Capitulo 4
Advertencia, escena +18, lenguaje explícito.
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Lin Mei paso rápidamente del cuello a los labios de su amado, acorralando el delicado cuerpo del doncel entre uno de los pilares para después colocar las piernas del contrario a ambos lados de su cadera, cosa que no pareció gustarle por el leve quejido que dió.
— ¡N-No, eres un pervertido! — el joven doncel cubrió su rostro con las mangas de su traje, avergonzado. No pudo evitar querer tener más.
— ¿Cómo podría no serlo si me provocas de esa forma? — sostuvo con firmeza los muslos, amasando la carne entre sus dedos.
— Si no te detienes me molestaré mucho — golpeó con su abanico el pecho del contrario.
Por muy cursi y molesto que fuera Lin Mei, su cuerpo estaba muy bien construido debido al entrenamiento, el joven oji- jade tocó el abdomen descubierto del heredero deleitándose al comprobar que estaba perfectamente marcado. Si el podía tenerlo en esa posición tan escandalosa ¿Por qué no podía tocar un poco? solo un poco.
— Mira dónde tienes tu mano querido mío ~
Bueno, tal vez un poco no era la palabra correcta.
— Mei ya basta, recuerda que no puedes tocarme de esa form- corto su palabra al sentir como empujaba contra su cuerpo, simulando embestidas.
El doncel mordió su labio con fuerza tratando no soltar sonidos demasiado fuertes, dejo que el principe siguiera, sabiendo que era una forma de liberar el problema que tenía entre sus piernas.
Sovieshu que en todo momento observó la interacción de la pareja no pudo evitar que su cuerpo respondiera ante los sonido que salían de la apetitosa boca del doncel. Cómo deseaba estar en el lugar del peli blanco, besando y acariciando al castaño. Jadeo sonrojado al ver que la parte superior de la vestimenta del ojo verde se deslizaba por sus hombros, dejando a la vista su piel blanca, apretó fuertemente el material bajo sus dedos al ver cómo el oji ámbar se pegaba al pecho del contrario, succionando con fuerza sin dejar de dar embestidas, no tenía que ser un genio para darse cuenta de que disfrutaba mucho el encuentro.
El oji- jade sonrió levemente, este era lo que esperaba, darle una muestra al príncipe heredero sobre lo que podría obtener si hace lo que dice y por supuesto, invitar el interés a la otra parte mirona. El momento indicado llegó, entre abrió sus labios levemente, con las mejillas sonrojadas y sus ojos brillosos, miro sobre su hombro al príncipe Sovieshu, plasmando la mejor imagen posible para el. Logró su objetivo al ver el sobresalto del contrario, al tener toda su atención procedió a mover sus labios.
Sovieshu ~
Mato dos pájaros de un tiro.
Si definitivamente tendría mucha diversión si la expresión del azabache decía su próximo movimiento.
Giro su vista al príncipe heredero al sentir algo mojado entre sus piernas. Había llegado con fuerza, aprovechando eso, tomo su rostro y beso sus labios suavemente.
— Lin Mei ~
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— Muchas gracias por estar presentes, espero los aposentos sean de su agrado.—
— Gracias, su alteza. Estoy segura de que nos gustará —
El oji- jade resopló cansado al ver salir al último invitado, el idiota de su prometido lo dejo solo por unos momentos para cambiar su vestimenta que termino arruinada con el encuentro anterior. Abanico su rostro sonrojado, sin darse cuenta de la presencia de otra persona a sus espaldas.
— Consorte real — Murmuró el desconocido cerca de su oído. Sobresaltando al mencionado.
Con toda la paciencia y calma posible giro su cuerpo para encontrase al príncipe heredero Sovieshu Vikt.
— Príncipe Sovieshu— Extendio su mano de manera delicada, sin dejar de cubrir la mitad de su rostro.
— Es un placer conocerlo, hermoso consorte real — beso sus nudillos, aspirando levemente su aroma en el proceso.
— Debo decir que es un verdadero placer verlo frente a frente — sus ojos verdes brillaron con fuerza.
Con una sonrisa complicada se dibujo en su rostro sonrojado. Complacido por su reacción el oji- jade bajo su abanico y susurro con suavidad.
— ¿Disfruto el espectáculo? —
Antes de siquiera responder. Lin Mei se aproximó de manera calmada pero con suficiente velocidad como para predecir que estaba enojado. Al llegar lo primero que hizo fue sostener los nudillos de su amado,besando delicadamente su frente no sin antes mirar a Sovieshu, fulminandolo con la mirada.
ES MÍO.
Sovieshu le devolvió la mirada con intensidad sin dejarse intimidar. La batalla de miradas termino al Mei Ling toser levemente molesto.
— Si quieren seguir con sus miraditas vayan a otro lado por favor — dió una reverencia a ambos y salió con paso calmado.
Ambos príncipes compartieron miradas.
La rivalidad comenzaba a crecer. La enviaría y los celos se mezclaban con fuerza dando como resultado un futuro enfrentamiento entre ambos. No era necesario decir nada, solo se fueron por distintos caminos.
— Maldito bastardo, que suerte tiene — el joven azabache susurro en la silenciosa habitación asignada para su estadía durante estos 2 días restantes de festejo.
Recostó su cabeza en el respaldo del sillón, cerrando sus ojos para descansar un poco pero su mente le fallaba, reproduciendo la cara del doncel. Una y otra y otra vez.
Sus ojos verdes, tan brillantes cómo gemas lo miraron fijamente, con deseo.
Los labios tentadores, rosados, suaves a simple vista, cubiertos por un brillo natural. Lo invitaban a probarlos.
La piel lechosa, suave y perfumada con chocolate y frutos rojos le daban un atractivo delicioso.
Deseaba devorarlo. Tenerlo. Amarlo...
— Disculpe su alteza real —
El toque en la puerta lo despertó de sus pensamientos. Tocó con fuerza el puente de su nariz.
— Adelante—
— Su alteza real — hizo una reverencia — Traigo una carta del imperio. Es urgente según me informaron—
Se acercó y entrego la carta, reverencia do antes de salir con rapidez, cerrando la puerta en el proceso.
Estando solo, el azabache procedió a abrir la carta.
— Navier...—
Se había olvidado de su prometida.
¿Cómo podría pretender al doncel si tenía ya una prometida y para colmo su interés amoroso estaba a punto de contraer nupcias con otro?
— Santo cielo, me he vuelto loco —
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Datos
• Mei Ling no hace las cosas solo por qué si, sus acciones siempre son por algo.
• Tanto el patriarca Wang cómo su esposo notaron la ausencia de su hijo y el principe más no se molestaron en intervenir. Sobre todo por qué su pequeño sabía cuidarse muy bien.
• Sovieshu siente un intenso deseo por Mei Ling, tanto que no le importaría hacer lo que él quiera con tal de tener un beso (¿Les recuerda a alguien?)
• El Gran Duque de Kaufman profano su interés por Mei Ling mucho antes de ser comprometido con el príncipe heredero. No logro un compromiso por razones obvias, su influencia en ese entonces era casi nula.
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