Sempiterno (capítulo 4)

Créditos de la imagen a su respectivo autor.
Fuente: Pinterest.

La observó fijamente; cabello rojizo, ojos aguamarina, era tan idéntica a ella.

—Perdóname Chloé.— tomo su abrigo y salió rápidamente del lugar, maldecía internamente el no poder dejar de sentir ese dolor en su pecho.

Llego a su hogar y saludo a su amiga, Vincent ya estaba dormido, agradeció el cuidado mostró una de sus mejores sonrisas para evitar preguntas y después de que la morena se fuera se encerró en su habitación, lloro recordando los gloriosos días al lado de su esposa fallecida.

Observó la fotografía que tenía de su esposa y se quedó profundamente dormido pensado que solo era una pesadilla.

(...)

—Creo que solo pediré un café cargado.—

—De casualidad no quiere mejor un trago—bromeó la mujer, pero la rubia lo pensó unos minutos, como si de verdad se lo estuviera recomendando. Nunca había bebido y no lo haría ahora.

—el café esta bien.— la muchacha solo soltó unas ricitas y fue por la orden.

Gracias a unos cabellos rojos, su cita, si se podría decir así; se había arruinado.

(...)

—Lamento mucho lo de ayer.—noto unas ojeras en los ojos de su amado y no pudo evitar pensar que él piensa en ella día y noche. Soltó un suspiro y procedió a negar.

—No fue tu culpa.—

—¡Claro que lo fue!, Soy un idiota, te deje plantada en ese lugar.— la Ojiazul soltó unas ricitas y le dio un beso en la mejilla a su "jefe", no tenía planeado hacerlo, pero cuando lo hizo se sintió tan bien y un sonrojo se apoderó de sus mejillas.

—Creo que eso significa que estoy perdonado.—él sonrió y la mujer asintió volviendo a su lugar de trabajo.

—¡Papá! ¡Mira lo que me dio la abuela!.— la rubia volteó a ver al llamado, no era dirigido a ella, pero la curiosidad siempre le gana.—¡Es un cachorro!—

—Vaya es muy lindo—Comento viendo al pequeño cachorro que su hijo traía en sus manos. El chico no había tenido clases ese día, así que lo llevó a su trabajo.

—Linda.—

—¿Que?—pregunto confuso ante la contestación de su hijo.

—Es una perrita, y se llama Tikki.— hablo alzando a la cachorro color marrón.

Marin sonrió pero su sonrisa fue borrada al soltar un estornudo y recordar porque no le compraba un cachorro a su hijo.

—Vincent, hijo... ¿recuerdas porque no tenemos perritos?.—acarició los cabellos castaños de su hijo que se puso a analizar la situación, al recordarlo agachó la cabeza en señal de tristeza y apretó a la cachorra a su pecho.

La rubia no lo entendía del todo pero al escuchar un nuevo estornudo de parte del azabache comprendió lo que sucedía.

—Porque no me la quedo yo, puedes ir a visitarla cuando quieras.—sonrió dulcemente a lo cual el niño alzó la mirada y asintió no muy convencido, pero al menos podría ir a visitarla.

—Papi, puedo ir todos los días ¿Cierto?—

—Bueno...—

—Vincent puede llegar a mi casa y quedarse allí hasta que termine tu jornada de trabajo, si Alya es quien lo cuida también puede llegar, se da un buen baño antes de irse y así todos salimos ganando.— el azabache la vio tiernamente para luego ir a abrazarla fuertemente.

—Te prometo que algún día te devolveré todos los favores que haces por mí.—la rubia hundió su rostro en el cuello del Ojiazul aspirando su aroma, pensando que lo único que quiere es su amor.

—No te preocupes por eso.—murmuró en ese abrazo que no quería que terminara.

—¡Claro que si!, Haces demasiadas cosas por mí, y yo ni siquiera a una cena puedo llevarte, sé que ya me perdonaste, pero de nuevo lo siento.— el hombre sonrió y se deshizo del abrazo soltando un nuevo estornudo, volvió a su trabajo llevando consigo a su hijo y dejando lejos a la cachorrita.

La rubia lo vio irse a lo que era su lugar de "creaciones" y sonrió involuntariamente tomo a la perrita en manos y la llevó con Victoria, al regresar siguió en su trabajo hasta que escucho unas pisadas acercándose a su puesto.

—Vaya, no creí que Marin trabajará aquí.—la Ojiazul levanto la vista y procedió a saludar al visitante.

—Hola Adrien, pues yo nunca me imaginé que Marin trabajaría aquí tampoco, ya está enterado de que tú vendrías, solo entra y así te toma las medidas.—procedió a contestar ya que el rubio era el modelo de la compañía, no fue fácil tenerlo allí, ya que su padre Gabriel se negaba a dejarlo ir con la competencia, pero al pasar del tiempo Gabriel Agreste se convirtió en socio honorario de Beautiful Garden.

—Muchas gracias, y no te preocupes, él se dará cuenta algún día de lo buena y hermosa persona que eres.— la rubia parpadeo varias veces por tales palabras ya que no las esperaba del idiota de su amigo.—perdóname por como te trate aquella vez.—y con esas palabras se retiró del lugar.

—Vaya, parece que hoy es el día de pedirme perdón, ahora quién más ¿Lila?—hablo para si misma riéndose con lo dicho de último.

(...)

—¡Chloé!—gritó un muy emocionado Vincent de poder quedarse en casa de la rubia junto a su cachorrita. Era sábado, podría disfrutar mucho con su tía Alya.

—Hola cariño.—saludo desordenado los cabellos castaños.—Puedes ir al jardín.— el niño le tomo la palabra y salió con su perrita para que su padre pudiera entrar.

—Hola Chloé.—la tomo desprevenida, nunca imaginó que el azabache la abrazara por detrás.—Hoy iremos a cenar, y te prometo que esta vez no saldré huyendo.—ella asintió con nerviosismo, ya que sentía la respiración de Marin en su cuello haciéndole cosquillas, el hombre sonrió con satisfacción y se soltó del agarre frustrando a la rubia.

—¿Nos vamos?—pregunto invitando a la fémina a salir he irse juntos.

—Hola Alya, ¿cómo estás?, gracias por cuidar de Vincent. Alya, nos vemos en la noche.—hablo con sarcasmo la morena que estaba cruzada de brazos siendo ignorada por el par que ya iba de salida.

—Lo siento Alya, pero sabes que te amo.—

—Si, si, si, me amas pero te olvidas de mí.—dramatizó para luego soltarse a carcajadas.

—lo siento Alya.—se disculpó también la rubia evitando reír.

—ya váyanse par de tortolos.—

—Eso n...—antes de siquiera poder contestar el azabache junto a la Ojiazul fueron hechados de la casa.

—Alya se levantó de mal humor.— bromeó el hombre metiendo las manos en sus bolsillos, después de relajarse un poco abrió la puerta del copiloto para su acompañante y luego el tomo su lugar dando marcha al vehículo.

—Tengo una duda Marin, ¿Alya no trabaja?—no quería hacer una pregunta como esa, pero Alya siempre cuidaba de Vincent, ¿Acaso ese era el empleo de la morena?.

—En realidad su empleo es cuidar de Vincent, yo le pago aunque ella no quiera.—contestó quitando toda duda de la rubia, ella era muy curiosa y no podía evitar preguntar las cosas.

Después de eso empezaron a charlar más relajados, hasta que llegaron al lugar de trabajo.

—No lo olvides, hoy tenemos una cena, lo digo por si a uno de tus pretendientes se le ocurre invitarte a salir.—bromeó entrando al lugar sin darse cuenta del sonrojo que había provocado en la muchacha.

¿Él pensaba que ella tenía pretendientes? Podría ser que algún día Marin se sintiera celoso.

Descarto esa idea de su mente y con una nueva sonrisa ingreso a su lugar de trabajo.

(...)

—Busco a Marin Dupain-Cheng, soy Kagami Tsurugi, mucho gusto.—

Bien, no se esperaba que una bella mujer se apareciera de la nada y buscará a Marin, le parecía extraño.

—No esperaba su visita, le comentaré esto al señor Dupain y enseguida le informo si puede pasar.—la azabache asintió y tomó asiento en unas bancas que se encontraban cerca.

Tomo el teléfono que se encontraba en su escritorio y marco el número de la oficina.

—Ma... Señor Dupain...—

Chloé, no tienes que decirme así, haces que parezca un viejo amargado.

—Esta bien, pero te busca una mujer, que se llama Kagami Tsurugi.—susurro para que la de ojos café no la escuchará.

Kagami...¡Kagami! ¡Hazla pasar enseguida!

Bien, le parecía extraño, Marin estaba muy emocionado con la llegada de esa mujer, ¿quién era ella?

Mejor saldré yo, dile que me espere.

Ella asintió sabiendo que el chino-francés no la veía y contestó con un simple "si" para luego cortar.

—En seguid...—

—¡Kagami!—el hombre corrió al encuentro de quién era una desconocida para la rubia y le dio un fuerte abrazo que fue correspondido en segundos.

—No creí que vinieras.—confesó aún en el abrazo con la azabache.

—Sabes que no puedo negarme, después de todo lo que pasamos juntos, éramos inseparables, una oportunidad de verte de nuevo no la dejaría en la basura por nada del mundo.—la rubia que solo observaba seguía haciendo muchas teorías de quién podría ser ese personaje misterioso, se trataban como si se conocieran de toda la vida.

—Eres la mejor, ven, te quiero presentar mi lugar de inspiración.— tomo la mano de la fémina bajo la atenta mirada de una muy confundida Chloé.

—Vaya, ya te bajaron al galán.—ignoro las palabras dichas por cierta ojiverde y le restó importancia a todo el asunto, después le preguntaría a Marin quién era ella.

—Yo que tú, estaría muy asustada, Kagami Tsurugi es una muy famosa modelo en Japón, no sé cómo ese par se conoce, pero venir aquí solo por un favor si es muy extraño.—

—Solo quieres molestarme Lila, pero no lo lograrás, estoy muy tranquila.—

(...)

—¡¿Quién es Kagami Tsurugi?!—Las palabras de cierta Italiana la habían dejado muy confundida, así que decidió llamar a la mejor amiga de Marin para salir de dudas.

Asi que ya llegó...—escucho una carcajada del otro lado de la línea y espero una mejor respuesta.- es su ex-novia.

No le sorprendía, ya esperaba una respuesta como esa, estaba decidida a colgar cuando una nueva carcajada se escuchó por parte de la morena.

Hay, como me gusta molestarte, bueno ahora sí responderé con la verdad. Kagami y Marin son amigos, claro que después de mi, yo soy su mejor amiga, si vienes a mi casa te contaré toda la historia.

—Pero hoy tengo una cit...cena con Marin.—

Tienes razón, no es por hacerte sentir mal, pero en su cita estará Kagami, porque no le cancelas y van otro día.—el prometió no dejarla plantada de nuevo, así que esa era una opción, llevar a la azabache con ellos, no, no quería eso.

—Llegaré solo termine mi jornada laboral.—

Aquí te espero con café y galletas.

Corto la llamada y volvió a su trabajo, en serio que ya estaba cansada de que otras mujeres fueran el centro de atención de Marin, cuando lo sería ella.

Vio su celular y eran las 4:30 PM, aún faltaba hora y media para salir... decidió irse temprano y despejar su mente un poco, de seguro Marin no notaría su ausencia.

—Te prometo que mañana daremos un recorrido.—

—¿Porque no ahora?.—

—Tengo algo importante que hacer.—

La mujer lo analizo por varios segundos hasta que sonrió y obtuvo la respuesta qué quería.

—Tienes una cita con tu novia.—soltó de improvisto haciendo que el azabache negara rápidamente y sonriera nervioso.

—No, no tengo novia desde que Nathaly falleció.—

La mujer se golpeó mentalmente por no pensar sus palabras, trato de disculparse pero ya no quería incomodar más.

—Entonces... ¿Con quién saldrás?—

—Con una amiga.—la mujer lo observó con curiosidad y solo asintió dejando el asunto así.

—Entonces nos vemos mañana, adiós.—salió del lugar sonriendo y pensando que Marin una vez le gustó.

El hombre arreglo algunas cosas y luego fue a su encuentro con cierta rubia que no estaba en su puesto.

—¿Que se habrá hecho esta mujer?— hablo para si mismo, sacó su celular y marco el número de la fémina.

A tercer pitido su llamada fue contestada.

—¡Chloé!, ¿Dónde estas?—pregunto rápidamente, ya iban tarde para la reservación que él había hecho ayer con todo el sudor de su frente, aún no ganaba dinero del todo bien, pero quería recompensar de alguna forma a su amiga.

Marin... No me siento bien, así que...me fui temprano y...no podré ir, lo siento.

—¿Qué tienes?, ¿Te duele algo?, ¿Tienes temperatura?—tomo su abrigo y comenzó a andar a paso apresurado a su auto.

No...

—Iré a verte quieras o no, tengo que ir por Vincent así que no tienes otra opción.— corto la llamada y puso en marcha a su auto negro.

Ya llevaba casi quince minutos en el tráfico, hasta que vio una cabellera rubia acompañada de un hombre con aspecto ¿gótico?, o quizá ¿Punk?

Esto no estaba bien, Chloé no le dijo que se cancelaba la cena porque tenía una cita con alguien más. Le dolía un poco el hecho de que le haya mentido, si le hubiera dicho la verdad el hubiera entendido.

—Kagami, estoy libre, te veo cerca de la Torre Eiffel.—

De acuerdo.

Notas finales.

UH esto se prendió ok no xdxd

Acaso Marin esta ¿celoso? O ¿dolido por la mentira?
Descubranlo en el próximo capítulo, por este mismo canal a la misma hora :v

Perdón por las faltas de ortografía, si hay no duden en decirmelas yo no me enojo... O si? Na

Bien ya dejare de molestar y me pondré sería...

Ok ya XD

Perdón si tardo siglos en actualizar, pero mi vida fuera de Wattpad jsjsjs es muy estresante y cansada xc

Así que siempre tardaré en subir nuevos capítulos T-T para las personas que a pesar de todo mi dramón (que no es tanto :v), cosas raras que escribo (que son muchas v:) y mi tardanza en actualizar me leen les mando muchos besos y abrazos, y que todos sus sueños se hagan realidad con el poder del Luky Charm y el cataclismo :V mucho lofe pa ustedes.

Psdt: no estoy muy familiarizada con el movimiento de oficina, así que perdón si algo está como WTF? :'( pero para eso me vi muchas películas y Betty la Fea jsjsjsj

Bueno eso es todo Bye

Psdt2: me gusta molestarte 7u7 eso es todo V:

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