11. frittle problema

DISCOVERING FEELINGS.
act one ♱ season four !










SEMPITERNAL, ELEVENTH CHAPTER.
ACT ONE      !     𝟬𝟭𝟭, FRITTLE PROBLEM.

Existían ocasiones en las que Hope Smith disfrutaba estar rodeada de gente, le reconfortaba saber que no estaba completamente sola. A pesar de tener una gran y solitaria mansión para ella sola, prefería evitar pasar allí más tiempo del necesario; prácticamente solo regresaba a dormir y, por la mañana, cuando el sol salía en el cielo azul, dejaba su hogar.

Rara vez se cruzaba con su padre, y su ama de llaves, bueno, a ella tampoco le importaba mucho; esa mujer solo se preocupaba por hacer su trabajo y ya está.

Desde pequeña había optado por pasar los días completos en casa de sus amigos o en la capi cueva de su tío. Estudiaba en la misma escuela que Henry, pero nunca le había prestado la atención suficiente al chico.

Ahora que era adolescente todo eso le venía a la mente; sin embargo, al principio ni siquiera llegó a recordar el nombre de Henry cuando lo conoció. La diferencia entre ellos siempre estuvo clara: mientras Henry recordaba hasta dónde Hope se sentaba en clase y cómo solía molestarlo durante esas instancias.

Hope lo hacía como una simple diversión, pero gracias a sus acciones logró captar la atención del preadolescente. Henry se memorizaba todo sobre ella mientras la observaba durante las clases, viendo cómo se esforzaba por sacar buenas notas, a pesar de ser una de esas típicas populares chicas.

Una enorme sonrisa orgullosa se formaba en sus labios cada vez que un profesor la felicitaba por su excelente trabajo. Observaba cómo arrugaba la nariz cuando no estaba de acuerdo con sus compañeros y luchaba hasta conseguir que le dieran la razón.

Porque a Hope Smith le encantaba tener siempre la razón.

Él nunca imaginó que esa chica popular que solía molestarlo en clase ahora estaría sentada en su sillón comparando respuestas con él y su amiga Charlotte.

—Entonces, ¿qué pusiste en la uno? —cuestiona Charlotte.

Henry deja de observar a Hope y gira para ver a su mejor amiga.

—¿En la uno? —mira su libreta y vuelve a alzar su cabeza. —¿Qué tienen ustedes?

—Yo puse B—responde Charlotte. —¿Hope?

—También B—coincide con su amiga.

—¡Yo también! —exclama Henry con una sonrisa. —Así que...—anota aquella respuesta en el ejercicio correspondiente. —Puse la B.

—Muy bien, ¿y qué pusiste en la dos?

—¿En la dos? Ugh, esa estuvo difícil, ¿no? —Henry aparenta tener las respuestas mientras ambas chicas asienten.

Henry Hart no era la clase de persona que conocía el significado de la palabra "disimular".

—Y fue... fue, Hope, ¿qué pusiste?

—Por—responde apartando la mirada de su libreta.

—¡Exacto! Puse por...—se detiene frunciendo el ceño. —Espera, ¿por?

—Si—asiente ligeramente. —¿POR qué solo estás copiando nuestras respuestas?

—Claro que no—Henry niega.

—¿POR qué estás mintiendo? —continúa Charlotte.

—Bien, continuemos—pide Henry asustado. —¿Qué pusieron en la numeró tres?

—Pi.

—Por favor.

—Hablo en serio, quiero hacer pis—informa Charlotte dejando su libreta sobre la mesita de enfrente.

—¿Qué?

Charlotte se levanta del sillón, pero la mamá de Henry la detiene llamándola por su nombre y pidiéndole ayuda para colocar bien el letrero que tenía escrito "lo siento".

La joven morena se dirige a la cocina mientras Hope se queda mirando su teléfono y Henry se aprovecha de ello para sacarle fotos a la tarea de Charlotte.

—Oye, Henry, ¿este letrero de lo siento se ve derecho? —inquiere su madre.

—Ah, sí, se ve bien—responde distraído.

—¡Henry! ¿Le estás tomando fotos a mis respuestas? —cuestiona Charlotte.

—¿Qué? No, no, no, no—niega varias veces y mira a Hope. —Le tomó fotos a Belle que es diferente.

Hope lo mira mal mientras Charlotte frunce el ceño confundida y negando.

—Te dije que no me llames Belle—lo riñe Hope mirándolo fijamente. —No me gusta.

—Entonces, ¿qué tal, Tessa? —inquiere y ella niega entrecerrando los ojos en su dirección. —¿Tess? —vuelve a negar. —¡Tienes que elegir uno!

—Solo Hope—vuelve a pedir cansada.

—A mí me gusta tu segundo nombre—refuta el chico casi como un niño pequeño. —Te voy a llamar como yo quiera.

—Y yo voy a congelar tu trasero cada que lo hagas—amenaza en voz baja.

—Mejor pásame la tarea de español, Belle—súplica Henry ignorando la petición anterior de la chica.

—Si hago eso, Charlotte me aniquilará—menciona la joven. —Así que no. Mejor róbasela a ella, problema resuelto.

Henry se ríe nervioso cuando Hope le guiña un ojo.

Justo cuando estaba por hablar para pedir nuevamente la tarea de español su padre entra por la puerta principal emocionado.

—De acuerdo que nadie se mueva.

—Ah, ¿por qué? —se queja Charlotte quien intentaba ir al baño desde hace unos minutos, pero no la dejaban.

—Cariño, ¿qué pasa? —cuestiona Siren, la madre de Henry.

—Lo que pasa son las papas frittle—responde Jake. —Tú tienes papas frittle—arroja unas papas en dirección a Henry. —Tú tienes papas frittle—Siren, su esposa. —Tú tienes papas frittle—repite arrojándolas hacía Hope y por último a Piper.

—Bien, papá, ¿por qué nos arrojas papas frittle? —pregunta Henry con una sonrisa.

—Te contestaré con un poema—responde lanzando la bolsa a un lado. —¿Listo? Las rosas son rojas, las puertas tienen cerrojo, este tipo—se señala, asimismo. —Está feliz, porque tiene un nuevo...

—¿Auto? —adivina Henry.

—No.

—¿Gorra? —lo intenta Piper.

—Vamos.

—¿Traje de baño? —inquiere Siren.

—¡No!

—Trabajo—termina Hope por él.

—¡No! —repite Jack, pero en segundos se retracta. —¡Digo, sí! ¡Trabajo! ¡Conseguí el trabajo!

Su familia abre la boca con sorpresa.

—Lo consiguió—comenta Henry.

—No puedo creerlo—murmura Piper.

—Creo que hay que aplaudir.

Los cinco habitantes comienzan a aplaudir con sorpresa y una sonrisa en sus labios mientras lo felicitan.

—Muchas gracias, ¡soy un papi contento!

—Muy bien, esto parece un momento familiar y yo de verdad tengo que ir al baño, así que...—inicia Charlotte.

—Si, yo también mejor me voy yendo—comenta Hope.

—¡Ay, chicas, ya basta! —exclama Siren.

—Son de la familia—recuerda Jack.

—Solo siéntense ahí—ordena Piper.

Henry toma la mano de Hope atrayéndola a su cuerpo para pasar su brazo sobre los hombros de la chica y sonreírle de lado.

—Solo quédense aquí.

Hope sonríe levemente.

—Y cariño, ¿de qué es el nuevo empleo? —cuestiona Siren hacía su marido.

—Voy a ser, gerente de proyectos en la fábrica de frittles.

—Eso es genial.

Todos comienzan a felicitarlo orgullosamente.

—Espere, ¿qué no estaba destruida? —cuestiona Hope confundida.

—Ya no hay fábrica de frittle en Swellview—asiente Piper.

—Lo sé, porque fire girl, capitán man y kid danger la hicieron pedazos.

Hope se ríe en voz baja al recordar aquello, no había dudas de que había sido culpa de ellos tres, pero jamás lo aceptarían por voluntad propia.

—Paso el año pasado, era una tarde del miércoles yo veía las noticias con pantalones y dijeron que fire girl, capitán man y kid danger visitaban la fábrica de frittles y que tuvieron una pelea.

Hope volvió a reírse sin poder evitarlo, no recordaba exactamente el porqué de la pelea, pero sí que Henry y ella estaban del mismo lado mientras golpeaban a capitán man con unas máquinas y este hacía lo mismo, después de eso ella había lanzado demasiadas cosas dando a una máquina y dañándola.

Solo recuerda haber salido corriendo mientras los demás copiaban su acción.

—Hay dos lados de la historia—comenta Henry.

—Oigan, escuche que construirían la nueva fábrica en Bordertown—nombró Charlotte.

—Ya lo hicieron—anuncia Jack. —Ahí estaré trabajando.

—Espera, espera, ¿no te molestará conducir dos horas hacia el trabajo todos los días? —pregunta su esposa.

—No, está familia se mudará a Bordertown—avisa Jake dejando a todos con la boca abierta.

¿Henry se iría? Esa noticia fue como un balde de agua fría sobre ella. No lo esperaba en absoluto, nunca había considerado esa posibilidad.

Era una de esas eventualidades de la vida que nunca había imaginado: la idea de que tanto sus amigos como ella misma dejarían Swellview en algún momento.

No estaba lista para dejar ir a Henry.

—Por favor, ¿qué paso con el "sí, estamos emocionados por ti"? —interroga Jake.

—Lo estábamos—asegura su esposa colocando sus manos en las caderas.

—¡Hasta que empezaste a decir bobadas! —grita Piper enojada.

—No digo tonterías, Bordertown es un gran lugar para vivir. Tiene casas, y árboles, y una gran biblioteca...

—¡Papá! —grita Henry. —Oye, por favor, escucha, papá. No nos mudaremos a Bordertown.

—Oh, está bien—acepta Jack. —Pero lo haremos.

—¡Papá!

La mente de Hope quedó en blanco ante aquella revelación sorpresiva. El señor Hart lucía tan seguro de su decisión que parecía imposible hacerlo cambiar de opinión. La familia Hart estaba a punto de abandonar Swellview, y con ello, también la abandonaría a ella.

¿Cómo sería su vida sin Henry?

Sintió un toque en el hombro y salió del ensimismamiento, dándose cuenta de que solo estaban Henry y ella en la habitación.

—Entonces te vas a mudar —murmuró con la mirada perdida.

—No quiero hacerlo, Belle —confesó Henry.

—Lo único positivo en todo esto es que ya no tendría que soportar ese apodo —bromeó ella ligeramente, y eso hizo reír a Henry.

Pero si Henry realmente se marchaba, extrañaría escuchar aquel apodo; incluso estaría dispuesta a permitirle seguir llamándola así si eso significara que él continuaría en Swellview.

*****

Bajaron por el elevador directo hacía la capi cueva y mientras tanto Ray salía de la parte trasera del auto snack. Los cuatro adolescentes salieron del elevador dirigiéndose hacia Ray.

—Oigan, Hope, Henry y Charlotte—comentó Ray. —No sé qué estén haciendo aquí, pero me alegra verlos porque está noche, es una noche especial. Quédense ahí.

—Espera, ¿por qué hoy es una noche especial? —pregunta Henry.

—Porque acabó de comprar esa aspiradora.

—Eh, tenemos diferentes definiciones de la palabra "especial" —comenta Charlotte cruzada de brazos.

Hope se dirige al sillón giratorio con tranquilidad hasta que una explosión la hace caer al suelo sin previo aviso.

—¿Qué diablos, Ray? —se molesta mientras este se ríe de ellos.

—Amigo, ¿qué fue eso? —interroga Henry. —¿Qué tal que decía que sí y la metía a mi boca?

—Creo que iríamos al dentista—contesta dándole un golpe en el hombro y riéndose antes de irla calmando con los minutos. —Jasper, limpia eso.

—¿Con qué?

—Con la aspiradora—señala Ray, pero esta, está totalmente destruida. —Tengo algo que puedes usar—le muestra un diminutivo kit de aseo. Un pequeño extremadamente pequeño recogedor y una escoba.

—¿Qué es eso?

—Esto es una escoba y recogedor de viaje. Ahora vamos—se los ofrece. —A trabajar.

Cuando Ray intenta irse a comprar espejos por internet los adolescentes lo detienen inmediatamente.

—Tenemos un gran problema—anuncia Henry.

—Oh, ¿me veo gordo? —inquiere Ray.

—¿Qué? No

—No.

—Si, demasiado.

Ray mira mal a su sobrina mientras esta sonríe divertida.

—Iré por esos espejos.

—¡Ray, esto es serio! —exclama la joven castaña. —El padre de Henry consiguió un nuevo empleo en la fábrica de frittles.

—¿Qué? ¿La nueva fábrica no estaría en Bordertown? —indaga Ray.

—Si, por eso la familia de Henry se mudará allá—indica Charlotte.

—Wow, wow, kid no puede ser que te mudes a Bordertown.

—Si, ¡yo no quiero!

—Eres Kid Danger—le recuerda Ray.

—Si, no lo olvido—asegura Henry.

—Pero ¿y si te necesito? ¿Y hay una gran emergencia? En lo que llegas de Bordertown todos estarán muertos. Excepto yo. Soy capitán man.

—Si, no lo olvidó.

Hope vuelve a su celular, no quería pensar tanto en el tema de la mudanza de Henry. Tenía la esperanza de que su tío encontraría una manera de impedir aquella situación, era Ray Manchester, siempre encontraba la manera de hacer que las cosas se hicieran como él quería.

—Dardos nerviosos—escucha como sugiere Ray.

—¿Perdona? ¿Dijiste, dardos nerviosos? —pregunta Henry.

—Si, espera un segundo, este cajón lo tiene todo—comenta. —Miren, este nuevo invento de Schwoz.

—¿Dardos nerviosos?

—Dardos nerviosos—confirma Ray.

—¿Y cómo funcionan los dardos nerviosos? —indaga Hope alzando una ceja.

—Te mostraré—responde Ray colocándose unos lentes. —Oye, Henry—lo llama y llevando su dedo a la esquina de los lentes aprieta un botón el cual lanza un dardo hacía Henry, uno que el antes mencionado detiene.

—¡Oye! —se queja Kid Danger.

—¡Oye! Se supone que uses tu superpoder para combatir el crimen, no para arruinar demostraciones.

—Bueno, lo siento, pero si veo un dardo hacía mi cara no puedo evitarlo.

—¡Ya, ya! Olvídalo—masculla Ray. —Oye, Jasper—lo llama y este se levanta del suelo.

—¿Qué pasa?

Ray tira una moneda al suelo nada disimulado.

—Ay, tire mi moneda por allá, ¿me la puedes traer?

—Si, claro.

Ray vuelve a llevar su mano a la esquina de los lentes y dispara uno de los dardos el cual da justamente en el trasero de Jasper quien se queja.

—¿Me disparaste un dardo?

—Uh, no lo sé, ¿por qué?

—Porque cuando me agache por tu moneda, yo...—el joven comienza a tambalearse. —Me siento raro.

Jasper comienza a moverse de una manera muy extraña y aunque intenta detenerse es imposible, los dardos ya estaban haciendo efecto.

—¿Eso hacen los dardos? —Charlotte señala a Jasper.

—Si, vuelan por el aire y cuando aterrizan no causan daño permanente, pero como media hora alteran tu sistema nervioso y te convierten en eso.

—¿Y.... como me ayudaran esos dardos a no mudarme a Bordertown? —cuestiona Henry.

—Fácilmente, le disparan a tu padre con uno de los dardos y después se pondrá como Jasper y arruinará la entrevista—habla Hope mirando su teléfono. —¡Problema resuelto!

—¡Hope, yo lo iba a decir! —se enoja Ray mientras se llevaba una pastilla a la boca.

—Bueno, no es mi culpa que la edad te haga lento—se burla la chica.

Antes de decir algo, Ray suelta un grito cuando una de las pastillas explota en su boca.

—¡Se me olvido!

Si, capitán man a veces no solía ser el hombre más inteligente.

*****

Yacía en su cama, boca arriba, mientras la televisión emitía una canción lenta; "Something Stupid" de Nancy Sinatra y Frank Sinatra llenaba la habitación, y la luz de la luna se filtraba por la ventana sin obstáculos.

Su respiración era serena, sus ojos permanecían cerrados, sumida en la dulzura de la melodía.

Sin embargo, un fuerte golpe la hizo levantarse de golpe, en estado de alerta, aunque soltó un bufido al reconocer a Henry entrando a la habitación por la ventana.

—Existen algo llamado puerta—recordó Hope.

—Nunca abrirías si la tocará—réplica Kid Danger.

Él tenía razón y ella odiaba que la tuvieran.

—¿Entonces?

—Bueno, frittles explotó nuevamente—respondió Henry con una mueca. —El plan fue un fracaso, pero la buena noticia es que me quedó en Swellview para seguir combatiendo el crimen junto a ti.

Hope no pudo contener la emoción que brotaba de su ser y, sin previo aviso, se abalanzó a los brazos de Henry para rodear su cuello y ocultar su cabeza en el pequeño espacio que quedaba libre.

Henry, con una amplia sonrisa, la envolvió por la cintura para mantenerla cerca de él.

Lo único que importaba era que seguirían juntos.

Cuando ella intentó separarse, Henry la aferró más fuerte de la cintura y susurró en su oído: —Bailemos un rato, Belle.

Estaba a punto de rechazarlo porque su mente así se lo indicaba, pero su corazón anhelaba permanecer con él, por lo que asintió tímidamente mientras la vergüenza inundaba su ser.

Ambos se sentían nerviosos; era la primera vez que compartían un momento así, y ambos deseaban fervientemente que todo fuera perfecto.

Solo había una cosa en la mente de esos dos adolescentes: ambos deseaban que el otro supiera que eran lo más importante en la vida del otro.

Los ojos de Henry se perdieron en el azul cielo de los ojos de la joven. Había muchas cosas que quería confesarle, pero prefería que ella viviera su vida sabiendo que él siempre estaría allí para ella.

Ella deseaba hablarle de sus sentimientos, pero optó por no hacerlo. Aunque en su interior anhelaba que Henry fuera el primero en abrazarla, amarla y tocarla sin hacerle daño.

Ambos soñaban con ser el primero en cada una de sus primeras experiencias. Deseaban ser los únicos en la vida del otro.

La respiración de ella se aceleró al fijar su mirada en Henry, su pulso se detuvo por un instante y tragó saliva nerviosamente. Cerró los ojos y apoyó su cabeza en el pecho de Henry, sintiendo su corazón latir más rápido al tenerla tan cerca.

¿Podría Hope llegar a amarlo como él la amaba? ¿Estarían juntos algún día? No podían saberlo; nadie conocía el destino que la vida les tenía preparado.

Henry humecto sus labios con su lengua y sin dejarse de moverse por la habitación, dijo; —He leído aquel libro que estabas leyendo, the vampire diaries, creo—murmuró en voz baja. —Cuando quieras podemos compartir opiniones sobre él.

Pero ni incluso con aquellas palabras, ella pudo darse cuenta de lo enamorado que estaba Henry de ella.

Ni él noto todo lo que provocaba en ella con tan solo unas palabras.

Los dos eran unos cegatos que no veían lo que estaba frente al otro.

Es el momento correcto, tu perfume
llena mi cabeza. Las estrellas se
ponen rojas, y, oh, la noche es tan azul.
Y luego voy y lo estropeo todo, diciendo
algo estúpido como; "te amo" "te amo" "te amo" "te amo"

En medio de la noche y la penumbra de la oscuridad estaban dos adolescentes bailando por la habitación una canción lenta y sintiendo de todo. Pero guardándose todo aquello para sí mismos.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top