Capítulo III

Son las 6:30 am y estoy muerto de sueño, tuvimos que levantarnos temprano para poder tomar nuestro vuelo a Nueva York, a Gerard le pareció buena idea el llegar tres días antes de la exposición y justamente tomar un vuelo temprano, no sé porque pero él siempre ha tenido esa manía de viajar por las mañanas, es extraño, pero así lo amo.

Una vez en el avión, nos acomodamos en nuestros asientos y como ambos moríamos de sueño hago que él se recargue en mi pecho y se duerma ahí, me encanta tenerlo entre mis brazos y ver cómo, entre sueños restriega su nariz, se ve adorable, pero no puedo permanecer por mucho tiempo admirándolo como dije antes muero de sueño así que yo también me quedo dormido

<<Todo es muy confuso, creo que el mundo está al revés, No, al parecer soy yo quien está de cabeza. Hay un fuerte dolor en brazo izquierdo, creo que está roto ya que no lo puedo mover y el dolor es mucho, también me duele la cabeza, siento algo cálido deslizándose por esta, tal vez es sangre, pero ¿Por qué?

No recuerdo mucho, a decir verdad no recuerdo nada, más que haber despertado de cabeza con un gran dolor ¿Qué está pasando? Trato de mirar a mi alrededor, estoy dentro de un auto, más específicamente en un asiento de un auto, traigo el cinturón de seguridad aun puesto, eso explicaría por qué todo está de cabeza, pero también hay vidrios por todos lados. Al parecer sufrí un accidente de auto.

Como puedo me quito el cinturón de seguridad, una vez en el suelo trato de arrastrarme para salir de aquel auto y ya afuera trato de incorporarme, me cuesta algo de trabajo, también me duele la pierna derecha, aunque la puedo mover bien, solo es mi tobillo el que duele, pero no tanto como mi brazo. También tengo algunas cortadas en los brazos y una en la mejilla, lo sé porque esta arde y cuando la toque mis dedos se encontraron con unas sustancia pegajosa.

Entonces, tuve un accidente de auto pero sigo con vida, eso es bueno. Miro a mi alrededor de nuevo para saber qué es lo que paso exactamente, veo el auto en el supongo venía y al alzar la mirada veo a una distancia considerable otro auto, este se encuentra con la parte de adelante hecha añicos; entonces el me choco.

Preocupado rodeo el auto en el que venía lo más rápido para tratar de auxiliar a quien esté dentro pero al rodearlo entra en mi vista un cuerpo tendido en el suelo, una extraña sensación de miedo me invade, y avanzo más rápido.
Conforme avanzó hacia aquel cuerpo tendido mi corazón comienza a latir con mayor fuerza, puedo sentirlo en mi garganta. No puedo distinguir mucho ya que la avenida no es muy concurrida y la tenue luz naranja que alumbra las calles no me permite ver a detalle.

Una vez más cerca no puedo creer lo que mis ojos están viendo, simplemente no puede ser, corro hacia aquel cuerpo con lágrimas corriendo libremente por mis mejillas y me arrodillo junto a él, No! No puede ser!
- Ge...Gerard? - No, no, no, no, nononono! No puede estar pasando esto! No! -Gee no, por favor no! Gerard abre los ojos! Gee por favor no!

Frente a mi está el cuerpo de Gerard, pero no se mueve, ¡Esto no pude estar pasando!.
Hay algo debajo de donde esta recostado, es sangre, es SU sangre! Mis ojos no dejan de derramar lágrimas de dolor ante lo que estoy viendo, él recostado en el sucio pavimento, con uno de sus brazos sobre su estómago y con la cabeza ladeada mostrándome su rostro, tiene una cortada en su frente, donde sale un hilo de sangre, esta baja por el costado de su cabeza hacia el suelo donde ya hay bastante sangre, simplemente esto no puede ser.

Con mucho cuidado acaricio su fría mejilla y el lentamente comienza a abrir los ojos, le está costando mucho hacerlo ladea su cabeza y por fin mi mirada se conecta con la suya y sin poder evitarlo, más lágrimas salen de mi al verlo en aquel estado, pero feliz de que este vivo.

- Gee, cielo, todo estará bien, solo... solo resiste amor, resiste - le tomo con mucho cuidado de la mano que esta sobre su estómago para no lastimarlo más y comienzo a gritar por ayuda, ya no me importa el otro auto, solo quiero que mi gee este bien.
- F-fra...fran..kie... yo...- trata de decirme, pero le cuesta mucho trabajo hablar, una lágrima escapa por uno de sus ojos y comienza a temblar, no sé qué hacer, no hay mucho que pueda hacer - T...te a...mo - me dedica una pequeña y cálida sonrisa para después cerrar los ojos y dejar caer su cabeza al igual que su mano escapa de la mía.

No puedo creerlo, no puede ser cierto, a lo lejos escucho una sirena, pero eso no me importa, sin importarme mi brazo roto me abrazo a él, ¿Cómo paso esto? ¿Por qué a él? Esto no puede ser el fin, no! Comienzo a lanzar gemidos lastimeros, no, no, no! ¿Por qué?

No soy consciente de nada más que el cuerpo de mi esposo al cual me aferro como salvavidas, no es sino hasta que un paramédico me toma de los hombros, que me dio cuenta de que ya ha llegado la ambulancia, pero ¿eso que importa? Si gee ya no está aquí, trato de alejar al paramédico de mí, le digo que me suelte, que me deje, pero no hace caso, mi estado es tal que dos de ellos me tiene que sujetar mientras otro me inyecta algo, pero no me importa, nada importa ahora, comienzo a sentir mis parpados pesar al igual que todo mi cuerpo, lo último que veo es al paramédico que me inyecto cubriendo el cuerpo de mi amado completamente con una sábana blanca y después todo se torna oscuro.>>

Despierto lanzando un grito y completamente agitado, soltando lo que aferraba en mis brazos, mis mejillas están húmedas y estoy temblando, mi mirada es borrosa, no solo por mis lágrimas sino que una luz blanca me ha cegado momentáneamente y me dificulta enfocar la vista, cuando logro hacerlo varias personas están viéndome y hay asientos por doquier, ¿Qué es lo que ha pasado?
- Tranquilo Frank! - alguien toma mi mano, volteo a verlo, ¡es Gee de nuevo! Y lo más importante, ¡Esta bien!
Me aferro a él, como aquella vez que tuve una pesadilla similar, mi corazón sigue agitado y sigo derramando lágrimas, ¿fue otro sueño?
Hacía tres días que no me pasaba eso, solo que esta vez no puedo dejar de temblar. Varias azafatas se acercan a nosotros ante mi estado, Gee trata de incorporarse conmigo entre sus brazos, no puedo ni quiero soltarlo.
Con ayuda de las azafatas llegamos al baño donde al fin me puedo separar de gee, solo para abrir el grifo del pequeño lavamanos y mojarme la cara para tratar de tranquilizarme.

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