Capítulo 3. O2 (2 de 2)
Tu piensas que conoces mi corazon
Y probablemente lo haces
Así que siempre estaré contigo
Podría quedarme contigo por horas
En una habitacion vacia
Y jamás me aburríra
Sin nunca tener nada que hacer.
Eres mi otra mitad.
Me haces ser quen soy
Lo que me hace sonreir
Cuando caigo y no puedo volver a levantarme,
Sin ti aquí estoy aburrido
Algo dentro de ti es desencadenante
Me hace ser yo mismo
Me hace ser divertido
Eres una cosa hermosa
Somos una cosa hermosa juntos.
Beautiful thing - Grace Vanderwaal
Paisaje iluminado por la luna - Van Gogh (1888).
Oxygen
Parte 2 de 2
—¡Suelta ya esa botella, Do Kyungsoo!
El aludido esconde la botella de vino detrás de él, riendo maliciosamente con los intentos infructuosos de Baekhyun por alcanzarla. A su lado, Chanyeol ríe sin control rodando por el piso, hasta que es detenido por Baekhyun, quien usa su pie como freno.
—Y a ti te dije que no le dieras más, ya sabes cómo se pone —recrimina el mayor de los tres, el más sobrio en ese momento.
—Sí ya saben cómo sssoy pa' que me invitan... —Kyungsoo sigue hablando de manera atolondrada burlándose de su amigo, mientras recoge con su lengua las gotas de vino que caen fuera de su boca—. Relájate Byunnie Baek —agrega en un tono dulce. Escucha a su amigo bufar, viendo que este niega desganado pasando una mano por su cabello plateado.
—¿Les conté que vi al fantasma de la abuela Park? —Chanyeol quien se ha mantenido en el suelo, sentado con sus rodillas flexionadas sobre su pecho, se balancea de adelante hacia atrás, lanzando todo tipo de preguntas al azar que a nadie le interesa.
—Cállate dices puras tonterías —acusa Kyungsoo intentando taparle la boca a su amigo, pero siendo demasiado torpe para lograrlo—. Haz algo bueno y dale de beber a Baekye. JongIn no notará que le hace falta dos o tres botellas de vino —añade riendo y en el último momento termina por caer del sofá, Chanyeol es el primero en reírse. Tiene que mirarlo de manera amenazante para que pare la mofa, mientras se soba su trasero luego de ser recibido por el piso.
—No, no —Baekhyun se resiste mientras el pelirrojo le hace beber directo de la botella, algunas gotas caen de su boca, salpicando su camisa, por suerte ninguna llega a la blanca alfombra.
—No te hagas del rogar —anima Kyungsoo—. Dale Channie.
—Está lloviendo. Esto es como en esa película, solo falta que llegue la ama de llaves —indica Baekhyun una hora después. Su cabello alborotado y sus mejillas con un tinte rojo, empezando a reír como loco; son señales del alcohol haciendo efectos en su sistema.
—Cállate que no me he visto la película —Chanyeol golpea al peliplateado, quien solo se pone a la defensiva.
—¡Cállame!
Kyungsoo escucha el reto pero cierra los ojos sin enterarse del desenlace. Se siente melancólico por un momento, así que deja la botella a medio terminar a un lado. Cree que no ha dado todo de él, que nunca será suficiente, bueno, especialmente ese día, luego de llamar a sus amigos quienes acudieron en un santiamén para ver el autorretrato; en realidad, había realizado tres de ellos, que contemplaban diferentes perfiles para los que había usado una paleta de colores sobrios para retratarse de la mejor manera. Pero ellos no parecían del todo convencidos, mencionando que tenían un parecido con Kyungsoo, como si fuera un primo lejano a quien hubiera retratado, en definitiva había cierta familiaridad pero no era suficiente y al otro día finalizaba el plazo del concurso, así que prácticamente estaba desechando su última oportunidad de participar. Además ya no tenía tiempo, no cuando había gastado todas las opciones y su inspiración se había esfumado. Todo su esfuerzo y dedicación junto al valiosísimo plan de JongIn, finalmente no sirvieron para nada.
Eso fue lo último que necesitó para sentirse decepcionado consigo mismo; así que terminó por ir al minibar de JongIn y abrió la primera botella de vino. Después de eso, todo se había descontrolado, hasta preparó una tabla de quesos y jamón, que espera el modelo no se de cuenta que falta mañana cuando llegue; pero está demasiado ebrio para pensar claramente y mortificarse de sus acciones.
—¡Miren lo que encontré y viene con luces integradas! —Anuncia Chanyeol luego de un rato en el que ha desaparecido en el baño. Camina tambaleándose con una caja negra en sus manos.
Lo mira frunciendo el ceño, ya no está tan animado como antes, el más alto menciona emocionado que es una cabina de karaoke, que no duda en instalar, incluyendo un juego de luces estroboscópicas de diferentes colores que iluminan toda la sala.
Treinta minutos después, el estado anímico de Kyungsoo ha subido como un cohete, y ahora se encuentra cantando —gritando— las letras de las canciones, riendo cuando es el turno del rap, y Chanyeol se adelanta y empieza a intentar seguir el rap pero sus palabras salen demasiado atropelladas. Con Baekhyun se burlan del más alto, al tiempo que siguen cantando a todo pulmón intentando seguir el ritmo.
«Do you love me,
Do you love me not?
Baby tell me now
Cariño dímelo ahora, mira
¡YA YA YA!».
—¡Es mi turno!
Kyungsoo se lanza a la consola y sonríe al encontrar «su canción», toma el micrófono y con aire melancólico, cierra los ojos y empieza a entonar los primeros versos concentrándose en la melodía, pero es vilmente interrumpido por rechiflas y chiflidos de los demás.
—Ay no seas aguafiestas —protesta Baekhyun deteniendo la canción. Kyungsoo lo mira con ganas de golpearlo, aun así su amigo sigue como sí nada—. Una balada no, sabes que las odio ¿Qué te pasa bebeshi Soo?
—Aish está bien, ya no pondré a Suho —El más bajo rueda los ojos y se retira del escenario, que en realidad es el centro de la sala.
Los tres siguen cantando, y al cabo de unos minutos caen rendidos; después de todo es ¡martes! Baekhyun y Chanyeol en mutuo acuerdo se van silenciosamente alejándose hacia la habitación que ha sido suya por esos días. Desde el sofá, casi adormilado, Kyungsoo los mira sin saber quién es el que se apoya en quien, los dos pasan sus brazos por los hombros del otro, tambaleándose y riendo bajo intentando callar al otro para, según ellos, no despertar al artista.
Kyungsoo piensa en sus opciones dormir con ellos, le hará calor, ir a la habitación de JongIn, no le haría ningún bien; así que decide acomodarse en el sofá, este es bastante cómodo, cierra los ojos, y no le importa realmente que la luces de colores sigan bailando a su alrededor.
***
Jarrón con acianos y amapolas - VanGogh (1887).
Parece que apenas lleva unos minutos desde que quedó dormido, cuando es tomado por sus hombros y sacudido gentilmente; Kyungsoo empieza a quejarse sin la intención de abrir los ojos, incluso cree escuchar la voz de JongIn llamándolo, de seguro está soñando de tanto extrañarlo, porque él regresará al día siguiente. Pero sigue escuchándolo murmurar su nombre en un tono relajante. Abre los ojos levantándose como un resorte, lo que produce que su cabeza se golpee con otra y hay alguien más quejándose.
—¡JongIn! ¿Qué haces aquí? —pregunta sorprendido tras sobarse del golpe en su frente.
—Aquí vivo yo —contesta como si fuera lo más obvio del mundo, y en realidad lo es. El modelo continúa de pie frente a Kyungsoo, usando unas pantuflas y su maleta de viaje sobre el piso.
—Te extrañé —anuncia suavemente Kyungsoo, tan repentino, que se sorprende de decirlo en voz alta. Cree verlo sonreír, pero una vez más, no está del todo seguro, especialmente cuando la única fuente de luz son las luces de colores.
—Yo también —dice JongIn antes de sentarse a su lado, hablando en un tono confidencial. Mira a su alrededor, Kyungsoo se siente apenado al ver el desorden en el que ha quedado su sala, arrepentido del descontrol, especialmente porque le prometió que cuidaría su hogar—... y parece que has tenido una fiesta en mi ausencia, espero que no te hayas tomado las —Hace una pausa para contar con sus dedos las botellas de vino en el piso— cuatro botellas tú solo —Parece sorprendido.
Kyungsoo baja la mirada avergonzado, siente sus mejillas encendidas.
—Lo siento, las pagaré —agrega mortificado mordiendo su labio inferior.
—Hey, no he dicho nada de eso —Le interrumpe en un tono condescendiente—, solo que rezaré para que tu hígado asimile todo el alcohol que ingeriste.
Los dos rien, Kyungsoo piensa que es un buen momento para aclarar el malentendido y no quedar como un alcohólico. Lo cierto, es que nunca antes ha tomado tanto vino y francamente no sabía que la gente puede embriagarse así; además tiene mucho sueño.
—No lo hice yo solo... quiero decir Baek y Chan están aquí —dice señalando a la habitación.
—¿Algo qué celebrar o algo que olvidar?
—Un poco de ambas —Kyungsoo responde encogiéndose de hombros. Está agradecido que no le pregunte nada sobre las razones de la improvisada reunión... evadiendo adrede el tema de su autorretrato.
—¿Quieres más vino? —Le propone.
—No creo que pueda.
—Okay. Yo tomaré y tú me vas a acompañar para divagar juntos.
—¿Tengo opción?—pregunta con una sonrisa cómplice.
—Por supuesto que no —Los dos ríen tontamente.
Luego de regresar con una copa y una botella de vino tinto entre sus manos, JongIn se sienta en la alfombra blanca paralelo al menor, que sigue de lado en el sofá; la pierna derecha de JongIn se encuentra extendida sobre la alfombra y la izquierda flexionada. Kyungsoo puede ver su silueta gracias a los destellos de las luces de colores que siguen moviéndose; piensa que sería una muy buena imagen para pintar en el futuro.
JongIn bebe lentamente de su copa bajo un tenue silencio, de vez en cuando agita la copa antes de llevarla a sus labios. Luce pensativo con su mirada perdida sobre el jardín interno apenas iluminado. Kyungsoo, quien no ha apartado la mirada de la figura esbelta del modelo, frunce el ceño, no le gusta verlo tan abatido.
—¿Que tal Los Ángeles? —Le pregunta luego de se servirse su tercera copa.
—Muchas palmeras, días soleados —Hace una pausa antes de seguir—. La verdad no vi mucho de esto, los dos días estuve encerrado en una oficina, aunque la vista panorámica era increíble... la comida también estuvo bien —Finaliza apenas murmurando, empezando a pellizcar la alfombra mullida; parece como si no fuera consciente del movimiento de sus manos.
Su estado anímico podría estar relacionado al cansancio, y tal vez Kyungsoo solo está pensando demasiado en ello.
—No conocí a ninguna celebridad, a menos que el representante de Rihana cuente como una —añade amargamente. Kyungsoo reconoce el nombre de la cantante, como el que ha contactado a JongIn para que sea su imagen.
—¿Es por eso que has estado tan callado desde que llegaste? —Fue inevitable sonar preocupado.
El modelo termina por girar su cuerpo, de manera que apoya su cara en su antebrazo derecho que descansa sobre el borde del sofá a un lado de él, JongIn se queda mirándolo, sus rostros estan ahora al mismo nivel. Kyungsoo se siente intrigado por no saber lo que sucede con el mayor, y los nervios del momento solo se incrementan tras su cercanía.
—No es eso... la verdad, es que son cosas no tan glamurosas del mundo del modelaje, no quiero aburrirte.
Su caras están tan cerca, al punto que si apenas extiende su brazo podría acariciar su mejilla para borrar la angustia que lo carcome. JongIn no parece afectado por la corta distancia que los separa como lo está Kyungsoo, quien teme el solo hecho de respirar. JongIn toma una bocanada de aire y retoma la palabra, apesadumbrado le comenta de la fuerte discusión con su mánager y cómo no pudieron llegar a un acuerdo con la marca estadounidense debido a la ambición de su agencia. El menor ha entendido que JongIn en verdad quería colaborar y que el tema de las ganancias no parecía importarle, no es un chico materialista, y eso al parecer entra en conflicto directo con su agencia.
—Tengo ganas de bailar ¿me acompañas? —Sugiere de la nada luego de un rato en el que permanecen en silencio.
JongIn se pone de pie extendiendo una mano, en una clara invitación hacia Kyungsoo, quien se queda enmudecido; el modelo con su otra mano, toma el control remoto para buscar una canción, en seguida, agita su mano nuevamente sobre su campo visual.
—¿No me vas a dejar con el brazo extendido, verdad?
—Yo... —Siente un nudo en la garganta, niega con la cabeza.
Luego de unos segundos que le parecen eternos, finalmente se anima y toma la mano firme de JongIn, quien de inmediato entrelaza sus dedos entre sí. Llentamente se pone de pie, quedando frente al modelo que lo observa, y se odia por no descubrir qué clase de mirada le está dando, pero si está casi seguro que es una cargada de intensidad.
—No me digas que no sabes bailar —añade divertido, haciendo que Kyugnsoo arquee una de sus cejas y responda al instante, muy seguro de sus capacidades.
—Puedo bailar muy bien, solo que siento que todo se está moviendo a mí alrededor —aclara haciendo un movimiento de remolino con su mano libre, efecto del vino—. Siento que me puedo caer en cualquier momento. Así que no me sueltes —suplica aferrándose al cuerpo del más alto.
—No pensaba hacerlo —JongIn habla seriamente, se va acercando bajando la cabeza. Kyungsoo teme levantar su mirada, no sabe lo que puede pasar si lo hace.
Una balada lenta acompañada de una voz igual de relajante sale de los altavoces. JongIn lo toma por la cintura, su cara ahora descansa cómodamente sobre el pecho del mayor escuchando el ritmo agitado de su corazón, sonríe al darse cuenta que no es el único nervioso. Se mueven lentamente, a lo que Kyungsoo cierra los ojos pasando sus manos sobre el cuello de JongIn, y allí están bailando tranquilamente como sí fuera una clase de sueño del que no quiere despertar. Hasta que el modelo deja de moverse lo que despista a Kyungsoo, abriendo los ojos, sube la mirada y se arrepiente al instante al captar una cálida sonrisa en JongIn; su rostro está iluminado, a través de las luces de colores, que van pincelando su rostro.
—¿Por qué nos detuvimos? —interroga sonando como una queja.
—La música ha dejado de sonar desde hace cinco minutos.
—Oh.
Solo hasta ese momento nota que la sala está en silencio, han bailado al ritmo de las pulsaciones de sus corazones, piensa su alma artista, haciéndolo sonreír con la idea. Aun sin la música, no se despegan, Kyungsoo sigue mirando con admiración el rostro de JongIn, sus ojos cálidos achocolatados invadidos por una luz morada, su nariz, delineada por una luz amarilla; sus mejillas y labios gruesos, de un rojo brillante.
—Eres la cosa más hermosa que jamás veré —Se atreve a decir Kyungsoo, seguido de un solemne silencio, sus ojos permanecen cristalizados soportando la belleza materializada frente a él.
—Kyungsoo —murmura JongIn suavemente, cerrando los ojos, se va acercando a su rostro.
Kyungsoo es quien corta la restante distancia, hasta sentir los labios de JongIn sobre los suyos, un ligero temblor se apodera de los suyos al suave contacto, cierra los ojos y en su mente está el rostro perfecto de JongIn bañado por los diferentes colores; lentamente abre sus labios ladeando ligeramente su cabeza, se están finalmente besando, conociendo sus labios, con toques que se vuelven más intensos, con sus lenguas como pinceles, delineando sus bocas y el sabor del vino presente. Siente felicidad cosquilleando desde la punta de sus dedos a medida que profundizan el beso y se dejan llevar; hasta que la falta de aire los hace detener, la mirada firme e intensa sigue allí cuando Kyungsoo abre muy despacio los ojos, sintiéndose en pleno éxtasis, JongIn le sonríe y siguen besándose, delicado al inicio y con una extrema necesidad luego de unos minutos en el que sus cuerpos han seguido bailando sobre el otro, las manos del artista han ido escalando hasta parar en el cabello del modelo y las de JongIn se pasean por su espalda hasta terminar en sus caderas.
Kyungsoo no quiere pensar demasiado, cuando en medio de besos cortos y urgidos recorren la distancia hasta la habitación del mayor, no hay tiempo de sentirse avergonzado, excepto que JongIn ha empezado a reírse nerviosamente cuando le quita las pantuflas a un tímido Kyungsoo, acomodándose entre sus piernas. JongIn va ascendiendo, apoyándose sobre sus codos, repartiendo dulces besos por la blanca piel de su abdomen hasta acariciar suavemente con sus labios las mejillas de Kyungsoo y solo se detiene para aspirar su aroma, haciendo que la piel del artista se erice y se sienta como si estuviera flotando sobre una nube.
«¿Hacen faltas las palabras, cuando el rostro de JongIn parece brillar, cuando su sonrisa es contagiosa, y puede verse reflejado través de sus ojos?» Se cuestiona Kyungsoo con la mirada de JongIn que nunca se aparta de su cara, hay admiración allí. Sus ojos están viendo una obra de arte, que le devuelve la mirada con igual contemplación.
—Has cavado muy dentro de mí, te amo Do Kyungsoo —confiesa sin ningún miramiento, haciendo que su respiración se detenga, y su corazón sino es que ya estaba acelerado, esté ahora a punto de salir de su pecho.
Algo de estas reacciones es recogido por JongIn, quien tiernamente empieza a repartir besos por toda su cara y sobre su cuello.
—Eres demasiado hermoso.
Kyungsoo muerde su labio inferior al escucharlo, pestañea lentamente ante la realización de esas declaración. Él también tiene algo que confesar, no tiene miedo y no quiere pensar que se arrepentirá mañana o le echará la culpa alcohol, porque defintivamente sí está embriagado como nunca, pero es de una felicidad que parece más grande que su cuerpo. Con una sonrisa de oreja a oreja, atrae el rostro de JongIn sobre su cara, extendiendo su cuello, besa con necesidad los labios del modelo, quien muy contrario a una queja, sigue complacido con el beso, del cual le siguen varios de estos.
—Yo te amo Kim JongIn, lo hago —confiesa con firmeza.
JongIn se detiene, su cuerpo entero está temblando tras escucharlo. Parece que está sin palabras pero le sonríe y sellan sus confesiones con un beso lento en sus labios.
Y aunque le hubiese encantado decir algo más «me gustas, estoy enamorado de ti desde la primera vez que nos conocimos, pero nunca podría llamarlo amor a primera vista». No son expresadas con palabras, muy temeroso para decirlo en voz alta, pero espera que sus acciones por el resto de la noche valgan mucho más.
—Gracias JongIn —dice emotivo al modelo que se ha quedado dormido sobre su pecho luego de expresarse su amor. Los dos se encuentran seriamente agotados, pero Kyungsoo no cree que pueda dormir, las imágenes en su mente se siguen reproduciendo.
JongIn probablemente no entendería la naturaliza de su agradecimiento. Su mente ha sido desbloqueada.
—Yo creo que te amaré por mucho tiempo —murmura mientras acaricia el cabello de JongIn, quien ahora duerme profundamente—. Ten un feliz sueño, mi dulce amor.
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Notas finales
Siguen con vida? Amé este capítulo 💜
Quiero saber qué piensan qué sucederá? Kyungsoo huirá, se arrepentirá? Hará de cuenta que no pasó nada. JongIn lo entenderá? O lo contrario, se amarán y vivirán felices comiendo perdices, sin dramas.
...Y Gracias por su apoyo a esta y a las otras historias !!! 🌸
Adiós
Good bye.
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