Memorias del pasado: Pérdida de la inocencia.
¡Indefensa! Miro tus ojos, y el cielo es el límite, estoy ¡Indefensa!
Helpless — Hamilton
Izuku desea que ese momento dure para siempre, quiere que Todoroki la toque con esa extraña suavidad, que recorra su cuerpo con cariño, que la mire con amor.
Ella cree que así debería de haber sido su primera vez, algo hermoso y digno de recordar, más sabe que eso nunca será así, pues el tiempo no puede volver atrás.
— ¿Te lástima que haga esto? —pregunta con timidez, mientras acaricia sus pechos.
—Lo has hecho antes, y hasta de modo más brusco, por qué ahora me preguntas si me lástima —susurra en respuesta.
—Antes hice todo esto solo por satisfacerme a mí, pero ahora no es así, quiero que tú te sientas bien, deseo que tú puedas sentir con mis roces cuanto te amo Izuku —murmura vehemente.
—Tú no recuerdas nada, tú no me amas, para ti solo soy una chica sucia, tú nunca me podrás amar —declara con amargura.
—Soy un estúpido, nada de lo que dije es verdad, Izuku, yo dije todo eso porque estoy celoso, de Bakugo, de mi hermano, de cualquier hombre que se te acerque. ¡Dios! Creo que hasta de tu maldita sombra siento celos —exclama en voz alta.
—Esto es lo que soy Shoto, esto es lo que seré siempre —admite sin emoción.
— ¡No me importa! Yo te amo, en verdad lo hago, yo haré todo por ti, solo cuéntame todo, por favor necesito saberlo —súplica.
—Lo haré, pero primero dame tu amor, demuéstrame que en verdad me amas —implora con necesidad.
—Te demostraré lo mucho que te amo, mi hermosa Izuku.
Aquellas palabras dan inicio a una larga y satisfactoria sesión de sexo, aunque claramente Midoriya sabe que es más que eso, pues el sexo no te llega al corazón.
Sus cuerpos se funden en uno solo, sus suspiros se mezclan con gemidos, y gritos de placer. Aquello es peligroso pero se siente tan bien que la chica no quiere parar, y obviamente no lo hacen en mucho tiempo, cuando la necesidad de ambos se ve saciada, la mujer sabe que es momento de contar la historia.
Su historia, por lo que abrazada al pecho de su amante, comienza a relatar lo que llevo a Izuku Midoriya a ser lo que es.
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Lastimosamente todo se remonta a mucho tiempo atrás, más específicamente a cuando la de verdes cabellos era una dulce niña.
A ella la criaron con mucho amor y cariño, aún con eso Izuku era una niña muy inteligente a su corta edad, para ella no pasaba desapercibida la forma tan rara en que su familia vivía.
La pequeña tenía terminantemente prohibido hablar sobre su padre y madre, nadie podía saber los nombres de sus progenitores, los únicos que lo sabían eran la directora y su maestro de preescolar, eso le parecía extraño a la niña más nunca dijo nada.
Aunque todo tomó un giro más sombrío cuando un día sus compañeritos comenzaron a decir cosas horribles sobre ella, pero aún peor cosas de su mamá, Izuku era obediente, sabía que no podía decir nada sobre sus padres por lo que ante los insultos, se quedó callada.
Aquello solo logró que los pequeños fueran más hirientes.
¿Cómo era posible que esos niños fueran tan malos, aun a tan corta edad?
Midoriya no lo entendía, más al llegar a su casa y ver a su hermano cubierto de golpes y moretones, creyó comprender el porqué de la maldad de sus compañeros, y contrario al berrinche que una niña de cinco años haría, ella solo abrazo al rubio porque lo amaba más que a nadie y sabía que lo suyo solo había sido un pequeño error, sin embargo sus padres no lo vieron así.
En la madrugada de ese día la pequeña de cabellos verdes se despertó porque sintió sed, como la buena niña que era fue al cuarto de su madre para que la acompañara a la cocina, con pasos lentos caminaba por el pasillo, cuando estaba a punto de tocar la puerta los lamentos de su madre la desconcertaron, con cuidado de no ser vista abrió la puerta y escucho a sus padres hablar.
—Todo esto es mi culpa, si Izuku no se pareciera a mí nadie la trataría mal —musita llorosa.
—Inko eso no es cierto, la gente es estúpida, no les hagas caso —pide con suavidad el rubio.
— ¡Como quieres que no les hagas caso! le dijeron cosas horribles a Izuku, además está lo que le hicieron a Denki, Toshi, nosotros nunca vamos a poder vivir felices, tal vez lo mejor será terminar con esto —susurra con amargura la mujer.
— ¿Que? ¡Por supuesto que no! afrontaremos esta situación juntos, nosotros podemos salir de esto juntos ya veras, solo confía, nos iremos de aquí, iremos a otro lugar, todo mejorara lo prometo —declara el mayor con rapidez.
La mujer al escuchar esas palabras rompe a llorar.
—Si solo Izuku hubiera nacido como un niño todo sería un poco más fácil, lo siento, lo siento mucho Toshinori —balbucea con dolor.
El hombre la abraza y la consuela, a él no le importa lo que la gente diga, pero sabe que a su esposa sí que le afecta la maldad con que hablan de ella y su pequeña hija, trata de darle apoyo a su amada mediante palabras amorosas, se encuentra tan sumergido en su tarea que no se da cuenta cuando la pequeña pecosa se va de aquel lugar, con el rostro lleno de tristeza pues cree que es su culpa que su mamá este triste.
Aquella noche la niña no puede dormir, su mamá no quiere que ella sea una niña, el que ella sea así le causa tristeza a su progenitora, por eso es que guiada con ese pensamiento toma una decisión.
Entra con sigilo al cuarto de su hermano, quien yace dormido profundamente, busca entre sus cajones su vieja ropa, cuando la encuentra la toma para llevársela a su cuarto, antes de irse toma del morral de su hermano unas tijeras, luego de eso sale de la habitación y se dirige a la suya.
Ya en ella se para frente al espejo, acaricia su cabello con suavidad, realmente le gusta más sabe que no lo puede seguir teniendo largo, pues los niños no lo llevan de ese modo.
—Esto es para hacer feliz a mami —se dice a sí misma.
Toma las tijeras, con torpeza corta el primer mechón, luego otro y otro, así sucesivamente hasta que su largo cabello desaparece, cuando termina se mira al espejo, no se reconoce, quiere llorar más se aguanta, pues no quiere hacer sentir más triste a su mamá.
Se pone la ropa de su hermano, la cual le queda algo grande, un mohín se forma en sus labios al darse cuenta de eso, aunque no le toma mucha importancia, se sube a su cama y ahora sí que se dispone a dormir.
Cuando el sol acaricia su rostro sus ojos se abren con pereza, bosteza con cansancio, no sabe qué hora es pero sabe que no debe de ser tarde, porque su mami no la ha ido a despertar, se acurruca en la cama dispuesta a dormir más, aunque la voz de su hermano, no la dejan seguir con su objetivo.
—Izuku, mamá dice que bajes a desayunar y... ¡Mamá! —grita aterrado.
La niña se levanta asustada ante el grito de su hermano, la forma en que la ve le parece rara, quiere preguntarle que tiene pero no puede hacerlo, pues su madre entra a su cuarto asustada.
— ¿Que paso? ¿Qué tienes cariño? —pregunta la mujer mirando al niño preocupada.
—Izuku, ella, ella esta...
Solo entonces la mujer repara en el desastre que hay en la habitación de la menor, la ropa de la niña esta tirada por todos lados, los cabellos verdes también están en el suelo, cuando mira a su hija y la ve con el cabello corto y la ropa de su hijo, comprende lo que pasa inmediatamente.
—Mami, ya soy un niño, ya no tienes que estar triste, ya nadie te dirá nada nunca más —explica con una sonrisa.
Inko cae de rodillas al suelo y llora con dolor.
—Lo siento Izuku, perdóname, por favor perdóname —suplica con arrepentimiento.
Los dos niños se acercan a su madre y la abrazan, Denki cree que todo aquello es su culpa, mientras que Izuku cree que lo que hizo no basta para hacerla un niño, por eso su madre esta triste.
La familia se muda de aquella ciudad, pero la idea de Izuku sobre ser un niño no se va de su mente nunca.
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Con el cambio de ciudad, vino un cambio total en su vida, su hermano comenzó a tener más amigos, todos ellos eran buenos y geniales, aunque por mucho su favorito era un chico de nombre Katsuki, quien era valiente y determinado.
Izuku pasaba la mayor parte del tiempo tras él, cosa que al mayor parecía gustarle, y que a su hermano parecía ponerlo celoso, ya que la niña se la pasaba alabándolo, la pequeña de verdes cabellos sabía que todos la trataban bien, porque ante los ojos de los demás ella era un niño.
Luego de su "accidente" como lo nombro su mamá, Izuku no quiso volver a vestir ropa femenina, su madre trataba de explicarle que ella deseaba que su hija volviera, pero la pequeña era obstinada, no quería volver a ver a su progenitora llorando, por lo que adopto su identidad como chico permanentemente.
Incluso en la escuela todos pensaban que ella era un niño debilucho, pero al fin y al cabo niño, ya nadie la molestaba, y aunque su madre dijera que quería de regreso a la antigua Izuku, la pequeña sabía que no era verdad, pues en los verdes ojos podía notar el alivio que sentía la mayor ahora que su hija no era juzgada.
Por aquella razón Izuku prometió ser un niño para siempre, con el tiempo sus padres se acostumbraron a eso, por lo que paso a ser algo normal, hasta para Denki, quien presentaba a Izuku como su medio hermano.
Aunque su vida dio un vuelco cuando uno de los amigos de su hermano descubrió su verdadera identidad.
¿Cómo sucedió aquello?
Fue algo extraño y vergonzoso, a sus nueve años Izuku tuvo que ir con su mamá a comprar ropa interior, ella quería usar la misma que los niños, pero su madre le explico que eso no podría ser, ya que las prendas íntimas de mujeres y hombres eran diferentes, además de hacer especial hincapié en que pronto comenzaría a desarrollarse. A regañadientes la pequeña acepto ir con su madre, aunque para hacer todo peor la mayor la obligo a usar ropa de niña para poder ir a hacer las compras.
La de verdes cabellos se encontraba incomoda, usar vestido no era lo de ella, pero no le quedaba de otra, con pereza caminaba detrás de su madre quien le mostraba toda clase de ropa interior, ella no sabía cuál escoger por lo que cualquier opción que su progenitora le daba la aceptaba.
Luego de dos horas por fin termino aquel martirio, en recompensa por ser paciente la mayor se ofreció a comprarle un helado a su hija, esta acepto inmediatamente olvidándonos de todo. Solo entrar a la heladería la niña pidió el helado más grande del lugar, cuando se lo dieron inmediatamente se puso a devorarlo, aunque su tarea fue interrumpida por un suave toque en su hombro.
La chica giro y se encontró con un chico que conocía bastante bien.
—Izuku, con esa ropa tan diferente no te reconocí ¿Cómo estás? —pregunto con amabilidad.
La niña tembló de miedo, le tiro el helado enzima al bicolor y salió corriendo ante la estupefacta mirada del mayor, quien no entendió porque actuó así la hermana de su amigo.
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Midoriya escuchaba a su hermano jugar con sus amigos, las risas de Kirishima y regaños de Iida se oían por toda la casa, la pecosa se preguntaba cuanto más duraría aquella calma en la vida de su hermano.
Se envolvió en las cobijas con pesar, no quería que Shoto les dijera a los demás que ella era una niña, pues creía que estos al saberlo se alejarían de su hermano y lo dañarían como lo hicieron aquellos niños de su escuela, solo pensar en eso y en el rostro lloroso de su madre la hacían sentir mal.
Las lágrimas se acumulaban en sus ojos, de solo pensar que gracias a ella toda la buena vida que hasta ahora tenían seria destruida, Izuku no quería que eso pasara, más no sabía qué hacer para remediar lo que había hecho.
Unos suaves golpes en su puerta la distrajeron de sus pensamientos, sin preguntar quién era indico que pasara, al sentir el colchón hundirse y unos brazos pasar por su espalda, creyó que era su hermano, por lo que giro para verlo, más su sorpresa fue grande al ver que quien se encontraba ahí era Todoroki Shoto.
—Todo-Todoroki-kun —susurro con miedo.
—Midoriya ¿Estas enojada conmigo? —pregunto triste.
Ella negó mientras se encogía entre las cobijas.
— ¿Entonces porque no vas a jugar con nosotros?
—Me siento mal, estoy enfermo —murmura en respuesta.
—Umm, ¿Es porque sé que eres una niña, no?
—Yo no soy una niña, yo soy un niño tú te equivocas, yo soy un niño —proclama con convicción.
Los heterocromaticos ojos del contrario la miran fijamente, una sonrisa sutil aparece en sus labios mientras que acaricia el cabello de la niña con cariño.
—No tienes que esconder lo que eres de mí, hace tiempo que lo descubrí, incluso se lo dije a tu hermano, él me explico el porqué de tu actitud, no te preocupes yo no diré nada —asegura con suavidad.
— ¿Enserio no dirás nada? —cuestiona dudosa.
—No diré nada pequeña Izuku, lo prometo, ahora vamos a jugar, ¿Vale?
La niña se abraza al bicolor, le da muchos besos en las mejillas y asiente feliz, si ella hubiera sido un poco mayor, se habría dado cuenta que aquella inocente acción sonrojo al mayor.
Ese fue el inicio del amor de Shoto y sin que la pequeña lo supiera, también el de ella.
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A sus 15 años Izuku se dio cuenta que estaba enamorada de Shoto Todoroki, esto gracias a la ayuda de su mejor amigo Hitoshi, quien le ayudo a notar que lo que sentía por el bicolor era diferente y especial.
Gracias a eso ahora cada que estaba frente al chico tartamudeaba y se sonrojaba por montones, siendo regañada por Katsuki por su irritante nueva actitud, nadie además del chico de cabellos purpuras entendía que le pasaba a la menor.
Denki decía que era la edad, mientras que Ejiro y Tenya suponían que alguna chica le comenzó a gustar, esas palabras ponían de malas al explosivo Bakugo, mientras que Todoroki parecía molestarse solo de imaginar eso.
Las teorías ante su extraña actitud seguían y cada nueva idea, resultaba molesta y estúpida para Bakugo y Todoroki, quienes de solo pensar que Izuku gustaba de alguien, se irritaban y se marchaban.
Ante todo esto Midoriya no sabía qué hacer, no sabía si lo mejor era confesar sus sentimientos y vivir su vida como lo que era, una mujer, o seguir fingiendo y esperar a que esos sentimientos desaparecieran.
Ella estaba tentada a hacer lo segundo, más gracias a la insistencia de su mejor amigo decidió probar la primera opción, pues sentía que aquellos bellos sentimientos tenían derecho a ser expresados.
No le importaba ser rechazada, ya no, ahora ella deseaba ser valiente para atreverse a confesar lo que sentía, sin importar el resultado, en verdad deseaba hacer aquello.
De igual modo ya tenía la solución por si era rechazada, ella aceptaría irse a un internado de mujeres al que su madre le rogaba que asistiera, pero si era correspondida, ella se quedaría junto a Shoto y le demostraría que era lo suficientemente buena para él.
Con eso en mente se fue a una fiesta con todo el grupo de amigos, en el camino converso con Hitoshi cuando su plática acabo disfrutaron su mutua compañía en silencio, eso hasta que Katsuki le ordeno a la muchacha ir al frente con él, al principio ella replico pero rápidamente termino acatando la orden por miedo a una reprimenda del líder supremo que era Bakugo.
Cuando llegaron el único en no entrar inmediatamente fue el de cabello purpura, él parecía perdido en sus pensamientos, los mayores trataron de llamar su atención pero no lo consiguieron, por lo que la menor se quedó junto a él para hacerlo espabilar.
Con suavidad toca las mejillas de su amigo y trata de llamar la atención.
—Toshi, llevamos más de cinco minutos tratando de llamar tu atención, los chicos ya se adelantaron porque tu parecías estar en Marte —dice en voz alta la chica.
El joven parece reaccionar, aunque rápidamente su cara cambia a una de fastidio, la chica palmea el hombro de su amigo en señal de apoyo, el muchacho suspira fastidiado pero entra a aquella casa junto a ella.
Los sudorosos cuerpos de los invitados se mueven al ritmo de la música, la cual es ruidosa pero atrayente, cuando ambos localizan a su grupo de amigos se encaminan hacia ellos, solo acercarse más notan que junto a ellos esta Momo Yaoyorozu, quien como siempre trata de llamar la atención del joven bicolor.
A Hitoshi le parece extraño que el heterocromatico este bebiendo, siendo que él no suele hacerlo, se preocupa pero no dice nada, prefiere mantenerse junto a su amiga para que ella no siga ese ejemplo.
De apoco cada uno de los amigos se van dispersando, al final solo Izuku y Hitoshi se quedan juntos, ambos comienzan a platicar de cualquier tipo de cosa que se les ocurre, la chica la está pasando bien aun con todo el ruido, al no ver a Todoroki cree que el destino le está mandando una señal de no hacer aquello que planeaba.
Aunque como si de una invocación se tratara, el joven de bicolores cabellos se aparece, toma de la mano a la de verdes cabellos y se la lleva sin decir nada, eso le parece extraño a la chica pero no le importa, se da la vuelta para indicarle a su amigo que no la detenga y se va con junto a él.
En el camino se topa con todo tipo de personas, a lo lejos puede ver a su hermano y a Kirishima en un concurso de bebidas, sonríe ante las ocurrencias de esos dos, Shoto aprieta su mano con fuerza al escuchar su risa.
Suben a la segunda planta de la casa, la pecosa le va a preguntar a Todoroki a donde la lleva, más este se detiene abruptamente frente a una puerta.
—Espérame aquí —ordena y entra a aquel cuarto.
Ella no hace más que obedecer, mira de un lado para otro como tratando de buscar algo interesante, pronto es interrumpida por una grave voz masculina.
—El conejito asustadizo salió sin la compañía de sus amigos, vaya que interesante —murmura burlón.
—Todoroki-san, yo, yo no vengo sola, estoy junto a todos mis amigos —explica con timidez la chica.
— ¿Enserio? pues yo te veo sola I Z U K U —deletrea mientras se acerca más a ella.
La acción pone nerviosa a la chica, la cual trata de alejarse lo más que puede del hombre frente a ella.
—Todoroki-kun está en esa habitación, me dijo que lo esperara aquí —susurra en tanto señala la puerta.
Aquello parece detener las burlas de mayor, mira a la chica de modo raro y acaricia su cabeza.
—Ya veo, te daré un consejo conejito, si te duele piensa en algo más, eso siempre ayuda.
Dicho eso el muchacho se da la vuelta y se va, la de orbes verdes suspira aliviada al ver marcharse al de rojos cabellos, aunque también se queda extrañada por el extraño gesto que tuvo con ella, sin embargo no tiene tiempo de pensar más en eso, pues Shoto sale de aquel lugar que resulta ser el baño.
—Vamos, ya casi llegamos.
— ¿A dónde vamos Shocchan?
—Es una sorpresa, ya verás —murmura con enojo contenido, que la chica no reconoce.
La lleva a una de las habitaciones más apartadas, entran en ella, el bicolor cierra la puerta con llave mientras que la chica mira curiosa de un lado a otro.
—Siéntate Izuku, vamos a hablar —pide el hombre.
La menor hace caso y se sienta en la cama, va a preguntar porque están en ese lugar, más el peso de un cuerpo ajeno y los labios del chico que le gusta sobre los suyos, le causan un corto circuito a sus funciones.
Aquel primer beso no se siente como pensó que se sentiría, ya que la lengua de Shoto recorre la suya haciéndola sentir extraña, cuando se separa de ella el chico la mira con intensidad.
—Me gustas Izuku, me gustas mucho, dame tu primera vez, yo te daré la mía —propone con voz ronca.
Las mejillas de Midoriya se sonrojan, mira al chico con vergüenza sin saber que contestar.
—Todo- Todoroki tu también me gustas, me gustas mucho, pero yo no sé si estoy lista para algo así, es decir, en la escuela nos han dado explicaciones sobre las relaciones sexuales, incluso nos dieron preservativos, ¡Pero aun soy muy joven! y no es que no quiera hacerlo contigo, pero yo no sé si... Yo tengo miedo —susurra con pena.
—No te preocupes, yo te cuidare, seré dulce contigo, quiero estar contigo ¡Déjame estar contigo! —exclama mientras besa suavemente sus labios.
Las palabras de Shoto son dulces, son tentadoras y llenas de amor, eso cree Izuku, por lo que con una tímida sonrisa asiente, el muchacho sonríe de modo torcido, más la pequeña chica no lo nota.
Con desesperación el bicolor comienza a besarla y desnudarla, cuando la tiene a su merced él se quita la ropa, se toma unos minutos para apreciar el cuerpo femenino, tal visión le logra crear una erección.
Izuku es bonita, está bastante desarrollada para edad, sus piernas son firmes y delgadas, sus pechos están bien proporcionados, Shoto sabe que cuando crezca su cuerpo será aún más tentador, tal vez eso la enorgullezca, pero él hará que cada que vea su cuerpo solo sienta asco de sí misma.
Con brusquedad mete un dedo en el interior de la muchacha, esta grita de dolor ante la intromisión.
—Eso duele mucho —gimotea.
Más no le hace caso y mete otro dedo de golpe, pequeñas lagrimas escurren de los orbes verdes, más ni así Todoroki se permite sentir compasión, comienza a masturbar a la chica con rapidez, aun ante los gemidos de dolor, cuando siente que esta húmeda toma eso como su momento para comenzar con el sexo.
Se posiciona entre las piernas de la muchacha y comienza a adentrarse en su interior sin siquiera ponerse protección.
—Shoto, espera, necesitas usar un preservativo —dice la muchacha adolorida.
— ¿Has estado con otro hombre? —pregunta con molestia.
— ¡Claro que no! Es solo que las enfermedades y...
—Entonces no lo necesitamos, yo no he estado con nadie tampoco, no pasara nada —declara mientras de una estocada entrar en su interior.
El dolor le parece insoportable a Izuku, quien se muerde los labios en busca de callar su dolor, mientras que para Shoto aquello es la gloria misma, el interior de la muchacha es cálido y apretado, sin duda estar dentro de su intimidad es agradable y placentero, por lo que comienza a mover las caderas con rapidez.
La de verdes cabellos no se acostumbra a la intromisión, mucho menos a los movimientos, el dolor es horrible e insoportable, solo entonces recuerda las palabras del hermano mayor de Shoto.
"Si te duele piensa en algo más"
Cierra sus ojos y trata de recordar algo bueno, cuando lo logra solo reza porque deje de doler y en efecto lo hace, luego de un rato el dolor es sustituido por una agradable sensación en su vientre, sus labios comienzan a emitir sonidos raros, que parecen excitar a Todoroki, pues se mueve aún más frenético.
—Eres tan buena, me gusta estar dentro de ti, maldita sea me vas a volver loco —gruñe mientras manosea el cuerpo femenino.
Aquello solo logra que Izuku se mueva por sí misma, causando más placer al mayor.
—Mierda si, muévete más, demuéstrame cuanto me deseas.
—Shoto, bésame por favor —balbucea extasiada la chica.
El obedece y la besa, es un beso sucio y desesperado, las lenguas de ambos se rozan con lascivia, cansado de esa posición el chico le sugiere un cambio a la chica, a lo que esta solo contesta que le enseñe a hacer todo lo que a él le guste.
Por espacio de dos horas Todoroki Shoto hace lo que quiere de la dulce Izuku, sus más sucios y perversos sueños los hace realidad con la sumisa y obediente chica, si es honesto consigo mismo nunca creyó que el maldito porno que le mandaban sus amigos sirviera para algo, hasta ahora que tiene a alguien a su merced para cumplir esas fantasías, es que agradece haber visto aquellos videos.
Izuku es estrecha, joven, enérgica, aprende rápido y es complaciente, no importa si la trata con brusquedad, ella acepta todo, sus labios agradecen y sus ojos solo reflejan amor.
Un amor que la va a destruir, porque los sueños nunca se hacen realidad.
En la segunda vez que Shoto se va a correr, decide hacerlo dentro de la muchacha, ella esta tan perdida en las sensaciones que no se opone, el cálido liquido en su interior provoca que ella tenga su propio orgasmo, balbucea unas cuantas palabras inentendibles y deja que las oleadas de placer la relajen.
Cuando se recupera de aquella deliciosa sensación mira su cuerpo, hay varias marcas en el pero a ella no le importa, ya que son marcas de Shoto, su Shoto, no puede evitar verlo, se ve tan guapo que quiere abrazarlo, planea hacer eso por lo que se acerca tímidamente a él buscando la mejor posición para su abrazo, aunque es interrumpida abruptamente por las crueles palabras del chico.
—No me toques —espeta con brusquedad.
— ¿Que pasa Shocchan? —pregunta extrañada ante la reciente actitud del muchacho.
— ¿Enserio no sabes que me pasa?
—No, yo no entiendo, hace unos segundos estabas bien ¿Que tienes? —cuestiona con preocupación.
—Lo que tengo es que espere más de ti, espere que fueras diferente, yo nunca quise creer todo lo que decían de tu madre, pero viéndote a ti creo que es verdad —escupe molesto.
— ¿Que tratas de decir?
—Por favor, no te hagas la inocente que ya no te creo, tu solo buscas escalar posiciones al igual que tu madre, no te importan los medios para lograrlo, eres ambiciosa. Tu haz sido capaz de entregarle tu cuerpo a alguien solo para lógralo ¿No es así? —sentencia dolido.
— ¿Que? eso no es cierto, yo te en verdad te quiero Shoto, no es más eso es poco decir, yo en verdad te amo, siempre has sido tan bueno conmigo, tan amable, tan dulce, yo no pude evitar enamore de ti, a mí no me interesa lo que tienes, yo solo te quiero a ti por lo que eres, no por lo que tienes —contradice con rapidez.
Una mueca de furia se instala en su rostro, se levanta de la cama y la mira con odio.
—Mentirosa, eres una cualquiera, hoy quedo demostrado, eres repugnante y repulsiva, te odio, ojala nunca te hubiera conocido, eres lo peor que me ha pasado en la vida, no quiero volverte a ver, no quiero que te me acerques nunca, yo te odio mucho —dice fuera de sí.
La muchacha se levanta de la cama y se tapa con una sábana, lagrimas corren por sus mejillas ante las crueles palabras del chico, aun así ella trata de que él le crea.
—No es cierto, yo no miento, yo te amo, lo hago con todo mi corazón, yo nunca me habría entregado a nadie que no fueras tú, por favor créeme, yo enserio te amo Shoto, por favor cree en mi —suplica entre lágrimas.
Luego de eso todo es un caos, alguien comienza a patear la puerta, cuando es abierta Hitoshi entra, una mirada de dolor se hace presente en sus ojos al ver a su amiga llorar de modo tan desconsolado, por esa razón una batalla verbal comienza entre el de cabellos purpuras y el bicolor.
El menor se da cuenta enseguida del evidente estado de embriaguez del mayor, pero ni así deja de sentir ira y odio por las palabras crueles y grotescas que suelta contra su amiga, cuando la situación lo sobrepasa y los sollozos de su amiga se intensifican él pierde el control y se abalanza sobre el mayor.
Lo golpea con fuerza que pasa a brutalidad, al ver la mirada de burla en los ojos del mayor, Hitoshi quiere borrarle esa expresión del rostro por lo que no deja de golpearlo, afortunadamente es detenido por Iida, quien después de unos minutos espabila y hace algo ante la situación.
Trata de calmar al muchacho con algunas palabras, afortunadamente este parece reaccionar positivamente y hace caso, cuando ve a su amiga se le parte el corazón, nota que sigue desnuda por lo que le va a dar su chamarra, aunque el gafas se le adelanta y cubre a la temblorosa muchacha.
No cuestiona a la de verdes cabellos, pero le hace saber que merece una explicación, ella asiente en respuesta, cuando el trio de amigos se iba a ir de aquel lugar, Todoroki volvió a atacar con palabras hirientes.
—Que bajo has caído Iida ¿Ahora que Yaoyorozu te rechazo vas a ir por esa? pensé que tenías mejores gustos —pronuncia burlón.
El rostro del más alto se contrae en una mueca de furia, más no dice nada, aquello le molesta al bicolor por lo que sigue provocándolo de modo insistente, cuando su paciencia es colmada, le responde con odio al heterocromatico.
—Pensé que eras diferente Todoroki, pero me equivoque, creo que después de todo eres manipulable, harás una excelente pareja con Momo, pues tienes la madera de juguete que ella tanto desea, púdrete ojala te mueras —dice con frialdad.
Luego de eso los tres chicos se retiran sin decirle nada a nadie, aquel día Izuku llora hasta cansarse, luego de desahogarse desea más que nunca el no haber nacido como mujer.
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"Los deseos nunca se hacen realidad"
Midoriya Izuku quedo embarazada, un mes y medio luego de su partida comenzó a sospechar de su estado, cuando corroboro sus dudas con una prueba de embarazo, lloro de felicidad y de dolor.
Pues la idea de ser madre de un hijo de su amado Shoto la alegraba, aunque la aterrorizaba la reacción de sus padres.
Aun con eso Izuku amaba al ser que crecía en su vientre, lo amaba tanto y deseaba tenerlo en sus brazos cuanto antes, creía que si sus padres sabían su situación optarían por que ella abortara ya que era menor.
Fue por eso que decidió esconder aquello como un secreto, uno que sería descubierto por la persona menos indicada.
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"Los sueños nunca se hacen realidad"
Abrió sus parpados con cansancio, Izuku soñó otra vez con su hijo, esta vez estaban en un gran parque jugando, ambos reían y eran felices, el niño tenía pecas en el rostro y los ojos verdes y grandes de su mamá, aunque su cabello era bicolor, y las expresiones de su rostro eran muy similares a las de Shoto.
Su corazón dolía mucho al pensar que su hijo ya no estaba con ella, toco su plano vientre con tristeza, en medio de su miseria entro una enfermera para verificar su estado, le dio unas cuantas medicinas y le sugirió descansar un rato más, pues por la tarde tendría cita con su médico designado.
Ella obedeció de modo mecánico, cerró los ojos de nuevo y se dejó llevar por la inconsciencia con la esperanza de soñar de nuevo con su fallecido hijo.
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"Los sueños y los deseos nunca se hacen realidad, por lo menos para ella NUNCA se harán realidad"
—Lo siento Midoriya, las lesiones de su accidente han sido tan graves que tuvimos que operarla de emergencia, tiene que entender que era su vida lo primordial —explica el doctor.
—Comprendo, ¿Por lo menos trataron de salvarlo? —cuestiona dolida.
—Midoriya, él estaba muerto, nada lo podía salvar, lo lamento.
—Bien yo entiendo, no es su culpa, fue un accidente nunca nos esperamos algo así, además quien más sufre ahora es Iida, yo tengo que apoyarlo, yo tal vez podre tener hijos luego, pero su hermano él... Él no va a volver —musita con tristeza.
—Respecto a eso, hay algo que debo decirle...
Antes las palabras del médico el corazón de la joven se rompe, ella no puede seguir escuchando las explicaciones médicas, su mente solo puede repetir una y otra vez la cruel noticia que le acaban de dar.
"No podrá tener hijos nunca más"
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"Quiero que sea real"
Izuku se movía de arriba para abajo, el hombre debajo de ella gruñía de placer, la muchacha no hacía ni un ruido, ella solo quería que el hombre se viniera dentro de ella por lo que se movía más rápido.
— ¿Te gusta?
—Joder si, eres muy buena, muévete más, ya casi siento que voy a...—un gemido de satisfacción sale de la boca del hombre.
Su orgasmo había llegado, se recuesta a lado de la chica y la mira con precaución.
— ¿Estas bien? —pregunta curioso.
—Si lo estoy, tal vez funcionara si lo hacemos más veces —opina la chica sin emoción.
—Tal vez funcionaria si le pusieras más emoción a tu rostro, Izuku no podemos seguir así, llevamos más de dos meses y esto no funciona —susurra en voz baja el de cabello azul—. Lo mejor será que paremos de hacer esto y...
No puede seguir porque la muchacha se lanza a besarlo, es un beso lleno de deseo, pronto el mayor se rinde y se deja hacer.
—Vamos a hacerlo de nuevo ¿Si? —pregunta con suavidad, mientras una sonrisa apenada adorna su rostro.
El de cabello azul afirma, pronto la muchacha besa y acaricia todo el cuerpo masculino, trata de hacer más satisfactorio el encuentro para que él ya no pueda negarse más.
Izuku quiere hacer realidad sus sueños, no le importa si tiene que fingir o mentir, ella quiere conseguir su deseo más grande a como dé lugar.
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Pero tú lo sabes, nunca lo conseguirás.
Midoriya lloraba desconsolada, sus resultados volvían a arrojar negativo, otro mes más en que sus esfuerzos eran en vano, ella no quería creer lo que el medico decía, pero las pruebas eran irrefutables.
Era una mujer inútil, incapaz de dar vida, las lágrimas corrían cual cascadas por sus mejillas, se sentía triste y desolada, creía firmemente que gracias a eso nadie la querría.
Los suaves brazos de su amiga la envolvieron en un abrazo, con cariño acaricio sus ahora largos cabellos.
—Izu, no te pongas así, por favor me destroza verte de este modo, ya no llores —murmura la rubia con suavidad.
—No puedo parar, ¿Cómo quieres que me sienta? yo soy una inútil, no sirvo para nada, no puedo crear vida, yo nunca pobre tener la dicha de ser madre, nadie me va a querer nunca ¿Quién va a desear estar con alguien como yo? —pregunta furiosa.
—Muchos matarían por estar contigo, eres bonita, eres agradable y buena persona, encontraras a alguien que te amé, ya lo veras —proclama Himiko.
Una risa seca escapa de labios de la de verdes cabellos.
—De que me sirve la belleza, cuando se den cuenta que no soy capaz de procrear me van a dejar, porque los hombres mienten, te pueden decir que no quieren hijos y que es mejor estar así, pero la realidad es que son solo cumplidos vacíos para abrirte las piernas, esa es la única utilidad que verán para mí. Yo solo seré un vertedero de semen seguro, nadie me va a tomar enserio nunca, nadie me va a querer.
— ¡Yo te quiero Izuku! ¡Te quiero mucho!
Dicho esto la de ojos ámbar se abalanza sobre los labios de la pecosa, la besa con cariño, con amor, tratando de transmitirle que hay mucho más en ella de lo que ve, más eso en lugar de ayudar, empeora todo, pues luego de eso Izuku comienza a gestar un mal sano deseo de que todos la quieran solo a ella.
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Aun así trataste de suprimir aquello, pues no querías perder tu buen corazón.
Lamentablemente él te dio la estocada final, adornada de forma excepcional una invitación a su enlace nupcial, fue lo último que tu pobre corazón pudo aguantar.
Cuando Iida termino de leer aquel pedazo de papel el mundo de Izuku se terminó de romper, pues tontamente luego de casi tres años aún tenía esperanzas de que lo de Shoto hubiera sido un mal entendido, aunque claramente no lo fue sin poder evitarlo las lágrimas escurrieron por sus mejillas.
— ¿No crees que es injusto? —pregunta Tenya.
—No sé a qué te refieres —responde ella mientras trata de limpiar sus lágrimas.
—Sabes a lo que me refiero, lo de Todoroki y Yaoyorozu, es demasiado risible ver cuán bien le ha resultado todo a esa mujer —declara con frialdad.
—No es risible, es lo que la gente como ella merece, Yaoyorozu es como una flor exótica, única e inigualable, Todoroki es su igual, estaban destinados a estar juntos, eso es todo, no hay nada más que pensar —explica cansada la mujer.
— ¡Eso no es así de fácil! no minimices lo que te hicieron, no, mejor dicho lo que nos hicieron.
—¿Que hicieron? tal vez esto es lo que el destino decidió que merecíamos, lo mío solo fue un sueño rogando hacerse realidad, un sueño que solo permanecerá en mi mente, un sueño que aunque triste me impulsa a seguir viviendo —musita con tristeza Midoriya.
Iida se molesta, toma de los hombros a Izuku y la zarandea.
—Los sueños nunca se hacen realidad Izuku, mientras tú te pudres en la tristeza y te dejas morir ellos son felices ¿No es eso injusto? —espeta con enojo.
—Las flores salvajes no son tratadas justamente Iida Tenya —replica.
—Y una mierda, deja de hablar de flores, tú no eres una flor, eres una persona eres igual a los demás, sientes y piensas, odias y amas. Pero si quieres seguirte comparando con flores tengo que decirte que aunque fueras una flor salvaje, serías mejor que las putas flores exóticas ¿Sabes porque?
Ella niega en respuesta.
—Porque las flores salvajes florecen en cualquier lugar, sin importar las condiciones logran salir adelante y florecer, las flores exóticas necesitan cuidados especiales y ambientes adecuados, son débiles, si no les das lo que necesitan mueren. Mírate Izuku, y mírate bien, sigues viva, eres fuerte, tu puedes lograr todo lo que te propongas, solo necesitas convicción —señala con seguridad.
— ¿Que tratas de decir?
—Estoy tratando de decir que merecemos más que toda esta mierda en la que estamos, merecemos enseñarles a los que nos dañaron lo que se siente estar en el infierno, ellos necesitan aprender que sus acciones tienen consecuencias, nosotros podemos hacer que sientan la maldita desesperación de perder todo lo que aman —proclama el de cabello azul.
— ¿Quiere decir que tu deseas vengarte? —pregunta con timidez.
—Por supuesto que si ¿Tu no?
—Yo no sé, es decir Shoto no recuerda nada, él ni siquiera sabe lo que hizo, no crees que sería injusto hacerle esto —murmura poco convencida la chica.
El mayor niega, acaricia los verdes cabellos y con dulzura le habla a la mujer.
—No, ¿Sabes que si es injusto?
Midoriya niega y el sonríe levemente.
—Shoto sabía que Yaoyorozu lo quería, lo supo desde los 15 años, en todo ese tiempo él nunca la rechazo, ni acepto sus sentimientos, solo la dejo seguir tras él, logrando que la pobre aumentara su enfermizo amor. Gracias a eso ahora tú no tienes nada, no tienes hijo, no tienes a Shoto y para hacer todo peor, nunca serás capaz de ser madre. Momo te quito todo por el amor de Todoroki, un amor que él fomento, al no ponerle un límite —explica con dureza.
La información le cae como un balde de agua fría a la menor, sus labios tiemblan de impotencia, tiene ganas de llorar, maldecir y gritar hasta que se quede sin voz, aquella nueva información es lo último que ella necesitaba para dejar de lado su comprensión, su corazón está herido, todo es culpa de Shoto, por él es que ella está sufriendo, guiada por eso sucumbe por fin al odio.
—Iida tienes razón, yo deseo que ellos paguen, deseo que todos paguen, quiero que deje de doler, ayúdame a que deje de doler —suplica en voz alta.
—No tonta, nos ayudaremos, haremos de la vida de esos dos un infierno ya lo veras —promete con sinceridad.
El camino hacia la destrucción de su alma comenzó a los 18 años, luego de eso ya nada le importo, sus principios, su bondad y su amor se extinguieron aquel día.
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Ella nunca volverá a ser igual, en su corazón ya no existe nada, simplemente Izuku ya no es nada.
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—Izuku ¿Estas enojada?
—No.
— ¿Entonces porque dejaste de hablarme luego de que terminaste de contarme la historia? —pregunta el bicolor con pesar.
—Simplemente estaba pensando, es todo —responde.
— ¿Y porque dejaste de abrazarme?
—Estas lleno de sudor.
—Tu también, ambos estamos igual —suspira—. ¿Me odias cierto? Por todo lo que te hice sufrir ese día.
—Sí, es probable que si —responde, mira el reloj y se levanta de la cama —. Debo de irme, Touya debe de estarme esperando —susurra mientras se comienza a cambiar.
Todoroki frunce el ceño ante la mención de su hermano, se levanta de un salto de la cama y se acerca a la chica.
—No te vayas con él, quédate conmigo —pide con necesidad.
—No, debo de irme, él es mi futuro esposo, debo de obedecerlo y ser agradecida, me va a dar lo que tanto deseo, así que le debo obediencia y amor —susurra con voz plana.
Aquellas palabras le duelen al chico, más no se da por vencido, se abraza a ella y cede a sus emociones.
—Yo te puedo dar lo mismo, yo te puedo dar mucho más que él ¿Quieres un hijo? Yo te lo daré, ¿Quieres amor? te entrego mi corazón ¿Quieres pasión? ¡Es toda tuya! , solo por favor para esto, rompe tu compromiso, todo lo que tú quieras yo te lo daré ¡Lo juro! —exclama con ímpetu.
Los orbes verdes lo ven con curiosidad, una sonrisa amable se forma en su rostro.
—Está bien, romperé mi compromiso, pero solo con una condición, cuando la cumplas yo seré tuya Shoto ¿Que dices?
— ¡Acepto!
—Espera que aún no te he dicho nada, primero que nada te dejo en claro que seguiré con tu hermano, hasta que tu cumplas todo, esto se va a acabar ¿Bien?
Una mueca de inconformidad se forma en el rostro del muchacho, se queda unos minutos pensativo pero luego asiente en afirmación.
—Bien, lo que tú tienes que hacer me hará muy feliz, es una acción simple y fácil para alguien tan inteligente como tú, yo quiero que tu hagas sufrir a Yaoyorozu, ella nos quitó nuestra felicidad, por eso merece sufrir, nuestro hijo nunca pudo ver la luz del sol gracias a ella, así que hagamos algo similar para que sienta lo doloroso de mi perdida —explica con suavidad.
— ¿Qué quieres que haga?
—Hunde a su familia, húndelos a todos, déjalos sin nada, haz que la gente se aleje de ellos, que hablen mal, destrúyelos a todos, como lo hicieron conmigo —pide en un susurro.
—Necesito tiempo para eso, pero sin duda lo lograre por ti, solo espera un poco ¿Vale?
—Vale, estaré esperando entonces, nos vemos luego Shoto —se despide, se da la vuelta dispuesta a irse, pero es detenida por el bicolor, quien la gira y la besa con suavidad.
Izuku siente latir de emoción su corazón, corresponde el beso del muchacho y se abraza a él.
—Pronto estaremos juntos, lo prometo mi pequeña Izuku —musita contra su odio mientras le da un último casto beso en los labios.
Luego de eso el muchacho se da la vuelta, para proceder a cambiarse, la de verdes cabellos que queda parada algunos segundos en aquel lugar, cuando reacciona se marcha con rapidez, su cuerpo tiembla de miedo, aquel estúpido apodo la hizo sentirse como aquella niña de 15 años enamorada, detesta la sensación por lo que baja con prisa.
Ya en el estacionamiento divisa al pelirrojo fuera de su auto, con rapidez se encamina hacia donde él esta, solo estar frente al hombre se lanza a besarlo con necesidad, con brusquedad este la aparta y la mira con burla.
— ¿Me extrañaste? owww me siento halagado — masculla con sorna.
Pero ella no le hace caso a sus burlas, con la necesidad de borrar su fragilidad, le propone algo al mayor.
—Tengamos sexo —pide sin vergüenza alguna.
—Vaya, creo recordar que alguien me dijo que no volvería a tener sexo conmigo ¿Acaso ya te arrepentiste? —pregunta con ironía.
—Sí, yo me arrepentí, fui una tonta, el sexo contigo por mucho fue el mejor que he tenido, quisiera repetirlo, una y otra vez —murmura sugerente, mientras se pega más a él.
La actitud de la chica le extraña a Touya, más también lo excita, por lo que sonríe lascivamente.
—Bien, entonces sube, te llevare a un lugar que te va a encantar —menciona con seguridad.
La chica hace caso y se sube al auto, en el camino, él hombre la toca de modo travieso y atrevido, cuando llegan a un lugar desolado y alejado de la ciudad lo hace en aquel auto, Izuku agradece que Touya Todoroki sea lo menos romántico posible, porque así le hace recordar que ella no es nada gracias a Shoto, logrando que no deje ir del todo su odio hacia él.
Pero ella miente y lo sabe, pues la verdad es que la vieja y buena Midoriya Izuku nunca se fue.
Izuku solo le cuenta a Shoto lo de su primera vez dx, lo demas lo recuerda al pensar en ese día :c
Nos leemos ♥
Por cierto, ¡Ya denme amor!
•Andy•
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