🍃Especial 2Ok
《⏳》
Sol, arena, playa. Era lo que YoonGi lograba apreciar por la ventanilla del taxi. Volteó a su lado, topándose con una castaña y suave cabellera, recargada en su hombro. Sonrió dejando un pequeño besito y reforzó el agarre que había entre ambas manos, donde cada quien portaba un pulcro anillo dorado.
Seis meses después de haberse comprometido, al fin habían contraído matrimonio.
La boda, había sido el día anterior. La ceremonia fue preciosa y la fiesta todo un espectáculo, los amigos y familiares de los novios asistieron, haciendo de la fiesta todo un éxito. Varios de ellos dijeron unas cuantas palabras para la nueva pareja, mientras que Taehyung, había subido al escenario y cantó melódicamente Someone like you, dedicado a los novios.
Y después de un viaje en avión de doce horas, habían llegado al destino de su luna de miel: Hawaii.
Jimin estuvo con náuseas la primera mitad del viaje, ya después logró dormir un poco. Cuando salieron del avión, ambos lucían cansados, pero YoonGi le pidió a Jimin que descansara en el trayecto del aeropuerto al hotel.
Después de un rato, finalmente llegaron al hotel donde se hospedarían por alrededor de veinte días. Al llegar hasta el último piso, al Penthouse, sonrieron mutuamente, se abrazaron y regalaron pequeños besitos.
—¡La vista es maravillosa! — exclamó Jimin muy emocionado al abrir la enorme puerta de cristal y salir al balcón.
El océano se veía en todo su esplendor, brillando por la luz del sol que estaba en su punto más alto. Simplemente tenían la mejor habitación con la mejor vista de todo Hawaii.
YoonGi llegó detrás de Jimin, rodeando su estrecha cintura, juntando más sus cuerpos.
—¿Te gusta? — preguntó recargando su mentón en el hombro del contrario
—Me encanta… — ladeó un poco su cabeza al sentir unos besos húmedos en su cuello
—¿Ya viste el Jacuzzi que está aquí en el balcón?
—¿Eh? — se volteó quedando ambos frente a frente. YoonGi acarició sus caderas — ¿Hay un Jacuzzi?
—Dos, el otro está en el baño — acarició su mejilla y rió bajito por el rostro de sorpresa de su ahora, ESPOSO — ¿Por qué tan sorprendido?
—No, nada… — ladeó su rostro contra la mano de su amado
—Me gustaría estrenar alguno de ellos esta noche… — murmuró cerca de los labios del menor — ¿Qué dices?
Las mejillas de Jimin se tornaron rojas de inmediato. Desde el día de la propuesta de matrimonio, no habían vuelto a tener relaciones. Eso hace ya seis meses. Últimamente ambos habían estado bastante ocupados, Jimin con su carrera universitaria y YoonGi con sus prácticas en la clínica. Se la pasaban entre los libros y sólo se veían sólo los fines de semana, donde a veces simplemente dormían juntos y se daban mimos. Y cuando intentaban llegar a algo más, alguien llegaba y los interrumpía.
Estuvieron a punto de irse de nuevo a la cabaña en la playa de los padres de YoonGi, todo un fin de semana, pero unos familiares se encontraban ahí, así que no pudieron.
Así que mientras más se acercaba la fecha del casamiento, tomaron la decisión de esperar hasta la luna de miel. Así que ésta sería prácticamente una segunda primera vez.
YoonGi sintió que fue muy torpe en su primera intimidad. Fue especial, si. Pero piensa que pudo haberlo hecho mejor. Cree que actuó muy rápido, Jimin había despertado un poco adolorido… pero esta vez está dispuesto a hacerlo con más cuidado y siendo más delicado con su pequeño.
No por nada le pidió muy avergonzado unos cuantos consejos a su hermano. Aunque fue en vano hacerlo, pues se dio cuenta que Jin y Namjoon son unas bestias en la cama y lo delicado no va con ellos. YoonGi se prometió no volver a hablar sobre eso con su hermano, no quería descubrir que más hacían o si tenían extraños fetiches. no, definitivamente ya no quería más traumas respecto a la vida sexual de su hermano y cuñado. Aún recuerda vívidamente cuando tenía tan sólo doce años y los encontró a ambos en la cama, dejándole un trauma de por vida.
YoonGi notó que Jimin se encontraba avergonzado, tras su insinuación. Sonrió por lo tierno que lucía así. Acunó sus mejillas y plantó un pequeño beso en esos esponjosos labios.
—Tranquilo, no tienes de qué avergonzarte, sabes que lo haremos cuando tu quieras. No quiero que te sientas presionado y mucho menos obligado por ser nuestra luna de miel — lo besó de nuevo — tenemos veinte días de vacaciones aquí y toda una vida juntos por delante… ¿No es así, esposo mío?
El corazón de Jimin se aceleró al escuchar a YoonGi llamarlo así. Sus mejillas se sonrojaron de nuevo y en un suspiro, abrazó a YoonGi fuertemente, sintiendo su corazón martillear cada vez más rápido.
—Bebé… — correspondió al abrazo, acariciando su espalda y con la otra mano, el cabello del menor — ¿Qué sucede?
—…Estoy muy feliz — confesó
—Yo también lo estoy, mucho — besó su cabeza y suspiró. Separó un poco el cuerpo de Jimin y tomó sus manos — al fin eres mi esposo…
Jimin rió bajito con sus ojitos cristalizados, mientras veía como YoonGi dejaba múltiples besitos en su mano — Y tú eres el mío…
Unieron sus labios en un dulce beso, susurrando palabras de amor, inocentes caricias y sonrisitas castas.
Después, se turnaron para tomar una ducha, apenas van empezando su matrimonio, sería muy rápido comenzar a ducharse juntos, Jimin es demasiado tímido como para mostrarse abiertamente desnudo a su ahora esposo.
Cuando cada uno ya había salido de ducharse, ambos estaban envueltos en batas de baño, mientras rebuscaban entre las maletas, que ponerse. Ya finalmente vestidos, con ropa fresca y cómoda, YoonGi se sentó en la cama, tomó a Jimin de la mano y lo atrajo a su regazo.
Jimin rodeó el cuello de su amado con sus brazos, y unieron sus labios en un beso bastante intenso. YoonGi acariciaba la cintura del menor, en tanto sólo se escuchaba el sonido de sus besos.
—La cama luce muy cómoda… — insinuó Jimin con su respiración un poco irregular,después de tan intenso beso
—Lo sé… — beso — …¿Estás pensando lo mismo que yo?
—Claro que sí…
Cinco minutos después, ambos tenían sus piernas enredadas, Jimin hundido en el pecho de YoonGi y este último, con su nariz hundida en las suaves y un poco húmedas, hebras castañas. Ambos habían caído completamente rendidos. La boda, la fiesta, el vuelo de doce horas, no habían dormido bien los últimos días, definitivamente se sentían agotados, física y mentalmente con tantos sucesos y emociones juntas.
Felices y agotados.
🍃⏳🍃
Alrededor de las seis de la tarde, se despertaron entre besitos y cariñitos mutuos. Juntos salieron al balcón, logrando ver la belleza de puesta de sol en el océano y como parecía que esa enorme bola de fuego, iba hundiéndose en las profundidades del mar.
Decidieron salir a pasear por las iluminadas y coloridas calles, también a buscar un lugar donde comer.
Estuvieron durante cinco horas fuera, donde comieron, rieron, disfrutaron de espectáculos callejeros, fuegos artificiales, música entre muchas cosas más.
—YoonGi, ¿En serio te quieres meter a la piscina a las once de la noche? — preguntó Jimin riendo al ver a su esposo dejar todas sus cosas sobre una mesita.
—Claro que sí, la tendremos solo para nosotros dos — quitó su camisa quedando con el torso desnudo. Jimin se sonrojó al ver su abdomen plano, pálido y levemente marcado — ¿No quieres entrar?
Arrugó su nariz y negó. — Me va a dar frío… — dejó su celular en la mesita con el resto de las cosas y se abrazó a sí mismo, viendo como YoonGi caminaba por la orilla de la piscina
—Tal vez, pero si entramos juntos tal vez se te quite el frío…
YoonGi rió, y en un instante por estar jugando, un pie se le fue al agua, gritó y un “splash” sonó. YoonGi había caído accidentalmente al agua.
Vaya dejavu
—¡YoonGi!
El pálido comenzaba a chapotear y a hundirse cada vez más. Jimin no lo pensó dos veces antes de lanzarse al agua en un hábil clavado.
Nadó lo más rápido que pudo hasta su esposo, pero este ya se había hundido en el agua. Jimin nadó hacia abajo, comenzando a asustarse más, al no encontrar al mayor.
—¡YoonGi! — salió a la superficie buscando con su vista a su esposo.
Unos brazos lo rodearon fuertemente por la espalda, sobresaltándolo.
—¡Boo! — YoonGi mantenía una enorme sonrisa, mientras que Jimin parecía querer llorar
—¡Tonto! — golpeó su pecho, para luego abrazarlo con fuerza y sollozar — ¡Me asustaste!
—Lo siento, cariño… quería jugarte una broma, creo que me pasé... — se sintió culpable al escucharlo sollozar
—C-creí que te habías ahogado…
—Lo siento… — se alejó unos centímetros observando sus mejillas sonrojadas, ojitos cristalizados y sus labios en un pronunciado puchero — ¿Me perdonas?
Asintió restregando sus ojitos — No vuelvas a hacer eso… me has dado un susto horrible
—Sólo quería recrear la forma en la que nos conocimos — frotó sus narices de manera tierna, intentando sacarle una sonrisa
—Te gusta mucho asustarme, ¿No es así? — mostró una tímida sonrisa — ¿cuando aprendiste a nadar?
—Poco después de que casi me ahogo y me salvaste — se carcajeó tomando a su pequeño esposo de la cintura, girando con él en el agua — quería sorprenderte con mis nuevas habilidades de natación
—Pues lo hiciste. Ahora ya no podré salvarte, porque ya sabes nadar — suspiró recargando su cabeza en el hombro del mayor, en tanto YoonGi se movía por alrededor del agua
—Puedo fingir que me ahogo — propuso con una risita
—Definitivamente no — se rió levantando su cabeza y uniendo sus labios con los de su esposo
Se mantuvieron besándose por unos minutos, tranquilos, con el sonido de las olas de fondo. Disfrutando cada segundo juntos, aferrados el uno del otro.
Una fuerte corriente de aire llegó, haciéndoles temblar. Entre risas salieron de la piscina, tomaron un par de toallas y huyeron en dirección al hotel y adentrarse de nuevo a su habitación.
—¿Quieres que usemos el Jacuzzi? — propuso YoonGi — el agua de ahí está calentita, nos quitará el frío
—¡Sí, sí!
Jimin se quitó unas cuantas prendas húmedas, quedando sólo en una delgada camiseta interior y sus pantaloncillos. Se introdujeron al Jacuzzi que se encontraba en el balcón y suspiraron de gozo al sentir la tibia agua cubrir su cuerpo.
—¿Mejor?
—Sí… te dije que nos daría frío — acusó con un puchero
YoonGi pasó su brazo por los hombros de castaño y lo atrajo a él. —Tenías razón, mejor entramos mañana cuando esté el sol, ¿Qué dices?
—Estoy de acuerdo, pero nos cubriremos de pies a cabeza de bloqueador solar. No quiero ver a mi guapo esposo todo rojito
—Ah… ¿O sea que soy feo rojito?
—Sip — rió bajito
—Oh dios, me acabo de casar y mi esposo ya me ve feo — dramatizó
—¡YoonGi! — se carcajeó — rojito, verde, amarillo, azul, te amaré de cualquier manera
El pálido aprovechó y comenzó a hacerle cosquillas a su tierno esposo, como venganza de haberle dicho feo.
—¡Yah! — se carcajeó fuertemente — ¡N-no puedo respirar!
YoonGi se rió, tomando el mentón de Jimin, antes de besarlo. Al menor se le complicó un poco seguir el beso, por la risa que tenía segundos antes, pero correspondió.
Sus lenguas se encontraron, comenzando una erótica danza. Que luego tuvieron que detener por falta de aire. La respiración de Jimin comenzaba a alterarse, en tanto YoonGi descendía a su cuello y lo acorralaba. Jimin gimió al sentir como su amado esposo succionaba en su cuello, muy seguro de dejar una marca.
—Y-YoonGi… — llamó agitado — a-aquí no…
—¿Uhm? — se separó un poco para ver al menor a los ojos.
Las pupilas de ambos se encontraban dilatadas de deseo.
—Cama… — pidió muy avergonzado — vamos a la cama…
—¿Seguro?
Asintió y tragó duro —Sí… vamos, te necesito…
Los ojos de YoonGi de oscurecieron de deseo. No necesito que Jimin se lo pidiera dos veces, cuando ya había salido del Jacuzzi, ayudando al menor a salir.
—Tenemos… — suspiró — tenemos que quitarnos todo, o mojaremos la cama…
YoonGi asintió de acuerdo comenzando s quitarse toda prenda húmeda en su cuerpo, que sólo constaba de unos pantaloncillos y su ropa interior. Mientras tanto, Jimin se desnudaba con timidez.
—YoonGi… — llamó bajito
—¿Sí?
—Puedes… Uhm… — mordió su labio y bajó la mirada — ¿Puedes apagar la luz?
YoonGi sabía de las inseguridades que tenía Jimin con su cuerpo, así que acató lo pedido sin rechistar. En lo que Jimin se desvestía, el pálido aprovechó en buscar un par de cosas en la maleta.
Cuando YoonGi se dio media vuelta, logró ver un bulto en la cama. El menor se encontraba bajo las sábanas de la enorme cama. El pálido sonrió con ternura y se acercó, antes de subir a la cama, dejó las cosas en la mesita de noche y quitó su húmeda ropa interior, para así quedar completamente desnudo y finalmente subir a la cama.
—Minnie… — murmuró metiéndose bajo las sábanas, buscando el cuerpo más pequeño
Al acostumbrar su vista a la oscuridad, logró ver al pequeño Jimin, con sus manos cubriendo su rostro.
—Mi pequeño… — murmuró atrayéndolo a sus brazos y lo arrulló
Jimin tan sólo tenía diecinueve años y YoonGi en unas semanas cumpliría veintidós. Aún eran un par de jóvenes, con un aura de inocencia, decidieron casarse a muy temprana edad, pero porque de verdad se encontraban realmente enamorados. Y sabían que podrían salir adelante en su matrimonio.
Simplemente no esperaban a estar unidos, por todas las leyes posibles. Aun así, son responsables y piensan terminar sus estudios, antes de intentar empezar a formar una familia.
—Tranquilo… ¿Quieres que nos detengamos? — preguntó con calma
Negó — Quiero hacerlo… Sólo… siento un poco de vergüenza, es todo
—No tienes de qué avergonzarte… te amo total y enteramente, Park Jimin….
Jimin asomó sus ojitos
—Min
—¿Sí?
—No… no más Park, ahora… ahora soy Min, Min Jimin
Sonrió enormemente — Min Jimin… se escucha precioso, ¿No es así?
—Sí… oh dios, ni siquiera es nuestra primera vez, y me siento más nervioso que nunca, no lo entiendo…
—Es porque, hace ya varios meses que lo hicimos… ¿Es nuestra segunda primera vez?
—Eso parece… — rió bajito — YoonGi — llamó
—¿Sí, cariño?
—Bésame…
—Lo que pida mi bello esposo…
Con una lentitud aturdidora, el mayor se acercó a su rostro, dejando un beso en la regordeta mejilla, para después pasar a sus esponjosos labios.
El beso era tranquilo, suave, sus manos comenzaban a moverse por mero instinto, acariciando el cuerpo del contrario, en tanto el beso comenzaba a tomar intensidad.
YoonGi no dejaba de acariciar el cabello y mejilla de Jimin, tratando de transmitirle tranquilidad, dándole a entender que irían con calma.
Los chasquidos, suspiros, y fuertes respiraciones, se escuchaban en toda la habitación, acompañado del sonido de las olas chocar en la costa y el fresco viento entrando por la enorme puerta abierta del balcón, dejando también entrar la brillante luz de la luna.
—Te amo, Minnie… — murmuró agitado, bajando sus besos al cuello
Jimin llevó sus manos al cabello y espalda del pálido, en tanto mantenía sus ojos cerrados y boca entreabierta, dejando escapar suspiros.
Los besos bajaron a parte del pecho, pasando por los pequeños pectorales en tanto acariciaba la estrecha cintura una y otra vez, luego a las caderas y abdomen bajo, estremeciendo a Jimin cada vez más.
—YoonGi… — jadeó
—¿Sí?
—M-más, por favor, más…
Ambos estaban más que excitados, pero YoonGi estaba haciendo su mejor trabajo intentando controlarse.
—Dime que es lo que quieres, amor mío…
—No me hagas decirlo — gruñó desesperado
YoonGi rió bajito y ronco. Estiró su brazo al buró y tomó el frasco nuevo de lubricante. Lo abrió y vertió una buena cantidad en su mano.
—Cierra tus ojos, cariño… — murmuró cerca de los labios de su amado — Te voy a preparar, ¿De acuerdo?
YoonGi besó los labios de su amado, en el momento en que introdujo un dedo. Jimin se tensó, pero con los suaves movimientos y los labios del mayor distrayéndolo, lo hicieron relajarse rápido.
Poco a poco un segundo dedo fue introducido, con movimientos circulares, simulando unas tijeras. Jimin comenzó a jadear, tanto que le era imposible responder correctamente al beso.
—Oh dios… ¡Ah! — una corriente placentera le cruzó de pies a cabeza
—Ahí está… — murmuró bajito,
—Ya… YoonGi hazlo ya… — pidió desesperado
—¿Seguro? Aún no te termino de preparar
—Seguro — jadeó y cubrió sus ojos con su antebrazo un poco avergonzado — e-estoy listo…
—Está bien… — besó su frente y quitó el brazo que cubría esos bellos ojos, para después dejar un besito en su nariz — mantente tranquilo, ¿sí?
YoonGi se separó un poco y se acomodó entre las piernas del menor, estaba por estirar su brazo a la mesita de noche y tomar algo, pero la voz de Jimin lo detuvo.
—U-usarás preservativo, ¿verdad? — su voz tembló
YoonGi enarcó una ceja ante la voz trémula de su esposo. ¿Por qué se escuchaba asustado?
—Hey, tranquilo… — tomó el sobrecito plateado y se lo mostró. Jimin se relajó — ¿Sucede algo?
—N-no… sólo que… — suspiró, mordió su labio y desvió su mirada — sabes lo que puede suceder si no lo usamos…
—Tendríamos a un pequeño Jiminnie de mejillas rechonchas con nosotros — sonrió con ternura, para después acariciar su cabello tratando de calmarlo — Lo sé, cariño… aún es muy pronto para pensar en hijos… a menos que, ¿Tú quieres un bebé ahora? Mira que si así lo quieres yo-...
—¡No! No, dios no. — negó de inmediato — Sería demasiado pronto…
—¿Entonces por qué lucías asustado?
—Es sólo que… pensé que ahora que nos casamos, querrías u-un bebé — jadeó bajito al sentir una caricia en su abdomen bajo
—Por supuesto que quiero un bebé, cariño, te verías hermoso con un vientre redondito, protegiendo a nuestro hijo ahí dentro… — acarició — pero todo en un par de años más, tú aún necesitas terminar tus estudios y yo mis prácticas y conseguir mi puesto en la clínica
Jimin asintió de acuerdo — Me alegra escucharte decir eso… YoonGi… — llamó
—¿Sí, mi vida?
—Te amo, mucho — YoonGi sonrió y se acercó a besar los voluptuosos labios de su bello esposo
—Yo también te amo demasiado, Minnie… — dijo entre besos
Jimin correspondió el beso con fervor, sintiéndose más tranquilo. El contacto nuevamente tomó intensidad, aumentando la excitación en los dos.
El sonido del sobrecito de aluminio rasgándose se escuchó, YoonGi se separó un poco para colocarse correctamente el preservativo y luego, masturbarse un poco untando lubricante en todo su falo.
—¿Listo, cariño? — asintió — Si duele, hazmelo saber y me detendré. Cualquier incomodidad hazmela saber, ¿De acuerdo? — besó su frente
Asintió — Estoy listo…
—Bien…
Alineó su miembro con la entrada, cubrió a Jimin con su cuerpo en tanto él rodeaba la cintura de YoonGi con sus piernas. El pálido tomó posesión de los labios del menor, en tanto empujaba con lentitud sus caderas, hundiéndose con sumo cuidado.
—A-Aahh…
—Shh… — susurró sobre los labios — Está bien, está bien… Lo estás tomando bien…
Poco a poco continuó adentrándose, mientras las cálidas paredes internas le recibían. Jimin soltaba pequeños gemidos rotos, y YoonGi tomó ambas manos entrelazandolas, ahí sentía como Jimin las apretaba con fuerza.
El mayor terminó de entrar, en tanto besaba una y otra vez los ojitos de su pequeño esposo que habían derramado un par de lágrimas.
—Lo soportaste muy bien, cariño — decía entre besos — tú dime cuando comienzo a moverme — acarició su mejilla
—Uhum… — mordió su labio, intentando ignorar el ahora leve dolor
YoonGi se mantuvo por alrededor de tres minutos, mimando a su pequeño esposo, esperando su señal. Y cuando finalmente la recibió, se empujó un poco hacia atrás para embestir con suavidad una vez, y otra y otra más.
Los movimientos eran lentos y profundos, haciendo que la respiración de ambos fuera lo único que se escuchara en toda la habitación.
—M-más… — pidió entre gemidos
El pelinegro acató el pedido y aumentó un poco el movimiento de sus caderas, en tanto besaba una y otra vez el cuello del menor dejando escapar leves gruñidos de placer.
—Te amo, Jimin… — gruñó contra la rojiza piel
—Y-Yoon...Gi… mhmm…
Los movimientos eran certeros y ambos realmente lo estaban disfrutando.
Sus cuerpos perlados, su piel brillaba al contraste de la luz de la luna que se filtraba por la puerta del balcón abierta. Respiraciones erráticas, gruñidos, y gemidos de placer, acompañados del leve sonido del choque de sus pieles. Era lo que se escuchaba en todo el lugar.
Después de mantener un ritmo constante en las embestidas. Ambos sentían un cosquilleo en sus vientre bajos, avisando del inminente orgasmo que se avecinaba.
Con un fuerte gemido y un gruñido gutural, los dos casi gritando el nombre de cada uno, llegaron al explosivo orgasmo.
YoonGi se dejó caer sobre el menor en tanto trataban de recuperar el ritmo de sus respiraciones.
—Mierda, Jimin… — habló agitado — No tienes idea de como te amo, mi amor…
—YoonGi… — sonrió cansado — también te… te amo…
Cuando al fin lograron estabilizarse, se acomodaron lado a lado, abrazados de una manera como si su vida dependiera de ello. Continuaron regalándose pequeñas muestras de afecto, mientras se arrullaban el uno al otro.
Jimin se hundió en el pálido y fornido pecho de su mayor, siendo apresado entre los fuertes brazos, sintiéndose protegido entre ellos. Poco a poco el sueño los fue venciendo. Así concluyendo, la primera noche, de toda una maravillosa vida juntos...
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¡GRACIAS POR LOS 2OMIL VISITAS!
Jamás pensé que Segundos, llegara a tanto y todo se lo debo a ustedes.
Este especial es un regalito que me puse a escribir todo este fin de semana. Espero les haya gustado.
¡GRACIAS INFINITAS DE NUEVO!
Tienen mi corazoncito💙💚💜💖💛💚💜💖💙💛💜💚💙💖💜💛💙💖💜
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