XXI.

Hace varios minutos la batalla había iniciado. Era tarde ya, pronto los primeros rayos de luz saldrían.

Había coches incendiados y arcos de fuego surcando el aire en ambas direcciones: las flechas incendiarias y las lanzas que arrojaban ambos bandos.

Las cazadoras corrían a parapetarse detrás de los coches para disparar a sus anchas desde allí; lanzaban flechas y arrojaban abrojos de afiladas púas a la carretera; levantaban barricadas donde podían, arrastrando a los conductores dormidos fuera de sus coches para que no quedaran expuestos al peligro. Pero el enemigo seguía avanzando pese a todo.

Encabezaba la marcha una falange entera de dracaenae, con los escudos juntos y las puntas de las lanzas asomando en lo alto.

De vez en cuando, alguna flecha se clavaba en un cuello o una pierna de reptil, o en la juntura de una armadura, y la desafortunada mujer-serpiente se desintegraba.

Detrás, avanzaba un centenar de monstruos.

Los perros del infierno se adelantaban a veces de un salto, rebasando su línea defensiva.

La mayoría caían bajo las flechas, pero uno de ellos atrapó a una cazadora de Artemisa y se la llevó a rastras.

- ¡Vamos!- gritó Thalia desapareciendo a otro monstruo.

- ¡Cuidado!-

Zoë apareció de repente tumbando a la hija de Zeus al suelo. Por arriba de ellas paso a toda velocidad una sombra, rozandole los pelos al par.

Ambas voltearon para ver lo que había sido aquello, una limusina blanca.

- Las cosas se están descontrolando un poco- exclamó Thalia observando la pelea metros más allá, desde donde el auto había venido.

- Si-

Respondiendo, y sin voltear para atrás, Zoë clavo su cuchillo en la yugular de un monstruo detrás suyo.

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Soltando una pequeña risa, Naruto dio una vuelta en el aire hacía atrás, esquivando otro auto que iba a su cabeza.

La pelea ya llevaba varios minutos desde su inicio. El peor que se veía era Ladón. Su cuerpo presentaba varios cortes, y decenas de cabezas ya habían sido cortadas.

El semidiós rodó por el suelo esquivando aquellos dientes. Un golpe bien dado sería mortal. Jamás olvidaría la sensación del veneno que aquel dragón soltaba.

Mantenía el aire en sus pulmones tratando de no respirar. Había olvidado el olor putefracto que aquel monstruo soltaba con cada vez que abría una de sus bocas.

Corría serpenteando entre sus cabezas.

- Cometiste dos errores, Ladón-

Naruto se agacho esquivando un ataque.

- El primero, atacar de noche, justo cuando mi poder está en su punto máximo-

De un movimiento otra cabeza fue cortada.

- Y el segundo, y el más grave. ¿Pensaste que seria igual que antes? Este último año, he asesinado a peores oponentes que tú-

Un ataque venía por detrás suyo. Naruto ni se había dado vuelta. La cabeza fue separda en dos de un simple movimiento de katana. El semidiós ni siquiera miro hacía atrás.

Varias dracaenae le lanzaron jabalinas en llamas que desvio con la katana.

Un perro del infierno saltó sobre él, trazo un arco mortal con Gungnir y el perro se desintegró en una nube de polvo y pelos.

Los ojos de Ladón destellaban furia.

- Ven-

Con una pequeña sonrisa, Naruto se avalanzo hacia el frente, esquivando todos los ataques hacia él, moviéndose con agilidad entre las cabezas.

Usando una cabeza de su contricante, dio un salto quedando suspendido en el aire. Las bocas restantes de Ladón soltaron un gruñido.

La katana de Naruto se inundo de oscuridad.

Ladón abrió sus fauces soltando varios chorros de ácidos contra el semidiós.

El ataque dio de lleno en el chico que fue engullido, perdiéndose. El ejército de monstruos vitoreaba al dragón. Algunas cazadoras miraron sorprendidas.

- Yamimatoi Jigengiri ¡Higan! (Manto Oscuro- Corte Dimensional. ¡Nirvana!)-

Una voz sonó en el suelo por debajo del dragón.

Naruto estaba en cuclillas a seis metros de Ladón. Su remera y garbandina habían desaparecido dejándolo con el torso al descubierto.

¡Plic!

Naruto enfundó su katana. Se encontraba detrás de su rival. Su mirada estaba fija en el ejercito de monstruos frente a él. La suave brisa removía sus cabellos como un elegante baile.

Ladón soltó un aullido de dolor, y exploto en polvo dorado, regresando al Tártaro.

- ¿Quién sigue?- pregunto Naruto mirando al ejercito.

¿Alguna vez vieron a un semidiós pelear junto a un lobo de casi tres metros?

Naruto y Fenrir se lanzaron contra el enemigo. Los colmillos del lobo fueron lo último que vieron varios monstruos. Naruto rebanaba las armaduras enemigas como si fuera papel.

Las mujeres-serpiente explotaban y los perros del infierno se deshacían en sombras.

Las cazadoras de Artemisa, disparaban flechas desde atrás, impidiendo que los monstruos se reagruparan.

- ¡Naruto, el puente!- grito Zoë-. ¡Esta flaqueando!-

El pavimento estaba lleno de grietas. Había algunos trechos medio fundidos por el fuego griego. El puente había recibido una buena paliza entre la pelea del semidiós y Ladón, y los disparos del tanque.

El par, Naruto y Zoë, conectaron miradas entendiéndose en un instante.

Las cazadoras de Artemisa comenzaron a disparar hacia los cables que sostenían el puente en el medio. Naruto con una sonrisa clavo su katana en el suelo. Al sacar la hoja, la fisura se ensancho rápidamente. El puente se estremeció y empezó a desmoronarse. Caían bloques del tamaño de una casa al rio. Los hombres de Cronos gritaban alarmados, algunos cayendo al agua, siendo aplastados por los bloques. El tanque enemigo al ser lento fue de los primeros en caer al agua.

Naruto observaba la escena mientras era llevado por Fenrir en su lomo, lejos del peligro.

Algunos habían caído de bruces al suelo y no lograban levantarse. En cuestión de segundos, se abrió una sima de quince metros en el puente entre los ejércitos.

Las sacudidas se interrumpieron. Los restantes hombres de Cronos se acercaron al borde y contemplaron el abismo de cuarenta metros que había hasta el agua.

Los primeros rayos del Sol comenzaron a aparecer. El ejercito del titan, al no ver salida de aquella situación, comenzó a retirarse.

El grupo de Naruto y las cazadoras alzaron sus voces en señal de victoria.

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Plaza Central.

Un hotel anticuado de piedra blanca, con un tejado azul a varias aguas, en la esquina sudeste de Central Park.

Desde el punto de vista táctico, la Plaza no era el mejor lugar para establecer un cuartel general. Pero tenia cierto estilo de vieja escuela y había atraído con los años a un montón de semidioses famosos.

Los semidioses se habían adueñado de las plantas superiores. Había campistas y cazadoras tirados por los sofás, lavándose en los baños, arrancando colgaduras de seda para vendarse las heridas y sirviéndose con todo desparpajo refrescos y alimentos para reponer energías.

Naruto abrió sus ojos para observar a Percy entrar por la puerta. Llevaba todo prisa yendo para la azotea. Seguramente iría con Annabeth que se encontraba herida.

- ¿Qué?- pregunto Naruto sintiendo la mirada de su compañera a su lado.

- Podrías ponerte algo, ¿no?- exclamo Zoë algo irritada.

Naruto atraía algún par de miradas al estar con el torso al descubierto.

- Pensé que te gustaba la vista- exclamo con una sonrisa burlona.

Zoë se sonrojo levemente.

- Yo, ¡mis cazadoras me llaman!- expreso huyendo del lugar.

Naruto soltó una pequeña risa viendo a la cazadora marcharse. Sus ojos azules brillaban de cariño observando a la chica reuniéndose con su grupo.

- Se nota que estoy enamorado, ¿verdad?-

Fenrir solo soltó un pequeño aullido.

- ¿Me acompañas? Según me acuerdo, cerca hay una tienda Gucci. Hay que aprovechar que no hay nadie- exclamo soltando una risita de villano.

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En la sala se encontraba Grover, Percy, Zoë, Thalia y Naruto. Este ya llevando una remera negra, que nadie sabia de donde la saco.

- Las fuerzas de Cronos siguen agrupándose en todos los túneles y puentes- informo Thalia-. Y Cronos no es el único titan. Una de las cazadoras ha divisado un humano enorme con armadura de oro que estaba reuniendo un ejercito en la costa de Jersey-

- El poder que irradia solo puede ser de un titan o dios- exclamo Zoë.

- ¿Alguna buena noticia?- pregunto con esperanza Percy.

- Hemos sellado los túneles del metro que van a Manhattan. Las mejores cazadoras se encargaron de eso- expreso Zoë.

- Parece que el enemigo esta aguardando a atacar por la noche. Creo que Luke- Thalia se mordió la lengua-. Quiero decir, Cronos, necesita regenerarse después de cada combate. Aun no se encuentra al cien. Y ralentizar el tiempo al torno de una cuidad consume gran parte de su energía-

La mayoría asintió.

- Además, la mayoría de su ejercito, es más fuerte por la noche- exclamo Naruto sonriendo-. Pero para su mala suerte, yo también lo soy-

- Está bien- asintió Percy-. ¿Alguna noticia de los dioses?-

Thalia meneó la cabeza.

- Sé que la señora Artemisa estaría aquí si pudiera. Y también Atenea. Pero Zeus les ha ordenado que sigan a su lado. Lo último que he sabido es que Tifón estaba destruyendo el valle del río Ohio. Alcanzará los montes Apalaches hacia mediodía-

- En el mejor de los casos- comento Naruto-. Tenemos otros dos días antes de que llegue-

Jake Mason carraspeó. Había permanecido tan callado que se habían olvidado de su presencia.

- Una cosa más- dijo-. Cronos se presentó en el puente de Williamsburg como si supiera que te dirigías allí, Percy. Y desplazó sus fuerzas a nuestros puntos más débiles. En cuanto nos desplegamos, cambió de táctica. Apenas se acercó al túnel Lincoln, donde se habían apostado las cazadoras. Se centró en nuestros flancos más expuestos, como si...-

- Como si tuviera información secreta- asintió Percy-. El espía-

- ¿Qué espía?- preguntaron Thalia y Zoë.

Percy explico la situación del amuleto de plata que Cronos le había enseñado: el dispositivo de transmisión.

- Eso es fatal- murmuró Thalia-. Desastroso-

- Podría ser cualquiera-- dijo Jake-. Estábamos todos presentes cuando se dieron las órdenes-

- No hay que obsesionarnos con ese espía. Si empezamos a desconfiar unos de otros, nos haremos trizas nosotros mismos- aconsejo Naruto, su mirada se notaba cansada-. Vamos a establecer las rondas de vigilancia. Descansen mientras puedan. Nos espera una noche muy larga-

Los semidioses asintieron con murmullos y se dispersaron cada uno por su lado para dormir, comer o reparar sus armas.

- Ustedes también, Naruto, Percy- dijo Thalia-. Estaremos atentos. Vayan a echarse un rato. Los necesitamos en buena forma esta noche-

El par ni discutió. No querían hacerla enojar. Así que, sin rechistar, ambos se fueron con la cabeza gacha a descansar.

Percy estaba demasiado acelerado para dormirse. Su mente estaba en otro lugar.

- Percy- llamo Naruto yéndose en otra dirección-. Yo me encargaré de cualquier dios o titan enemigo- exclamó.

Antes que se negara, Naruto levanto su mano deteniendo al Hijo de Poseidón.

- Percy, tú eres el protagonista de esta historia. Tú eres el de la profecía. Y tú tendrás que enfrentar a Cronos. No yo. Por eso, para que estés al máximo de tu capacidad, me encargaré de los más problemáticos. Yo seré quien te abra el camino hasta la victoria- sonrió Naruto extendiendo su puño.

La mente de Percy parecía estar en otro lugar.

"Trata de no cargar con todo. Estamos aquí para aligerar tu carga"

Las palabras que Naruto le había dicho en el pasado resonaron en su cabeza, y con una sonrisa, choco puños con el rubio.

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Zoë abrió sus ojos cuando el sonido de una puerta se escucho. ¿Quien molestaba? Estaba muy cómoda en este momento. Aquella cama king, y usando a Fenrir como almohada, lo hacían la siesta perfecta.

- Así que aquí estabas, traicionero-

Naruto apareció en la habitación. En su cara estaba plasmado un intento de expresión de enfado, pero solo lograba parecerse a un niño.

- Hazte un lado, voy a acostarme- exclamó Naruto.

- ¡¿Qué?!- expresó sonrojada Zoë sentándose rápidamente.

- Que te hagas a un lado, voy a acostarme- repitió sacándose las botas de combate para estar más cómodo.

- Pero hay más habitaciones-

- Sip- respondió finalmente acostándose en la cama al lado de la cazadora-. Pero, Fenrir es la mejor almohada de todas. Y no puedo dormir sin apoyar mi cabeza en su pelaje- exclamó apoyando la cabeza quedando relajado.

- Haz lo que quieras- menciono la chica dándose la vuelta tratando de dormir otra vez, el pequeño sonrojo seguía en sus mejillas.

Naruto, con una pequeña sonrisa, solo cerro los ojos, sintiendo un calor reconfortante en su pecho.

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El Sol ya se estaba ocultando en el horizonte. Los últimos rayos de luz mostraban una peculiar escena.

Naruto y Zoë durmiendo usando a Fenrir como almohada. La cazadora abrazaba el brazo izquierdo del semidiós. La expresión en su rostro mostraba que tenía un buen sueño, sumado al pequeño hilo de saliva que bajaba por uno de los costados de su boca.

Naruto también estaba dormido. Sus brazos rodeaban la cintura de la cazadora acercandola hacía él.

Parecía una hermosa familia.

- ¿Les decimos sobre el titán con bandera blanca?- preguntó Thalia viendo la escena desde el marco de la puerta.

- No, déjalos. Vamos nosotros- respondió Percy sonriendo.

El par de primos cerro la puerta dejando descansar aún más a aquellos dos enamorados.

Fin del capítulo.

Tenia planeado dejar el final con el comienzo de otra pelea, pero me quedaría muy largo el cap. Así que se aguantan XD.

Espero que les haya gustado.

Nos leemos en otro fic.

Bye-bye~

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