Nota: 
¡Este es el capítulo final! Gracias a los que se dieron la oportunidad de leer estas pequeñas historias :3 

Disfruté mucho escribiendo todas, ¡disfruten su lectura y nos vemos en otra historia!  (0▽0) ﾉ

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El menor de los Rengoku descubrió su talento con los instrumentos cuando murió su madre y no sabía qué hacer con todo el dolor.

Era muy pequeño y por eso es difícil recordarla, pero su padre y hermano le decían que era una mujer amable, estricta, hermosa y cariñosa. Fue de instrumento en instrumento hasta que sintió una conexión con el violín, era un objeto que necesitaba paciencia, comprensión de las notas y sus sonidos eran hermosos, tuvo que ver que su padre le confesara que su madre Ruka solía tocar el piano y el violín.

Desde ese momento se dedicó al instrumento con pasión y alegría de tener algo en común con su madre. El padre de los Rengoku era un importante empresario y los dejaba solos demasiado tiempo, no se preocupaba como debería por ellos pues tenía la certeza de que Kyojuro no haría cosas estúpidas al ser como era y Senjuro era demasiado tranquilo para causar problemas.

Su hermano mayor podía pasar horas escuchándolo tocar y lo admiraba. Cuando lo veía decaído Senjuro le tocaba algunas piezas clásicas que levantaban su ánimo.

Kyojuro hacía casi todo y Senjuro le ayudaba con la limpieza de la casa, cuando el rubio menor comenzó a tomar clases de violín avanzadas, era su hermano el que lo llevaba a su academia y lo esperaba haciendo sus pendientes afuera en una de las bancas.

Sonaba imposible pero su sonrisa se hizo más grande todavía cuando los maestros pidieron hablar con alguien de su familia para decirle que Senjuro tenía un gran talento para la música.

Su padre siempre estaba cansado y su felicitación cuando se enteró no fue la mejor, pero ninguno de los dos hermanos lo tomo como algo malo, le recordaron que debía comer saludable y no dejar que la tentación de tomar para relajarse le ganara.

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Pasaron los años y Kyojuro se convirtió en profesor de historia en una buena escuela, por eso Senjuro estudió en el mismo lugar y maestros y alumnos celebraron mucho al escuchar uno de esos días que el chico había sido invitado a dar un concierto en el teatro de la ciudad.

Como era normal Shinjuro no podía ir a verlo pero Kyojuro le prometió que grabaría un vídeo y se lo enviaría.

El profesor Rengoku estaba demasiado orgulloso de su hermanito, ahora tenía 16 años.

"¿Cuándo creció tanto?" Se preguntó demasiado feliz cuando lo vio en el escenario con una sonrisa emocionada y listo para tocar junto a otros músicos de violín como él.

Toda la escuela estaba ahí y se suponía que su asiento estaba junto a sus compañeros de trabajo pero se sorprendió cuando ellos le dijeron que no debía estar ahí y le enseñaron el lugar que lo esperaba en primera fila.

- Es tu hermano y siempre has estado ahí para él – dijo Tengen mientras lo llevaba a su lugar.

- Si alguien merece estar ahí eres tú – se unió Tomioka tranquilamente.

- ¡Deja de hacernos esperar y ve de una vez! – le gritó Sanemi con una sonrisa.

Senjuro estaba feliz de ver a su hermano con esa expresión de orgullo frente a él, a una señal del director el escenario se iluminó y lo demás quedó oscuro.

La primera interpretación de los violinistas emocionó a todos y aplaudieron demasiado hasta apenar a los jóvenes músicos que estaban enfrente.

Kyojuro sonrió dulcemente mientras grababa al ver como su hermanito volteaba a ver alegremente a sus compañeros, un chico con cabello rojizo, una chica de cabello corto y ojos turquesa oscuro, y otra chica de coleta y broche de mariposa.

El amor de hermanos es algo raro, hay los que se pelean todo el tiempo, otros que tienen formas de decir te quiero salvajes, otros que son como pluma y tinta y otros que se protegen todo el tiempo.

Pero para Kyojuro algo estaba escrito en piedra.Amaba a su pequeño hermano, sus logros también eran suyos, su sonrisa era más brillante que la suya, sus lágrimas siempre las secaría él, cada día ver que se convertía en una persona extraordinaria lo llenaba de felicidad y no importa el camino que la vida o Senjuro tomara... siempre sería su amado hermanito menor.

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