10. niñote invasión

DISCOVERING FEELINGS.
act one ♱ season four !










SEMPITERNAL, TENTH CHAPTER.
ACT ONE      !     𝟬𝟭𝟬, KID INVASION.

Con sus delgados brazos rodeando el cuerpo de Henry, descendían por los conductos tras una misión exitosa. La proximidad con el chico la ponía excessivamente nerviosa, algo que se había convertido en rutina desde que Henry se había unido como su compañero, y, aunque le molestaba no se quejaba puesto que adivinaba cual sería la respuesta de su tío, lo intento una vez y no funciono por lo que termino rendida, acostumbrándose a los nervios que el joven rubio provocaba en ella.

Al tener solo dos tubos, debían bajar juntos, y, aunque antes no era del todo un problema, en esos momentos sí lo había. Estar tan cerca de él hacía que su corazón latiera con fuerza, que sus mejillas se tornaran rojas y que sus labios se curvaran en una sonrisa que ella intentaba disimular tanto como podía, sin embargo, la mayoría del tiempo terminaba fallando con eso.

Suspiró al finalizar el trayecto y se separó rápidamente de él, casi como si estuviera evitando cualquier contacto. Henry frunció el ceño con disgusto; le gustaba sentir el calor que Hope irradiaba cuando estaban cerca el uno del otro. Era una tortura para él cuando sus manos no rozaban las de Hope; incluso el más mínimo roce lograba hacerlo sonreír.

—De hecho, fue inventando en 1700 por un tipo llamado Kevin Shag—anunció Ray mientras bajaba los tres escalones del area de los tubos hablando de algo de lo que ella no tenía la mayor idea, aunque tampoco le interesaba.

—¿Kevin Shag? —repitió Henry.

—Si, lo hizo mezclando miel con popó de gato—aseguró Ray y su sobrina soltó una risa negando.

—Ah, por eso lo llaman Shampoo—murmuró Henry.

—Shampoo—repitió Ray.

—Ya veo, es genial—Henry miró a Ray. —Suena a que lo inventaste.

—Porque enserio es asqueroso—dijo Ray al mismo tiempo. —Es tan cierto como que estoy parado.

—Oigan—los llamó Hope. —Miren.

Señaló una canasta exageradamente grande con un oso de peluche dentro casi del mismo tamaño que esta. Tres globos adornaban los lados mientras por alrededor del oso estaban todo tipo de dulces y en medio había una tarjeta color roja vino.

—¿Qué es eso? —inquiere Henry.

—Es una canasta de regalos—responde Ray. —Un poco más grande que la mayoría.

—Bueno...—Hope rasca su nuca. —¿Quién crees que la envió?

—No lo sé—murmura. —Pero definitivamente fue alguien...

—Así que tu teoría es que alguien la envío—deduce Henry.

—O una persona.

Hope sonríe sarcásticamente; —No me digas, Ray.

—Revisaré la tarjeta—avisa Henry mientras Ray se hinca.

—¿Qué dice? —pregunta Hope mientras toma uno de los dulces que está en la enorme canasta.

—¿¡Qué!? ¡No puede ser! —se emociona Henry mientras lee. —Amigo, mira esto, lo enviaron las chicas Dixie.

—No me digas, ¿en serio?

—Lo juro, mira, mira—Henry le entrega la tarjeta emocionada.

—Queridos capitán man y kid danger ustedes son mejores que la música country—relata Ray. —Disfruten la canasta enorme, con amor las tres chicas Dixie.

—¡No lo creo!

Hope blanquea los ojos, era lo malo de ser la única mujer entre dos superhéroes. Nadie la tomaba enserio, casi siempre los regalos eran pertenecientes para Henry y Ray, ya estaba acostumbrada.

—Wow.

—¡Amigo, es asombroso! —exclama Henry.

Se da vuelta dispuesta a irse a la parte de arriba cuando escucha que planean llamar a las tres chicas dixie, pero se detiene confundida cuando un humo rosa comienza a salir por la pared del elevador.

—Eh, chicos...—los llama preocupada, pero cuando gira para verlos se da cuenta de que por su lado también sale aquel sospechoso humo rosa. —¿Qué es ese humo?

—No lo sé—responde Ray. —¿Por qué no lo huelen y me dices que es?

—Muy bien, solo...—Henry hace una pausa breve. —Espera, ¿por qué tenemos que olerlo nosotros?

—¿Qué tal si es peligroso?

—Por obvias razones deberías olerlo tú—indica Hope con las manos en las caderas. —Tú eres el indestructible.

—Si, pero ustedes son jóvenes, tienen nariz joven.

—¿Qué? Bien, ¿sabes qué? Solo hay que olerlo juntos—propone kid danger.

—Bien.

Mientras Henry y Ray inhalan el humo sospechosamente rosa, Hope solo los observa esperando una respuesta, no era tan tonta para oler algo que probablemente podría matarla.

Capitán man y Kid Danger comienzan a balbucear palabras mientras detrás de aquellos tres superhéroes el oso enorme y morado se gana un lugar en el suelo y por la parte trasera intenta salir algún desconocido.

Sin darse cuenta, la joven castaña también comienza a aspirar el humo rosa y lentamente se va desvaneciendo con el paso de los minutos y mientras tanto aquel individuo logra escapar exitosamente del interior del gran oso de peluche morado.

Uh, definitivamente capitán man, fire girl y kid danger estaban en problemas.

*****

¿Dónde estaba? No tenía ni la menor idea puesto que iba despertando, pero cuando sus ojos se abrieron lentamente pudo sentir la luz de la capi cueva pegando directamente en ellos. Estiró un poco su cuello y comenzó a incorporarse casi al mismo tiempo que Henry.

Ambos se encontraban dentro de la gran canasta que contenía los dulces y el oso de peluche.

—¡Un vagabundo! —Hope grito tan fuerte como pudo mientras señalaba al pequeño hombre frente a ella.

—Ah, creo que quieres decir ¡es el niñote! —exclamó el mencionado. —¿No?

Gruñendo los apunto con un control blanco y alrededor de la canasta apareció un campo de fuerza azul claro.

—¿Qué? —murmuró Henry. —¿Qué haces en la capi cueva?

Cuando intento irse en contra del niñote el campo de fuerza hirió su brazo y Hope lo sostuvo por unos segundos preocupada. La joven castaña colocó su mano sobre el campo y un fuerte dolor la invadió logrando que hiciera una pequeña mueca.

—Pero ¿qué...?

El niñote se río diciendo; —Oh, lo siento, pero no irán a ningún lado, kid y girl tonter.

—¿Por qué no te cambias el pañal? —masculló Henry.

—No uso pañales, kid—respondió.

—¿Qué?

—Dije que no uso pañales, tal vez no lo escuchaste—respondió el niñote. —No los he visto en mucho tiempo, nadie subía decirte.

—¿Quién no subió? —Hope frunció su ceño confundida.

—No uso más pañales, ¿entienden?

—¿Qué? —repitió Henry. —Tranquilo, amigo. Solo estábamos jugando, es todo, era una broma.

—Si, bueno a veces no suena a que es una broma.

—Muy bien—Kid se encogió de hombros. —Pues, lo siento.

—Perdón si te ofendimos—continúa Hope.

—Si, si, está bien, está bien—asegura retrocediendo. —¿Saben? Lo siento también.

—Bien.

—Bien—emuló el niñote y alzo su vaso. —Salud.

—Pero vete a cambiar el pañal—exigió Hope con semblante serio.

El niñote soltó un gruñido y tomo la caja de herramientas de Schwoz mientras golpeaba el carrito sobre el que estaba y después la tiraba al suelo con un último grito.

—¡Niñote! —la masculina voz de Ray resonó por el lugar llamando la atención.

Él estaba atado a una camilla inclinada con un traje de hule, el cual no permitía usar sus manos o piernas.

—¿Qué sucede? —preguntó capitán man. —Estaba oliendo humo de colores...

—¡Cállate, capitán mal! —lo interrumpió el niñote.

—Uh, esa es buena.

—Uh, ¿estás cómodo?

—¡No! ¿Y qué es todo esto?

—Bueno, me encantaría explicarlo—contestó el niñote. —Verás, ¡te voy a hacer sudor!

—¿Sudar?

—Así es, esta—señaló una caja que estaba conectada al capitán man. —Es una caja caliente. La cuál activaré en cuarenta y tres grados Celsius, ¿crees poder soportarlo?

—Es capitán man, tonto—habló Henry. —Es indestructible.

—Eh, kid no...

—Puede aguantar temperaturas más altas que esa—aseguró y Hope negó.

—¡Si, así es! —exclamó el niñote y se río. —Que sean ciento cincuenta y cuatro grados Celsius.

—Gracias, Kid Danger—comentó Ray. —Agradezco el cumplido.

—Tonto—susurró Hope.

—Verás capitán man—se detuvo y saco una nota de sus bolsillos. —¿Qué dice aquí? Sal, mis científicos que resultan ser malvados me dijeron que si bebo tu sudor me volveré indestructible justo como tú. Unos cuarenta cinco minutos—añadió después.

—¿Beberás el sudor de capitán man? —pregunta Hope con una mueca.

—¡No es que me muera por hacerlo! Pero, claro si va a hacerme temporalmente indestructible pues claro que sí, voy a beberlo.

—Es realmente asqueroso—señaló la castaña con una mueca.

—Fuchi—se escuchó la voz de Schwoz en el interior del elevador.

Mientras el niñote esperaba, Hope intentaba averiguar si sus poderes servían de algo, pero cada vez que lo trataba el poder regresaba y daba contra ella o Henry.

Estaba desesperada por salir, estar encerrada no le gustaba absolutamente nada.

—Niñote—lo llamó capitán man. —Niñote, por favor, amigo—suplico. —Ah, necesito agua. No aguantó el calor.

Él se río y dibujando comillas en el aire mencionó; —Oh, si, si, puede señor indestructible. El recipiente ya está medio lleno de tu dulce, dulce sudor.

—Ríndete tonto. No te saldrás con la tuya—declaró Ray.

—¿Ah, sí? ¿Y quién va a detenerme? Tú estás en el tubo del sudor—señaló. —Tus compañeritos están atorados en mi enorme canasta y a tu torpe y tonto socio lo encerré en tu tonto elevador sin poder salir.

—¡Ugh! Eres insoportable—se quejó Hope.

Las cosas no iban tan bien para los superhéroes, pero si para Charlotte y Jasper quienes habían podido entrar a un ducto que los dirigía a la capi cueva y así entrar para ayudarlos.

—Deja de intentarlo—pidió Hope cansada. —Solo te lastimas.

Henry suspiro mientras el niñote soltaba una risa y tomaba el recipiente lleno de sudor de capitán man.

—Muy bien, ahora capitán man—volvió a reírse. —Unos tragos de esto me harán tan indestructible como tú. Como unos cuarenta y cinco minutos. ¡Y ahora!

—Chicos, no puedo salir de aquí—indicó Ray. —Tienen que detenerlo.

—Oh, ¿crees que no lo intentamos? ¡Pero no podemos! —exclamó Hope. —Estamos atrapados en la canasta.

—¡Agh!

—¡Oh, vaya! No puedo creer que voy a beber esto—dijo el niñote.

—No, no, no.

Hope soltó un grito de frustración cuando el niñote bebió aquel recipiente lleno de sudor de capitán man.

—Que asqueroso—grito el niñote.

Su ceño se frunció cuando por la capi-cueva resonaron algunos gritos lejanos.

—Oigan, ¿qué es ese ruido? —cuestiona el niñote.

—No lo sé—contesta Ray. —Solo puedo oírme a mi sudando.

Y del techo cayeron Jasper y Charlotte encima del niñote mientras los gritos cesaban.

—Hola—saludó Charlotte mientras se levantaba.

—Aquí estamos—comentó Jasper.

—Chicos, rápido, salgan de aquí—ordenó Henry. —Rápido.

—Pero, el niñote...—señaló Charlotte.

—Si, vinimos a detenerlo.

—Es muy tarde ya bebió mi sudor—informó Ray.

—Ahora salgan antes de que vea sus caras—demanda Hope.

—En serio, váyanse, váyanse—apoya Henry.

—Muy bien.

Ambos salen corriendo en dirección a la parte trasera al mismo tiempo que el niñote se coloca de pie.

—¿Qué rayos fue eso? —se enoja.

—Te tropezaste—invento Henry.

Hope suelta una risa forzada mientras decía; —Si fue muy gracioso.

—¿Qué? No, yo no me tropecé.

Iniciaron una pelea mientras dentro del elevador Schwoz intentaba abrir las puertas del elevador con mucho éxito.

—¡No importa! —el niñote detiene la pelea. —Ahora, veamos si soy indestructible.

Con un martillo se golpea la frente sin dudarlo y Hope hace una mueca.

—Estoy bien—menciona el niñote con una sonrisa mientras miraba al capitán man. —¿Entiendes? Es algo que tú siempre dice.

—Cierra la boca, niñote—demando Ray molesto.

—No. Ahora tengo que hacer unas pruebas para asegurarme de que soy indestructible—informo con el martillo aun en la mano.

Un grito abandono su boca cuando se golpeó asimismo en la pierna derecha, antes de soltar un 'estoy bien' y continuar lastimándose. Hope giro a su costado y observo  Schwoz quien agito su mano con una sonrisa. 

Con disimulo señalo el recipiente lleno de sudor que estaba en suelo y cuidadosamente Schwoz abrió la puerta del elevador un poco más para ir por el recipiente y volver al interior del elevador.

Cuando Henry se percató de aquello le hizo señas a Schwoz para que bebiera el sudor cosa que hizo que el hombrecito negara con asco. El genio tuvo que hacer uso de toda su fuerza de voluntad para beber aquella asquerosidad mientras el niñote aún se golpeaba, asimismo.

Hope se asqueo al ver a Schwoz beber del recipiente.

—Bueno, ahora parece que soy un niñote indestructible—comento. —Y significa que puedo cometer el crimen que quiera y nadie va a detenerme. Como unos cuarenta y cinco minutos—añadió.

El eructó de Schwoz llamo la atención.

—Oye—lo llamo el niñote molesto. —¿Como saliste del elevador?

No lo dejo responder por lo contrario comenzó a dispararle con el láser que sostenía mientras la preocupación invadía los tres superhéroes.

—¡Schwoz! —grito Hope.

—Hasta nunca, Schwoz—se despidió el niñote.

—¡Estoy bien! —exclamo alegremente el genio.

—Schwoz eres indestructible—señalo Henry.

—Por cuarenta y cinco minutos—añadió Hope.

—¡Lo se! Es una locura—dijo Schwoz.

—Rápido, Schwoz. Sácanos de aquí—pidió Ray.

—Voy.

Schwoz intento ayudarlos, pero el niñote se interpuso en su camino.

—¿Que hago ahora? —pregunto Schwoz.

—¡Dale con la silla! —grito Hope.

—Si, Schwoz, ven a probar al niño-te.

—Vamos acaba con él, Schwoz—Ray lo animo. —Tú puedes.

Fue entonces cuando pelea inició, ambos adultos o más bien niños se golpeaban una y otra vez con objetos de metal, ya fuera en la parte trasera de las piernas, espalda, cabeza o rostro. Se quejaban del dolor, pero este desaparecía dos segundos después.

Y los tres superhéroes sólo podían observar cómo sucedía aquella pelea, animaban a Schwoz todo lo que podían mientras los dos nuevos indestructibles dejaban de lado los objetos y peleaban a puño.

—¡Dale con la silla, Schwoz! —repitió Hope en un grito.

Schwoz golpeó al niñote con una silla de metal y este cayó al suelo.

—Me rompiste las costillas—anunció el niñote desde el suelo. —Oigan, ¡no estoy bien!

—Eso es, ya pasaron cuarenta y cinco minutos desde que él bebió tu sudor—dedujo Henry.

—Oh, así que su indestructibilidad desapareció—apuntó Schwoz.

—Si, si, sí.

—Rápido, Schwoz—habló Ray con dificultad. —Toma el control de su bolsillo y sácanos de aquí.

Schwoz acató la orden y tomó el control deshaciéndose del campo de fuerza que mantenía a Fire Girl y Kid Danger retenidos. Henry salió de la canasta y le ofreció su mano a la joven castaña con una enorme sonrisa.

—Buen trabajo, Schwoz—felicitó Hope mientras ayudaba a Henry a sacar a Ray.

—Si, amigo, lo hiciste genial—coincidió Henry.

Henry y Hope sostuvieron el cuerpo de Ray ya que este se tambaleaba un poco.

—Voy a necesitar galones de agua.

La castaña soltó una pequeña risa.

—Bien, iré por los galones de agua—informó Henry.

El niñote se incorporó sosteniendo el láser y apuntando directamente hacía Henry, pero antes de poder tan siquiera tratar de lastimarlo Hope lo detuvo usando su aliento de hielo para detenerlo.

Sostuvo el cuerpo de su tío mientras giraba para mirar a Henry y guiñarle un ojo divertida.

El día había sido cómo cualquier otro, excepto porque algo parecía haber cambiado entre Hope y Henry, aunque ninguno de los dos quería admitirlo. La incógnita se mantenía: ¿esos cambios serían para bien o para mal?

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top