Sempiterno (capitulo 6)

Enfermo.

Esa era la palabra que describía a la perfección su situación.

La alarma que tenía programada a las seis treinta comenzó a sonar indicándole que tenía que levantarse o se le haría demasiado tarde.

Cerro los ojos por uno momento mentalizandose que tenía que levantarse para arreglar al pequeño Vincent.

Con un quejido se levantó de la cama, se frotó el rostro cerrando los ojos y por un momento se quedó medio dormido, hasta que la voz infantil de su hijo resonó por su habitación haciendo que tuviera un pequeño dolor de cabeza.

—¡Buenos días Papi!— el infante como era costumbre se abalanzó hacia el azabache dándole un efusivo abrazo.

—Hola pequeño.— le dió beso en la frente al niño y lo bajo de su regazo, cosa que no pasó desapercibida para el infante, su papá siempre tenía mucha más energía en las mañanas, levantándose con una gran sonrisa.

—¿Te sucede algo Papi?— pregunto notando que su padre no tenía su tono habitual de piel, se veía muy mal.

—Ah, no, estoy perfecto.— para no preocupar a su pequeño se levantó rápidamente de la cama, a cabo de unos segundos eso le pareció una mala idea, todo a su alrededor empezó a dar vueltas, cayendo de nueva cuenta en la cama.

El niño se sorprendió por esto y fue a revisar a su papá, tocó su frente cómo lo hacía su tía Alya algunas veces y noto que estaba muy caliente. Corrió lo más rápido que sus pequeñas piernas podían y marcó el número que estaba anotado en una hoja de papel al lado del teléfono de casa.

—Bueno—

—¡Papá está enfermó!—

—Esta bien cariño, tranquilízate, llegó en unos minutos.—

El pequeño corto la llamada y se felicitó a si mismo por haber llamado, qué bueno que la morena le había enseñado a usar dicho aparato.

Regreso a la habitación de su padre y vio que este se había quedado dormido, con mucha fuerza logro acomodar lo más que pudo a su papá, fue a buscar una manta, pero al estar su padre a la orilla de la cama término cayendo de esta, vio que no se movió ni nada y solo le tendió la manta encima saliendo de ahí.

Tenía que vestirse por su propia cuenta, no quería despertar a su Papi.

Fue a su habitación y saco de está un pantalón corto color caqui, una camisa blanca y la corbatita que siempre acompañaba su uniforme, colocarse las primeras dos cosas fue lo más sencillo, la corbata era otra historia. Cómo pudo se coloco esa prenda y fue por sus calcetines y zapatos.

Con la camisa de fuera y una corbata mal anudada fue hacia la cocina, era hora de hacer el desayuno para él y su Papi.

Ya había estado tocando la puerta hace más de cinco minutos y nadie habría la puerta, ¿Acaso se habían olvidado de ella y se fueron?

Soltó un suspiro y decidió a seguir tocando un poco más, no perdía nada con hacerlo. Estaba a punto de tocar la madera con su puño cuando vio a la señora Dupain con una bolsa de compras en sus manos.

La mujer mayor le sonrió y ella le devolvió el gesto, no esperaba que la madre del azabache se apeteciera a esa hora, ¿Y si algo le había sucedido a Marín? No, no era momento de pensar negativo.

—Veo que mi nieto también te llamo a ti.— La ojiazul no podía evitar pensar que algo le había sucedido al pequeño o a Marín. En serio que lo intentaba.

—En realidad estoy aquí para recoger al pequeño Vincent, ¿Algo sucedió?—

—Bueno, Marín está enfermó. Dudo que sea algo grave, el que en verdad me preocupa es Vincent, pero no le digas a mi hijo.— la rubia asintió con una pequeña sonrisa y la mujer abrió la puerta con unas llaves de repuesto que tenía metida en su bolso.

—¿Hueles eso?— pregunto la azabache revisando en todas direcciones por algo extraño.

—Si, es olor a quemado.—

—Oh no.— la mujer mayor dejo las cosas en el recibidor y se apresuró a ir hacia la cocina, seguida por la rubia, que igual a ella estaba muy preocupada.

—¡Abuela!, ¡Chloé!— el niño dejo de hacer lo que estaba haciendo para ir a abrazar a su abuelita y a la amiga de su papá.

—Santos cielos Vincent, nunca vuelvas a acercarte a la cocina, no quiero que salgas herido cariño.— el niño asintió con un semblante triste que cambió rápidamente al ser cargado por su abuela.

La rubia empezó a observar a su alrededor y noto un pan tostado muy quemado, untado con grandes trozos de mantequilla sobre el.

—Donde está tu papi.— pregunto la rubia empezando a limpiar el desastre que había ocasionado el infante.

—Esta durmiendo.— fue la simple respuesta que dió el pequeño castaño.

—Vamos cariño, terminaré de arreglarte, y Chloé irá a ver a tu Papi ¿Si?—

—¡Está bien!—

Ese pequeño niño había cambiado mucho, antes era muy tímido y reservado, ahora era más energético y expresivo, era un adorable niño que daba alegría a la vida de Marín.

Termino de acomodar las cosas mientras veía a Sabine desaparecer en una habitación con el pequeño, se lavo las manos y arreglo un poquito su cabello antes de dirigirse a la habitación del azabache.

Tomo la manija de la puerta y abrió la habitación, encontrándose con un Marín durmiendo en el suelo.

—¡Dios mío!— se acercó rápidamente al cuerpo del enfermó e intento levantarlo fallando muchas veces, el azabache era muy pesado.

—Nathaly... No te vayas...—La mujer se tapó la boca evitando así reprimir un gemido de dolor por escuchar esas palabras, Marín nunca la olvidaría, de eso estaba segura. Seco la pequeña lágrima que empezaba a aparecer y con todas sus fuerzas recostó al chino-francés en la cama.

Tocó su frente notando que estaba hirviendo en fiebre, a pesar de todo el hombre estaba algo pálido y murmuraba en sueños. Definitivamente el mojarse ayer le estaba cobrando factura.

(...)

—En serio Vincent, ¿Estás bien con la nueva decisión?—

—Si, yo sé que tú quieres mucho a mi Papi, esta es tú oportunidad.— La rubia se sonrojo por tal declaración y no pudo evitar pensar que el pequeño era muy observador. Sabine se rió por el comentario y le dió la razón al niño, si quería avanzar está era su oportunidad.

—¡Vamos abuela! Se hace tarde.—

—Ha cambiado bastante, es un chico maravilloso. Si necesitas algo no dudes en llamar, Tom está en casa también, no te preocupes por Vincent, después de la escuela lo llevaré a mi casa para que Marín descanse tranquilo.

—Esta bien Sabine, cuidense ambos.—

Después de que la mujer y el niño se fueran la rubia procedió a revisar nuevamente al enfermó, en verdad quería ir con Vincent, pero quería cuidar también de Marín.

Regreso a la habitación del azabache y tomó asiento en un pequeño sofá que se encontraba ahí, se miraba muy tranquilo.

—¿Porque no me quieres Marín?—

—Si te quiero.— la mujer no estaba esperando está respuesta, quizá el hombre estaba delirando, pues aún tenía los ojos cerrados.

—Marin, ¿Te encuentras bien?—No obtuvo respuesta esta vez, por lo cual solo soltó un bufido y se recostó en el sillón, dormir un ratito no hacía daño.

—¿Nathaly?— No sabía en donde se encontraba, quizá estaba muerto y estaba reuniéndose con su esposa, no, esa no podía ser verdad, quería estar junto a su pareja nuevamente pero no podía dejar a su pequeño.

—¿Porque sigues pensando en mi Marín?—Pregunto la persona que se encontraba frente a él, su esposa.

—Porque te amo.— respondió simplemente tomando la delicada mano de su fallecida esposa.

—Lo se cariño, pero no puedes vivir así, tienes que encontrar nuevamente el amor.— la mujer de cabellos rojos se soltó del agarre del más alto, con su mano izquierda acarició la mejilla de su esposo y depósito un beso en la misma antes de empezar a desvanecerse.

—Nathaly... No te vayas...—Podía sentir el tacto en su mejilla, mientras la mujer se desvanecía poco a poco, posó su mano encima de la otra soltando pequeña lágrimas, no quería perderla, no de nuevo.

—¡Nathaly!, ¡No me dejes!—

—Pronto volveremos a vernos.—

Cuando ya no pudo divisar el cuerpo de la fémina cayó de rodillas tomando entre sus manos su rostro, ¿Está era una pesadilla? Porque quería despertar inmediatamente.

Todo empezo a volverse negro a su alrededor, quería huir, quería estar con su amada.

—¿Porque no me quieres Marín?—

¡Nathaly!

Fue lo que pensó, pero no, está voz era diferente.

—¿Porque no me quieres Marín?—

La frase volvía a repetirse, en donde estaba la dueña de la voz, quería ir hacia ella.

—Si te quiero.— respondió antes de que todo se volviera negro.

(...)

La luz le estaba molestando demasiado, abrió los ojos lentamente encontrándose con un par de ojos azules observándolo. Y todo lo que había soñado volvió a su mente.

—¿Chloé?, ¿Hace cuánto estas aqui?—

—Bueno, no llevo mucho tiempo, ¿Tienes hambre?— pregunto la rubia acariciando sus cabellos, se sentía bien, recordaba cuando Nathaly lo hacía, ojalá pudiera devolver el tiempo.

—No en realidad.— Confesó viendo a la mujer frente a él.

"Tienes que encontrar nuevamente el amor"

No, no tenía que pensar en eso aún. Cerró los ojos y sacudió la cabeza para alejar esos pensamientos.

La rubia dejo de acariciar su cabello y se enderezó en su lugar.

—Esta bien, te tomaré la temperatura.—

Ya había pasado bastante tiempo y Marín parecía mejorarse, eso la alegro un poco, lo único que no le gustaba de la recuperación era que tendría que irse de ahí.

El reloj ya marcaba las cinco de la tarde, Marín ya había comido, después de eso se pusieron a charlar, extrañaba esos momentos con él.

De un momento a otro el azabache tomo su mano apretándola entre la fuerte mano de él. Se encontraba sentado ya que había hecho un berrinche por eso, no quería estar acostado en la cama todo el tiempo.

—Creo que no me siento bien.—

—Deberías recostarte de nuevo.— el chino-frances asintió, pero antes de poder recostarse como debía, término cayendo sobre la rubia, dándole por accidente un beso en los labios.

Nada la había preparado para eso.

*****

Vincent es Marihloé shipper xdxd

¡Espero les haya gustado!

Perdon si hay faltas de ortografía :'(

Lo digo porque a pesar de que siempre reviso el capítulo antes de subirlo más de algo se me escapa y BAM una falta de ortografía aparece cuando ya está publicado :v

¡Sé que el capítulo está cortito! Pero quería dejarlo en esa parte para dar suspenso, ustedes ya saben jajajaja además ya se viene lo chido ok no.

Bueno, espero que alguien ande aún por allí esperando actualización xdxd se que me tardo mil años, y no tengo perdón por tal cosa.

Así que hasta la próxima actualización.

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