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Un mapa con varias atracciones en orden y dos hermanos listos para pasar una tarde llena de juegos y diversión. 

La primera parada fueron los carros de choque, Senjuro casi sale volando por la energía con la que Kyojuro le chocaba pero al menos hubiera volado mientras reía.

Se detuvieron para jugar en algunos puestos para ganar premios y consiguieron un par entre los juegos de tronar globos, tumbar botellas, darle al centro en el tiro al blanco con dardos, y Kyojuro ganó el primer lugar en un concurso de comida que casualmente estaban haciendo en la zona de alimentos.

A Senjuro le encantaba ir al parque de atracciones pero sus padres viajaban cada vez más por negocios y tenían poco tiempo para salir todos juntos. Cuando Kyojuro se enteró que habían mejorado varios juegos en el lugar a dónde iban siempre no quiso que su hermanito se perdiera de la primera semana en la que estarían funcionando.

Se subieron a las tazas giratorias, incluso entraron a la casa embrujada que les dio más risa que miedo porque no estaba bien mantenida al ser la mitad del verano y no finales de Octubre.

Ahora estaban viendo lo alta que se veía la montaña rusa. Antes podían ver la parte de hasta arriba sin ningún problema, pero ahora tenían que levantar su cabeza casi en noventa grados para ver como los vagones del juego iban a toda velocidad con gritos de los que iban dentro por los giros y velocidad.

- ¿Qué opinas Senjuro?

- Hay que subir.

- Te ves emocionado.

- Emocionado y nervioso también.

Ambos rieron y se formaron para poder subirse en el juego. Un chico explicaba las medidas de seguridad y lo que no debían hacer mientras estaban en el paseo.

- Pensé que te daría algo de miedo ya aquí – rió el hermano mayor.

- No me preocupo nunca si estás a mi lado – dijo el menor felizmente.

Apenas tuvieron tiempo de prepararse cuando el juego comenzó, y los llevo en medio de vueltas, velocidad y adrenalina.

Al final se tomaron una fotografía con el celular de Kyojuro para enviársela a Ruka y a Shinjuro para que vieran que estaban teniendo un día increíble y no debían preocuparse por nada.

Desde ese día ese se volvió el juego favorito de los hermanos y el no tan favorito de sus padres la próxima vez que consiguieron ir todos juntos.