Capítulo 14
KyungSoo había notado cierta ansiedad en JinSoo.
Su hijo mayor se encontraba inquieto desde hace un tiempo, también parecía huir de ellos como si tuviera la peste y aparentemente se había confinado en su propia habitación por un tiempo indefinido.
Hace seis meses había tenido su primer celo, así que la fase irritable ya había sido dejada atrás. Sin embargo, él todavía parecía un poco diferente y KyungSoo no tiene idea de lo que debería hacer en esa situación.
Recurre a JongIn, porque no hay nadie más en quien confíe con tanta intensidad como su esposo, pero este, luego de pensarlo un poco, se encogió de hombros y le dio una sonrisa para retirar un poco de seriedad sobre el tema.
—No te preocupes, Soo, es algo normal. JinSoo, después de todo, sigue siendo un alfa —le dijo JongIn un día mientras KyungSoo recogía los platos del desayuno—.
Y KyungSoo lo sabía, pero aún así resulta muy extraño verlo alejado de ellos, guardando tanto espacio para sí mismo y permitiendo las visitas de ChanHyun como algo constante y prácticamente necesario.
No lo aborda directamente porque teme que se aleje aún más de él, pero mantiene un ojo avizor sobre su figura y se encarga de estudiar cada cosa que hace o dice para obtener respuestas sin entrometerse en sus asuntos.
Es lo más sabio, tomando en cuenta que está enfrentado la adolescencia de una vez por todas. Las hormonas y el instinto después de una rutina no son fáciles de manejar, y es aún más difícil y frustrante cuando se trata de las primeras veces. Un ejemplo claro de ello es JongIn: a pesar de su edad, él todavía parece vagamente afectado los días posteriores a su rutina. Es más sensible, más irritable y sus sentidos se agudizan considerablemente, así que le resulta muy fácil sentirse incómodo.
JinSoo está lidiando con todo eso multiplicado y tiene que aprender a controlarlo por su propia cuenta. No es algo que KyungSoo pueda enseñarle y JongIn se había encargado de guiarlo durante el primer mes, pero aún así parecía ser un reto complicado para él.
Es una fortuna que ChanHyun asista a su llamado cada vez. Él realmente ha sido de gran ayuda para mejorar su humor.
La puerta de entrada se abrió en ese momento y KyungSoo estiró el cuello para ver justamente al omega en cuestión cargando una caja llena de pastelitos y tantas otras cosas que KyungSoo no consideraría ni un poco saludables y que, en el pasado, le habría dado comezón si los mellizos se encontraran demasiado cerca de eso.
Parpadea con sorpresa y JongIn gruñe audiblemente desde la isla de la cocina, ahí donde había estado trabajando en silencio para hacerle compañía durante la corrección de algunos exámenes finales de sus alumnos, y KyungSoo ni siquiera se molesta por la grosería de su marido porque ya era algo esperado en este punto.
—Mierda, ¿tú otra vez? ¿No tienes casa, vergüenza o algo así? ¡Te veo más que a ChanYeol en este punto y eso es decir bastante!
ChanHyun desprecia su recibimiento poco caluroso poniendo los ojos en blanco y en su lugar se acerca a KyungSoo para saludarlo con un beso en la mejilla. Sería un gesto impropio viniendo de alguien más, pero KyungSoo había cuidado a este niño cuando era joven, lo vio crecer y lo apreciaba genuinamente. No era ni un poco desagradable.
—Bueno, tu hijo está pasando por una etapa y me necesita para tranquilizarse, así que tendrás que soportarlo, viejo.
—Lo dices como si fueras muy importante.
—Lo soy. Tío, traje algunas frutas para ti y esto otro es para los gemelos. No es nada demasiado dulce, así que no tienes que preocuparte por un disparo de hiperactividad.
KyungSoo sonrió y aceptó ambas bolsas con un asentimiento.
—Gracias, Hyunnie. Sube ahora, JinSoo está haciendo sus deberes desde hace mucho tiempo y le vendría bien un poco de descanso.
—Bien, entonces nos vemos más tarde. Adiós, viejo… por cierto, ¡ya estás en el momento adecuado para usar botox o ácido hialurónico! ¡Cada día estás más feo!
ChanHyun huyó inmediatamente después de decir aquello y JongIn se puso de pie con una expresión colérica llenando todo su rostro. Miró en dirección a las escaleras y las señaló como si lo hubieran ofendido profundamente antes de reclamarle a la nada:
—¡Tú, mocoso! ¡Vas a pagarlo caro!
—Oh, mira, trajo tu favorito. Ven aquí, JongIn, y come un poco de este… se ve realmente delicioso.
—¡KyungSoooo! —lloriqueó con disconformidad y KyungSoo le dio una sonrisa divertida que le hizo suspirar por lo bajo. Con eso, él obtuvo su victoria—. Ya voy. Mierda, odio cuando haces eso.
—No, en realidad lo amas, ahora abre la boca.
.
JiHu alzó las cejas y un momento después frunció el ceño. Había pasado justo frente a la puerta de la habitación de JinSoo porque tenía intenciones de bajar y encontrarse con su papá para que lo ayudara con una molesta asignación de matemáticas, y al verla entreabierta sintió un poco de curiosidad.
No le había importado mucho en un inicio, pero la segunda figura en el cuarto lo hizo sentirse extrañado. JiHu echó un vistazo y sus labios se apretaron un poco; era ChanHyun, y realmente no había problemas con eso porque ChanHyun iba a casa todo el tiempo, el verdadero inconveniente era que ChanHyun estaba demasiado cerca de su hyung y no podía resultarle cómodo ni muy normal.
ChanHyun estaba abrazando a su hermano, no de una manera amistosa como él mismo lo haría con las hijas del tío MinSeok, más bien era de esos abrazos que lo obligaban a desviar la mirada porque se sentía demasiado íntimo y personal para ser apreciado por otros. Justo como sus padres o el tío ChanYeol y el tío BaekHyun.
La comparación le produce escalofríos y se queda un poco más porque, a pesar de todo, no puede moverse. Su pequeño alfa se remueve en su pecho y siente como los colmillos le hormiguean cuando ChanHyun se acerca demasiado, y así, en la supuesta privacidad que tenían, besa a JinSoo en los labios.
Su corazón dio un vuelco y un momento después corrió a toda marcha dentro de su pecho.
Eso no podía ser posible, ¿por qué se estaban besando? ¡ChanHyun era demasiado mayor! ¿Y por qué su hyung lo permitía? ¿O estaba siendo obligado? JiHu sabía que JinSoo no estaba sintiéndose bien estos días, su papá dijo que tenía que ser paciente y que tratara de no molestarlo demasiado porque él estaba atravesando un momento difícil.
¿Acaso ChanHyun era el culpable? ¿Todo se debía a él? Pero si es así, ¿por qué JinSoo seguiría recibiéndolo en casa?
JiHu se alejó finalmente de la puerta y corrió escaleras abajo. Solo había una persona que podía hacerse cargo de esto, y ese no era él.
—¡Papáá! ¡ChanHyun está besando a mi hermano en su habitación!
Su grito provocó que JongIn se ahogara con lo que sea que estuviera comiendo y que su papi se sobresaltara en su lugar. Los grandes ojos de su papi se enfocaron en él de inmediato, sorprendidos y con ligero pánico, y JongIn se puso de pie de un salto con una expresión realmente aterradora en el rostro.
—¡¿Qué?! —gritó con fuerza antes de volver a toser ruidosamente. Papi se levantó un momento más tarde y le dio algunas palmaditas en la espalda—. ¡¿Que ese mocoso hizo qué?!
JiHu lo ignoró olímpicamente y en su lugar se enfocó en su papi, que no parecía exactamente sorprendido después de recibir una noticia tan impactante como esa.
—¡Papi, acabo de verlos! La puerta estaba entreabierta y cuando me asomé los vi. ¡Se besaban en la boca! ¡Como adultos! Debes ayudar a hyung o ese hombre se aprovechará de él.
—¡JiHu tiene razón! ¡Sacaré a esa sabandija de mi casa ahora mismo!
KyungSoo suspiró y presionó el puente de su nariz con el índice y el pulgar. Sabía que este día llegaría, pero, joder, esperaba que se diera de una manera diferente.
Cachorros. Simplemente no pueden ser más cautelosos que esto.
—Yah, JongIn, no irás a ninguna parte. Tampoco tú, JiHu. Siéntense ahora mismo y escúchenme.
—¡Soo!
—¡Pero hyung…!
—¡Ahora!
Ambos callaron ante su exclamación contundente y terminaron obedeciéndolo en cuestión de segundos. Como un par de cachorros regañados, lo miraron con ojos brillantes y disconformes y solo entonces nota el gran parecido entre los dos.
Es como si hubieran sido cortados por la misma tijera.
KyungSoo se cruza de brazos, porque tratar con alfas obstinados siempre era difícil, y exhala profundamente. Una vez ha contado hasta seis, cobra más firmeza y entereza y se dirige a ellos con un tono que no da lugar a quejas.
—ChanHyun y JinSoo son una pareja destinada.
La expresión de JongIn se torció como si hubiera probado el limón más amargo del mundo y la boca de JiHu se abrió con incredulidad.
—Es algo que deduje hace un tiempo y que pude comprobar después del celo de JinSoo.
—Mierda, eso tiene que ser una broma.
—No lo es. ¿Por qué crees que se han vuelto más cercanos últimamente? ¿Que sus aromas parecen juntarse de vez en cuando? ¿Que JinSoo, a pesar de ser un gran chico y tener tantos pretendientes, no ha traído a nadie a casa y huye cada vez que le preguntas por su estado sentimental? ¿Que sonríe tanto y se muestra tan feliz y aliviado cuando ChanHyun viene? ¿Que se impregnan inconscientemente? JongIn, las señales son obvias. Ellos están tan destinados como tú y yo lo estamos.
Con cada pregunta, JongIn fue desinflándose y derritiéndose cada vez más hasta quedar apoyado sobre el granito frío. Su mejilla descansó contra el mesón y su rostro compuso la expresión más lastimera que KyungSoo había visto en mucho tiempo.
Parecía un gran cachorro enfurruñado y entristecido, pero él no podía consolarlo esta vez. JongIn tenía que aceptarlo y simplemente seguir adelante con ello de la mejor manera posible.
JinSoo ya no era un niño y ChanHyun era un omega realmente bueno. Eran muy unidos y ChanHyun nunca fue desagradable con JinSoo, ni siquiera cuando eran niños y la convivencia era más difícil. Se apreciaban y respetaban profundamente y KyungSoo sabía que JinSoo sería muy feliz a su lado, así que sí, JongIn debía superarlo de una vez por todas y ver más allá de su propia obstinación ridícula.
—Mierda, ese mocoso realmente consiguió quedarse en mi familia. ¿Cómo podré superar esto? El destino me está jugando una muy mala pasada. Me odia, de verdad me odia, ¿cómo es posible?
—A mí no me gusta. ChanHyun es bueno, pero aún así…
—Bueno, es una fortuna que no tenga que gustarles a ustedes, tiene que gustarle a JinSoo y eso es suficiente. Acéptenlo de una vez y el trago será menos amargo en el futuro.
—Lo dices porque no te molesta ser familia de BaekHyun.
—Ni de ChanYeol. Son buenos amigos, ¿podríamos estar más cerca que esto? La verdad es que estoy muy complacido.
JongIn bufó.
—Qué desastre.
KyungSoo negó con la cabeza y se giró al escuchar nuevos pasos llegando a la cocina. Yuna apareció un momento más tarde arrugando la nariz con desagrado y haciendo aspavientos con la mano cerca de su rostro; parecía disgustada y un poco enfadada y KyungSoo se mantuvo atento por si necesitaba algo.
—Iugh, aquí apesta a depresión e impotencia. ¿Qué sucedió?
KyungSoo colocó sus manos en sus caderas y les echó un vistazo a su esposo y su hijo con desaprobación.
—Tu padre y tu hermano están haciendo un escándalo porque acaban de descubrir que ChanHyun y JinSoo son destinados.
Yuna formó una mueca y les dio una mirada incrédula que le recordó demasiado a sí mismo.
—¿De verdad? ¡Pero siempre fue obvio! ¿Por qué son tan tontos al respecto?
JongIn se llevó una mano al pecho y recurrió a la lástima para tratar de ablandar el corazón de su hija, no obstante, ella pisoteó sus intentos con una simple negación y continuó su camino hacia la nevera para tomar una cajita de jugo de naranja.
—Yuna… me dueles.
—Están siendo ridículos.
—¿Por qué estás de su lado? ¿Acaso…? ¿Acaso tienes a alguien tú también, Nana? —preguntó JongIn con la voz ronca y temblorosa y volvió a mirarlo, esta vez como si hubiera escuchado la cosa más estúpida y sin sentido del mundo y no pudiera creer que viniera de parte de su padre—.
KyungSoo la entendía, realmente lo hacía; él también se preguntaba cada cierto tiempo cómo era posible que JongIn pudiera ser tan obtuso cuando tenía un cerebro y unas capacidades por lo general brillantes.
—¿Qué? ¡Papá, tengo doce años y estoy entrenando para ser una mercenaria como tú! ¡Por supuesto que no tengo a nadie!
—Merce… ¡¿Cómo sabes eso?!
—Yah, esto es suficiente. Papi, me iré ahora, el tío Chan me está esperando para comenzar con mis prácticas de artes marciales.
KyungSoo asintió y se inclinó para darle un beso en la coronilla y colocar un mechón de cabello desordenado detrás de su oreja.
—Espero que te vaya bien, cariño. Dale mis saludos a tu tío.
Yuna alzó el pulgar y salió de la cocina sin ver atrás ni una sola vez. Nuevamente, el corazón de JongIn se rompió en mil pedazos y él volvió a dejarse caer sobre el granito frío.
—Yo solía ser su favorito… ¿por qué me habla así? ¿Y por qué sabe sobre el negocio?
—Todos lo sabemos —respondió JiHu con molestia y luego se cruzó de brazos—. No es como si pudieras esconder del todo el olor de la sangre cada vez que llegas a casa o hayamos pasado por alto las conversaciones sospechosas que tienes con nuestros tíos. Por no mencionar que una vez Yuna y yo escuchamos al tío YiXing regañando a alguien por teléfono porque no recibió la droga en el puerto adecuado. No somos estúpidos y ustedes no fueron precisamente discretos.
JongIn suspiró con fuerza al escuchar eso y definitivamente pareció derrotado en ese momento. KyungSoo tomó el silencio que llegó con mucho agradecimiento y creyó que todo terminaría ahí y que podría volver a su trabajo, así que caminó hacia la silla frente a la montaña de papeles y tomó uno de los exámenes y su bolígrafo rojo.
—¿Tú también te convertirás en un mercenario?
—No, eso es lo que quiere Yuna. Yo me quedaré con todas tus empresas.
—Sí, creo que eso va bien con tu personalidad despiadada.
JiHu no volvió a dirigirse a él, en cambio, se giró hacia KyungSoo y le dio una mirada mucho más suave y gentil que la que le había dedicado a su padre. KyungSoo no lo pierde de vista, pero decide no decir nada mientras JiHu estuviera allí para evitar entrar en un nuevo conflicto innecesario.
—¿Ya puedo irme, papi? Tengo tarea que hacer.
KyungSoo asintió y bajó nuevamente la hoja para dedicarle toda su atención.
—¿Necesitas ayuda?
—No, creo que lo haré por mi propia cuenta.
—Está bien; y no interrumpas a tu hermano, ¿vale?
JiHu asintió, se puso de pie y salió de la cocina con paso seguro y orgulloso. KyungSoo frunció el ceño, sintiendo una profunda disconformidad, y se pregunta si es que él estaba entrando en su faceta rebelde o algo así.
Para no quedarse con las dudas, expone su inquietud ante su marido y este asiente como si no fuera la gran cosa.
—Es un hecho, pero no te preocupes por nada, Soo, todos los alfas atravesamos ese lúgubre camino. Incluso JinSoo lo hizo, sin embargo, él es mucho más suave y blando que JiHu… probablemente debido a la presencia de su “piriji distinidi”.
KyungSoo rodó los ojos y decidió que no ahondaría mucho más en el tema para evitar otra ronda de histeria y regresó a su trabajo. Con el tiempo, JongIn hizo lo mismo y la calma pareció regresar lentamente a la cocina. Entonces, cuando estaba tomando su quinto exámen para corregirlo, JongIn le dio una palmada al mesón de granito y lloriqueó con sentimentalismo:
—¡¿Pero cómo es posible que mi hijo haya sido enlazado con alguien así?! ¡¿Por qué, Dios lobo, por qué?!
KyungSoo suspiró y se llevó una mano a la frente.
Esto no acabaría nunca.
. . .
Cuando se encontraron solos en su habitación después de un largo día de trabajo y difícil convivencia familiar, KyungSoo se giró hacia JongIn sobre la cama para verlo de frente. Sus ojos se hallaron de inmediato a pesar de la oscuridad, y sin pensarlo demasiado extendió su mano y la dejó caer sobre su mejilla.
No se había afeitado en un par de días y los vellos en su mandíbula comenzaban a picar contra sus dedos, también había una ligera sombra oscura sobre la piel, y esta le daba un aspecto maduro y muy atractivo para un hombre a finales de sus cuarenta.
JongIn estaba envejeciendo con dignidad. No parecía demasiado diferente al JongIn en sus veintitantos gracias a su segundo género y los amplios años de vida con los que fueron bendecidos, pero KyungSoo lo conocía bien, estuvo a su lado por mucho tiempo y podía ver ciertas diferencias. Como el aumento de la masa muscular, que le hacía ver mucho más grande y poderoso que antes, las suaves líneas en las esquinas de sus ojos, las finas canas ocultas en la negrura de su cabello y la rugosidad de sus manos.
Hay pequeñas cosas que antes no estaban ahí, pero KyungSoo las aprecia con todo su corazón.
Porque esas diferencias hablan del tiempo juntos, de experiencias compartidas, de recuerdos valiosos. Han estado acompañándose mutuamente por mucho tiempo y, aún así, su corazón todavía late rápidamente por él, su alma aún lo llama con fervor.
Sonrió cuando encontró el afecto en su mirada, llegando a él tan pronto como el que brotaba de su propio cuerpo en oleadas, y acarició la delgada piel que se encontraba bajo su ojo con notable cariño.
—¿Realmente es tan malo que ChanHyun se empareje con JinSoo? ¿Te molesta ser familia de ChanYeol y de BaekHyun? —le preguntó con suavidad, sin enfadarse o parecer agotado por el tema, y JongIn no sucumbió ante el berrinche o el rencor, simplemente lo miró a los ojos y lo abrazó cálidamente por la cintura—.
—Conozco a ChanYeol desde que tengo dieciséis años. Él ha estado conmigo en todo momento, cuando mi padre murió y cuando tomé el poder de sus negocios. Es mi mano derecha y un hombre que aprecio sinceramente; ha cuidado de ti y de mis hijos y ha sido fiel a la familia desde que entró en este mundo. Lo aprecio, de verdad lo hago. También aprecio a su esposo, que me sirvió y fue bueno en su trabajo hasta el día de su retiro, y a su hijo, que les dio felicidad y dicha. Ser su familia nunca podría molestarme realmente. Creo que incluso sería algo bastante adecuado y natural.
Los dedos de KyungSoo se deslizaron desde su ojo hasta su mejilla y la acarició con dulzura.
—¿Entonces es por ChanHyun?
Esta vez JongIn se tomó un poco más de tiempo para responder. Sus dedos, que se habían aferrado con insistencia a su cintura, se aflojaron y lo acariciaron sobre la ropa como si quisiera reconfortarlo. KyungSoo no lo necesitaba, pero el gesto fue tan puro y sincero que no puede quejarse.
—ChanHyun no es el problema —admitió con facilidad—. Es un gran idiota molesto, pero sé que hace feliz a JinSoo. Lo vi hoy, cómo pareció más calmado y estable después de recibirlo en casa, cómo parecía más tranquilo, justo como él mismo; es algo que nosotros nunca pudimos conseguir, pero a ChanHyun le resultó tan sencillo. Todo tiene que ver conmigo y con mi propia melancolía.
La confusión lo llenó por completo y fue fácilmente visible para alguien tan observador como JongIn, por ello, él no tardó en explicarse.
—JinSoo es nuestro primer hijo; nació como un alfa, pero es tan delicado y precioso que siempre pensé en cuidarlo y protegerlo del mundo. Es tan dulce que lo imaginé a nuestro lado por mucho tiempo; siendo todo lo contrario a JiHu, que es naturalmente fuerte e independiente, yo pensé… pero será el primero en irse. JinSoo es casi un adulto ahora, es listo y tiene un buen corazón, así que no dudo que le dará una buena vida a ChanHyun o que hará todo lo posible por darle algo estable, formar una familia y vivir adecuadamente como una pareja. Hacer lo que un alfa tiene que hacer.
Una sonrisa orgullosa cruzó por el rostro de su marido y KyungSoo corresponde con más ligereza, pero no con menos intensidad.
Él lo entiende, de verdad puede hacerlo. Ama a todos sus hijos, pero así como es enorme su amor por ellos, también lo es la diferencia en la personalidad de cada uno.
JiHu y Yuna son tenaces, poseen personalidades fuertes, autoritarias, demandantes; son tan filosos como un par de dagas e intensos como nadie más. Una vez crecieron lo suficiente, se avergonzaron de sus afectos y sus mimos en público y mantuvieron en secreto sus abrazos y sus besos, pero JinSoo siempre fue más unido a ambos, fue más dependiente y gentil.
Si hubiera nacido como un omega, sería perfecto en su rol. Sería todo lo que se esperaba que fuera… pero el hecho de que haya sido un alfa creó un nuevo tipo de instinto protector del que no pudieron huir.
¿Y si lo molestan por ser diferente? ¿Y si no puede defenderse del mundo? ¿Y si es tan frágil que terminaría siendo un punto clave para ataques, secuestros y extorsión? ¿Y si, y si, y si?
Cuidarlo era natural, así que, ¿cómo desligarse de ese rol y dejarlo para que sea él quien cuide a alguien más?
Es sorprendente. Sí, es muy sorprendente y lo golpea un poco por todas partes, pero estaba sucediendo y ellos tenían que aceptarlo.
—Para mi padre fue fácil dejarme ir, exponerme al peligro, entrenarme para que pudiera encargarme de todo, mantenerme aislado para evitar la creación de lazos innecesarios, así que siempre pensé que sería lo mismo cuando tuviera a mis propios hijos, creí que sería un proceso fácil e impersonal… no es así. Honestamente, duele mucho. Aún no quiero dejarlos ir, a ninguno de ellos. No quiero soltarlos; no quiero que dejen nuestra manada; no quiero que crezcan tan rápido —JongIn sonrió en ese momento y luego negó con la cabeza—. Soy realmente estúpido, ¿no es así?
KyungSoo delineó los bordes de sus labios curvados con delicadeza y él mismo se sintió sonreír en medio de la oscuridad. Luego de un momento suspiró, cerró la distancia entre los dos y lo abrazó de vuelta; hundió su rostro en su pecho e inhaló contra su piel, y así, oliendo su aroma natural y sintiéndose cómodo entre sus brazos, KyungSoo consiguió la calma que había estado anhelando.
—No, no lo eres, cariño. Yo me siento de la misma manera cada vez que veo a nuestros hijos siendo cada vez más grandes e independientes. Me duele el corazón al pensar que tendremos que dejarlos ir un día, al saber que JinSoo está a punto de dejarnos para emprender su propio rumbo en esta vida, ¿pero no es ese el propósito de todos? Al final, los hijos no nos pertenecen, le pertenecen al mundo. Nacen y encuentran sus razones para vivir, y viven sin que seamos una prioridad; nosotros lo hicimos, nuestros padres murieron pronto, pero lo hicimos. Y ellos tienen derecho a hacerlo también, a encontrar sus complementos y vivir sin remordimientos. Es lo correcto.
JongIn exhaló pesadamente y se abrazó a él con más fuerza, se acurrucó contra su cuerpo y KyungSoo correspondió actuando de la misma forma. Como si se necesitaran… tal vez lo hacían.
—Siempre sabes qué decir y cómo consolarme en estos momentos. Realmente es una fortuna tenerte conmigo.
KyungSoo sonrió amablemente contra su piel y cerró los ojos.
—Yo nunca me iré de tu lado. Pase lo que pase siempre estaré contigo, mi amor. Eres mi otra mitad y por ello, aunque los niños crezcan y nos dejen a un lado, aunque seamos los únicos que queden en el mundo, yo no podré entristecerme por mucho tiempo. Te tengo a ti y eso es suficiente para enfrentarlo todo.
—Te amo —susurró JongIn contra su cabeza y un momento después sintió un beso suave sobre su cabello—, te amo y no tienes una idea de cuánto.
—Lo sé… lo sé, JongIn.
Sí, ellos podían hacerlo, podían saltar este bache juntos y superar el proceso engorroso. Podían prepararse y enfrentarlo cuando llegara el momento, soltar con una sonrisa y desear, sinceramente, que todo resulte bien para todos en su viaje por el mundo y la sociedad.
Ellos podían hacerlo. Pero esa noche, con el corazón en las manos y los sentimientos a flor de piel, decidieron permanecer abrazados y encontrar fuerza y confort en el contrario. Exponer sus heridas, curarlas y hallar comodidad dónde solo hubo nerviosismo y ansiedad.
Esa noche ambos se permitieron ser débiles y vulnerables.
De todas formas, mañana será otro día. Entonces podrían comenzar.
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