Capítulo 9


"¿Dónde ha estado Daniel Kelly?"

¿Qué podía decir? Al llegar a la escuela la mayoría de los estudiantes se comporto al igual que el día anterior. Entre bobos susurros y miradas poco indiscretas, el tema del momento era la joven bruja Smith.

Debía admitir que aunque era algo insultante también tenía sus ventajas. Ver las miradas de asombro y miedo de algunos de mis compañeros me hacía sentirme algo poderosa y eso me estaba comenzando a gustar, ¿acaso eso era malo? Ña, solo es un sentimiento tonto que pronto desaparecerá al igual que los rumores.

Pero definitivamente había algo distinto este día. Frente a todo el mundo, creando aún más comentarios, Archer, vino decidido y me acompañó hasta nuestro curso. No pude dejar de sonreírle en ningún momento. Lee era mi pequeño héroe. Sin importarle lo que nuestros compañeros susurraban se mantuvo con la frente en alto.

Todo parecía normal hasta que Bonnie apareció.

Al verme y ver a Archer junto a mi, automáticamente su vista bajo en señal enojo. No sabía bien si estaba dirigida hacia mi o si iba para Archer, pero la verdad era que ya no quería sentirme mal por lo que simplemente lo dejé pasar.

– Selene – dijo Lee llamando mi atención.

– ¿Qué?

– Ya sabes como es Bonnie, siempre ha necesitado su tiempo. Estoy seguro que en unos días se le pasará.

– Tal vez tengas razón... – le respondi para luego en un tenue susurro meditar para mi misma – o por lo menos eso espero.

Cuando el timbre sonó me despedí rápidamente de mi amigo y me senté en mi lugar asignado. Me sorprendió no encontrar a Dragomir en el. Me dio curiosidad saber el porque no estaba pero cuando la clase comenzó y el profesor Lakatos pidió concentración, me olvide de la ausencia de Dragomir. Por lo menos la mayor parte de la clase.

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Después de una hora entera de matemática ya me estaba comenzando a doler la cabeza. No porque no pudiera comprender los temas, sino porque me realmente está era la única materia a la cual tenía que prestar atención. No quiero sonar pretenciosa ni nada por el estilo, pero era baste inteligente. Mi promedio era el 5to mejor de la clase y se que si me esforzara un poquito, fácilmente la derrotaría a Emma. Pero siempre había una cosa que me detenía, la energía. Lo sé, suena muy tonto. Tengo 14 años y me deberían sobrar las energías, pero no es así. Siempre que debo decidir entre hacer la tarea y prestar atención, mi cerebro simplemente me autoconvence de que de todas formas voy a aprobar.

Espero que en el futuro eso pueda cambiar, de todas formas soy joven, aún tengo tiempo.

Durante el receso Archer me acompañó y trato de animarme, un gesto baste dulce. Pero como era de esperarse tenía que hablar con el entrenador Menzies sobre el equipo de fútbol, por lo que luego de despedirnos camine por los corredores para llegar a la sala de música. Tristemente algo me impido llegar. Y eso fue una voz bastante familiar. Una voz masculina la cual me hizo detenerme al instante solo para poder oírla bien.

No quería que me viera espiándolo por lo que traté con todas mis fuerzas de esconderme detrás de los casilleros. No podía ver a quien le hablaba pero si podía escucharlo perfectamente.

– Hola, ¿te conozco? – preguntó Daniel Kelly.

Al escuchar la respuesta supo que se trataba de Velkan Dragomir, lo que por alguna razón hizo que su curiosidad se incrementara.

– Soy nuevo, así que supongo que no.

– Que extraño, me resultas bastante familiar. ¿En que año estás?

Me resultó muy raro que justamente Daniel Kelly, el rey de la escuela, estuviera hablándole a Dragomir. No porque Daniel fuera una persona con estándares altos como el resto de su grupo. ¡No!, Daniel era diferente. Era un chico dulce y de sentimientos profundos, los cuales solo mostraba con la tonta de Emma. Desde el día que llego a la escuela siempre me había intrigado.

Recuerdo un momento muy claro hace como dos años atrás. Era el primer día de escuela de Daniel, y estaba sentado en una mesa solo. No le había hablado a nadie y sinceramente parecía tan perdido que resultaba tierno, cuando junté el valor necesario para ir y hablarle, Hunter ya se me había adelantado. Ella siempre me ganaba, en todo. Incluso con Daniel.

Por un momento Daniel se fue de mi mente y una idea de repente cruzo por mi cabeza.

¿A caso, Dragomir, podría estar sintiendo ese mismo sentimiento que Daniel en su primer día de clases?

El sentimiento de estar solo en el mundo y que nadie te ayude. Podría estar compartiendo ese mismo sentimiento que había estado sintiendo yo, estos dos últimos días.

"Oh, por dios. Soy una estupida sin sentimientos".

– Estoy en onceavo – la voz de Velkan me hizo retomar de vuelta la escucha a su conversación.

– Yo en doceavo. Por cierto mi nombre en Daniel, Daniel Kelly.

– Velkan Dragomir.

– ¿Dragomir? Que apellido tan interesante. ¿De dónde es?

– Hasta lo que se, es rumano.

De verdad que Dragomir era una caja de sorpresas andantes. Cada vez que hablabamos dejaba más que claro el rechazo que tenía por mi, y siempre que hablaba con el resto del mundo los trataba con respeto.

¿Tanto me odia?, me pregunté bajando la cabeza y con un agudo dolor en el pecho, el cual no pude comprender. "¿Por que me importa lo que él piense?"

— Bueno, nos veremos, amigo – dijo despidiéndose Daniel, y con mi audición pude escuchar como estrechaban sus manos.

– Claro, amigo.

Me estreché aún más contra el casillero tratando por poco de que este me tragara, mientras veía frente a mi vi como Daniel se iba directo a la cafetería.

Desde el lunes del "accidente" se había ausentado. Yo al igual que todos creíamos que se encontraba ayudando a su noviesita, pero no era así. Mi curiosidad se partió en dos, seguir a Daniel y saber el porque no había ido a visitar a Emma o... tratar de ser buena por primera vez con un chico que literalmente me sacaba de quicio cada vez que me habla.

No se porque lo hice, pero fue instintivo.

– ¿Porqué llegaste tarde? – le pregunté caminado hasta él.

Se encontraba con la mirada baja recostado en el suelo, como si estuviera reflexionando. Al verme pude tener una mejor vista de su rostro y me lleve una sorpresa al ver que se encontraba rojo. Su respiración se estaba normalizando pero su corazón estaba más que acelerado.

¿Cómo no lo había escuchado?

Parecía que había corrido una maratón. Me acerqué aún más para ver su mejilla, que al igual que el resto de su cara se encontraba roja, pero estaba diferente. Era un enrojecimiento el cual después se volvería un moretón.

Lo habían golpeado.

– ¿Me estás acosando? – inquirió con cansancio.

– Ya quisieras – normalmente me hubiera enojado, pero me di cuenta que no estaba en condiciones de pelear, por lo que traté de que mi voz fuera tan neutra como pudiera –. Te pregunto porque el profesor Lakatos estuvo preguntando por ti.

Lo vi en sus bellos ojos, en sus torpes gestos y en los rápidos latidos de su corazón, que iba a mentirme. Por lo que antes de que lo hiciera decidí sentarme a su lado para tratar de alguna de que viera que no iba a conformarme con una simple mentira.

– Me sentía mal. Eso es todo.

Estaba tentada a decirle: "Vamos, Dragomir, se que puedes mentir mejor que eso". Pero por primera vez intenté controlar a mi lado malvado.

– Aja, ¿y porque será que no te creo?

– Cree lo que quieras creer, Bombón.

Ante su comentario no pude evitar reír y ruborizarme, algo que fallidamente intente ocultar. Con un poco de titubeo y ante la profunda mirada de Dragomir coloqué mi cabello detrás de mi oreja. Él solo estaba ahí mirándome, y era muy linda la forma en que lo hacía.

– Como sea, si necesitas la tarea o los apuntes de hoy, la tengo – le ofrecí sin pensarlo, ganándome una mirada de desconfianza.

– ¿Me la vas a pasar? – cuestionó de mal humor – ¿Solo porque que si?

– Si.

¿Por que le tenía que explicar lo que hacía? Solo trataba de portarme bien con él, tal vez ayudarlo, pero él solo sabe hacerme enojar.

– ¿Por que?

– Porque no se lo que has estado haciendo y si no quieres decírmelo, está bien, no me lo digas, pero se lo que es no tener a nadie que te ayude – explique bajando la cabeza ante su mirada inquisitiva –. Tristemente lo se demasiado bien. No tenemos por que ser enemigos, tampoco quiero ser tu amiga porque seamos honestos eres... insoportable, pero podemos llegar a ser buenos compañeros que se ayudan mutuamente cuando uno necesita ayuda.

Muchas veces no decía lo correcto. Hoy me había acercado bastante a lo correcto. Me arrepentí al instante de llamarlo insoportable, pero no podía evitarlo. Dragomir sabía cómo ponerme de malas con una sola palabra, aún así me había equivocado. Pero no podía cambiarlo, ya lo había dicho.

– Eres rara – dijo en voz alta mirándome fijamente.

– Lo se – mientras me levantaba iba acomodando la falda de mi uniforme, la cual amaba. Cuando estaba a punto de irme, decidí sonreírle y decirle dulcemente –. Adiós, Dragomir.

Comencé a caminar lejos de él, dirigiéndome a la sala de música pero su voz me detuvo en seco.

– ¡Selene! — gritó e inmediatamente me di vuelta volviéndolo a ver. Aún con algo de exaltación me dijo con algo de vergüenza – Si me dieras los apuntes luego, te lo agradecería mucho.

No sabía que debía debía decir, pero sus palabras lograron dejarme muda. Lo único que logré hacer fue asentirle y al instante bajar la vista, ¿pero por qué?

¿Por que estaba siendo amable con él?

Comencé a cuestionarme mi accionar cerca de Dragomir. Era bastante obvio que cerca de él no actuaba como mi yo real. De alguna manera necesitaba de su aprobación, ¿pero por qué justamente la suya? Mientras mas me alejaba, me era más imposible no pensar en él. Esto jamás me había pasado antes.

¿Qué me esta pasando?

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Luego de un largo receso escolar, fui hasta mi salón donde me encontré con Archer, quien se encontraba fascinado sobre las nuevas jugadas que practicaría esa misma tarde. Lo único que pude hacer era suspirar, no me gustaba para nada el fútbol. Pero ver a Lee tan feliz como un niño en una tienda de caramelos me hizo sonreír.

De repente un pensamiento llego a mi mente. Daniel era el capitán de nuestro equipo de fútbol, y hoy se había presentado a la escuela. Tal vez...

Con rapidez me acerqué lo más que pude a mi amigo y entre susurros le pregunté: Archer, ¿sabes dónde ha estado Daniel Kelly?

– Hoy estuvo con el equipo, pero no estaba muy hablador que digamos. Supongo que ha estado acompañando a Emma en el hospital.

Pensaba lo mismo que todos, pero eso no era lo que había entrado haciendo Daniel.

– No lo creo. Le pregunté a Sam como había estado ella y me dijo que solo él y Cat habían ido a visitarla. ¿No lo crees extraño? Es decir, son novios y se... – un nudo en mi garganta me hizo imposible decirlo en vos alta, pero luego unos suspiros, lo puede decir – aman.

– ¿Por que Sam te dijo eso? ¿En que momento fue? – preguntó receloso mirando detrás de mi, viéndolo a él.

Sam se encontraba con sus amigos, como siempre. Cuando noto que ambos lo estábamos mirando me dio una sonrisa amistosa la cual le devolví. Al ver que Archer no dejaba de mirarlo decidí tocar su hombro para que volviera a la realidad.

– Hablamos en el castigo. No están tonto cómo pensaba que era. De hecho... es bastante tierno.

– No está bien, Lene – me reprocho haciendo que le tirara una mirada de fastidio, entre susurros añadió –. A Bonnie no le gustará.

– Bonnie, no tiene porque averiguarlo, ¿o debería preocuparme de que se enteré?

– Claro, en este pueblo donde todos saben todo. Nadie va a notar que le haces ojitos al tonto de Sam y que de paso están saliendo – dijo poniendo sus ojos en blanco a lo que no pude evitar reír.

– Aún no estamos saliendo.

– Ajá.

– De todas formas... ¿por qué crees que Daniel no ha ido a verla?

– Tal vez solo no la ha querido ver en mal estado.

– Pero si no a estado con Emma y no ha estado aquí en todo la semana, ¿dónde ha estado? – cuestione mirando de reojo a Sam, a quien pesqué mirándome. Se sonrojó al instante y evitó mirarme, un gesto realmente tierno.

No puedo mentir, por lo menos no a mi misma. No me gusta Sam. Es lindo y es dulce, pero siento en mi corazón que nunca llegaremos a ser nada. No se como, ni porque, pero simplemente lo se. Eso no quiere decir que no podamos salir a una simple cita. Es divertido pasar tiempo juntos, y debe ser un gran chico.

Me gustaría que mi cabeza digiera "bueno, simplemente gusta de él porque él gusta de ti", pero no puedo. Siempre creí que el amor era algo simple, o te gusta alguien o no, pero hay tantos factores en medio que no es nada simple. Los gestos, las miradas, el cariño y el famoso que dirán. Si yo llegara a salir con Sam, ¿quién sabe lo que sus amigos le dirán sobre mi? Que soy una tonta friki sin amigos, probables.

Pero eso no importaba ahora.

– No lo sé. Quizás su familia no ha querido que viniera.

– Puede que tengas razón y solo me esté imaginado cosas – le respondí olvidando a Sam y centrándome en Daniel.

– ¿Por que te preguntabas por Daniel?

Tratando de ocultar mi interés casi obsesivo por él levante los brazos para después decir sin ningún interés: "– Es solo qué hay algo raro en él última mente, ¿no lo crees?"

– Sigue siendo el chico más genial que conozco, así que no. Si no te conociera, diría que estás enamorada de Daniel Kelly.

Era obvio que Archer no encontraría nada raro en Daniel, jamás se había detenido a mirarlo, pero yo si. Podía notar que había algo raro en él, o por lo menos al rededor de él. Ya no era ese niño de 13 que había llegado a la escuela perdido y solo.

– No digas tonterías. Daniel siempre le ha pertenecido a Emma... y siempre lo hará. Son el uno para el otro.

Al decirlo no me dolió tanto como pensé que lo haría. Tal vez porque era verdad. Daniel realmente amaba a Emma Hunter, la forma en que la miraba era la forma que cualquier chica quería ser mirada. Y ella... para ella, Daniel era un dios y en cierto modo casi lo era. Deportista, amigable, encantador y bello. ¿Quien no estaría un poco celosa?

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