Cap. 5: De regreso


Los cálidos rayos de sol se colaron por la ventana, pegando directamente en su cara... Quizás más temprano de lo que un día normal le hubiese gustado despertar, pero hoy no era un día normal...

Una sonrisa escapó de sus labios al recordarlo y aún con los ojos cerrados se removió y se estiró entre las sábanas antes de levantarse, cuando un firme brazo la detuvo.

- Es temprano aún... sigue durmiendo. - Susurró adormecido con voz ronca.

- ¡No puedo!, hay mucho que hacer, el avión sale en unas horas más y aún tengo que ir a mi apartamento a buscar mis maletas y revisar que no se me quede nada, aún tenemos que pasar por la empresa y...

- Rin - La interrumpió antes de que siguiera parloteando, ella lo miró con sus ojos cafés ya muy despiertos -, dejaste todo ordenado hace días, ayer ya revisaste que no se te quedara nada y aún faltan muchas horas para que salga el avión, vuelve a dormir, son las 6 a.m.

- Pero... no podemos perder el avión... - murmuró haciendo un puchero.

- No lo perderemos...

- Está bien... - Se recostó nuevamente y se acurrucó mirando al techo, contando los segundos que pasaban... Se movió para un lado, luego se movió para el otro... - No. No puedo volver a dormir, necesito levantarme.

Estaba ansiosa, ¿cómo no estarlo? hoy volvería a casa, finalmente mañana estaría en casa después de casi 3 años...

- ¡Ahg, está bien! - Respondió él, algo fastidiado - Me despertaste a mi también, eres demasiado inquieta.

- Lo siento... pero es que estoy emocionada, sabes como me pongo cuando estoy emocionada.

- Lo sé - Refunfuñó con el ceño fruncido y luego la besó con ternura en los labios - Anda a bañarte, prepararé el desayuno.

- Gracias amor - Susurró correspondiendo a su beso. Quizás era un poco gruñón, sobre todo cuando interrumpía su sueño porque era un dormilón, pero sabía que él la quería mucho y ella también lo quería a él... - Estoy muy feliz de alcanzar la primavera en Japón, es mi estación favorita, te va a encantar.

- Lo sé Rin, recuerda que yo también soy de allá...

- Es verdad, a veces lo olvido... - soltó una risita - Pero me cuesta creer que no vayas hace más de 15 años, creo que yo moriría.

- He ido varias veces por viajes de negocios por la empresa, sólo no vivo allá hace más de 15 años...

- ¿Y no lo extrañas o a tu familia?

- No tanto como tú, al parecer.

- Lo siento, es que... creo que nunca logré acostumbrarme por completo.

- Está bien, lo entiendo.

Después de bañarse, vestirse y desayunar, fueron a la empresa y luego a su apartamento a buscar sus maletas, mientras Rin daba vueltas y vueltas por el lugar para cerciorarse de que no se le quedara nada atrás. Por un instinto revisó por última vez los cajones de su mesa de noche junto a la cama y casi se le cae el corazón... Estuvo apunto de dejar una de las cosas más importantes que tenía.

- ¿Ves que teníamos que venir con tiempo? Casi lo olvido... Y lo peor fue que lo dejé aquí para no olvidarlo...

- Es sólo un libro, si lo dejabas podías comprarte otro en el aeropuerto...

- No es el libro lo que me preocupa... - Sacó la foto que tenía como marcador de páginas. - Era esto.

- ¿Qué es eso?

- Ya te lo había mostrado antes - respondió seria, guardó silencio por un segundo y luego dejó escapar un suspiro -, ya no importa, lo importante es que no se quedó.

- ¿Entonces ya tienes todo? - Rin asintió - Bien, vamos. 

Acarició sus cabellos castaños, besó con ternura su cabeza y tomó sus maletas para ayudarla a subir al auto.

Finalmente llegaron al aeropuerto y se sentaron a esperar la hora de abordar.

- ¡Al fin! - Dijo la castaña muy emocionada. 

- Más de 10 horas de vuelo y se nos vienen días bastante ocupados... ¿Cuándo nos veremos?

- Si, lo sé... mañana al llegar iré a ver a mi papá. - Respondió la castaña con una sonrisa - Pasado mañana almorzaré con Kagome y en la noche es el cumpleaños de Sara, está muy feliz porque estaré para su fiesta, me ha estado hablando todos estos días para comprobar que si voy - dijo riendo -, ¿seguro que no quieres ir?, también estás invitado.

- No lo creo, estaré acomodando todas mis cosas en el apartamento, también aprovecharé de ver unos temas en la empresa y quizás mi hermana me visite... Además, con el viaje no creo que me queden ánimos de mucho más.

- Lo sé, yo realmente no sé cómo haré todo lo que tengo pensado, llegaré como un zombie a la fiesta de Sara - bromeó - Así que supongo que nos veremos el domingo en la noche, ¿te parece?

- Me parece... Y el lunes a trabajar, ¿estás preparada? Sé que acá hiciste trabajos similares, pero será diferente, la empresa que contrató a la consultora es bastante importante, conozco a los dueños y sé que son gente... "complicada".

- ¿Complicada como tú? si es así, estoy más que preparada... - Dijo con una leve risita, él la miró con el ceño fruncido - ¡Es broma!, pero si, estoy preparada... - La castaña se paró de su asiento y le dio la mano - Vamos, están comenzando a abordar.

Caminaron hacia el lugar donde enseñaron sus pasaportes a la azafata.

- Señorita Takahashi Rin y señor Yoshida Kirinmaru. - Le entregó sus pasaportes - Que tengan un buen viaje.

- ¡Muchas gracias!


***

Kagome llevaba abrazándola horas y estaba comenzando a sentirse asfixiada... Aún así, ella tampoco quería soltarla, ¡la extrañó tanto!, la última vez que estuvieron juntas fue en un viaje que hicieron con Sara y Sango a verla por una semana casi un año después de que llegó a California, lo pasaron tan bien y le hubiese encantado que se quedaran más tiempo...

- ¡Estás tan cambiada!, estás hermosa, Rin.

- Mentira, sigo igual que siempre... - Dijo haciendo un puchero que la hizo reír - Tú en cambio, mírate, doctora Higurashi... ¿o debería decir doctora Taisho?

Kagome se carcajeó al escucharla.

- ¡Doctora Higurashi!, aún no estamos casados ni comprometidos... y conociendo a Inuyasha, no creo que eso suceda luego...

- Está bien, doctora Higurashi... - Dijo riendo por la forma en que se expresó. - Te extrañé mucho, Kagome.

- Yo también amiga, estoy muy feliz de que estés de vuelta. ¿Cómo está tu papá? lo viste ayer, ¿verdad?

- Si, lo vi ayer. Bueno, ya sabes como son las cosas, pero está mejor... Ahora podré verlo más seguido, acompañarlo a sus controles y mandarle dinero para que compre sus medicamentos. 

- Me alegro, sabes que cualquier cosa que necesiten, pueden contar conmigo - La castaña asintió - ¿Y cómo van las cosas con Kirinmaru? ¿vivirán juntos?

- ¡Kyaa! ¡No! ¿Estás loca?, las cosas van bien, pero aún no es para tanto.

Kagome no pudo evitar reír por su reacción.

- Realmente sigues igual que siempre... Allá no vivian juntos pero estoy segura de que te lo pasabas en su apartamento todo el tiempo. ¿Cuánto tiempo llevan juntos ya?

- 6 meses... Y no me lo pasaba todo el tiempo en su apartamento... Sólo a veces... Me quedaba más cerca del trabajo. - Dijo con un leve sonrojo en sus mejillas, Kagome rio y negó con su cabeza - Él es muy bueno conmigo, estoy feliz porque haya decidido venir también... Sé que no lo hizo únicamente por mí. Lo necesitaban aquí la empresa y también tiene su familia acá, en realidad fue casi una coincidencia que lo llamaran casi al mismo tiempo que yo decidí volver, pero de todas formas, creo que de cierto modo, algo influí en su decisión...

- Me alegra escuchar eso, estoy muy feliz por ti. ¿Cuándo podré conocerlo?, ¿irá al cumpleaños de Sara?

- No, no irá, tiene cosas que hacer. Si quieres podríamos cenar algún día en la semana... ¿Sabes? probablemente me toque trabajar con Inuyasha, y me dijo que lo conocía... o a su familia, en realidad.

- ¿De verdad? ¡Ese tonto no me ha dicho nada!

- No creo que aún lo sepa... Kirinmaru es uno de los gerentes de la consultora donde trabajo y me comentó que la compañía Taisho había solicitado servicios por problemas con un modelo de auto. Es un asunto importante y dijo que me enviarían a mi como Ingeniera encargada. Ellos probablemente no sepan quién es el equipo de trabajo que llegará. De todas formas, será por poco tiempo, solucionar el asunto no debería tomar más de dos semanas...

- "Ingeniera encargada", qué grande estás...- Dijo con un tono nostálgico que hizo reír a Rin.

- Kagome detente, ya suenas como mi papá.

- El señor Takahashi es el mejor, no me molestaría sonar como él... - Dijo riendo - Hablando en serio, que bueno que vayas a trabajar con Inuyasha, aunque probablemente te toque pasar más tiempo con el amargado de su hermano, él es quien está a cargo de la compañía.

- Kirinmaru ya me asustó diciendo que los dueños eran bastante complicados, pensé que se refería a su papá...

- Su papá y él, los dos son bastante complicados, sé que es mi suegro, pero... hay algo en él que no me agrada del todo, no lo sé, son extraños. Por suerte la mamá de Inuyasha es un amor... Y bueno, a su hermano lo conocerás hoy en la fiesta de Sara...

- ¡Verdad!, Sara me lo contó, así que finalmente están juntos, ¡su sueño! - Dijo riendo. - Debe estar muy feliz, sonaba demasiado emocionada cuando me lo dijo por teléfono...

- Si, pero no lo sé Rin, ya te lo dije, él es extraño... Me da la impresión de que no está enamorado de ella, de que está con ella sólo por... interés.

- ¿Interés? ¿por qué dices eso?, por lo que tengo entendido la familia Taisho es muy importante... Sería extraño que él estuviera con alguien por interés, si ya lo tienen todo.

- Si, lo sé, pero... ay, no sé cómo explicarlo, simplemente es extraño.

- Quizás sólo es tu impresión, hay gente que es más reservada y no tiene que gritar a los cuatro vientos que está enamorado para realmente estarlo...

- Quizás... Aunque Inuyasha siempre me dice que Sesshomaru es de esos hombres que simplemente no se enamoran. Bueno, me ha dicho cosas un poco más fuertes que esas, pero eso es en resumen... "No tiene corazón". - Dijo imitando la voz de Inuyasha - Y lo peor es que él no se esfuerza en demostrar lo contrario...

- Bueno, si Sara es feliz con él, hay que darle una oportunidad, ¿no crees?

- Es que esa es la cosa; con Sara nunca se sabe, Rin. Para ella a veces las apariencias son más importantes que cualquier otra cosa... No me gustaría que termine sufriendo por culpa de él. - Rin la miró algo preocupada por sus palabras - Aunque bueno, no quiero sonar así, quizás son felices y yo sólo estoy pensando y hablando de más.

- Conociéndote, eso es muy probable... - Le dijo Rin sonriendo traviesamente.

- ¡Oye!


***

Después de su almuerzo con Kagome fue a su nuevo apartamento, donde había olvidado que estaba todo de cabeza... Aún no había tenido tiempo de organizar sus cosas o de sacar la ropa de su maleta, así que simplemente se rindió, tiró todo sobre su cama y buscó algo que usar para la fiesta de Sara, estaba muy cansada para ordenar, así que ese sería un problema para la Rin del futuro.

Se decidió por un vestido negro que había comprado en Los Ángeles, era de sus favoritos y quedaba bien con todo, por lo que era perfecto para el momento, porque a estas alturas ya no tenía cabeza para pensar con qué combinarlo, el cansancio acumulado del viaje estaba comenzando a hacer lo suyo.

Se puso su vestido ajustado, pantis negras y unas botas largas color camel con un poco de tacón. Dejó su pelo suelto y se maquilló sutilmente, sólo para camuflar un poco el cansancio en su cara, se puso gloss en sus labios, lo guardó en su bolso de mano, se perfumó y tomó su abrigo del mismo color de sus botas; eran recién los inicios de la primavera, así que las noches aún estaban bastante frescas. 

Ya en casa de Sara una de las empleadas del lugar la recibió, la ayudó con su abrigo y su bolso y la llevó hasta el salón donde estaban todos reunidos. Sara llegó a ella rápidamente y no dudó en abrazarla.

- ¡Feliz cumpleaños, amiga! - Le dijo Rin y se separó levemente de ella -, Te ves maravillosa, como siempre...

- Gracias Rin, tú también estás guapísima. ¡Te extrañé tanto!

- ¡Yo también!, a todas. - Le entregó un paquete - Te traje un pequeño regalo.

- No tenías porqué, con que hayas venido es más que suficiente, ¡aún no puedo creerlo! - Dijo emocionada abrazándola nuevamente - ¿Por qué no viniste con tu novio? ¡Quería conocerlo!

- Lo siento, no pudo venir, había mucho que hacer, con el viaje y todo, llegamos recién ayer...

- Si, lo imagino, Rin, ¿me esperas un segundo?, tendré que dejarte con Kagome y Sango, iré a recibir a la gente que viene llegando, pero más tarde conversamos, ¿si? 

- Ve, no te preocupes - Le dijo Rin sonriendo y se encaminó a saludar a Kagome y Sango que conversaban a unos pasos con Inuyasha y Miroku.

Los cuatro la saludaron muy efusivamente, aunque a Inuyasha y Miroku sólo los conoció una vez y por pocos minutos, fueron muy amables y agradables y le conversaban como si la conocieran desde siempre. Se notaba que Kagome y Sango estaban muy a gusto con ellos.

- Si me disculpan, bellas señoritas, iré a acompañar a los caballeros afuera - Dijo Miroku señalando hacia la terraza - ¿Vienes conmigo, Inuyasha?

- Si, Inuyasha, anda y asegúrate de que no ande coqueteando con nadie más - Le dijo Sango. Kagome y Rin no pudieron evitar reír.

- ¡No me metan a mi en sus cosas! - Refunfuñó Inuyasha - Pero está bien, lo acompañaré...

- Son muy simpáticos, me agradan - Dijo Rin mientras los observaba caminar hacia la terraza y en eso, vio algo que llamó por completo su atención, o más bien "alguien"...

Esa espalda grande y fornida y esos brillantes cabellos plateados los reconocería a kilómetros de distancia; era él... el hombre que conoció en el cumpleaños de Inuyasha...

Jamás se le ocurrió pensar que podría encontrarlo aquí, aunque ahora que lo meditaba, no era una posibilidad muy remota...

Pensó que nunca lo volvería a ver... y ahí estaba él.

Sintió como subían los colores a su cara de sólo pensar en él y lo peor, es que aún de espaldas se veía tan atractivo como lo recordaba, tanto, que se sintió tentada por un segundo a acercarse...

¡¿Acercarse?! ¿En qué estaba pensando?, ella no era así... Estaba saliendo con alguien, además, eso pasó hace mil años atrás y él probablemente ni siquiera lo recuerda...

"Y tú tampoco debería seguir recordándolo...", dijo una molesta vocecita en su cabeza.

- ¡Rin! - Le gritó Kagome, sacándola de sus pensamientos.

- ¿Qué?

- ¿Qué miras tanto que no nos escuchas? Te estábamos hablando...

Rin las miró nerviosa, necesitaba hablarlo con alguien o iba a explotar en cualquier momento...

- Lo siento... Chicas - Les susurró -, ese hombre, el que está de espaldas junto a Miroku...

- Si, es él. - Dijo Kagome, Rin la miró extrañada - Él es Sesshomaru, el novio de Sara.

La castaña se sintió palidecer... ¿La había escuchado bien? ¿Estaban hablando de la misma persona?

- ¿El...peliblanco? - Preguntó con la voz cortada.

- Si, Rin, el que está entre Miroku y Koga.

Mierda.

Mierda, mierda, mierda.

No, no podía ser verdad.

- ¿Él...? ¿Él es el hermano de Inuyasha?

- Sip.

- Pero Inuyasha tiene el pelo negro y él... y él es tan... e Inuyasha...

- Tienen distinta mamá, lo sé, no se parecen en nada.

¡¿Por qué nadie le dijo eso antes?!

"Rin, respira, cálmate, no es nada tan terrible. Cuando eso pasó, él y Sara no estaban juntos, además, tú ni siquiera sabías que él era..."

Él era...

Él era Sesshomaru Taisho... El hermano de Inuyasha, eso también quería decir que con él tendría que trabajar las próximas semanas... ¡Mierda!

Lo mejor que podría hacer ahora sería irse y enfrentar la situación cuando estuviera preparada, además, si tenía suerte, él no la recordaría, que era lo más probable... 

¿Y por qué pensar en eso le molestaba? No, no podía molestarle, "¡Rin!, concéntrate!"

Sara...

Qué le iba a decir a Sara...

Un paso a la vez, por ahora le diría que tenía que marcharse. ¿Por qué?, porque bueno... al parecer su novio era el mismísimo con el que estuvo soñando noches enteras, el que le había dado los mejores besos de su vida y que hasta se tocó pensando en él... 

Mierda, no, no podía decir eso, ese sería su oscuro secreto y nadie podría saberlo nunca jamás.

"Eres la peor amiga del mundo, Rin, la peor amiga del universo entero".

Ya, suficiente, era momento de dejar los dramatismos atrás y olvidar el asunto. Ahora sólo tenía que concentrarse, dejar de hiperventilar y pensar en una excusa para salir de ahí, rápido...

- Rin, ¿estás bien? te noto distraída, más distraída de lo usual...

- La verdad es que estoy un poco cansada - "bien, eso no es mentira" - así que creo que me iré...

- ¡¿De verdad?! - Le preguntaron Sango y Kagome a la vez.

- Si, el viaje, jet lag, ya saben... - balbuceó - Podemos vernos pronto, ¿si?, uno de estos días juntarnos las cuatro a almorzar, o hacer algo, como en los viejos tiempos...

Suerte con eso, porque Sara no te dejará marchar... Aunque me parece fantástica la idea de hacer algo las cuatro juntas.- Le dijo Kagome, Sango rio.

- Pobre Rin, es verdad, no creo que puedas irte tan fácilmente... y hablando del diablo, ahí vienen...

- ¿Qué?

- ¡Rin! - A su espalda escuchó la voz de la ojiazul llamarla emocionada. 

- Suerte - Moduló Sango a modo de broma, al ver la efusividad con la que Sara se acercaba.

"Si sólo supiera cuánto la necesito..."

Tomó aire armándose de valor y finalmente se giró para encontrarlos. 

- Rin, te presento a mi novio, él es Sesshomaru.



***

[¡¡Hola!!, ¿Qué les pareció el capítulo de hoy? espero que les haya gustado ❤❤ desde ahora entramos con todo a la trama de la historia!

Muchas gracias de nuevo por sus votos y comentarios, el próximo capítulo lo subiré cuando este alcance los 30 votos, pueden ayudarme recomendando la historia a sus amigos lectores, un abrazo grande!]

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