Fate
- AU de la serie de Netflix "Fate: The Winx Saga"
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Junmyeon estaba muy estresado. Ya terminaba su primer mes en Alfea y no es que le estuviera yendo demasiado bien. Aún no tenía el control total sobre sus poderes de agua, ¿Querías inundar una escuela entera? ¡Encantado! Pero, ¿Mantener el control y separar cuidadosamente las masas acuáticas? ¡Imposible!
Como bien sabrás, la magia de hadas está ligada a las emociones, se lo habían repetido millones de veces durante toda su vida, "entre más fuerte la emoción, más fuerte la magia". ¿Qué pasa cuando eres un estudiante perfeccionista, muy auto exigente y enamorado en riesgo de ser rechazado? Respuesta: desastre.
Así es, Junmyeon no solo lidiaba con sus incontrolables habilidades, también tenía que soportar la presión de sus padres para ser un hada poderosa y ejemplar, ver como sus compañeros lograban todas las tareas escolares, mientras que el no podía invocar una gota de agua por más de cinco segundos. Y lo más angustiante: su enamoramiento por Oh Sehun.
La primera vez que lo vio fue en las puertas de Alfea; como era alumno nuevo, necesitaba un mentor, y aunque Sehun sólo llevaba unos seis meses más que él en la escuela, supuso que era mejor que nada. Aquel muchacho de cabello negro y bastante más alto que él llegó con una actitud tímida, aunque agradable, le dió un recorrido por los pasillos del internado de magia y lo condujo hasta su dormitorio asignado "La EXO suite", que compartiría con él y otros cuatro chicos. No le dijo mucho más, sólo le recordó que podía acudir a él si se perdía o tenía alguna duda sobre las clases. A partir de ese día, sufría de parálisis y ataques nerviosos cada vez que lo veía caminar por los pasillos. Sehun era un chico introvertido, se notaba en su manera gacha de caminar, la dificultad que tenía para mantener conversaciones largas y su preferencia a escaparse a los bosques cercanos en las horas recreativas. Tal vez lo que le gustaba de él eran sus ojos, que siempre lucían optimistas, o su altura, o su melodiosa voz. No lo conocía en realidad, pero quería hacerlo si es que él se lo permitía.
Trato de alejar sus pensamientos del chico alto y centrarse en su objetivo. Se saltaría las clases de ese día para practicar en el lugar donde la magia era más fuerte: el círculo de piedra. Al centro de esa estructura natural, se encontraba una vasija con cristales mágicos, se usaba en las primeras clases para que las hadas mostraran su elemento de nacimiento y se familiarizaran con él. Junmyeon se había equipado bien, con su mochila al hombro, de la cuál sacó su cuaderno y lo abrió en la página de sus últimas notas:
Emoción = Magia
- Mente despejada.
- Aleja las dudas.
- Concentración.
No es que necesitara recordárselo, pero por alguna razón creía que leyendo sus apuntes las cosas saldrían mejor. Junmyeon inhaló y exhaló para después colocar sus manos sobre la vasija. Cerró los ojos, se concentró al máximo en el silencio, y lentamente comenzó a visualizar un pequeño espiral de agua surgiendo de sus manos. Sin prisas fue abriendo los ojos, iluminados de un hermoso color aqua por el uso de los poderes, vió con satisfacción el espiral acuático entre sus manos, durante tres segundos lo mantuvo allí en calma, pero después de eso comenzó a temblar ligeramente. Escuchó un fuerte crujido de ramas detrás suyo y por el sobresalto, el agua se deshizo de su forma y se derramó por toda la piedra. Enfadado y desilusionado se giró para ver al causante de su distracción y allí, intentando esconderse tras una de las piedras, vió a Sehun.
- P-perdona, no sabía que había alguien aquí.
Junmyeon sintió su rostro sonrojarse, y desvío la mirada ligeramente del chico para que no notara su nerviosismo.
- No pasa nada. Sólo estaba practicando un poco.
Sehun salió de su inútil escondite y se aproximó al chico con aires de conejo.
- Te he visto en clases últimamente - Le dijo - ¡No es que te esté espiando ni nada de eso! Sólo que... Es difícil pasar por alto que no estás... Bueno, pues, estás teniendo unos cuantos problemas.
¡Menuda novedad!
- Ugh, sí. Bastantes, de hecho.
- ¿Quieres ayuda?
Junmyeon dudó por un momento. Por un lado era la oportunidad perfecta de entablar una conversación con Sehun, sorpresivamente buscada por este último, pero por otro lado, tendría que demostrar que no era la mejor hada ni de lejos, y no le emocionaba mucho tener que hacerlo frente a su crush, pero quién sabe, tal vez de verdad podría ayudarlo.
- ¿En serio? B-bueno, de acuerdo.
El alto se paró a un lado suyo y revisó las notas de Junmyeon, soltando una pequeña risa.
- ¿Qué es divertido?
- Nada, sólo que - Una nueva risa lo interrumpió - Tu cuaderno me dice que quieres manejar la magia como si fuera una ciencia súper exacta, y no funciona así en absoluto.
- Entonces ¿Qué estoy haciendo mal?
- Mira, no se trata de una ecuación matemática, los elementos son muy sencillos si tienes control sobre ti mismo - Sehun intentó pasar la página al cuaderno, pero se le fue arrebatado en un parpadeo - Hey, tranquilo, sólo estoy intentando ayudarte. ¿Qué escribiste ahí?
"Qué me pongo muy feliz cuando te veo caminar por ahí. Que eres muy lindo y me haces experimentar un montón de emociones con sólo una mirada."
- Nada. Bueno, es... Es una lista de cosas que me ponen feliz.
De nuevo el joven pelinegro soltó una risotada.
- Ay, Jun, estás perdidísimo. Al principio la magia es como la felicidad, pero no te puedes obligar a ser feliz, ¿Cierto? Se trata más bien de querer manifestarla. En vez de pensar en tus galletas favoritas o en el póster que compraste para tu cuarto, concéntrate en cuanto deseas aprender a liberar tus poderes. Tu elemento es el agua, ¿Qué te genera? Piensa en las cosas buenas que puedes hacer con ella.
Analizando, se dió cuenta de que tal vez si estaba perdido. Se acercó a la vasija nuevamente y puso sus manos en posición. Pensó en el océano, en los lagos y en cada pequeña gota que existía. Su transparencia le parecía hermosa, cambiante, nunca era la misma. Los sonidos que producía eran muy agradables al oído, le gustaba como podía moverse por dónde fuera, sin limitaciones, él quería sentirse así. Se concentró en cada una de estas cosas, y sin darse cuenta, tenía entre sus manos una esfera de agua perfecta, cristalina, controlada. Una gran sonrisa apareció en su rostro.
- No la pierdas.
Junmyeon escuchó sus palabras y se percató de que no eran sólo sus consejos los que le permitieron realizar la tarea, era su mera presencia la que lo tranquilizaba en ese momento, le daba confianza. Junmyeon separó la esfera en varias aún más pequeñas y las hizo volar por el lugar, a algunas de ellas las hizo girar alrededor de él y Sehun, quién lo felicitaba y admiraba con la mirada. Después volvió a reunir las gotas en la esfera inicial y finalmente la hizo desaparecer.
- Gracias, Sehun - Sin pensarlo más, envolvió al pelinegro en un fuerte abrazo que lo tomo desprevenido, aún así se lo devolvió al instante.
- Te dije que vinieras a mí sí querías ayuda, a veces viene bien ¿Eh?
- El orgullo es parte de mi encanto.
- Y... ¿Qué crees que forma parte de mi encanto?
Junmyeon no supo cómo responder a eso, es decir ¿Él estaba...? No podía ser ¿No? Aún no se conocían del todo.
- Yo... - Inesperadamente, perdió el control de su lengua - Creo que, tu optimismo es parte de él. Además de tu aspecto y tú aura y... Oh, por Dios ¿Qué estoy diciendo?
Ambos rieron al mismo tiempo, separándose del abrazo y volteando a verse a los ojos un poco avergonzados.
- Sehun, yo... Gracias por apoyarme con esto, sin ti probablemente seguiría intentando atraer el agua. Debí haberte consultado, tú llevas más tiempo aquí y yo apenas ...
- Ey, calma, no es para tanto. Tampoco es que tenga mil años aquí en Alfea - Hizo una pausa, decidiendo si expulsar sus pensamientos o reprimirlos -. No tiene nada que ver con esto pero, Junmyeon, quiero conocerte más. Creo que eres lindo, y me agradaste desde el principio. En realidad, más que eso, creo que me gustas. Es como si el destino hubiese alineado las cosas para que justo ese día Baekhyun no pudiera hacer de tu guía y para que mi sesión de entrenamiento se cancelara, siendo una de las más importantes de mi semestre, además de que ese día casi tengo que irme al Primer Mundo por una emergencia que al final se resolvió. Sé que esto puede parecer tonto, pero si tú quieres...
El alto dejó de hablar en cuanto la mano de Junmyeon se entrelazó con la suya y le transfirió calma y calor.
- Sí, Sehun. Quiero saber más de ti, y ojalá llegar a ser algo más que tú amigo.
No hicieron falta más palabras. Se fueron de aquel lugar tomados de la mano, rodeados por los susurros de la naturaleza y la fuerza de la magia que recorría la tierra, dispuestos a descubrirse el uno al otro.
Desde ese día, las emociones positivas lideraron el corazón de ambos chicos.
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