba una curiosidad inmensa y unas mariposas que me comían el estómago cuando le veía. Sin embargo, al observar que sus amigos se acercaban, preferí mantener distancia.

Y me marché sintiéndome toda una tonta por dejarle ahí.

La timidez no había sido un problema hasta ahora.
Pero ese chico lograba ponerme tan nerviosa...

"Jake" Pensé y no pude ocultar mi enorme sonrisa.

Estaba claro que ambos pertenecíamos a mundos completamente diferentes.

Su mundo era ruidoso, extenuarte, desconocido para mi.
Mi mundo, era todo lo contrario. Tranquilo, silencioso, taciturno y callado.

Así que esa tarde de regreso a casa. Lo decidí.

Yo rompería esa barrera entre nosotros.

Ahora estaba más que decida a enseñarle lenguaje de señas para lograr conocer la forma en que Jake se expresaban y hacer que nuestros mundos colisionaran en uno solo.