21. cuarto de escape
THE BEGINNING OF THE END.
act two ♱ season five !
SEMPITERNAL, TWENTY-FIRST CHAPTER.
ACT TWO ! 𝟬𝟮𝟭, ESCAPE ROOM.
Suelta un suspiro caminando a un lado de su tío mientras intentaba ignorar los golpecitos que Henry estaba dándole en la espalda de manera molesta solo para llamar su atención o molestar, de cualquier manera no le gustaba, pero había algo peor a eso y es que detestaba ir a las aperturas de la ciudad puesto que su tío siempre encontraba la manera de hacer que todo se tratara sobre él, de una u otra manera, incluso si eso significa hacer el ridículo algunas veces, tanto ella como kid danger odiaban asistir ahí, aunque no les quedaba más opción que aceptarlo y seguir a capitán man.
Después de esa noche en la entrada principal de la residencia de la joven Smith no habían vuelto a dirigirse la palabra, incluso el destino estaba de su lado, puesto que nunca les tocaba ir a misiones juntos, ya fuera porque Henry se encontrará fuera de la capi cueva o porque ella estuviera ocupada, de cualquier modo funcionaba para ella dado que no tendría que verle el rostro a su novio... aunque ya ni siquiera estaba segura de que lo fuera. Había pasado noches en vela pensando en que lo mejor sería que terminaran con Henry, pero cada vez que escribía el mensaje para pedirle que se vieran, terminaba borrándolo sin ser capaz de enviarlo, tal vez no estaba lista para aceptar que no estaban más juntos.
Una parte de ella quería escuchar la explicación de Henry, pero luego recordaba la foto y su mente la traicionaba, el dolor volvía y las esperanzas se acababan con solo un recuerdo. No quería ser ella la que terminara todo, se conocía a la perfección y sabía que no seria capaz de hacerlo. En ocasiones se encontraba a si misma en el suelo de su habitación sin saber cómo había acabado ahí recordando las palabras de Henry «te amo» «eres la única» cada momento, cada toque, cada beso, cada aventura, recordaba absolutamente todo. Claro que Henry la llamaba más seguido de lo que le gustaría admitir en realidad, pero ella no escuchaba o prefería ignorarlo, pensado que de esa manera dolería menos y tal vez Henry se cansaría de llamar, pero no lo hacía, sus llamadas eran constantes.
Cada vez que él llamaba ella más se rompía, y en la oscuridad de su habitación, el frío envolviendo su cuerpo, el dolor abrazando su alma se preguntaba como Henry había sido capaz de hacerle eso. Deseaba poder simplemente olvidarlo para poder escuchar a Henry y darle vuelta a la página, sin embargo, era imposible. No quería ser tan resentida con él y menos injusta, pero tampoco podía evitarlo.
Guarda su teléfono en los bolsillos de su traje de fire girl mientras esconde una sonrisa de lado en sus labios y es que Lysander se había encargado de hacerla sentir mejor en los últimos dos meses, el tiempo había pasado volando y ya eran dos meses en los que ella no había hablado con su compañero de crimen, jamás habían estado tan alejados. Aunque en esos momentos lo estaban y en tanto ella miraba a su alrededor Henry fruncía el ceño disgustado, no le había gustado la manera en la que había sonreído y el amaba verla bien, sin embargo, la manera en que la sonrisa de formo en sus labios le hizo darse cuenta de que ella estaba feliz, sonriendo por un mensaje que él no había enviado y dolía porque la extrañaba y quería ser él el único que la hiciera sonreír de esa manera.
—Un superhéroe y sus ayudantes buscando cortar un listón de apertura—habla capitán man en voz alta mientras mira a su alrededor y al darse cuenta de que no había ni una sola alma en el lugar guarda nuevamente sus enormes y afiladas tijeras en el cinturón que rodeaba su cintura.
—Quizás es otro cuarto de escape—teoriza la joven Smith dando vueltas en el centro de la habitación, el interior tenía colores cálidos en especial el café y había demasiada luz lo que le permitía ver los muebles con aspecto viejo, aunque muy bien cuidados.
—¡Oh! ¿Una fiesta sorpresa para mi? —cuestiona capitán man entreabriendo la boca al escuchar a su sobrina la cual frunce el ceño antes de sacudir la cabeza negando en respuesta de su pregunta. No era eso lo que ella había querido dar a entender y estaba segura de que kid danger lo sabía a excepción de capitán man.
—No, Ray, no lo hagas otra vez—pide Hope mirándolo con suplica, sus ojos azules cielo se veían cansados, sin ningún brillo en ellos, también había ojeras debajo de ellos, pero eso nadie podía verlo gracias a la máscara negra con dorado que cubría gran parte de esa área.
—Es una fiesta sorpresa, ¿cierto? —la ignora cuestionando nuevamente si aquello se trataba de él como era usual en capitán man y no pudo evitar soltar un suspiro cansado al ver la emoción que comenzaba a crecer en su tío. Estaban acabados.
—No, no era una fiesta sorpresa en la gasolinera abandonada—masculla la joven Smith provocando que Henry la mire confundida puesto que él no recordaba aquella vez—. No era una fiesta sorpresa en la tienda de bañar—niega mirándolo con advertencia y el joven ayudante asiente puesto que esa vez si la recordaba—. Y seguro no era una fiesta sorpresa en el funeral de la abuela de Henry.
—Si, una fiesta sorpresa muy triste—replica capitán man puesto que ese día había sentido el peso de la tristeza de cada persona, pero lo ignoro y continuó haciendo lo que hacía mejor; ser un ególatra que solo piensa en si mismo sin importar que.
—¡Es porque no era una fiesta sorpresa! —exclama Henry con postura firme recordando como su jefe había interrumpido el funeral de su abuela para no solo hacer que el funeral se tratara de él sino también para contar chistes malos que la gente no quería escuchar. Ese hombre era todo un caso.
—¿Hola? —una voz rubia llama la atención desde la lejanía por lo que Hope se acerca a Henry para colocarse a su lado al igual que su tío, quien piensa que se trata de la primera invitada de la noche, aunque no era así porque no era una fiesta, pero lo ignoraron viendo como Piper, la hermana pequeña de Henry, entraba por la puerta principal con tres niños menores detrás de ella. Dos niños y una niña—. ¿Cómo?
—Rayos, ¿es una fiesta sorpresa? —cuestiona la infante de tez morena mientras los dos niños a su derecha y izquierda abren la boca un poco, en tanto capitán man forma una sonrisa con sus labios pesando que la noche se trataba de él.
—¿Para ti? —inquiere uno de los niños señalando a capitán man agrandando los ojos al momento.
—Si—responde capitán man.
—No—replica la joven Smith mirándolo con advertencia. Aquello seguramente no se trataba de él, y tenía que buscar una forma de hacérselo saber a su tío, aunque pensándolo bien no existía una porque seguramente no iba a escucharla, como solía ser su maldita costumbre.
—Es como volver a vivir el funeral de abuela—murmura Piper sobre el hombro de Hope mientras miraba a Henry. Con la joven rubia las cosas estaban bien, aunque al principio Hope la había ignorado por el hecho de haberle ocultado la foto, sin embargo, pronto entendió que aquello no le correspondía a Piper, era un problema entre Henry y ella, así que todo estaba bien con ella.
—Hola, y bienvenidos al cuarto de escape más nuevo de Swellview—la voz extraña y desconocida de algún sujeto comenzó a resonar por la habitación llamando la atención de todos, quienes miraron a su alrededor confundidos, aunque al hacerlo se dieron cuenta de que no había nadie más aparte de ellos, no al menos en el interior de la habitación—Por favor, ponga sus teléfonos y armas en la caja con la etiqueta, «teléfonos y armas.»
—¿Armas? No creo que...—comienza a decir Hope frunciendo el ceño, pero su oración queda interrumpida por capitán man quien pide que hagan lo que dice el tipo desconocido por lo que soltando un suspiro todos hacen lo que dice, metiendo sus teléfonos y armas a una pequeña caja de madera color café oscuro con algo de dorado en el suelo.
—Háganlo, dije todos los teléfonos y armas—repite la voz por lo que los demás se quedan confundidos, pero tanto tío como sobrina y Piper se rinden con una leve sonrisa de derrota sacando las armas restantes desde su ropa, el tipo que estuviera detrás de todo aquello era inteligente—. Mucho mejor, ahora muevan la caja hacía afuera del cuarto.
—Esto no suena bien—murmura Hope con una mueca en el rostro y Henry le da la razón al igual que los dos niños de tez morena, pero capitán man los manda a callar puesto que según él todo se trataba sobre su fiesta sorpresa, aunque muchos dudaban de que lo fuera, pero él se negaba a aceptarlo—. ¡Blondie! —exclama Hope al ver que la hermana de Henry abandona la habitación antes de que la puerta se cerrara—. ¿Puedes dejar que entre?
—No—responde la voz masculina con firmeza.
—Muy bien.
—Tranquila, girl, abriré la puerta, yo tengo una llave—asegura capitán man mirándola con una sonrisa antes de acercarse a la puerta y patearla, sin embargo, eso no sirvió de nada dado que esta estaba hecha de metal por lo que él no pudo romperla.
—Así no funcionan los cuartos de escape—niega la joven morena mirando a los superhéroes con semblante serio y sus hermanos le dan la razón comentando que tenían que resolver acertijos para abrir la bendita puerta.
—Así es, y el tema de este cuarto de escape es...—el sujeto hace una pausa dramática antes de que una de las cobijas que cubría una de las tantas máquinas se quitara de encima dejando ver una máquina de color gris cuadrara con botones enormes rojos al frente con algunos otros detalles—. La venganza. Y eso es una máquina explosiva.
—Amigo, esto se ve real—menciona kid danger retrocediendo llevando a Hope con él puesto que la joven se había quedado muy quieta en su lugar mirando la máquina, como si de pronto hubiera perdido alguna habilidad. No le gustaba sentir atrapada y, aunque era un cuarto grande el hecho de saber que su salida dependía de acertijos la colocaba nerviosa—. Pero enserio real.
—Es porque es real. Las máquinas explosivas hacen «¡bum!» y ustedes «bye, bye» —se burla el sujeto desde un lugar que nadie conocía, pero que todos querían conocer para acabar con el problema de una vez por todas. Hope blanquea los ojos al escuchar a su tío quien se negaba a aceptar que era real hasta que observó que sus botas detecta bombas brillaban al estar cerca de la máquina.
—Por cierto, ¿ustedes quiénes son? —inquiere Hope alzando la mirada para mirar al trío de tres quienes la miraron con una sonrisa en el rostro, estaban emocionados por conocer a los superhéroes, aunque también preocupados porque probablemente morirían.
—Yo soy la lista—anuncia la joven morena por lo que la joven Smith se ríe en voz baja, la chica le recordaba de cierto modo a Charlotte con quien tampoco había hablado demasiado. No había excusas, simplemente ella no hablaba con nadie, nadie que no fuera Lysander. Él era el único que la veía de manera constante.
—¡Oye!
—Incómodo...
*****
Habían pasado al menos diez minutos en los que Henry se dedicaba a escuchar la historia de los hermanos mientras que Hope intentaba que su tío dejara de golpear la puerta de metal frente a ellos puesto que no servía de nada por obvias razones que su tío parecía no comprender. Con un último suspiro le pide que solamente diera dos patadas más para dejar la puerta en paz y poder escuchar la historia de los niños, quería saber quiénes eran y porque estaban ahí, aunque suponía que tenía que ver con Piper dado que habían llegado con ella en primer lugar.
—Muy bien, soy Mika y él es Miles—se presenta la morena señalando a su hermano antes de girar a mirar a su hermano más mayor señalándolo con la cabeza y una sonrisa en los labios que era propia de la misma Mika—. Y el blanquito es, Lesath.
—Y no vamos a morir hoy—menciona Lesath mirando a los tres superhéroes con una sonrisa irónica, él amaba su vida y quería salir vivo de ese cuarto de escape a como diera lugar, además que estuvieran en aquella situación era culpa de su tía quién lamentablemente no había podido cuidarlos y había optado por dejarlos con una adolescente que no sabía ni cuidarse así misma—, para que lo sepan.
—Oh, claro que si—asegura el sujeto a través de los micrófonos y por el tono de voz algunos podían jurar que estaba sonriendo de lado o burlándose de ellos para el caso era lo mismo. El tipo parecía alegre por haberlos encerrado para morir, pero a nadie le daba gracia.
—Bien, ¿quién diablos eres? —interroga Hope cansada de sólo escuchar la voz del hombre y no tener ni la más mínima idea de quién se trataba.
—¿Por qué no solo les muestro? —ofrece antes de que la máquina detrás del trío de tres niños se descubriera ocasionando que estos se movieran del lugar inmediatamente colocándose a un lado de los superhéroes. Y cuando vieron a la persona las cosas comenzaron a cobrar un poco de sentido, se trataba del jefe de la fábrica de frittles por lo que la joven Smith presiona sus labios, eso si que la había tomado por sorpresa.
—Perdón, no tengo idea—niega capitán man mientras que Henry le da la razón en tanto Hope niega con la cabeza, lo reconocía porque el hombre había visitado algunas veces su casa en busca de su padre para poder demandar a los superhéroes, aunque indirectamente Maverick siempre sacaba a Ray de sus apuros.
—¡Soy Jack Friddleman!
—Aún creo que no—comenta kid danger.
—Es el tipo al que le explotaron una fábrica—informa Hope con una mueca en el rostro al tener el vago recuerdo de aquello, aunque en realidad habían sido dos veces, la primera vez ella había ayudado a explotarla por una tonta pelea que había tenido con capitán man, y eran ella y kid danger contra el jefe, aunque las cosas no terminaron bien y la segunda fue años después dónde ella no había participado—. Las fábricas de papas frittles—masculla después de que estos no recordaran.
—Espera, ¿eso no paso hace unas temporadas? —indaga Miles tronando los dedos mirando al hombre dentro de la caja de plástico y es que tenía razón, eso había sucedido hace años era casi un milagro que alguien recordará eso. De hecho nadie lo recordaba a excepción del dueño.
—Si, era otoño y en esa linda mañana hubo un concurso para encontrar tus frittles favoritas, mi hermosa fábrica estaba haciendo frittles y dinero de manera astronómica...—comienza a relatar la historia por lo que Hope hace una mueca, en su defensa todo había sido culpa de capitán man por involucrar la política en una misión, aun cuando Charlotte les había dicho que no lo hicieran.
—¿Explotaron la fábrica de este señor? —cuestiona Lesath incrédulo.
—Dos de hecho—responde capitán man despreocupado por lo que Hope y Henry les dan la razón riéndose en voz baja de ello, pero eso no lo sabía el dueño y al saberlo se molesto más que antes como cualquier otra persona—. Lo siento—se disculpa riéndose.
—¡Es todo! Voy a explotarlos ahora definitivamente—asegura el tipo dentro de la caja por lo que los superhéroes se quejan de él, las explosiones no habían sido nada más que un simple accidente—. Lo siento, tontos. Esto es una caja contra explosiones mientras ustedes explotan el viejo Jack Friddleman va a estar muy bien.
—¿Y qué? ¿Nos quedamos aquí hasta que esta máquina explote? —expresa Hope moviendo los brazos en el aire exasperada, tal vez debería confiar más en sus malos presentimientos, ya había quedado claro que siempre tenía la razón.
—Ha no, estoy dispuesto a darles una oportunidad—responde tomando un enorme control amarillo mientras que Mika responde con un «gracias» —. Pero quiero ver como se retuercen. Sigan las pistas y encontraran la salida—anuncia encendiendo el control que llevaba en las manos—. Pero solo tienen veinte minutos. Después de eso, yo oprimo este botón y ustedes hacen bum.
Hope suelta un suspiro esperando por la pista y pese a que el hombre se las da, este mismo asegura que jamás la encontraran hasta que Mika lo interrumpe puesto que había encontrado la primera pista y se trataba del casu con la campana. Y la siguiente pista estaba dentro de la primera pista, nuevamente lo había descubierto Mika, la infante era inteligente y eso era algo que Hope admiraba, al menos había un alma decente que estaba dispuesta a ayudarla y no solamente a golpear cosas como lo estaba haciendo su tío en aquellos momentos.
—¿Qué hora les gusta a los dentistas? —inquiere Mika mientras lee el papelito que saco de la primera pista por lo que Hope frunce el ceño confundida pensando de que se trataba la adivinanza hasta que chasquea los dedos con una leve sonrisa en los labios.
Camina hasta uno de los relojes viejos que estaba en la habitación mientras que Mika, Lesath y Miles la siguen en tanto Kid Danger intenta que Capitán Man deje de golpear la puerta de metal que estaba frente a ellos, la joven Smith se encontraba moviendo las manecillas del reloj de un lado a otro, hasta dar con la hora exacta, esperaba no equivocarse porque entonces quedaría como una tonta, pero ciertamente estaba en lo correcto. Sabía la respuesta porque alguna vez llegó a escucharlo de su dentista a quién visitaba con recurrencia.
—La respuesta es: dos veinte—comenta Hope con una sonrisa inocente mirando a los superhéroes y al dueño de la fábrica de frittles el cual continuaba en su caja contra explosiones, era el único que tenía una, lo que era sumamente injusto—. Es su favorita porque suena a los dientes. Los dentistas son raros.
—Ya sé cual es el tema de este cuatro de escape—habla Miles recargándose sobre una mesa antes de girarse para mirar al hombre dentro de la caja—. Chistes de papá.
Hope asiente en respuesta antes de cerrar la puerta del reloj viejo antes de que se abriera la puerta más baja de este mismo para decirles la siguiente pista, aunque no pudo decir cual era gracias a que su tío recordó que el conteo del reloj principal «que activaba la bomba» no había comenzado, lo que ocasionó que el dueño de frittles lo encendiera dándose cuenta de que solo tenían veinte minutos para salir antes de que todo explotará. El conteo la ponía muy nerviosa y quería irse en contra de su tío en esos momentos.
No paso tanto cuando siguieron adivinado las pistas, al menos estaba tratándolo porque su mente estaba fuera de si. Los nervios no la ayudaban en nada y por un momento dejó de sentirlos, dado que habían llegado a la última pista la cuál consistía en juntar a un par de patos en el centro de la habitación para adivinar la siguiente pista y pese a que el dueño de la fábrica de frittles les pedía a los patos que volaran estos terminaron juntándose creando un código el cual ingresaron para ver si se trataba del mismo código que abría la puerta y sonrieron cuando se dieron cuenta de que efectivamente era el necesario para salir del cuarto de escape. Ellos nunca habían estado en uno, pero pese a ser el primero les había resultado bien y muy fácil.
—Oye, amigo, ¿qué hay con la pared? —increpa Henry mientras que Hope evaluaba la pared de ladrillos que estaba frente a ellos y es que al abrirse la puerta se dieron cuenta de que no había salida gracias a la tonta pared de ladrillos que cubría el paso y algo tenía que ver Jack Friddleman en todo ello, puesto que este mismo había comenzado a reír maquiavélicamente.
—Bueno, no esperaba que resolvieran las pistas—confiesa y la joven Smith hace mueca mirándolo mal, se sentía ofendida de que el hombre creyera eso, los tontos eran Henry y Ray, pero ella no lo era no, al menos tanto como sus compañeros de crímenes—. Pero por si acaso lo hacían. Pensé a futuro e hice que Dimitri hiciera una segunda pared con ladrillos—se ríe malévolo.
—¡Eso no es justo! —apunta Hope molesta.
—Bueno, que exploten tu fábrica de frittles tampoco—replica el hombre dentro de la caja cambiando su semblante por uno más serio mientras su risa se perdía con los minutos y miraba a la joven.
—De hecho fueron dos fabricas.
—No ayudas—dice Henry entre dientes al escuchar a Lesath corregir al hombre, por un momento creyó que estaba mirando a Lysander a los ojos, aunque era imposible. Pero por alguna razón pensaba en él, y no era el único, Hope también creía haber visto a Lysander en Lesath, no sabía porque, pero aquel infante tenía mucho en común con su amigo.
—Lo siento chicos, y las niñas inocentes que se enredaron en mi malvado plan. Es hora de decir adiós—se despide mientras que los demás comienzan a negar de inmediato al verlo alzar la mano para presionar el botón, pero sus gritos fueron en vano, el hombre oprimió aquel botón rojo que haría la bomba explotar.
Su primer instinto fue acercarse a la joven Smith para cubrirla con su cuerpo, aunque sabía que de nada serviría puesto que lo más probable era que ambos murieran durante la explosión, pero eso no evito que rodeara el cuerpo de su chica con el suyo mientras que capitán man cubría el de los infantes dado que él era indestructible, además de que había sido su primer reflejo. Sin embargo, se alejaron el uno del otro cuando después de segundos no pasó absolutamente nada, seguían respirando.
—¡Ay, no puede ser! —se queja el hombre dueño de la fábrica de frittles mientras miraba la máquina a unos metros de él y de su caja—. Le dije a Dimitri que no quería un temporizador—espeta tomando el teléfono desde sus bolsillos para después marcar un número—. Hola, Dimitri, llamó por la máquina explosiva, nunca pedí un...—hace una pausa antes de disculparse forzadamente—. ¿Cómo estás, Dimitri? ¿Qué tal, Michigan? Si, llamó por... ¡no! ¡No quiero hablar con el perro! ¡Estoy en medio de mi venganza! Hola, Newell's, si también te extraño.
La joven Smith niega exhausta antes de comenzar a buscar una salida dentro de aquella habitación, pero al estar encerrada y saber que no existía una salida posible la cordura se perdía entre su miedo y nerviosismo, solo existía ella y sus nervios recorriendo cada centímetro de su cuerpo, sus dedos hormigueaban mientras que la desesperación se volvía parte de ella también e incluso llegaba a tirar algunas cosas por accidente. Estaba a punto de ponerse a gritar o tirarse al suelo para llorar o para esperar el lecho de su muerte. La segunda opción sonaba mejor.
Sacude su cabeza apartando las ideas suicidas que estaban formándose en su mente mientras que intentaba mantener el hilo de la conversación con los superhéroes e infantes, pero cada minuto que pasaba sentía que el cuarto se hacía mas pequeño y no era capaz de comentárselo a alguien porque de cierta forma le avergonzaba así que sin más decidió simplemente asentir ante las palabras que Mika decía, aunque no entendía ni media palabra de lo que decían. Sus oídos la escuchaban, pero su cabeza no lograba entenderlo.
Henry estaba centrado en Mika quién estaba contándoles su idea con calma, hasta que por unos momentos su cabeza gira en dirección de Hope y frunce el ceño al verla, estaba jugando con sus manos mientras miraba a su alrededor con pavor, pasaba saliva cada cinco minutos e incluso parecía que estaba ahogándose. Pero ella no decía nada. Toma su mano y al ver que ella alza la cabeza para mirarlo, le sonreí levemente antes de acercarla a él para rodearla con sus brazos, era todo el consuelo que podía ofrecerle en aquellos momentos; un abrazo que la hiciera sentir segura, porque él no iba a dejar que nada le pasará.
Por lo que su mente logra entender, el plan era sencillo más de lo que le gustaría admitir, y es que Mika tuvo la idea de hacerle creer al dueño de la fábrica de frittles que habían desactivado la bomba de esa manera si tenían suerte este saldría de la caja y de esa manera ellos podían ingresar a esta para no sufrir algún daño puesto que el único indestructible era Ray Manchester. Para cuando el hombre se dio cuenta de que la máquina funcionaba ellos ya estaban dentro de la caja mientras que a la bomba le quedaban veinte segundos antes de explotar y no perdieron la oportunidad de burlarse de él y su fallido plan.
—Estás a salvo—Henry susurra en su oído logrando que sus músculos se relajen.
Siempre tenía la certeza de que iba morir hasta que lo resolvían de la manera más tonta e inteligente posible.
*****
SANDER🙃:
Holanda, escuché sobre la explosión
en el supuesto nuevo cuarto secreto
dónde tú, capitán man y kid danger
estaban así que, ¿estás bien?
BLACK WIDOW VERSIÓN BARATA:
Lamentablemente para la humanidad
y para mi sigo robándole oxígeno al
planeta.
SANDER🙃:
¿Y qué pasa con Henry?
BLACK WIDOW VERSIÓN BARATA:
Él también sigue vivo.
SANDER🙃:
Sabes de que habló tonta castaña.
BLACK WIDOW VERSIÓN BARATA:
Sigue llamando. Todos los días a todas
horas, no entiendo como no se le acaba
el saldo. A veces quiero contestarle, pero
no sé si deba, tampoco le he dicho que
mi padre quiere mudarse a Nueva York.
De hecho no se lo mencionado a nadie
más que a ti y a Leila.
Son los únicos que saben sobre ello.
SANDER🙃:
¿De verdad te mudarás?
Y esa pregunta hizo que su mente se quedara en blanco, no conocía la respuesta de ello, una parte de ella le gritaba que si puesto que había muy buenas universidades ahí y probablemente debería irse, pero también estaba el tema de Henry no solo por el hecho del beso sino porque no sabía como explicarle que de una u otra manera tendrían que terminar porque conociendo a Henry como ella lo conocía sabía que él no querría una relación a distancia. Estaba indecisa y la cabeza no le daba para más.
¿Qué era lo que debía hacer? ¿Irse o quedarse? Sin embargo, nadie le dijo que la decisión final estaba por tomarse y tenía que hacer la elección correcta para que las cosas encajaran perfectamente en su lugar.
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