Capítulo 1. Starry Night (1 de 3)

Estoy perdido, intentando ser hallado
en un océano de gente.
Por favor, no me hagas ninguna pregunta,
no habrá ninguna respuesta válida.
Solo diré que...

No sé mi nombre.

I don't  Know my name - Grace  Vanderwaal.



Autorretrato con sombrero de paja  -  Van Gogh (1887).





Starry Night
Parte 1

Mira al reflejo que le devuelve el espejo, en seguida lo compara con el lienzo a su lado, una forma ovalada de tonos predominantemente grises, cuyos bordes se desvanecen, se proyecta sobre el lino blanco. Lentamente pasa su mano sobre su obra, su autorretrato.

🎨🖼🖌


Kyungsoo observa el marco negro con puntos blancos balanceándose de un lado a otro sobre el rostro del profesor Kang. El silencio cada vez más espeso, solo puede indicar que ha fallado en su autorretrato... de nuevo.

—He visto tus anteriores trabajos dignos de presentarse en una galería de arte, es bastante impresionante para un estudiante de tercer año de Artes Plásticas —indica evaluando su último trabajo—. Por eso no me explico por qué esto es... malo, en verdad muy malo.

Kyungsoo aprieta sus labios, ¡lo sabe! el docente incluso está llamando «malo» a su autorretrato cuando debió usar una expresión más acertada como «abominación».

—Lo intentaré otra vez, si me da una oportunidad —insiste con voz trémula—, haré mi mayor esfuerzo.

—Ya te he dado dos oportunidades y aunque puedo encontrar algunos puntos favorables de otras corrientes artísticas más contemporáneas —El otro hombre inspecciona nuevamente su último trabajo—. Pero este autorretrato no tiene nada del Kyungsoo que estoy viendo en este momento.

Y ese es el gran problema que radica prácticamente su vida. Baja la mirada deteniéndose en sus zapatos de cuero opaco, ve claramente algunas fibras del material.

—Dame una razón para darte una tercera oportunidad —El docente sacándolo de sus cavilaciones, lo sorprende siendo condescendiente con él—. De lo contrario —continua en un tono de voz mucho más severo—, tendré que descalificarte del concurso.

Kyungsoo pestañea repetidamente, su visión empieza a empañarse. «Descubriendo a Van Gogh», el concurso, es su oportunidad de oro; un tour por Europa occidental, visitando los lugares más emblemáticos, ricamente embellecidos por obras de arte, arquitectónicas y cualquier otra manifestación de bellas artes. Podrá conocer una gama de museos de la historia del arte, iniciando en Louvre en París y terminando en el Museo de Van Gogh en Ámsterdam. En realidad, es el sueño de cualquier artista novato de tercer año, ser el ganador del concurso organizado por la Unicef para Corea.

—No me dejas otra opción, voy a descalificarte —concluye decepcionado. El hombre mayor probablemente ha interpretado su silencio como un signo de derrota.

—No, por favor no. Yo... —replica inseguro. Kyungsoo empieza a jalar las mangas de su suéter de hilo, su boca la siente seca—. Yo tengo prosopoagnosia y también soy gay —Kyungsoo se arrepiente tras lo último confesado, nada tiene que ver y así se lo hace conocer el docente.

—No entiendo que tiene que ver con que seas gay. Tengo amigos que también lo son y son grandes artistas —expresa extrañado.

Ser homosexual y sufrir de prosopoagnosia, no son cosas que se dicen a la ligera, no se imagina cómo sería decirlo cuando recién conoce a alguien «Hola soy Kyungsoo, mucho gusto, tengo prosopoagnosia y también soy gay. ¿Y tú?» Uno no espera que la otra persona responda algo como «Mucho gusto, soy Chanyeol, soy bisexual y tengo hemorroides» ¡No! Así que en la medida de lo posible, no dará esta información, no es que la oculte, sí alguien se lo pregunta por su supuesto le dirá, de lo contrario ¿por qué tendría que hacerlo? Kyungsoo se encuentra dubitativo, nunca ha tenido problemas por su enfermedad, pero esto es otro nivel.

Pasan los segundos en esa encrucijada, el mayor se ha encorvado descendiendo los hombros y Kyungsoo aunque no puede descifrar completamente su expresión, cree que probablemente esté  decepcionando. Lo observa rodear el escritorio, hasta sentarse apoyando sus brazos sobre el escritorio.

—Tiene razón, mi orientación sexual no tiene nada que ver —expresa serenamente—, tengo prosopoagnosia —vuelve a confesarle.

—Proso ¿qué?

Kyungsoo suspira pesadamente antes de continuar, el profesor se retira sus gafas pasando una mano por su cabello.

—Prosopoagnosia, significa que tengo ceguera facial, es decir, no puedo reconocer rostros familiares, o de desconocidos... en fin, ningún rostro, ni siquiera el mío, ni cuando me veo en el espejo, ni mucho menos en fotografías —Kyungsoo suena derrotado— caras, cualquier rostro, simplemente todos lucen igual para mí.

—¿Es una broma? Nunca había escuchado tal cosa.

—Es una enfermedad bastante rara.

El docente se lo está tomando muy bien, recuerda cuando se lo dijo a Chanyeol y este no le creía, al punto de pensar que se trataba de una broma; seguía rodando por el piso riendo sin control.


***



—¡Adivina quién soy!

Kyungsoo está terminando de comer su sándwich en una de las bancas al aire libre del Campus, cuando sus ojos son tapados, lleva sus dedos hacía las manos que tapan sus visión, dedos largos y torcidos, definitivamente es Chanyeol; pero quien ha preguntado, tiene un timbre de voz mucho menos grave, ese es Baekhyun.

—¿Chanyeol?

—Wow, Cómo lo supiste —exclama el aludido.

Cuando recupera la visión, tiene dos personas paradas frente a él, uno bastante alto con un color de cabello rojo brillante, y a su lado un chico más bajo, menos fornido, con el cabello plateado; son sus dos amigos Chanyeol y Baekhyun.

—Llevas 3 años siendo nuestro amigo y todavía te sorprendes —reprocha Baekhyun al más alto, golpeando su brazo—. Ya deberías dejar de molestar a mi bebé con lo mismo.

—Upsi. Pero no me pegues, pequeño mocoso.

Kyungsoo ríe viendo a sus dos amigos pelear. Ellos siempre han tenido esa dinámica desde que se conocieron; le da la impresión que se gustan, pero son demasiado imbéciles para notarlo, además las salidas de Baekhyun con otros chicos solo hace que sea más confuso. Es por eso que Kyungsoo siempre los presiona sutilmente para que de una vez por todas terminen por admitir que se gustan y confirmen su hipótesis, pero qué sabe Kyungsoo sí no es un experto en el tema; tal vez pueda que sus amigos ya estén saliendo en secreto y él ni enterado; a estas alturas, es una probabilidad.

—¿Si es así, por qué lo ayudaste, Baekhyun? —Kyungsoo malicioso, sigue con el mismo tono jocoso de sus amigos.

—Ah, pues... es porque —el de cabello plateado empieza a balbucear—. Oye ¡ese es tú trabajo! —exclama de repente, claramente eludiendo el tema. Algún día caerá, reflexiona Kyungsoo.

Baekhyun, quien es el mayor de los tres, señala enérgicamente a la pintura olvidada sobre el piso. Kyungsoo intenta apartarla pero ya es demasiado tarde, su mejor amigo la toma entre sus manos, a lo que el pelirrojo se sitúa detrás de él y ambos, en silencio, parecen estudiar su trabajo como si fueran expertos en arte, cuando en realidad, su amigo de voz menos áspera, es estudiante de Canto Lírico, y Chanyeol, de Producción Musical, todos ellos en la Facultad de Arte.

—Es impresionante —dice el más bajo.

—Pero mira eso colores, qué increíble, —complementa el otro bastante asombrado, antes de llevar un par de dedos a su mandíbula—. Eso es Uhm ¿Qué es?

—Idiota —Le recrimina el peli plateado—. Es claro que se trata de un óleo inspirado en las obras de Picasso —Sigue su amigo intentando sonar como un experto—. Lo que mi bebé aquí reflejó, es su interpretación del retrato de la moza de Picasso ¿Cómo es que se llama, Mari Mar?

—Wow, como era de esperarse de nuestro artista —Chanyeol parece bastante complacido.

Kyungsoo abre la boca en señal de protesta, no sabe si reír o llorar.

—En primer lugar, no es moza, es musa. En segundo lugar, no es Mari Mar, es Dora Maar; pero estuviste cerca —lo anima al final.

—Y en tercer lugar, se supone que están viendo mi autorretrato —Su voz desciende una octava. Sabe que ambos lo miran y en seguida lo comparan con su último trabajo.

—¡Esa cosa tiene más parecido a un homúnculo que a ti, Kyungsoo! —Se sincera Chanyeol sonando bastante ofuscado.

—Gracias Chanyeol, como siempre tan honesto —señala con ironía.

—Bebé Soo —Baekhyun habla suavemente—, sabes que he admirado cada uno de tus trabajos y que siempre te he apoyado y he sido sincero contigo. Pero lo que has plasmado aquí, no tiene nada de tu belleza; es tan distorsionado, que no se parece a ti ¿Esto es del concurso Self-Portrait de Van Gogh?

Kyungsoo asiente débilmente, ha perdido la voz. Y sin saber qué imagen está proyectando a sus amigos, en seguida se sientan a su lado, frotando su espalda, reconfortando su alma artista con palabras dulces y elogios. Realmente no puede tener mejores amigos que ese par.

—Sé que es horrible mi autorretrato. No sé cómo hacerlo —expresa Kyungsoo abatido—. Me miro al espejo y no me veo, nunca me he sentido tan frustrado e inútil con mi enfermedad —Finaliza ocultando su rostro en sus manos.

Sus amigos permanecen en silencio tras sincerarse, ellos intentan entenderlo, realmente lo hacen, pero nadie que no tuviera esa enfermedad, podrá realmente comprender el hecho de ver un par de ojos, nariz y boca, y que tu cerebro no pueda integrar esas imágenes en una sola, en un rostro. Como si su mente jamás pudiera enfocar correctamente la cara de alguien, por lo que todos los rostros le resultan prácticamente iguales. Así que, solo reconoce a las personas conocidas, por su postura, forma de caminar, vestir o el color de cabello; incluso si llevan accesorios como anteojos, o anillos. Además da mucha importancia a lo que percibe con sus otros sentidos, la forma de hablar, fragancia; todos esos pequeños datos que puede recolectar, le han facilitado el reconocimiento de las personas, pasando casi desapercibida su ceguera facial.

Y aunque no puede ver los rostros, su visión del mundo que lo rodea es bastante minuciosa, distingue claramente texturas, profundidades, iluminación, todo a cambio de algo tan elemental que nunca ha tenido.

—Definitivamente tienes que acompañarnos —Le propone su amigo más bajo rompiendo el silencio.

—¿A dónde, Baek?—pregunta curioso el más alto.

—A la fiesta de beneficencia que está organizando la universidad esta noche —responde como si fuera algo bastante obvio.

—Baekhyun, sabes que odio las fiestas, tanto como tú odias bañarte los domingos.

—¡Puerco! —Le grita el pelirrojo.

—Se supone que era un secreto. Y solo por revelarlo tendrás que acompañarme. Prometo estar allí contigo, no te voy a dejar solo.

—No quiero, Baek —Kyungsoo indica apesadumbrado.

—¡Suficiente! a las 9 partiremos —Baekhyun suena contundente, y a juzgar por su tono de voz no da pie para excusas—. No voy a dejar que te revuelques en tu miseria.

—¿Qué hay de mí? —pregunta Chanyeol.

—¿Acaso no tienes piernas que te puedan llevar a la fiesta? —responde altanero.

***

Los ojos de Kyungsoo pican y sus párpados se sienten pesados, lleva sus manos hacía su rostro pero es detenido.

—Ni lo intentes o arruinarás mi obra de arte.

—¿Tu obra de arte? —pregunta incrédulo—. Es de mi cara de la que hablamos.

—Precisamente, eres toda una obra de arte que yo he pulido con un poco de maquillaje. Sí pudieras verte de la manera en que yo lo hago, serías la persona más segura que conociera.

A continuación, Baekhyun enumera cada uno de los aspectos, que a sus ojos lo hacen atractivo: cejas tupidas, ojos grandes, tabique recto, labios gruesos, cutis perfecto... En fin, su amigo siempre le recuerda lo hermoso que es, Kyungsoo le cree.

—Aish, este idiota —murmura su amigo irritado. Kyungsoo lo mira extrañado—. Chanyeol me acaba de escribir, dice que no podrá asistir, algo le cayó mal en el almuerzo, me ha enviado demasiados emoticones de caca.

Están en el taxi, camino a la hacienda de la Universidad dónde será la fiesta. Es una celebración mucho más recatada, distando de cualquier otra fiesta estudiantil, con suerte no habrá esa locura de estudiantes bebiendo descontroladamente, esta exige traje formal que Baekhyun, no sabe cómo, le consiguió uno a última hora.

Al llegar, Baekhyun se engancha a su brazo, de inmediato siente su mirada sobre su rostro.

—Te ves increíble. Tú solo confía en mí.

Kyungsoo sonríe débilmente llevando su vista hacia el cielo nocturno para ganar fuerza y no regresar al apartamento que comparte con Baekhyun. No es que sufra de alguna fobia social, pero debido a su enfermedad, le resulta tedioso ver tanta gente reunida, ya que debe hacer esfuerzos monumentales para reconocer a todos a su alrededor, es por eso que su círculo de amistades es bastante reducido.

—Y sí en algún momento nos distanciamos, solo busca mis zapatos —Baekhyun frota sus zapatos entre sí, estos son de charol rojo con lentejuelas en el borde, muy al estilo de los icónicos zapatos de rubí en el Mago de Oz.

—Gracias Dorothy.

—¡Entendí esa referencia!

🎭📸🔖

Kai se mira en el espejo y no se reconoce, hay una capa de maquillaje brillante de contrastes azulados con algunos tonos cálidos de amarillo, que cubren parcialmente su cara; sus cejas están tinturadas de azul oscuro, unas pinceladas de kohl enmarcan delicadamente sus ojos, algunas piedras en tonos azulados y plateados fueron colocadas sobre sus pómulos y frente; sus labios mantienen un color melocotón, es lo único que no resalta. Debe mirarse detenidamente en el espejo para encontrar algún rastro de sus facciones que no se encuentren distorsionadas con la pintura.

Por otro lado, su atuendo apenas lo cubre, son capas de tela casi transparentes, algunas azules y otras moradas con algunas lentejuelas plateadas; las mangas son demasiado anchas y largas, al igual que las botas de sus pantalones. La idea es que, al sumergirse en el agua, la tela liviana se ondule y proyecte movimiento. Todo esto hace parte de la campaña publicitaria del nuevo perfume de Paco Rabanne, Invictus Aqua; la sesión de fotos se realizaría bajo el agua, en las piscinas olímpicas.

Kai mira al cielo, está bastante nublado, y empieza a soplar un viento frío que le hace titiritar; espera que pronto lo llamen a escena.

—No te olvides, Kai. En la noche te comprometiste a asistir a ese evento de tu Universidad. —Su mánager aparece entregándole una bata, que no duda en ponérsela.

—Tú fuiste el que adquirió el compromiso.

—Detalles —Se justifica el hombre de mayor edad—. Y para mañana, recuerda que sales a las 10 de la mañana desde Incheon.

—¿Italia? —quiere confirmar su itinerario.

Kai, como el embajador global de Gucci, asistirá al Fashion Show de la marca en el marco de la semana de la moda de Milán.

***

Su mánager lo ha llamado insistentemente desde hace una media hora, con el fin de no retrasarse y asistir a una buena hora al evento de la Universidad. Kai se lamenta al instante tras levantarse de la cama, siente las paredes de su habitación girar a su alrededor, y su garganta duele; es claro que está ante los primeros síntomas de un resfriado, culpa a la sesión fotográfica bajo el agua; había sido agotadora, toma tras toma, eran difíciles, tenía que controlar su cuerpo, el traje debía verse perfecto, y por supuesto, su rostro debía permanecer impecable; fue bastante complicado. Al final de la jornada, exhausto, se despidió complacido con el personal, solo quería llegar a su hogar y descansar.

Una vez vestido con su traje azul oscuro y una camisa a juego, se atiborra de antihistamínicos y antinflamatorios, junto a una infusión de jengibre y limón; para apagar los síntomas del resfriado. Ya para salir, procura llevar, en una bolsa, su bufanda roja y unos guantes de textura suaves de color negro, obsequios cortesía de Gucci.

Kai Kim el modelo que todos consideran sociable y hasta un poco descarado, se encuentra siendo saludado por un océano de rostros que parecen conocerlo a medida que se mezcla en la fiesta; y es que al ser el modelo más joven en conseguir un contrato con una marca de lujo como Gucci, le ha otorgado un espacio entre el jet-set de Seúl. Su rostro en diferentes ocasiones fue la portada de revistas como Vougue, Elle, Mari Clare; además ha desfilado para grandes diseñadores; por lo que es bastante popular, especialmente entre los jóvenes de su edad, que creen que al saber quién es el artista, automáticamente se convierten en sus amigos; eso es algo a lo que ha podido reflexionar en su octavo aniversario de carrera. Tampoco puede olvidar que el crecimiento de su popularidad, en parte se debe a los rumoreados escándalos de citas; es por eso que también tiene esa fama de playboy; nada más apartado de la realidad, sí alguien lo conociera realmente, y no al Kai de las revistas, sino a Kim JongIn —su verdadero nombre—, el joven que desde niño se interesó en el ballet, y que fue recluido por una agencia de modelaje a la corta edad de 14 años; descubrirían que Kai es el rostro que todos quieren ver, y JongIn es la cara oculta de un joven risueño y hasta un poco tonto.


Ha pasado ya una hora, la música del grupo en vivo no está nada mal, las conversaciones son ligeras con los docentes y algunos estudiantes que se acercan indicándole que son sus fans, Kai mira a la cámara con una sonrisa cálida, que solo refleja una capa superficial de JongIn. Después de una hora, siente sus parpados pesados, evita bostezar, no quiere pasar por un maleducado escuchando con interés fingido las diferentes conversaciones a las que lo invitan. «¿Será que ya estoy demasiado viejo?» Se pregunta, solo tiene 23 y cree que ya ha recorrido el mundo demasiadas veces y ya nada de los paisajes que puede conocer le genera entusiasmo, quiere algo de tranquilidad. Y es ese último pensamiento, con el que lentamente se aleja del bullicio, terminando en una pequeña terraza en el piso superior; de inmediato siente el viento helar, así que se cubre con la bufanda y sus guantes, frotando sus manos entre sí para entrar en calor, JongIn mira hacia arriba, una noche estrellada lo saluda junto a una luna menguante de un amarillo brillante.

—¿Baekhyun, eres tú?

JongIn escucha atentamente, no ha notado que alguien más está allí, hasta que ve a una persona levantarse de una mecedora colgante acercándose sigilosamente. Siente un vuelco en su pecho a medida que observa a esta persona, es hermoso ¡no, es guapo! No sabe si es por la iluminación de las luces en el piso de abajo, que hace maravillas con su rostro, pero se siente fascinado viendo al hombre más bajó que él, mirándolo con ojos curiosos, tan grandes, tan expresivos.

Debe pestañear repetidamente para saber que no está soñando, el chico bastante joven, de unos 20 años, está frente a él, permaneciendo en silencio. Entre tanto los ojos de JongIn no pierden de vista cada detalle de ese rostro.

—¿Baekhyun? —vuelve a preguntar.

El joven mira directamente a sus pies, arrugando el entrecejo cuando levanta su rostro y vaya que es atractivo cuando aprieta sus abultados labios entre sí, parece dubitativo con esa expresión. El chico lo sigue mirando, aunque en realidad está observando sobre su hombro, hacia la entrada. JongIn solo puede observarlo embelesado, nunca en su vida ha sentido que le faltan las palabras como ahora.

—Yo... no lo soy —qué torpe, responder tan tarde, piensa— No soy la persona que buscas.

—Lo sé —responde tranquilamente, su voz es aterciopelada, increíblemente madura, enmarcada en un rostro fino.

Kai recorre con su mirada el cuerpo pequeño del chico, puede ver en medio de su traje a la medida, la curvatura de su cintura; sientes una especie de calor en todo su cuerpo hasta sentir sus mejillas afiebradas. Por otro lado, el chico lo sigue observando con ojos evaluadores, pero extrañamente no reacciona como todos los demás, no se encuentra emocionado por conocer a Kai, el modelo.

—¿Sabes quién soy? —le pregunta intrigado, viendo como el hombre lleva su mano derecha a su frente.

—Di algo más, por favor.

Haciendo a un lado lo extraño de esa petición, se encoge de hombros, sin saber realmente qué decirle.

—Uhm no sé qué quieras que diga.

—No sé quién eres —le responde casi al instante, ahora parece sonreírle—. Yo soy Kyungsoo, mucho gusto ¿y tú eres?

—Soy K- JongIn —se corrige brevemente. Esta persona realmente no lo sabe. Extiende su brazo y por un par de segundos se dan un apretón de manos.

El chico, Kyungsoo, luce algo perdido, continúa mirando hacia los lados, su nariz está un poco enrojecida, producto del viento helado.

—Es claro que estás esperando a alguien, espero no interrumpir alguna cita caliente o algo...

Kyungsoo ríe divertido negando con la cabeza.

—Solo estoy esperando a mi amigo para irme, me prometió que no me abandonaría, pero aquí estoy... solo.

—Auch. ¿Acaso yo soy invisible?—Intenta sonar herido, lo que produce que Kyungsoo ladee su cabeza y curve sus labios hacia arriba mirándolo entretenido.

—Sí, pero eres un desconocido.

Su sinceridad podría resultar ofensiva en su mundo, las personas de las que se rodea no aprecian la honestidad.

—Tienes razón, pero eso se puede solucionar... ¿te importa? —termina señalando hacia la silla mecedora, Kyungsoo parece reacio en aceptar, así que insiste—. Me han dicho que soy una buena compañía, tal vez quisieras esperar conmigo mientras llega tu amigo.

Kyungsoo considera la oferta, luego da media vuelta y se sienta en la mecedora guardando un espacio, lo mira haciendo un movimiento con su cabeza, JongIn cree que sus pies están pegados al suelo, mientras ve al chico balanceándose en la mecedora.

—¿Estudias aquí? —Se anima a preguntarle luego de sentarse a su lado, JongIn mira sus dedos entrelazados entre sí mientras espera la respuesta.

—Sí, soy estudiante de artes plásticas.

De seguro sus obras tendrían esa misma calidad que su belleza, piensa JongIn, extrañado por el ritmo de sus pensamientos.

—¿Qué hay de ti, JongIn?

Ha pasado un tiempo desde que alguien lo llama por su verdadero nombre, fuera de sus padres.

—Soy estudiante de Diseño de Interiores.

—Eso es genial —Kyungsoo suena sincero mientras le sonríe brillantemente y sus labios adoptan la forma de un corazón.

Nadie había aplaudido su decisión de convertirse en profesional, Kai es consciente que el mundo del modelaje es cambiante, así que tiene que anticiparse a los cambios futuros.

—Me gustaría algún día encontrar algunas de mis pinturas en el hogar de alguien —Kyungsoo suspira mirando a las estrellas, su rostro se ha iluminado tras su confesión—. Significaría mucho para mí, sí alguien decorara su espacio con algo que yo haya creado.

—Yo podría hacer eso.... algún día —indica dubitativo—. Podré hacerlo —Esta vez suena con mayor convicción.

—¿De qué temas te gusta pintar? —pregunta. Kyungsoo lo mira con tanta intensidad que las mejillas de JongIn se ruborizan al instante— Uhm... para hacerme una idea en qué tipos de ambiente podrían estar tus pinturas.

—Me gusta pintar paisajes, flores, atardeceres, objetos cotidianos... esos son mis fuertes —indica con una pequeña sonrisa.

JongIn lo mira complacido. Ya imagina oleos de coloridos jardines en diferentes salas; con la iluminación adecuada, se verán perfectos. Aún si no conoce su trabajo, puede anticipar que sus obras son geniales.

—¿Qué hay de esta noche estrellada? Se ve como una noche especial, ¿podrías pintarla? —¿para mí? Agrega en sus pensamientos. Kyungsoo mira con anhelo el cielo lleno de estrellas y la reluciente luna menguante que parece sonreírles.

—Tendría que recordar esta noche en detalle para empezar con un boceto. Me gusta.... —Kyungsoo baja su mirada, su rostro permanece sereno, aunque sus mejillas están ruborizadas, no sabe si es debido al frío—. Tienes un ojo experto, JongIn —Las mejillas del chico pasaron de un rojo intenso mordiendo su labio inferior.

—Me gusta que te guste mi idea —concluye JongIn satisfecho.

—¿Qué hay de ti? algo que quieras compartirme en esta noche estrellada.

JongIn cree que debe contarle algo que la gente no conozca de él, Kyungsoo mira nuevamente al cielo, con una expresión concentrada, probablemente intenta contener en su memoria aquella noche; entre tanto los dedos de JongIn hormiguean, así que busca su celular y captura el perfil del chico, contempla por unos segundos la foto que le ha tomado antes de guardar su celular; Kyungsoo parece tan concentrado, que no ha notado lo que acaba de hacer. JongIn frunce los labios, nunca ha tenido la necesidad de tomar fotos a escondidas, aunque pensándolo bien, no solía tomar fotos a las personas.

—Soy fotógrafo amateur —expresa tranquilamente. Muy pocas personas lo saben.

Kyungsoo parece volver de su trance, sus ojos con un brillo particular, se amplían. Es divertido ver la expresión desorientada en su rostro, realmente cuando se concentra en algo se aparta del mundo. JongIn disimuladamente, pasa su mano por detrás del más bajo, sobre el borde de la mecedora, es casi como un abrazo indirecto. El viento sigue soplando, por lo que de alguna manera terminan sentados más cerca del otro.

—Sí que eres una caja de sorpresas —le indica con curiosidad, antes de explicarse—. Tu silueta es bastante esbelta, es decir, te ves como una persona para ser fotografiada no para estar detrás de una cámara.

JongIn hace una mueca, parece que Kyungsoo solo ha pretendido no conocerlo; empieza a negar silenciosamente. Cómo no lo pensó; prácticamente todos en la fiesta lo han visto, es imposible que no haya reconocido su cara o que al menos sospechara que debía ser alguien famoso, dado que varías personas se le habían acercado para una foto. JongIn se siente herido, apenas ha hablado con este chico y ya tiene el poder de meterse con sus emociones, lo lástima y quiere irse.

—¿Dije algo malo? —interroga arqueando una de sus cejas. JongIn quiere creer que no es como se lo está imaginando, estrecha la mirada y lo vuelve a interrogar, esta vez más serio.

—¿En verdad no sabes quién soy? —pregunta a lo que Kyungsoo asiente con la cabeza.

—Por supuesto que sé quién eres —le expresa con seguridad. El modelo siente que su respiración se detiene esperando que le diga que siempre ha sabido quién es— Eres JongIn ¿verdad?

El más joven luce dudoso al decir su nombre; JongIn por otro lado está aliviado asintiendo con su cabeza.

—¿Has escuchado alguna vez de Kai Kim? —Kyungsoo arruga el entrecejo retrocediendo su cabeza, lleva su dedo índice hacia su mandíbula.

—Uhm no creo haberlo escuchado antes ¿de quién se supone que hablamos? —pregunta confundido.

—Oh descuida, es solo que la gente suele confundirme con esa persona, creo que es un modelo o algo así.

—Ya veo.

La conversación fluye como las aguas de un río tranquilo; se siente realmente bien encontrar a alguien con quien congenie tan bien. Los dos están riendo a gusto cuando Kyungsoo por un momento se detiene observando su rostro e inclinándose hacia sus labios, JongIn solo puede permanecer expectante a su siguiente movimiento, siente su corazón latiendo ferozmente mientras espera... su mano va tocando delicadamente su rostro, dirigiéndose hacia un lado de su oreja.

—Brillas azul, hay algo de ese color aquí —indica Kyungsoo tan cerca, que siente su cálido aliento.

Antes de percatarse en el significado de lo mencionado. Kyungsoo le muestra en su dedo, algo de la pintura azul brillante, que parece no haberse desvanecido tras la sesión.

«¡Qué vergonzoso!».

Las mejillas del modelo se encienden de un rojo febril, lleva su mirada hacia sus manos, visiblemente apenado.

—El azul es mi color favorito. —añade con una tímida sonrisa.

—Yo estuve en un proyecto en la mañana... —intenta justificarse.

—No tienes que excusarte —le interrumpe— no sabes cuantas veces he tenido manchas de pintura por toda mi cara sin realmente notarlo. Es cómico, la gente te mira curioso pero no te dice nada.

—Esto es menos vergonzoso ahora.

Empiezan a reír, JongIn al menos se encuentra bastante cómodo y en cuanto a lo que percibe de Kyungsoo, parece también estar disfrutando del momento. Le ha encantado cuando está riendo y sus labios se convierten en un corazón, no puede dejar de verlo. Luego caen en un silencio cómodo, hasta que no puede contenerse más y su brazo extendido cae sobre el del menor, en una especie de abrazo.

—Está haciendo frío, será mejor que no enfermes por un resfriado —Le dice. Aunque claro, él ya lo está, pero se encuentra tan lleno de medicinas que sus síntomas están dormidos.

Kyungsoo no protesta, así que toma ese gesto como una invitación para tenerlo un poco más cerca, y así lo están, hasta que un celular vibra, los dos llevan sus manos hacia el bolsillo de sus respectivos pantalones. La expresión del más bajo cambia, mordiendo su labio inferior, JongIn intuye que es su amigo y realmente espera que lo haya abandonado para así tener una excusa de escoltarlo hasta su casa y seguir en su pequeña burbuja, con suerte obtendrá un poco más que un abrazo.

—Lo siento, tengo que irme —Le indica mirándolo como si realmente no quisiera irse. Sus labios automáticamente se convirtieron en un puchero. Kyungsoo se detiene estrechando su mirada.

—¿Es eso un puchero?

JongIn baja la mirada, «¡ah tan vergonzoso!»

—Si así puedes quedarte, entonces sí.

Pero Kyungsoo ríe sin ánimo.

—Lo siento, mi amigo no se siente nada bien —indica encogiéndose de hombros mientras se aleja.

—¿Te volveré a ver?

Kyungsoo vacila antes de contestar.

—Espero que me veas primero. Adiós JongIn —Se despide deprisa con unas enigmáticas palabras.

«¿Qué significa verlo primero? »

JongIn suspira al cielo estrellado, toma su celular y aunque cree que está actuando como una acosador, busca la última fotografía en su galería, sonriendo al instante al rostro dibujado en la pantalla, sus dedos se pasean por la pantalla, pero al de darse cuenta de lo que hace, se detiene.

«¿Es así lo que se siente estar flechado por alguien?».

JongIn no lo sabe, nunca lo ha sabido.

🎨🖼🖌

Su amigo realmente parece no estar muy bien, su rostro se ve algo verde. Baekhyun lo está esperando apoyado sobre la puerta abierta de un taxi, con sus manos en su estómago.

—Kyungsoo bebé, perdóneme. Papi se enfermó y le duele mucho su pancita —Le habla de una forma excesivamente empalagosa tras subirse al vehículo, haciendo que por poco ruede los ojos.

—¡Maldito sándwich del demonio! Debió estar pasado. Maldigo a Chanyeol y a su descendencia. Estuve toda la maldita fiesta junto a un inodoro. Todo estaba hecho una mierda —expresa vociferando cual pordiosero.

—Lamento haberte abandonado....—regresa en ese tono gentil que tanto aborrece antes de convertirse—. Ah, ah, siento que estuviera a punto de parir por el ano, ¡malditos todos!

Baekhyun aprieta su mano al punto en que empieza entumecerse e intenta no quejarse y resistir, así que permanece en silencio, con su otra mano sobre la espalda de su amigo. Pero su mente no está allí, se encuentra a kilómetros de distancia, en una mecedora teniendo una agradable charla con un chico que hizo que su corazón latiera aceleradamente, aún sí no pudo ver su rostro con claridad, había una sensación de atracción que no podía ignorar, haciéndolo sentir nervioso y al mismo tiempo reconfortado con tan solo su cálida presencia que tocó su corazón. Kyungsoo sabe que es demasiado prematuro para tener esa clase de pensamientos despertados en una sola noche por un extraño, llamado JongIn, solo su nombre hace estragos en su cuerpo...

—¿Qué dijiste?

Sus ojos se amplían al descubrir que ha pronunciado su nombre en voz alta, en automático sus dedos aterrizan sobre su boca, sintiendo un hormigueo en sus mejillas.

—¿Por qué te sonrojas? Ah, ah... allí viene otra vez. ¡Le pago el doble, pero usted me deja en mi edificio en menos de dos minutos! O sino me cago en su taxi. —amenaza desesperado al conductor.

—Hágale caso, señor. Él lo dice en serio —aconseja Kyungsoo al taxista; aliviado por el cambio de tema.








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🎭🎭🎭
Notas finales

Espero les haya gustado esta primera parte, a mí me encantó escribirla. Precisamente llevó escribiendo esta historia desde que salió el álbum de Suho, gracias a la cuarentena; por lo que las actualizaciones serán  seguidas, lo que me demore encontrando una canción.

Como siempre, agradezco sus votos 💛💛💛 y comentarios, me gusta leer sus opiniones.

No siendo más, como referencia, les digo que  la prosopoagnosia es una enfermedad real.

Además les dejo la obra de Picasso que Baekhyun confunde, la de Mari Mar (?)

Se parece  a Kyungsoo?

No lo creo, pero para que se hagan una idea de su autorretrato o.O

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