正常な男

Kyungsoo se levantaba todos los días a la misma hora. A las 6:15 am, no antes, no después. Siempre justo al tiempo. Abría los ojos y observaba el techo, dejándose llevar por ese momento de inconsciencia. Cuando toda su vida caía en su mente, sabía que era hora de levantarse, con lentitud se quitaba esas gruesas colchas que usaba debido al frío, su madre le obligaba a usarlas.

Sacaba sus pies y estos iban a parar al par de pantuflas azules que usaba para andar en casa en aquellos días fríos. Se levantó por fin y fue hacia su baño, se miró al espejo por unos segundos, con mirada fría y seria. Abrió el grifo de lavabo para comenzar su rutina de limpieza.

Era un chico que seguía siempre la misma rutina, en su mente sólo había un procedimiento para todo lo que hacía en la vida. Cepillaba sus dientes de la misma forma todos los días, primero la fila dental de la izquierda, la de abajo primero y luego la de arriba, pasaba a la otra y hacía lo mismo, los de adelante y así hasta finalizar con su lengua. Mojaba sus manos y limpiaba su rostro con agua fría.

Su vida era una rutina diaria, en la que no se aceptaba el fallo.

Al terminar, tomaba su mochila y salía fuera de su cuarto para ir a desayunar. Su desayuno consistía en los cereales que su mamá compraba cada semana para él. Cuando se sirvió su tazón diario, notó que quedaba poco ya, se hizo la nota mental de comprar más al pasar de regreso.

—Buenos días — saludó a sus dos padres que estaban sentados en la mesa, como siempre.

No le regresaron los saludos y él no le dio importancia, las mañanas eran demasiado tranquilas para ellos. La familia Do era muy callada.

Terminó de desayunar y fue a dejar su plato en el fregadero. Antes de irse a clase pasó dejando un suave beso en la mejilla de su mamá.

—Nos vemos luego — se despidió corriendo a clases.

No podía llegar tarde, eso jamás.

El edificio en el que vivía la familia Do, consistía en diferentes pisos, ellos vivían en el piso ocho, todo mundo les conocía porque eran una familia muy buena. Y el hijo, Kyungsoo, era un chico educado, bastante formal y amable. Cada mañana pasaba saludando a todo mundo con una pequeña sonrisa, esa mañana también lo hizo como todos los días.

—Buenos días, señora Kim — saludó en el elevador, la señora le regresó el saludo — ¿Cómo está Jongin?

—Muy bien, querido — le contestó la madre de Jongin.

El elevador se abrió y ambos se despidieron con una sonrisa. Kyungsoo pasó por recepción e hizo lo mismo, saludar a todos con una sonrisa.

—Señora Jung, déjeme ayudarle — se acercó él tomando las bolsas de comida que cargaba la señora de edad avanzada que entraba al edificio.

—Se te hará tarde — le avisó ella aunque sabía que eso a él, poco le importaría.

—La encaminaré al elevador — y así lo hizo, cargó las bolsas hasta el elevador y ahí las dejó junto a la señora Jung — que tenga un buen día — se despidió con una sonrisa.

—Igualmente, querido — le dijo con una gran sonrisa.

Y así, sonriente, Kyungsoo se fue a la escuela como cada mañana. Tan tranquilo.

***

En clases, ponía toda la atención del mundo, odiaba sacar malas notas. Tenía su pupitre bien ordenado como todos los días, con sus lapiceros ordenados por tamaño y su cuaderno en una posición recta, se agachaba todo lo que podía para anotar en su libreta, una vieja costumbre suya de encorvarse así.

El timbre sonó, el día escolar había acabado. Todos los alumnos se levantaron rápidamente para salir huyendo, nadie quería pasar un minuto más ahí, pero Kyungsoo se tomaba su tiempo guardando una por una sus cosas.

—Oye Kyungsoo, ¿por qué no metes todo de una vez? — alzó la vista para encontrarse con Baekhyun, su amigo.

—No, me gusta tenerlo todo en orden — contestó como siempre. Su amigo se desesperaba de verle así todos los días. No entendía eso de Kyungsoo.

Luego de mucho rato, ambos pudieron salir del aula, en el camino hacia afuera, se toparon con su grupo de amigos que parecían sufrir del inclemente clima de la ciudad, todos andaban ya sus abrigos. Bromeaban sobre ello, soplaban para ver el humo que se formaba por el frío y reían. Ambos chicos se unieron un rato a las pláticas.

Kyungsoo estaba en silencio, escuchando todo, de repente reía y comentaba muy poco. Sólo pasaba diez minutos con ellos porque odiaba tardarse tanto, le gustaba llegar a su edificio y quizá toparse con su vecino y amigo de la infancia, Jongin. Se despidió de ellos, fue a casa caminando, pasó por una tienda y recordó comprar su cereal.

Ahí se topó con su amigo.

—Hey, Kyunggie — saludó Jongin quien compraba unos encargos de su madre.

—Hola — dijo como normalmente lo hacía. Ambos se enfrascaron en una plática que duró todo el camino a casa.

Al llegar, el menor saludaba a todos como lo hacía al llegar, Jongin se asombraba de lo buena gente que era su amigo. Eso le gustaba de Kyungsoo. Cuando subieron al elevador, Jongin se percató de algo raro en su amigo.

—Kyunggie, tu madre siempre te compra ese cereal, ¿por qué no lo ha hecho esta vez? — preguntó antes de entrar a su departamento continuo al de él.

Kyungsoo volteó a verlo, sonrió. Aquella sonrisa que vio Jongin, jamás la olvidaría.

—Mamá no se encuentra bien — contestó mostrando esa expresión tan diferente a la usual — por ahora — añadió.

Luego entró a su departamento, dejando a un Jongin confundido y con una extraña sensación en el estómago.

Por otro lado, Kyungsoo entró feliz a casa. Miró a sus dos padres que estaban en el mismo sitio que en la mañana.

—Ya llegué — anunció plantando un beso en la mejilla de su mamá.

Ninguno de los dos contestó. No podían.

—Ah, el hermoso silencio — dijo Kyungsoo sentándose en la mesa con ellos y viendo sus miradas vacías — es mejor así — siguió hablando — ya no hay gritos — sonrió feliz.

"Él era un chico normal...o eso habíamos creído todos"

Era lo que decía la gente cuando se les preguntaba por Do Kyungsoo, el chico que mató a sus dos padres y los mantuvo así por semanas hasta que las personas sospecharon que algo raro pasaba.

"Mi Kyungsoo no haría eso, él no fue"

Seguía afirmando Jongin aun después de que él mismo aceptara la culpa, pero Jongin no quería ver la realidad.

Kyungsoo no era un chico normal.



¡Hola chicas! jaja Luego de DollHouse creí que mi cerebro no me daría para algo así otra vez, oh bueno... espero les haya gustado, comenten y voten.

Pd. Yo creo que deben haber muchos fics así por ahí pero yo quería hacer esto que tenía en la cabeza :3

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