Capítulo 7


"Lo que todos dicen de Selene"

Al sentarme en la cafetería comencé a ver a todos los grupos sociales, y como cada uno de ellos tenía a un "líder" por así decirlo, o alguien que se detestaba más que el resto.

Por un lado estaba el grupo de los barones, y su líder era Sam Williams, Sammy para sus amigos. Era un buen chico, algo pesado pero en el buen sentido. Siempre me había gustado su sonrisa, y su mirada de loco que te hacía estaba feliz de sólo verlo. Y ni siquiera hablen de sus hermosos ojos celestes. Era un sueño, pero le pertenecía a alguien. Era el chico de Bonnie, jamás podría hacerle eso a mi amiga. Aunque ahora actúe como una perra que me ignora. Así que Sam esta prohibido para mi.

Después, estaban las chicas lindas o lo que se llamaría "populares", su líder era obviamente Emma Hunter, Em para sus amigas. No tenía mucho que decir sobre ella, más que lamento haberle causado un trauma psicológico pero, además de eso, no había mucho que contar. Ella era "perfecta" en todos sentidos, su familia estaba unida y se amaban realmente, sus padres la adoraban, todos la quieren, ella actúa de forma amigable con todos y ella tiene a... Daniel. Lo que me lleva a decir que él es un año mayor que ambas, le falta un año para entrar al bachillerato. Volviendo a Emma, me he hecho una promesa a mi misma en donde voy a tratar de llevarme mejor con ella, cuando salga del psiquiátrico, o por lo menos no hacerle ningún truco mientras no se lo busque.

Por el otro lado está las chicas lindas "impopulares", ellas eran con las que mejor mi ex-grupo se llevaba. Eran chicas normales con las que hablar y escuchar los chismes. Sus integrantes eran siete chicas realmente bellas -aunque debo admitir que no tanto como las "populare"- que no tenían una líder, pero si había una chica que destacaba sobre las demás, esa era Sophie. Shopie Vaughan, era una chica preciosa y muy fotogénica, que tenía tres mil quinientos seguidores en Instagram, el doble que las demás chicas del instituto. Lo que la hacía la envidia de las demás y también el hecho de que tiene un novio de otra escuela, llamado Luca. Están realmente enamorados pero su relación es algo tóxica, aún así cada vez que los veo se siente en el aire el amor que se tienen. Nos llevamos bastante bien aunque no es muy comunicativa que digamos.

Y, por último, está el que solía ser mi grupo. Archer, Bonnie y yo. Ninguno era el líder y ninguno destacaba, los tres éramos como los mosqueteros, todos para uno y uno para todos.

Me sentí algo sola al ser la única en toda la cafetería que estaba sentada sola, hasta que lo vi. Dragomir estaba a tres mesas de distancia de mi, se encontraba solo, únicamente con una manzana roja la cual veía mientras pensaba. Me preguntaba a mi misma que era lo que estaría pasando en su cabeza. Estaba a punto de dejar de verlo hasta que vislumbre como el cuerpo Caitriona fue hasta su mesa y se sentó frente a él.

Se que está mal, pero tenía que escuchar esta conversación. Acomode mi cabello y prestando total atención en su conversación, use mis poderes de audición.

– Hola, Velkan.

La respuesta de Velkan no fue nada más que un suspiro de cansancio seguido de una rápida mirada de frialdad. Lo hizo que la sonrisita de Cat se perdiera durante dos segundos.

– Se que estas muy ocupado, y no voy a quitarte mucho tiempo. Solo vine a disculparme por lo de hace un rato. Tal vez pienses que soy una perra chismosa por decirle al profesor Connolly que debes sentarte junto a la rarita de Smith, pero no lo soy. Me apena mucho que tengas que lidiar con ella por lo que quede del año. Así que he decidido que como eres nuevo debes necesitar alguien que te ayude a adaptarte. Se todo sobre todos, por qué si quieres saber algo no dudes en preguntarme.

No pude evitar reírme de su "no tan" desesperaos instinto por conseguir su atención. Caitriona no era fea, de hecho era muy bonita. Tenía unos rulos magníficos que todos siempre le ponderaban, una piel hermosa de chocolate y era una chica esbelta. Era una lástima que ningún chico con medio cerebro quisiera salir con ella por su "exigente personalidad", o en otras palabras, era considerada la chica con más requisitos y más dispuesta a cambiar a un chico para hacerlo perfecto.

Ante mi risa Dragomir me miro de reojo. Definitivamente me había escuchado.

– ¿Que sabes de Selene Smith? – preguntó tomándome desprevenida.

– ¿Smith? – resopló Cat para luego tirarme una mirada de asco – Bueno, ella pertenece a una de las familias más antiguas del pueblo. De hecho, su tatarabuelo es uno de los tres fundadores originales, por lo que su familia es dueña de gran parte de la ciudad. Parece un buen partido, pero su familia es... bueno, solo digamos que es algo complicado. Su padre huyó del pueblo con su secretaria después de haber engañado a su madre por más de 10 años. La familia está prácticamente rota. Nadie del pueblo se relaciona con los Smith, a menos que sea para pedirle favores a su madre. Que entrenos, no es una mujer muy... demostrativa de afecto si sabes a lo que me refiero. Luego está su hermana mayor, Isabella, solía ser la chica más popular del pueblo. Era novia del nadador estrella de la escuela, tenía las mejores notas y iba las mejores fiestas. Pero calló en depresión luego del asunto del padre y dicen que ahora anda en las drogas. Una pena real. La última en la línea genealógica es Selene Smith. Es una chica muy rara. Antes de ayer, sus únicos amigos aquí eran Lee Jackson y Amelie Dumont.

– ¿Ayer?

– Ahh, es verdad. Tu llegaste en la segunda ahora. Mi mejor amiga Emma Huter sufrió de un ataque por parte de fueras misteriosas. Fue realmente shockante, ósea me pudo haber pasado a mi. Gracias a dios, no fue así, pero todos dicen que Smith es la responsable.

– ¿Que clase de fuerzas misteriosas? – investigó Dragomir.

– Selene quedó en ridículo por si misma como es lo normal, y entonces, mi querida Emma, voló literalmente como dos metros y luego cayó. Ocurrió frente a todo el mundo. Después de eso tuvo un ataque en el que literalmente se tiro al piso a hacer movimientos raros. Parecía sacado de una película de terror, estaba súper asustada. La buena noticia es que perdimos una hora entera de clases por eso.

– ¿Dices que tuvo un ataque de epilepsia?

– Llámalo como le quieras decir, pero yo se lo que vi. Eso fue actuado a más no poder. Además, ya debes saber lo que todos dicen de Selene es que es una bruja satanica. Yo no afirmo tal cosa, pero tampoco lo niego. He vivido situaciones muy raras cerca de esa chica. El mejor consejo que puedo darte, Velkan, es que no te acerques mucho a Selene, porque todo lo que la rodea se cae a pedazos, incluso ella misma.

– Gracias por tu consejo. Pensaré en tu propuesta – le informo al mismo tiempo que sacaba un libro, el cual no había visto hasta el momento, y lo comenzaba a leer frente a ella.

La cara de Caitriona era magnífica, no tenía ningún desperdicio, pero yo no podía prestarle mucha atención. Mis manos se encontraban a ambos costados de mi rostro, cubriéndolo para que los demás no pudieran mirarme. Casi siempre trato de no tener malos sentimientos hacia los demás, pero estas personas se lo hacían imposible.

Baje la vista pensando en lo ella había dicho, casi todo era completamente cierto. La dei familia no tanto, pero lo que había dicho de mi, si lo era. Soy una mala noticia, siempre lo he sido, y siempre lo seré. Es la maldicion que cargo. Me importaba un bledo que ella dijo era algo sobre mi, pero meterse con mi familia era cruzar un sendero muy peligroso.

"Juro por todo lo que aún amo, Caitriona, que de esta no te vas a librar", pensé dejando la bandeja de comida intacta para luego salir de la cafetería con la cabeza en alto.

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Después de ese incidente la mañana transcurrió normal. Los estudiantes de la escuela me veían como un bicho raro, pero debía agradecer al más allá que todos ya se estaban tranquilizando con lo de que era una abominación. Por desgracia, ni Bonnie ni Archer vinieron a hablarme en todo el día. Cuando trate de conectar una mirada con Lee durante Matemática, él simplemente volteaba haciendo como si no existiera. Realmente dolía, y mucho.

– Estarán aquí durante las próximas dos horas y media – nos informó el profesor Lakatos. Cuando prendo la atención debida a todos los presentes y en especial al verme una sonrisa seguido de negaciones se hicieron presentes en rostro – ¿Que hiciste ahora, Selene?

– No hice nada – dije, pero no me creyó y lanzándome una mirada de completo escepticismo, tuve que seder. Rodando los ojos, añadí –. Lo único que hice fue llegar algo tarde, quedarme media dormida y reírme durante la clase del profesor Connolly. No es para tanto. Si lo hiciera en su clase, usted se reiría.

– ¿Volvió a llorar?

– Casi, estuvo a punto de hacerlo de hecho – admití provocándole un risa.

Todo el mundo pensaba que Lakatos era un amargado, grosero y sin ganas de enseñar, pero la realidad era que uno de los mejores profesores. Solo era incomprendido. Me caía bastante bien, en especial cuando le hacía bromas a los estudiantes. Como cuando en nuestro primer año de secundario hizo pasar a Archer al frente a exponer problemas de álgebra y lo hizo llorar. Aún sigo recordando la cara de Lee, y aún peor la cara de Lakatos al verlo llorar y reírse de él.

– Ya saben las reglas, no se puede hablar, no celulares y no salgan de aquí – ordeno a todos los presentes y cuando vio que todos le prestábamos atención, se fue dejándonos solos.

Los únicos que estábamos en detención éramos seis, cinco chicos y yo. Había tres de ellos los cuales no conocía por lo que debían ser los nuevos de séptimo o octavo. Luego, había uno noveno, su nombre era Billy Hulish y se decía que vendía y consumía mariguana aunque eso no estaba comprobado. Y por último éramos Sam y yo, de décimo.

– Selene, – me llamo, Sam, al ver que lo estaba mirando de reojo – ¿estás ahí por lo Connolly?

Sin decirle nada asentí sacando mi celular y abriendo Instagram.

– Que estupides, tú prácticamente no hiciste nada. Él siempre se larga a llorar en todas las clases.

– Estoy acostumbrada, así que, es casi igual. ¿Por que estás aquí tu?

Me sonrió acercándose a mi al mismo tiempo que bajaba la cabeza– Bueno, digamos que tuve que golpearme con uno de los niños de noveno. Con Tom, el pelirrojo.

– ¿Por que golpearías a pecas? – pregunté con incertidumbre. Pecas era un chico adorable y, aunque muy rebelde, siempre se había portado bien delante de mi.

– Andaba de bocón diciendo estupideces por ahí.

– ¿Que clase de cosas, Sam?

– Las tonterías que están diciendo de ti. Tom se estaba pasando en las cosas que decía, así que decidí darle una lección.

No pude evitar darle una sonría real. Había golpeado a un tonto chico por mi. Sonreír para tratar de disimular el rubor en mis mejillas no estaba funcionando, por lo que simplemente tomé su mano para después agradecerle.

– ¿Tu no crees las cosas que hablan sobre mi? De que soy una bruja satanica que baila desnuda en su patio y que por poco mató a la pobre de Emma. Eres su mejor amigo, ¿como vas a defender a su enemiga?

El dudo un momento pero con con toda la seguridad del mundo dijo – Creo qué hay cosas reales que no podemos explicar. Lo que le pasó a Emma fue incidente muy extraño y no te culpo a ti. Espero que algún día sepan lo que causó el incidente de ayer, pero hasta entonces no podemos suponer que tú lo hiciste.

– Gracias, Sam.

– Yo no les creó – gritó repentinamente haciéndome sobresaltar.

– ¿Que?

– Amo a Emma, ella no es... tan "perfecta" siempre. Deberías algún día conocerla realmente, ambas son muy parecidas.

– Si, somos idénticas – murmuré sarcásticamente.

– Lo son, en formas que no se dan cuenta – me miro de una forma tan profunda que no tenía idea que debía hacer. Nunca había estado muy cerca de los chicos, y cuando lo estaba no sabía que hacer. Por lo que baje la vista con algo de vergüenza –. Lo que quise decir, es que ella es mi amiga pero no tengo porque seguir sus órdenes. No creo en las tonterías que dicen sobre ti, Selene. Nos conocemos desde los 6 años, hemos sido compañeros durante toda la vida y me apena mucho que sean mis amigos los que digan esas cosas sobre ti. Realmente no hay mucho que pueda hacer, pero espero que baste con que sepas que por lo menos yo no les creo.

Solté una leve risa. Me parecía tan gracioso que en los peores momentos aquellos que menos piensas se acercan, mientras los que juras que estarán ahí para ti, se van. Sam era prueba de ello. Estaba a punto de decirle cuan agradecida estaba cuando Lakatos entró por la puerta.

– Dije que que no hablen. Smith, muévete dos bancos. Williams, tu te quedas dónde estás.

Volviéndolo a ver lo único que pude hacer es darle una mirada de total admiración para luego moverme de lugar.

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