05. una nueva oscuridad pt. 2
THE BEGINNING OF THE END.
act two ♱ season five !
SEMPITERNAL, FIFTH CHAPTER.
ACT TWO ! 𝟬𝟬𝟱, A NEW DARKNESS PT II.
Su respiración estaba comenzado a acelerarse y así duro por unos minutos en silencio que para ella fueron eternos, pero entonces sintió la mano de alguien tocar la suya y después el susurro de Henry en su oído asegurándole que todo estaba bien, que él estaba ahí para ella y en todo momento se quedó a su lado sosteniendo su mano en medio de la oscuridad y el caos de la capi cueva, Henry siempre estaría a su lado sin importar que sucediera en un futuro y ambos lo tenían claro.
Cerró sus ojos unos momentos al escuchar todos los murmullos de voces que no podía identificar por completo, el ruido tampoco la ayudaba a reconocerlas y la desesperación en su pecho comenzaba a crecer de manera irremediable en ella. No podía hacer nada más que apretar la mano de su compañero para asegurarse de que él todavía estuviera a su lado y lo estaba, no se había alejado ni siquiera por error.
—Empieza a pedalear—demando Schwoz dirigiéndose a Jasper quien estaba encima de una bicicleta y quien acató la orden del genio al momento de escucharlo, entonces la energía comenzó a regresar a la capi cueva de manera lenta.
Parpadeó un par de veces acostumbrándose a la brillante luz del lugar y su ceño se frunció al ver la posición en la que se encontraban. La espalda de Hope estaba recargada en el pecho de Henry mientras este tenía su brazo pasado por su cuello, el joven compañero estaba siendo acariciado por Ray quien se encontraba sentado en el suelo con la mirada perdida.
—Muévete—se escuchó la molesta voz de Charlotte. La morena estaba recostada en el frío suelo de la capi cueva mientras tanto Ray estaba sobre su cabeza e impidiéndole el poder de moverse de aquel lugar.
—¿Como llegaste ahí? —inquirió capitán man con curiosidad por saber el contexto. Era muy extraña la manera en la que los cuatros habían terminado en suelo excepto por Jasper y Schwoz quienes nunca fueron participes de esa situación dado que se alejaron en el momento correcto.
—¿Por qué acaricias mi cabello? —cuestiono Henry en dirección a su jefe quien se soltó de inmediato al escuchar y su respuesta fue que había pensado que se trataba de su perra, Kathleen, pero claro que no lo era—¿Y en dónde está?
—No sé.
—¡Levántate! —exclamó Charlotte perdiendo los estribos al ver que había sido completamente ignorada por todos y estaba cansada de tener el trasero de Ray en su cabeza.
Los tres se levantaron de un saltó al escucharla gritar de esa manera. Nadie jamás se había atrevido a cuestionar a la morena dado que todos lo tenían miedo y como no Charlotte no solo era la adolescente más inteligente que conocían sino también la más enojada de todas.
—Oye, Hope mira—la llamó Jasper desde su lugar con una sonrisa. La mencionada aun sosteniendo la mano de Henry se dio de la vuelta para observar detenidamente a su amigo—. Le doy poder a Swellview—menciono con una emoción que siempre era vista en él, Jasper siempre demostraba una euforia cuando se trataba de ayudar a los superhéroes.
—Solo a la cueva.
—¡Le doy poder a la capi cueva! —exclama después de escuchar la respuesta de Schwoz quien había colocado los ojos en blanco al escucharlo.
—Solo las luces y la computadora.
—¡Doy poder a algo de la capi cueva!
Todos lo observaron sin emoción alguna y con un poco de aburrimiento, no era una gran cosa para ellos, pero si para Jasper por lo que Hope le sonrió con la misma emoción que él mientras alzaba su pulgar con la mano libre y la sonrisa de Jasper se ampliaba más que antes. Estaba preocupada por lo que pudiera pasar en las próximas horas dado que seguían sin saber la ubicación de Twitler, el virus vivo ya estaba haciendo efecto y no tenía ni la menor idea de cómo iban a resolver esa misión.
Hope soltó un suspiro apartándose del joven compañero con algo de pesar y camino hasta donde se encontraba Charlotte quien estaba en los monitores junto a Ray mientras Schwoz caminaba de un lado a otro acariciando su barbilla y con la mirada llena de curiosidad.
—¿Oye qué tal si tengo que ir al baño, pero tengo que estar aquí? —preguntó Jasper sin dejar de pedalear la bicicleta que estaba rodeada por varios cables.
—Ya pensé sobre eso—respondió el genio con una sonrisa tensa. Hope frunció el ceño al escucharlo y se giró para mirarlo, tenía una curiosidad extraña por saber cuál sería la respuesta de Schwoz y no era el único dado que Jasper alzo una ceja observando al genio—. Aún pienso en eso.
—¡Schwoz! Deja de pensar en Jasper yendo al baño y empieza a pensar en destruir ese virus—demando Ray con voz firme y semblante serio al escucharlo. Todos tenían la certeza de que si alguien pudiese detener el virus que Twitler había creado ese alguien era Schwoz.
—Se mueve muy rápido—señaló el genio en su defensa—. Tiene los superpoderes de Henry así que no puedo destruirlo a menos que encuentre una forma de...—sus palabras se quedaron suspendidas en el aire cuando observó a Henry quien estaba cruzado de brazos—frenarlo—terminó la oración casi en un susurró.
—¿Qué? —masculla el joven al sentir la mirada del genio sobre él. Si había algo que a ninguno le gustaban eran las raras ideas que solía tener Schwoz cuando se trataban de solucionar algo, eran efectivas de eso no tenían dudas, pero también eran extremadamente extrañas.
Y lo confirmo cuando Schwoz les explicó el plan que tenía en mente y quien más lo detestaba era Henry dado que él tenía que ser el conejillo de indias para poder resolver el problema del virus vivo que había creado Twitler.
—Si, ya odio tu plan—menciona Kid Danger con semblante serio. Schwoz estaba frente a él colocándole algo parecido a un pañal por encima de sus pantalones, aunque en realidad no era un pañal como tal, lucía como uno, pero no lo era y él único que lo sabía era el genio.
—¿Por qué? ¿Qué tiene de malo? —interroga Schwoz sin entender el mal humor del joven ayudante, el genio se hace un lado dejando ver a Henry y Hope disimula la pequeña risa que escapo de sus labios fingiendo toser.
—Traigo un pañal, amigo, ese es mi problema—indica Henry entre dientes. Sin embargo, Schwoz les deja en claro a los dos adolescentes que no era un pañal y aunque lo explicó de la manera más fácil posible ninguno entendió ni media palabra de lo que el genio dijo—. L. G. B. I. ¡parece marca de pañal!
—Oye, déjatelo puesto—ordena Schwoz apartando las manos de Henry del pañal cuando este intenta tocarlo y el joven ayudante soltó un molesto «¿por qué?» —. Porqué cada vez que usas tus poderes creas un químico especial que corre por tu sangre. Este pañal monitorea el químico, cuando tu sangre tiene el químico, la cinta se torna azul.
Tanto como Henry y Hope observaron detenidamente a Ray cuando Schwoz se alejó de ambos, capitán man sostenía su teléfono en la palma de su mano mientras «disimuladamente» le tomaba fotografías al joven con pañal. Se pudieron dar cuenta de ello dado que el teléfono emitía un pequeño sonido cada que alguien tomaba la foto.
—Oye, no me tomes fotos con pañal—se quejó el rubio en dirección a su jefe y la chica a su lado soltó una risa mientras elevaba sus hombros mirando a ambos.
—No estoy tomando fotos, solo reviso mi e-mail—se excusó capitán man fingiendo revisar su teléfono al mismo tiempo que le sacaba a la vuelta a su compañero. La castaña y el rubio sabían que eso era una mentira inédita puesto que Twitler había cortado el internet al momento de derramar el virus y se lo dejaron saber, pero el adulto los ignoró y saco una última foto con flash—. Eso fue... el flash del mail.
Hope se ríe entre dientes y se va junto a su tío para observar las fotos que le había sacado a Henry anteriormente y tal vez si tenía la oportunidad podía borrarlas para que Henry no pasará vergüenzas en un futuro no muy lejano. De reojo la joven Smith pudo observar cómo Schwoz traía consigo una enorme máquina que a simple vista parecía peligrosa.
Schwoz explicó con tranquilidad que la máquina dispararía objetos hacía Henry para que él pudiera esquivarlos y su sangre se llenará con los super químicos que tenía el joven en su cuerpo gracias a los poderes que se le habían otorgado mucho tiempo atrás. Después Schwoz cosecharía la sangre de Kid Danger y así podía hacer un antivirus que mataría al virus que Rick Twitler había creado.
—Si, genial, lo tengo—murmuro Henry sarcástico, se encontraba frente a Schwoz y dándole la espalda a la puerta del elevador—. Uso el pañal mientras disparas objetos hacía mí y cosechas mi sangre, algo completamente normal.
—¿Quieres la bicicleta? —cuestionó Jasper.
—¿Quieres el pañal?
—No.
Ella estaba ansiosa por ver como Schwoz creaba aquel antivirus, desde que comenzó a trabajar con su tío le gustaba observar al genio trabajar, le fascinaba las miles de cosas que Schwoz solía crear con el pasar del tiempo, nunca entendía la lógica de estas, pero siempre tuvo una admiración incomprensible para ella y para los demás igual.
Entonces Charlotte soltó un grito ocasionando que tanto como tío y sobrina se sobresaltaran desde sus lugares, ambos Manchester se pusieron rígidos y miraron a la morena en espera de una respuesta a su repentina emoción.
—Se de dónde salió la llamada, miren—anuncia Charlotte señalando el pizarrón que estaba detrás de Henry.
—¿La vieja fábrica de internet, sobre el monte de Swellview? —inquiere Hope caminando hasta el pizarrón con semblante serio y siendo seguida por su tío y amiga.
—¡Si! El lugar con el gran tazón—Henry sonríe.
—Una antena satelital—lo corrige la joven Smith de brazos cruzados y con el ceño fruncido. A veces no entendía si Henry se hacía el tonto o así había nacido y ciertamente ella votaba por la segunda.
—Si, el lugar del tazón satelital—vuelve a repetir Henry con una enorme sonrisa en sus labios.
—Vamos, Dangers—anima capitán man tomando su tubo de chicles—. Mis puños están enojados.
—Henry no puede ir—informa Schwoz deteniéndolos—. Lo necesito a él y su sangre para hacer el antivirus.
Hope suelta un bufido ruidoso cuando su tío empezó a quejarse por el comentario de Schwoz. Entendía que estuviera enojado, ella también lo estaba y lo único que quería era vencer a Twitler, sin embargo, golpearlo hasta saciar su enojo no resolvería el problema del virus original así que sin preámbulos comenzó a empujar a su tío por la espalda para dirigirse al área de los tubos y solo fueran ellos dos los que se marcharán.
Después de asegurarle a Henry que se cuidaría lo más que pudiera se marchó por los tubos no sin antes pedirle a Jasper que pedaleara más rápido para poder ir tras Twitler.
*****
Esta vez habían llegado al lugar indicado más rápido de lo planeado, no habían hecho ninguna parada innecesaria ni nada que solían hacer usualmente dado que ambos Manchester estaban impacientados por acabar finalmente con el creador de Twitflash lo más pronto posible. Y una vez Hope se aseguró de que su padre y Lysander estaban completamente intactos emprendió camino por los pasillos de la vieja fábrica de internet hasta el lugar donde se suponía que se encontraba el hombre.
—¡Entrada! —grita Ray después de patear la puerta para llamar la atención y entrar al interior de la habitación donde se encontraba el multimillonario y dos hombres más a unos metros de él.
—Es tarde, capitán man...—habla Twitler, pero se interrumpido por la voz firme del superhéroe que suelta un «¡puñetazo!» y su puño impacta contra el rostro de uno de los hombres. Hope blanquea los ojos al observarlo y se va contra el otro hombre, pero a Rick Twitler parece no importarle porque aún presume una sonrisa triunfante—. Mi virus se esparció.
Hope hace una mueca al escucharlo y le suelta un puñetazo en el rostro después de decir un «que asco.» El creador de Twitflash se tambalea por la sorpresa al recibir el golpe y retrocede hasta caer en su propio virus vivo sobre los cables rojos y boca abajo. Ella tuvo que retroceder sorprendida cuando Rick Twitler comenzó a gritar y tener espasmos extraños como si una corriente eléctrica corriera por todo su cuerpo y lentamente su cuerpo comenzó a tornarse de color verde.
—Esto es una asquerosidad—sentenció la joven Smith al ver que el hombre se colocaba de pie, pero ya no era un hombre más bien era como un virus en el cuerpo de alguien y esa era la realidad, pero aun así era demasiado asqueroso.
—Humanos, prepárense para su destrucción y la del todo mundo—advirtió el individuo que antes era Rick Twitler. Lucía como un enorme virus robótico, al menos así se escuchaba y sus ojos no eran para nada bonitos, eran de un color verde llamativo y toda esa parte estaba rellena del mismo color.
—Bueno, no me gusta como suena eso—comentó capitán man retrocediendo y obligando a su sobrina a hacer lo mismo dado que había colocado una mano frente a ella de forma protectora. El virus vivo y robótico se miraba asimismo con admiración o tal vez no... ¿ella cómo podría hacerlo? Ni siquiera tenía la menor idea de si la cosa extraña frente a ella veía bien o no.
—¿Rick? ¿Hola? ¿Sigues ahí? —cuestiono la joven y su voz tembló un poco cuando las palabras abandonaron su boca. Se sentía terriblemente culpable, un poco, pero se sentía un poco culpable para ser sincera. Era lo único que solía odiar de sí misma, sentir la mayoría de las veces compasión por los villanos.
—Yo soy virus, tome el cuerpo de Rick—informó el virus frente a ella y su voz tan firme de robot era algo escalofriante incluso la hacía temblar un poco.
—Bueno... ¿lo vas a devolver para que... lo golpee? —cuestiona capitán man con el ceño fruncido y moviendo las manos levemente por los aires.
—Toda la vida debe convertirse en virus.
El virus giro tan lentamente hacía los dos hombres que se yacían en el suelo inconscientes gracias a que tanto como tío y sobrina los habían golpeado momento atrás cuando recién habían llegado al lugar.
—Muy bien, Miley Virus, aquí viene tu destrucción—aseguró capitán man tirando un golpe hacía el virus, sin embargo, este lo esquivo tan fácilmente y ambos cambiaron de posición por lo que Hope tuvo que retroceder inconscientemente—. Bueno, creo que tendré que ir de regreso a la capi cueva y decirles que me venció un... ¡GOLPE SORPRESA!
Volvió a tirar un golpe al aire, sin embargo, el virus robótico lo esquivó nuevamente con velocidad impecable e intercambiaron por segunda vez de lugares. Hope se sintió un poco más protegida cuando su propio tío le daba la espalda dado que si el robot intentaba irse contra ella tendría primero que esquivar a Ray.
Y mientras miraba fijamente al robot un cuerpo chocó contra el de ella pegándola a la pared, se trataba de Henry quien no había controlado la velocidad con la que corría por los pasillos. Entonces sus ojos se encontraron y por alguna razón ese momento fue diferente para ellos... como si supieran todo lo que nunca habían sido capaces de decir en voz alta y ambos se odiaban por ello puesto que no estaban en el mejor momento para tener un momento como ese.
Sin embargo, eran conscientes de que estaba vez no había ningún tipo de truco, solo eran sus ojos coincidiendo en el peor y mejor momento del día. Henry en ese momento se prometió asimismo que después de que acabaran esa misión estaría dispuesto a acabar con aquella extraña amistad que solía tener con Hope, aunque se cuestionó si alguna vez la habían tenido en realidad. Porque sus ojos desde el primer momento se habían mirado como si ya se quisieran.
—Fire Girl—asintió en su dirección alejándose lentamente, sabía que después de que terminaran aquella misión por fin hablaría con ella, aunque la joven no se lo permitiera—. Capitán man—lo llamó a lo que el mencionado solo respondió con un «kid» —. ¿Qué es esa cosa?
—Es buena historia—responde Hope con una risita nerviosa dado que no sabía cómo explicar que Rick Twitler se encontraba en aquella situación por su culpa—. Digamos que el virus se apodero del cuerpo de Rick y está enojado y destruirá a la humanidad.
—¿Intentaron el golpe sorpresa? —cuestiono el joven ayudante con curiosidad.
—¡Si, intentamos el golpe sorpresa! —exclamó capitán man exasperado, en la mayoría de sus misiones capitán man siempre intentaba aquel joven y en cada una de ellas funcionaba a la perfección, pero esa vez no había sido el caso—Pero el tipo tiene reflejos súper rápidos.
—Bueno, es un gran superpoder—murmuro Kid Danger con una sonrisa en los labios de soberbia, sin embargo, ambos Manchester replicaron ante su comentario asegurando que sus poderes eran mejores que la hipermovilidad.
—Yo soy virus, me esparzo y destruyó—habló el virus con la voz más terrorífica que había escuchado alguna vez y entonces una mueca de asco se formó en su rostro cuando sus ojos observaron como el virus se acercaba a uno de los hombres y escupía con fuerza sobre él, un tipo de saliva verde aterrizó contra el brazo derecho del tipo inconsciente en el suelo.
Los tres superhéroes soltaron un grito asqueados y haciendo muecas desagradables mientras el individuo verde repetía su misma acción con el tipo restante. El tiempo fue limitado y en menos de lo que esperaban los tipos estaban en el suelo recibiendo espasmos en el cuerpo para después convertirse en alguien igual al virus que se había adueñado del cuerpo de Rick Twitler.
—El virus se esparció estornudando solo sobre él—indico Henry con la espalda pegada a la pared y observando todo el panorama. Estaba demás decir que Hope intentaba de todo para no vomitar ahí mismo.
—Bueno, así es como se esparcen los virus—comentó Ray de manera obvia mientras los dos hombres que habían sido anteriormente infectados se incorporaban y colocaban a un lado del virus principal.
—A veces la ciencia da asco—murmura Hope negando ligeramente y suspirando. Como si fueran una terrorífica secta de tres personas los dos recientes virus repitieron la misma oración que el virus principal, «yo soy virus, me esparzo y destruyó» —. Chicos, solo acabemos con esto, por favor.
—Si, lo haremos—afirmó Henry seriamente mientras metía una de sus manos en los bolsillos de su pantalón de kid danger y mostrando un pequeño, pero largo tubo de plástico con un líquido violeta dentro—. Todo lo que hay que hacer es poner esta cosa sobre el virus original y revertirá el...
Sus palabras quedaron suspendidas en el aire cuando los tres virus robóticos escupieron en dirección a ellos, y mientras Hope se escondía detrás de su tío, Henry esquivaba la saliva con su hipermovilidad, empero Ray no tuvo suerte puesto que la saliva impactó directamente contra su rostro y comenzó a tener arcadas mientras Hope se alejaba un poco de él y lo miraba con el ceño fruncido.
—¡Mi boca! Entro en mi boca—se quejó el adulto recargándose sobre la pared mientras los dos adolescentes se hacían un lado alejándose de él, Ray comenzó a limpiar su lengua con su brazo de manera rápida.
—Tío, te infectaron—murmura Hope con un deje de preocupación en sus ojos, los nervios estaban sobre de ella como casi siempre—. Te vas a convertir en un virus vivo y enojado.
—Muy bien, hora de confesar—dijo Ray recargando su espalda sobre la pared y su cabeza fue en dirección a Henry—. Siempre me ha gustado tú mamá.
Hope frunció el ceño ante tal confesión puesto que para nadie era una sorpresa ese hecho dado que Ray lo dejaba en claro cada que miraba a la señora Hart, sin embargo, Henry siempre que podía alejaba a su jefe de su madre.
—No cambias—señaló Henry confundido, para después compartir una mirada con su compañera. Era increíble curioso para ambos ese hecho.
—Claro que no cambiaré—aseguró su jefe y lo tomo por las soplas de su traje—. Lo que siento por ella ¡es real! —exclamó acercando su rostro al de Henry y ambos adolescentes negaron incrédulos ante sus palabras.
La joven Smith le aclaró que no hablaban exactamente de la madre de Henry sino del hecho de que Ray no se convertía en un virus como había sucedido con los tres anteriores hombres y lo sabían porque se habían percatado de que el efecto del virus era sumamente rápido al momento de trasformar a alguien más como ellos, pero con capitán man no había sucedido como tal.
—Oh, cierto—capitán man se admiró asimismo con un deje de admiración y orgullo—. Soy indestructible. Que suerte—murmuro dándoles una mirada fugaz para después posarla nuevamente en los virus robóticos frente a ellos.
—No afectamos al viejo—indico uno de los individuos de color verde con su tenebrosa voz de robo y capitán man al escucharlo dejo en claro que no era ningún viejo, ¡por favor! Él solo tenía treinta y seis años—. Infecta a los que están guapos.
Hope y Henry sonrieron de lado.
—Los tres estamos guapos—refunfuño capitán man haciendo un ademán sin importancia.
La joven castaña retrocedió cuando los individuos verdes y robóticos escupieron en dirección a Henry y a ella misma, sin embargo, logró esquivarlos con precisión. Henry tomó el brazo de su compañera y la guio hasta las escaleras que se encontraban a su costado, la hizo subir pese a las quejas de está y mientras subían uno de los virus escupió saliva en su dirección el cual impactó contra su mano por lo que soltó un pequeño grito asustado e inmediatamente comenzó a deshacerse de su par de guantes dado que había intentado limpiarse con la otra mano.
Hope soltó un grito exclamando el nombre de Henry cuando observó la distracción de este al limpiarse sus manos y lo que los virus habían tomado como una oportunidad para escupirle, sin embargo, la saliva no llegó hasta él como creían puesto que capitán man se había interpuesto entre ellos recibiendo tal asquerosidad en el rostro. Los jóvenes hicieron una mueca de asco y continuaron con trabajo de ir a la parte de arriba mientras dos de los individuos verdes los seguían inmediatamente.
Las escaleras los llevaron a la gigantesca antena satelital situada en lo más alto de la antigua fábrica. Por un microsegundo, sintió un gran alivio que se esfumó cuando algo, o mejor dicho alguien, la hizo tropezar, causando que su rostro se estrellara contra el frío suelo. Los virus que los perseguían hicieron que Henry tropezara, y así, el joven rubio cayó sobre la superheroína, dejándola tendida en el suelo.
Uno de los seres verdes se lanzó a luchar contra Henry, mientras el otro se dirigía hacia Hope. Aunque ella trataba de usar sus poderes, era inútil; el virus vivo y furioso los esquivaba todos. No le quedó más remedio que empezar a luchar con los puños, lo que tampoco resultó ser una buena solución, ya que el virus evadía los golpes con sus reflejos ultrarrápidos.
Se lanzó al suelo y golpeó los tobillos del individuo, provocando que este también cayera. Era una pelea desigual, ya que ella tenía que protegerse no solo de los golpes, sino también de esquivar la saliva que el virus expulsaba constantemente. Un escalofrío le recorrió la columna vertebral cuando su cuerpo chocó contra el borde de la antena satelital, y un jadeo escapó de sus labios ante la situación.
Ella humedeció sus labios con la lengua, y aunque era difícil describir exactamente la maniobra que realizó, resultó ser efectiva. Por un instante, el individuo de verde cayó al vacío. Irónicamente, le vino a la mente una de las frases que ella y Ray solían decirse en señal de complicidad: «si caigo, caes conmigo.»
La frase se materializó con el virus, que, al caer, la agarró del traje. Por poco cae también, si no fuera porque logró aferrarse al borde del enorme «tazón satelital», como Henry lo había denominado. Oyó el grito preocupado de Henry llamándola y cerró los ojos, rehusándose a mirar hacia abajo. Sus manos, agarradas a la gran antena, eran su único sostén, y por un momento, sintió que empezaban a resbalar.
Su mayor temor era morir en las alturas... no es que le tuviera miedo a las alturas, por supuesto que no, pero tampoco deseaba morir de esa forma; de hecho, no quería morir de ninguna manera. Fue entonces cuando sus ojos se posaron en Henry y un suspiro de alivio escapó de lo más profundo de su ser.
—Aguarda, te ayudaré—aseguro el joven rubio con la preocupación escrita en su rostro, pero ella negó ligeramente casi queriendo echarse a llorar en ese momento.
—No puedes, Hen—murmura Hope observando por encima del hombro de su compañero. El individuo verde se había colocado sobre un círculo que estaba en el centro de la enorme antena satelital, sus manos estaban elevadas en el aire mientras una corriente de color verde salía disparada hacía al cielo—. Oye, tienes que terminar con esto. Ve y detente a ese virus para que salves el mundo.
—No me importa detener esto —murmuró el rubio entre dientes mientras intentaba ayudarla—. Lo que me importa es salvarte a ti, y si decides ayudarme, sería genial, ¿eh?
—Henry, no seas ridículo y termina con esta misión—demandó la joven Smith con la voz apagada—. Tienes que hacerlo, es lo que hace un héroe y es lo tú que eres, así que ve a hacerlo.
—No—dijo con voz firme, aunque sus ojos estaban nublados, su mirada velada por una profunda tristeza, como si el dolor la empañara—. No puedo ser un héroe si eso significa dejarte atrás, ¿entiendes? No aspiro a ser ese tipo de héroe, el tipo de hombre que sacrificaría a la persona que ama para salvar a un extraño sin valorar lo que perdería. Si debo hacer una elección, entonces te elijo a ti, ahora y siempre.
Hope respiró ruidosamente.
—Cálmate, ¿sí? No te dejaré, ni caeré al vacío—aseguró mientras sus labios se curveaban hacía arriba y su mirada se suavizaba un poco—. Hicimos una promesa y no seré yo quien la rompa, pero puedo salvarme por sí misma, solo quiero que confíes en mi—su voz se escuchaba como usualmente y no había ningún rastro de miedo y existían solo dos opciones o ella no sentía nada de terror o sabía ocultarlo muy bien y el optaba por la segunda—. Estamos perdiendo el tiempo, Hen. Ve y termina con esto.
Henry tenía la boca seca y su respiración era agitada debido al pánico; nunca había sentido tal opresión en el pecho, ni siquiera por un error. Sus músculos estaban tensos y su piel, más pálida de lo habitual. Al observarlo, ella notó su mirada cautelosa: sus ojos entrecerrados buscaban algún indicio de peligro.
Por un instante, él asintió, confiando en ella y dejándola atrás mientras corría a recoger el líquido violeta que había derramado y se había esparcido por el suelo. Hope apretó los labios y, utilizando toda su fuerza, colocó una pierna sobre el borde de la antena y luego impulsó su cuerpo hacia arriba.
Henry se incorporó asegurándose de que valiera la pena dejar de su compañera en medio del peligro y con las manos llenas del antivirus que había creado Schwoz corrió hasta el individuo verde, colocó sus manos sobre él y el antes color verde fue remplazo por un color violeta mientras el cuerpo de Hope impactaba fuerte y ruidosamente contra el suelo.
La corriente ahora de color de morado dejo de salir del centro de la antena satelital y tanto como Kid Danger y Rick Twitler cayeron al suelo. Un quejido abandonó los labios de la joven Smith mientras se incorporaba y miraba a su alrededor, Henry se encontraba a unos metros de ella con la mirada perdida, sus ojos le mostraban un tipo de desconexión con la realidad en la que se encontraban era como si la tristeza lo hubiera paralizado en su lugar.
Ella desconocía lo que estaba ocurriendo, pero presintió que algo terriblemente malo sucedía, así que decidió acercarse a él con cautela. La luz de la luna iluminaba sus rostros, y la preocupación por la tristeza visible en la expresión de su compañero la invadía, temiendo lo peor.
La seguridad y resolución que se desprendían del silencio de Henry la dejaron sin palabras; optó por el silencio, esperando a que él tomara la iniciativa de hablar. Avanzó con pasos delicados y firmes hacia él, situándose detrás de su figura y deslizándose al suelo, apoyando la espalda de Henry contra su pecho, y pasando sus brazos alrededor del cuello del joven.
—Hope...—Su voz era un susurro, suave y apenas audible, como si la tristeza le hubiese robado la fuerza para comunicarse con el mundo.
—Está bien, estoy aquí—su canturreó había sido tan meloso y se sintió como si ángel le estuviera hablando—. Somos uno mismo, ¿recuerdas? No importa que haya pasado, estaré a tu lado hasta que dejemos de respirar.
Entonces dejó de luchar contra ese constante deseo de ser fuerte para ella y se derrumbó en el acto, las lágrimas comenzaron a deslizarse por sus mejillas rosadas. Bajo la luz de la luna reflejada en sus rostros, Henry empezó a llorar en silencio, en esas pequeñas y frecuentes ocasiones donde sus lágrimas caían sin hacer ruido, pero su rostro mostraba un dolor intenso.
Hope lo arrulló más cerca de su rostro mientras su traje negro se humedecía con las lágrimas silenciosas de Henry. El joven rubio se aferraba a ella como si su vida dependiera de ello, mientras ella acariciaba su cabello delicadamente y le brindaba un silencio consolador en medio de la antena satelital, dejando que sus acciones hablaran más que las palabras.
La oscuridad del lugar no significaba nada para él, ya que en medio de la adversidad, Henry había hallado un destello de luz y esperanza. Era consciente de que su dolor y desilusión quizás no se esfumarían de un día para otro, pero tenía la certeza de que no enfrentaría la lucha en soledad. Ella estaba allí, ofreciéndole un abrazo reconfortante, asegurándole que, sin importar lo que sucediera o cuáles fueran los designios del destino, lo afrontarían juntos. Lucharía juntos.
Al fin y al cabo, eran sempiternos.
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