Epílogo

Años después

Thiago

-Mi respuesta es no

-No tienes opción es obligatorio.

-No lo es, así que cállate Trevor.

Suspiré al escucharlos cerca de mí y me preparo mentalmente para volver a intervenir en sus peleas y evitar que salgan mal como ya lo han hecho algunas en el pasado.

-Dile que no- Kolette entro a mi despacho y Trevor la siguió.

Dejé de lado los papeles que estaba revisando encima del escritorio y recosté mi espalda al respaldar de la silla.

-¿Que sucedió ahora?

Trevor iba hablar, pero Kolette no lo dejo.

-Primero que todo, Trevor es un idiota- reí con eso y asentí de acuerdo- segundo, me quiere obligar a usar unos malditos tacones que son incómodos, solo porque él dice que es lo que combina con el vestido que tengo que usar-ella lo miro- estás pasando mucho tiempo con Kaia y Desa. Y tercero quiere que cambie de lugar con él para ser el conejillo de indias de Desa y Kaia con sus nuevos maquillajes.

Kaia y Desa siguen ayudando a Kolette para prepararse para eventos, reuniones y todo eso, pero también montaron una peluquería en Viena que se está volviendo reconocida y cada que tienen nuevos productos buscan a alguien para probarlos.

Y las personas que son sus víctimas son: Kolette, Trevor y en algunos casos mis hermanas.

-Tu pediste mi opinión sobre el vestido y los tacones.

-La verdad no pensé que te dejaras influenciar por tu prometida y ahora son tres contra uno.

Trevor masajeo el puente de su nariz, sabe que tener una discusión con Kolette no es fácil, las opciones son: que ella la gane o sufrir una de sus bromas por no darle la razón cuando ella tiene todo para ganar y está en lo cierto sobre la situación.

Por otro lado, mi querido hermanito le pidió matrimonio hace un año a Kaia, una sorpresa linda y sencilla que le encantó a su prometida. Pero los dos estaban muy ocupados como para tener el tiempo para preparar una boda. Y ya este año que los dos no están ocupados con sus cosas ya están organizando toda su boda que la van a hacer aquí en el castillo.

-Si tú quieres yo voy con Kaia y Desa para que prueben el maquillaje en mi- una sonrisa en el rostro de Trevor empezó a formarse- pero, siempre hay uno y me encanta en esta situación. Tú, querido Trevor te atentas a sufrir una de mis bromas- ella sonrió inocente.

Hizo una mueca y se alejó de Kolette.

Hace unos meses Trevor y Kolette hicieron algunas apuestas y Trevor hizo trampa para ganarle, un terrible error de él. Días después escuchamos maldecir a Trevor y a Kolette reír, cuando él llegó a dónde estábamos, estaba con los brazos azules al igual que su cuello y un poco su cara, duro dos semanas para quitarse lo azul de su cuerpo y hasta el día de hoy no sabemos cómo Kolette hace sus bromas si todo el mundo anda al pendiente de ella.

-Habla con ella para que razone- Trevor me mira suplicante- y que sea buena cuñada conmigo.

Negué con la cabeza-Olvídalo, yo no quiero sufrir otra vez bromas de mi esposa.

-¿Cuál es tu decisión Trevor?

-No quiero más de tus bromas hija de Satanás- reí por su apodo-nos vemos tengo que ir con Kaia y Desa para lo del maquillaje- rodó los ojos, beso rápidamente la frente de Kolette, se despidió de mí y se fue quejándose.

-¿Y tú no piensas saludar a tu guapo esposo?- pregunto y ella sonríe y se acerca a mí, baja su cabeza y dejo un pequeño beso en mis labios- ¿Qué es eso? Yo quiero un beso de verdad.

La tome de la cintura y la senté en mis piernas, tomé su rostro con mis manos y la acerque para besarla, suspiró y sus manos se fueron directo acariciar mi cabello. Nos separamos y empecé a regar besos por todo su rostro hasta llegar a su cuello y detenerme ahí. Succione un poco su piel hasta dejar una marca roja

-¡Thiago!- Kolette reclamo obligándome sacar mi cara de dónde estaba.

-¿Qué?- pregunté y antes de que pudiera hablar puse una de mis dedos sobre sus labios- por si no te diste cuenta estaba ocupado con algo muy importante.

-Dejarme marcas no es algo importante.

-Para mí si lo es y quedan perfectas en tu piel porque yo las hago.

-Ya han pasado varios años y tú ego no baja, ni se te quita la manía de querer hacerme chupetones.

-Sabes que me amas con mi ego y te encanta mi manía de hacerte esos chupetones, tú lo niegas y lo que haces es engañarte a ti misma.

-¿Puedo cambiar de esposo?- pregunto Kolette intentando esconder su sonrisa.

-No puedes cambiarme por nadie más, cariño, soy único- la bese- y yo soy tuyo y tú eres mía, eso nunca va a cambiar.

-Eso me encanta y nunca cambiaría a mi amado esposo.

-Se te olvidó decir perfecto.

Ríe mientras niega con la cabeza.

-¿De qué eran los papeles que estabas revisando?.

-Son unos reportes que me mandó Jayden sobre la evolución que ha tenido nuestro proyecto de unir más al pueblo y que está resultando muy bien- sonríe feliz. Varios meses después de que me coronaran empecé a trabajar este proyecto junto a Kolette.

Como tal consiste en que personas de Viena monten negocios en Castilla, que también las personas de Mina monten negocios en Coral o las personas de Cristal lo hagan en Viena. El concepto en general es que el pueblo se una y no esté dividido por ciudades como la dice esa estúpida ley que dictaron años atrás, Kolette y yo estamos rompiendo esa regla en el reino y la verdad no ha pasado nada malo las personas se han integrado muy bien con este cambio.

-Te dije que tu proyecto iba a funcionar- beso mis labios y agarró los papeles para verlos- mañana podemos ir a las ciudades para ver cómo van las cosas

-Salió perfecto porque tú me ayudaste, mi hermosa reina. Vamos a dónde tú quieras.

Sus mejillas se pusieron rojas.

-¿Y de que son los otros papeles?

-El orfanato y refugio en Mina ya dentro de una semana lo terminan- dejo los papeles en dónde estaban y me abrazo fuerte.

-Este proyecto es muy personal para mí y ya va a estar terminado-la emoción se nota en su voz.

-Sé que es especial para ti.

El orfanato y refugio que se está terminando de construir en Mina fue idea de Kolette y lo están construyendo a unos metros de la casa de sus abuelos y en honor a ellos ese lugar va a llevar su apellido. Kolette me lo contó hace un tiempo y me dijo que un sueño de sus abuelos era construir un orfanato que sería dividido, una parte para ayudar a los niños y la otra dar refugio a las mujeres que han sufrido de violencia. Ella está haciendo realidad ese sueño.

-El orfanato y refugio "Montrose" ya le falta poco para que abra sus puertas-aplaudió feliz- el sueño de mis abuelos se está cumpliendo.

-Y todo es gracias a ti, además ese lugar va a ser de mucha ayuda.

-Te amo, mi amor

-Te amo más, mujer de mi vida.

-¿Tienes más reuniones, trabajo o ya eres libre?- pregunto acariciando mi mejilla y mi mentón.

-Reuniones tengo pasado mañana y ya terminé el trabajo que tenía pendiente, solo estaba revisando esos papeles antes de que cierta pelirroja sentada en mis piernas interrumpiera. Así que tengo libre toda la tarde

-Eso es perfecto.

-¿Que tienes en mente pequeña pervertida?- empecé acariciar la piel de su espalda.

-Tu eres el pervertido-me acusó- y estaba pensando que podemos pasar la tarde en familia, para estar tranquilos antes del baile de esta noche.

-Me encanta esa idea, amor.

-Vamos- se intentó levantar de mis piernas, pero no sé lo permito.

-Déjame besarte un rato más antes de que esos tres acaparen tu atención y me dejes de lado- fingí estar dolido- ya no me das amor

-También se me olvidó que tu lado dramático sigue contigo y esos tres como tú dices son nuestros hijos y necesitan de nuestra atención.

Nuestros hijos, eso se escucha de maravilla.

-Me encanta escucharte decir nuestros hijos- bese su frente-pero, se me ocurre una mejor idea.

-Creo saber la respuesta, pero ¿cuál es esa magnífica idea?

-Nos vamos a nuestra habitación para que me des mucho amor y me dejes hacerte marcas- subí y baje las cejas repetidamente.

Negó con una sonrisa y sus manos subieron hasta mi cabello para acariciarlo, algo que siempre hace cada vez que tiene oportunidad.

La verdad no me quejo, me encanta tenerla conmigo.

-Acepto todo- sonreí- menos las marcas y será para después, quiero pasar la tarde como te dije.

-Igual te voy hacer esas perfectas marcas y siéntete privilegiada de que siempre quiero besar y marcar todo tu hermoso cuerpo-bese sus labios- y vamos a cumplir los deseos de mi reina, tenemos una tarde que pasar en familia.

Besó repetidas veces mis labios y se levantó de mis piernas rápidamente.

Y yo que estaba feliz con ella encima de mí.

Estiró sus manos frente a mí, las tomé y me levanté de la silla. Me puse detrás de ella tomándola de la cintura.

-Se me olvidó decirte que te ves magnífica con ese vestido- su vestido es corto de color negro con una magnífica espalda baja que me permite tocar su piel. Aparte su cabello hacia un lado, deje un beso en su nuca y detrás de su oreja.

-Y tú te ves realmente sexy con ese traje color vino- puso sus manos sobre las mías.

Dio media vuelta y se separó de mí.

-Vamos antes de que cambie de opinión y cierre la puerta del despacho, te quite ese vestido y te haga gritar de placer como hace algunas noches- su mano derecha tapó mi boca y reí con eso.

-No sigas hablando, eres insoportable.

Aparte su mano de mi boca.

-Pero si a ti te encanta que hable, por algo estás casada conmigo.

-Eres un imbécil, pero así te amo

Entrelazó nuestras manos y camino hasta la puerta de mi despacho conmigo siguiéndola, ya cuando íbamos por mitad del pasillo solté nuestras manos y rodeé su cintura con mi brazo acercándola más a mí.

-¿Qué te parece si vamos al jardín?- le pregunté

-Me parece perfecto.

-Vamos a cambiarnos y después buscamos a los tres terremotos- asintió y beso mejilla.

Seguimos hablando mientras íbamos caminando y en un descuido le robaba uno que otro beso, por el camino nos encontramos a los empleados del castillo que nos sonreía y hacían una reverencia, nosotros los saludábamos, les sonreímos y seguimos nuestro camino. Llegamos al frente de la puerta de nuestra habitación.

-Estas a tiempo de aceptar mi propuesta de que pasemos toda la tarde en nuestro cuarto- le dije, levanté mi mano y retiré un mechón de cabello de su rostro

-La acepto, pero será en la noche-sus manos rodearon mi cuello y junto sus labios con los míos, apreté un poco su cadera pegándola más a mí. No dejamos que el beso subiera de intensidad, aunque yo si lo quería.

Dejo pequeños besos en mis labios y se separó.

-Bésame más, amor

-Tenemos otras cosas que hacer

Dicho eso abrió la puerta y entramos a la habitación cerrando la puerta detrás de nosotros.

-¡Mami!

Los tres niños se bajaron de la cama y corrieron hasta llegar a nosotros.

-Mis pequeños- Kolette se agachó y los abrazo a las tres, se separó y se volvió a levantar, rápidamente rodeé su cintura con mi brazo.

-Suéltala, ella es nuestra- demando Axel, un pequeño de seis años, con el cabello negro igual al mío y los ojos grises igual a los de su madre. Es nuestro hijo mayor.

-Ella es mía desde mucho antes de que ustedes nacieran- me agaché y le hice cosquillas haciendo que ría.

Kolette se agachó a mi lado. Nos miramos unos segundos y nos sentamos en el suelo.

-No papi, ella es nuestra- hablo la pequeña Kalika de cuatro años. Con su cabello color cobrizo y unos ojos azules oscuros.

-Mía. Mía. Mía. Mía- repetía Malcolm riendo, mientras abraza a Kolette, nuestro último hijo que tiene dos años. Con el cabello igual a su hermana, pero más oscuro y los ojos grises con pequeñas motas de azul.

Son nuestros hermosos hijos.

-Ya dejen de estar peleando, tengo mucho amor para todos ustedes- Kolette beso mis labios y beso las mejillas de los niños. Pase mi brazo por encima de sus hombros atrayéndola hacia mí, suspiró encantada y recostó su cabeza en mi hombro- ahora vengan abrazar a sus padres

Malcolm abrazo más a su mamá y tomo mi mano entre sus pequeñas manitos, Kalika y Axel se acercaron. Axel me abrazo y Kalika se puso en medio de Kolette y yo y nos abrazó, sus hermanos como pudieron también la abrazaron.

Mi familia.

Nos separamos y Kolette y yo alzamos a los niños y los dejamos en la cama, nosotros nos fuimos a cambiar por una ropa más cómoda. Al ya estar listos nos acostamos en la cama con ellos en medio de nosotros, para entretener a los niños nos pusimos a ver películas.

Al parecer nuestra tarde tuvo cambio de planes.

Los niños reían con las películas animadas que estamos viendo, cantaban las canciones y nos obligaban a nosotros a cantarlas con ellos. Siempre que podía para molestarlos les decía que Kolette es mía, ellos me miraban mal y abrazaban más a su mamá. Los tres son muy celosos con Kolette al igual que la protegen mucho, para Axel y Malcolm si ven a su mamá no existe nadie más para ellos y pasa lo mismo con Kalika, su mamá es su adoración.

-¿Ya le vamos a dar la sorpresa a papá?- pregunto Axel en susurro intentando que yo no escuchará. Cosa que no resultó.

-¿Cuál sorpresa?- pregunté interesado.

Kolette puso en pausa la película.

-Estos cómplices míos me delatan- Axel empezó hacer pucheros y sus hermanos lo imitaron, Kolette y yo reímos y ella dejo un beso en la frente de cada uno- vayan a buscar el regalo su papá.

Los tres me miraron y les sonreí.

-Corran a buscarlo

Axel y Kalika se bajaron de la cama y ayudaron a bajar a Malcolm, los tres salieron corriendo del cuarto entre risas.

Rápidamente acorté el espacio que me separa de mi pelirroja, puse mi mano en su mejilla acercando su rostro al mío.

-¿Mi sorpresa eres tú con una lencería ?- pregunté sonriendo.

-No, pervertido- cerró sus ojos un momento por las caricias en su mejilla- Es otra cosa.

-Pero la primera opción me gusta mucho.

-La otra te va a encantar más.

No pudimos seguir hablando porque los pequeños llegaron sonriendo, Axel trae una caja en sus manos, me la entregó y ayudo a subir a la cama a sus hermanos.

-¿Me dan una pista?

-Me enteré hace dos días cuando salí con tu mamá, la mía y los niños- dijo Kolette y los niños sonrieron felices.

-Quede igual que antes- Kolette rodó los ojos.

-Solo ábrelo- demando Kalika, es la copia de Kolette en miniatura.

Abrí la caja y lo primero que me encontré fue una hoja, la tomé y empecé a leer lo que tenía escrito.

"Ya llevamos años juntos y todavía faltan muchos más, eres un increíble esposo, un gran rey y sobre todo un excelente padre. Ya tenemos nuestra familia formada.

Unos pequeños que amamos y son todo para nosotros, dos hermosos príncipes y una pequeña princesa.

Y ahora vas a tener a qué abrir otro espacio en tu corazón, porque ya no vamos a ser solo cinco ahora seremos seis. Mi amor, vamos a tener otro bebé.

Una pequeña princesita"

Sonreí demasiado al terminar de leer la hoja y seguí revisando la caja, hasta que encontré una ecografía de la nueva bebé.

Mi preciosa bebé, mi otra princesa.

Deja la caja a un lado y bese a Kolette.

-Me haces el hombre más feliz del mundo, te amo demasiado- bese muchas veces sus labios- ¿Cuántos meses tienes?

-Como ya dije me enteré hace dos días porque me desmayé y Calista y mamá llamaron al doctor, me hicieron pruebas y el resultado es que estoy embarazada, hicieron la ecografía para ver qué todo estuviera bien y la bebé se dejó ver ese día, tengo cuatro meses y no es muy notable todavía mi barriga.

Los niños se acercaron más a nosotros y los abrace. Me separé un poco y levanté su camisa dejando su abdomen al descubierto, si se detalla se puede ver un poco hinchado su barriga debido al embarazo, la acaricie y deje beso en ellas.

-Mi otra princesita- susurré.

-¿El bebé es niño o niña?- pregunto Axel.

-Es una niña- le respondí.

-¡Si! ¡Voy a tener una hermanita!- chillo emocionada Kalika.

-Si Kali- mi niña se acercó a su mamá y empezó acariciar su barriga.

-Ustedes dos me van a tener que ayudar a que no le hagan daño a ninguna de nuestras chicas- Axel y Malcolm asintieron.

-Mías- señalo Malcolm a su madre y hermana.

-Nosotros las vamos a proteger papá- dijo Axel.

-Ustedes tres vengan para acá- dijo Kolette, nosotros nos acercamos a ellas y las abrazamos.

Nunca voy a dejar que le hagan daño a mi familia.

- Ya tenemos dos príncipes y dos princesas- dije mientras Malcolm se encargaba de apretar mis mejillas y Axel se unió a él.

Después los niños siguieron viendo su película y están en el piso cantando las canciones y bailando.

-Amor- me llamo Kolette- tengo antojo de fresas, sé un buen esposo y tráeme algunas.

-Y volvimos con los antojos, espero que pronto empiecen tus antojos con mi cuerpo- deje un beso un su cuello y la escucho suspirar.

-No me provoques y ve a buscar esas fresas.

-A sus órdenes mi reina.

---•---

-¿Segura que estás bien?- pregunté viendo su cara pálida.

-Cariño, estoy bien solo fue un pequeño mareo- bebió un poco de agua- nuestra niña es igual de inquieta que sus hermanos.

-Pero si te vuelves a sentir mal nos vamos- me dio su vaso y volvió acomodar su corona- no quiero que nada les pase.

-Estúpida corona- murmuró- no va a pasarnos nada, además no podemos irnos del baile, lo organizamos para recolectar dinero para algunos hospitales y fundaciones que lo necesitan.

-Está bien, nos vamos a quedar otro rato más- sonrió.

-Mamá vamos a bailar- llegó Axel luciendo un traje negro hecho a su medida

-Así que me quieres robar a mi esposa, pequeño hombrecito.

-Sí, ella es mía, ¿bailamos mamá?- extendió su pequeña mano hacia ella.

-Claro que sí, príncipe- dejo el vaso en la mesa y se levantó, y se quedó mirando el piso- a la mierda, son incómodos- dicho eso se quitó los tacones.

-No repitas las malas palabras que tu madre dice a veces- Axel asintió y se fue con Kolette.

Los dos empezaron a bailar en medio del salón robándose toda la atención, Kali cuando vio a su madre e imitó su acción y se quitó los zapatos y los dejo a mi lado y se fue a bailar con ellos, poco después se les unió Malcolm que se escapó de los brazos de sus abuelos.

Todos miran maravillados la escena que montan mi esposa e hijos, ellos bailan y ríen. Kolette se ganó el cariño de todo el reino, el pueblo la ama por todo lo que ha hecho. Y mis hijos también los aman cada que salimos ellos saludan y sonríen a los reporteros al igual que a las personas que están con ellos.

Se roban la atención de las personas.

-Ven con nosotros a bailar papi- llegó Kali con una sonrisa.

No le puedo decir que no a mi pequeña.

-Vamos- la alcé y fui con mi familia.

Estuvimos bailando un buen rato, los niños se divirtieron mucho, al igual que nosotros. Después de eso hablamos con varias personas importantes que están interesados en donar a los hospitales y fundaciones, también quieren hacer negocios con nuestro reino.

Ya cuando Kolette se sintió muy cansada y con ganas de vomitar nos retiramos del baile, el cual ya estaba finalizando. Cambiamos y acostamos a los niños, cómo es costumbre desde que Axel está pequeño les cantó una canción, poco a poco los ojos de mis pequeños se van cerrando hasta quedarse dormidos.

Cada uno tiene su habitación, pero hay días en que los tres duermen juntos porque Kali le tiene un poco de miedo a la oscuridad y sus hermanos no la dejan sola.

-Amo cuando cantas- dijo mi esposa cuando llegamos a nuestra habitación.

-Lo dices mucho y eso me encanta.

-Ayúdame a bajar el cierre del vestido- dijo y me acerque a ella para mí cumplir mi tarea.

-Listo- entre al closet y saque una de mis camisas para que Kolette duerme cómoda, llegue a ella y le puse la camisa.

-Ya me empezaron los antojos por tu cuerpo, pero esto muy cansada para eso- la alcé y sus piernas rodearon mi cintura- aunque mañana no te me escapas, vamos a estar toda la mañana aquí en nuestra habitación, solo nosotros dos.

-Mi mujer perfecta- la acosté en la cama y quedé encima de ella- tienes que descansar en la mañana vas agotar mucha energía, de eso me voy a encargar yo.

Me quité de encima de Kolette y me acosté en la cama a su lado, ella se acurrucó en mi pecho y yo la rodeé con mis brazos.

-Te amo- Kolette dejo un beso en mi cuello y volvió acostar su cara en mi pecho.

-Te amo mucho más, tú y nuestros hijos son lo mejor que tengo.

Kolette se quedó en silencio bajé la mirada y la encontré dormida.

Gracias a esta mujer que está a mi lado mi vida es perfecta, ella me da felicidad, me dio una familia.

Nunca cambiaría todo lo que tengo junto a ella, eso sería perder mi fuente de felicidad y no pienso permitir eso nunca.

Me voy a encargar de enamorarla y hacerla feliz todos los días.

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