Capitulo 21

Mierda,mierda. ¿Qué me pasa?

¿En que demonios estaba pensando al concederle una noche?

Si, bueno, sabía perfectamente con qué parte del cuerpo pensaba. Justo entre las piernas.

Necesitaba un polvo. Eso era evidente. Sus juguetes no servían y menos después del orgasmo que Richard le había regalado dos días atrás.

Ella podía soportar una noche. Su corazón no sobreviviría pero ella si.

Aprovecharía ahora que Richard la deseaba tanto como ella a él y después le olvidaría.

Era un buen plan. Lástima que no era más que una burda mentira y que solo conseguiría enamorarse más de él.

Suspiró.

-Habla conmigo Arin.

-Estoy echa un auténtico lío.

-Se nota.

-¿Qué hago?

-Disfruta lo que puedas. Quizá te sorprenda.

-¿Tu crees?

-Claro.

-Vale.

-¿Vas a darle una oportunidad?

-Estaba cantado desde el principio supongo. No puedo pensar con claridad cuando se trata de Richard Jones.

-Puedo entender eso. ¿De verdad Samantha estaba bien?

-Si. Se sorprendió pero es normal.

-Gracias por dejarme oír la conversación.

-Fue un accidente. Estaba alucinando cuando Terry entró sin más.

-Me alegra que ella le dijese que no quería que se quedase, aunque eso implique que esta noche esté sola.

-Terry quiso besarla.

Bruce frenó de golpe. Fue una suerte que no hubiese ningún coche tras él.

-¿Lo hizo?- intentó sonar calmado pero su hermana le conocía bien.- ¿La besó?

-No. Samantha se apartó en el último momento y la boca de Terry acabó en su mejilla.

Eso le tranquilizó, pero si Terry lo había intentado una vez, nada le impediría hacerlo otra. Tenía que reclamar a Samantha cuanto antes.

-Terry le devolvió el bolso, junto con su teléfono después de que comprobasen que no habían más huellas que las de ella.

-Que amable.

-No necesitas usar el sarcasmo conmigo.

-Lo sé. ¿Entonces tiene su móvil de nuevo?

-Si.

Bien, pensó Bruce, ahora muevo yo.


Samantha encendió su teléfono. La batería aguantaría posiblemente un par de horas.

Bueno, eso la mantendría despierta y entretenida.

Arin le había llevado un par de libros para que las horas no se le hiciesen tan largas.

Detestaba la idea de pasarla a solas pero había echo bien en rechazar a Terry. La última vez que le había visto fue cuando recogió sus escasas cosas de su apartamento y ni siquiera la miró y mucho menos habló. ¿Por qué ahora?

El tiempo de hablar y solucionar las cosas había pasado.

¿Qué pretendía ahora?

Realmente no quería pensar en él. Mierda, había intentado besarla.

Se apartó por reflejo. No quería su boca sobre la de ella y menos después... Después de Bruce.

Miró el osito de peluche que había dejado sobre la mesita de noche.

Quizá debería aprovechar y pensar en como controlar sus sentimientos hacia el hermano de su mejor amiga.

Su móvil vibró en sus manos avisándola de un mensaje.

¿ME EXTRAÑAS? DEFINITIVAMENTE YO TE EXTRAÑO.

Antes de que pudiese pensarlo mucho, respondió.

SI, MUCHO, PERO NO ME EXTRAÑES.

Contestó al momento.

TE LO DIJE Y TE LO REPITO. NO SON TUS SENTIMIENTOS.

Samantha cerró los ojos y tecleó de vuelta.

SI LO SON.

Tras eso apagó el teléfono y se dispuso a leer y olvidar todo lo demás.

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