«❝... Mientras estés soltera, recuerda que tú no eres la única soltera, sino que tu futuro esposo está pasando por la misma etapa que tú.

¿No sería terrible conocer finalmente al hombre que será tu esposo sólo para darte cuenta de que él ha usado su soltería para servir a Dios y prepararse para ser un mejor compañero para ti, y que tú no usaste la libertad de tu soltería para servir al Señor ni para tomar ventaja del entrenamiento que Dios te ofreció?

¿No sería también terrible darte cuenta [de] que tu marido gastó sus días como soltero orando diariamente por tus necesidades espirituales y la obra de Dios en tu vida, mientras tú nunca oraste por él, ni respondiste a la gracia de Dios que te fue dada como respuesta a sus oraciones?

Es algo maravilloso cuando Dios bendice a una mujer con un esposo. Ese ser especial que es ❛justamente perfecto❜ para ella en eso que él ha sido cuidadosa y pensativamente diseñado por Dios para ser unido a ella.

Es de gran gozo para una mujer mirar atrás y recordar cómo Dios la capacitó para esperar en Él y que Él fue fiel en bendecirla.

Es aún de mayor gozo para ella saber que su tiempo como mujer soltera fue también un tiempo de buscar a Dios y ser fiel a Su propósito. Que ella no deseó en ningún momento abandonar su estado sino que deseó confiar en Dios y esperar en Su gracia soberana❞.

Por Charo y Paul Washer.

(Fragmento tomado de la revista HeartCry Society Misionary)».