Millie, Blitz y Loona

Era otra horrible mañana como todas en el infierno, con ruidos horribles, gritos y impactos de bala por doquier; una IMP escuchaba como su alarma sonaba indicando que debía despertar de sus peores pesadillas para regresar a una realidad peor que sus sueños, como en antaño lo hacía de pequeña.

Estaba sola, en aquel departamento que solía compartir con su ex-esposo - "Aun es mí esposo" - se replicó así misma. Millie temía que su hermoso matrimonio con Moxxie hubiera acabado luego de que este decidiera irse a ese estúpido Hotel para sanar su mente y reflexionar sobre su vida. El tonto comercial y toda la publicidad del Hotel indicaba que su finalidad era llevarte al cielo - Son puras tonterías, nadie en ese lugar no podrá ni ver el cielo, todos en este asqueroso lugar piensan más en como drogarse que en una redención. Aunque Moxxie es diferente... - esa idea la asustó, pues Millie sabía a la perfección que si un demonio podía arrepentirse de sus pecados era su actual esposo, siempre fue alguien bueno que respeta gran parte de las reglas - Solo pienso tonterías, es hora de ir al trabajo - era difícil admitir que sin su esposo su vida era muy aburrida.

Llegar al edificio donde siempre ha trabajo era para Millie sin dudas un recuerdo permanente de que su matrimonio se hizo inestable por la mala decisión que tomó. Ocultar aquel detalle de su misión a Moxxie fue sin dudas el peor error que cometió, pues conocía a la perfección la actitud y la moralidad de su esposo mejor que nadie. Podría dejarle toda la culpa a Blitz, pero al final tampoco le obligó, solo fue una recomendación para poder cumplir con el trabajó.

- Si no mal recuerdo, Loona fue a visitarlo ayer... tal vez me pueda contar como esta, espero se la este pasando bien - se bajo del auto y se adentro en el edificio con su mente poco centrada.

- Entonces la maldita familia real estuvo ahí y Valentino los atacó junto al gran Satán, pero gracias al demonio radio lograron sobrevivir - se expresó Blitz con emoción - y aún te pagaron. ¡Joder que día el tuyo, te acompaño la proxima Loona! -.

- Si bueno, tenía planeado visitarlo cada semana, pero al parecer el demonio radio se siente incomodo cuando hay un canino cerca suyo. Moxxie vivirá cosas poco usuales hasta para nosotros - dijo Loona reflexiva - además fue Stolas -.

- Diablos, eso último  le resta muchos puntos. Además ese enano se lo merece, no debió dejar esta prestigiosa empresa de asesinatos por un tonto hotel para "curar el alma" - dijo en tono despectivo.

Millie por fin había llegado a la oficina y logro escuchar un poco de la conversación. Una vez Loona le conto todo lo que había pasado el día anterior, su curiosidad explotó, pues alguien como Alastor debía estar en un lugar importante y por ende debía haber gente interesante.

- ¿Hay más demonios famosos? - pregunto Millie algo preocupada.

- Si bueno, esta este chupa todo, estrella nopor Angel dust, la princesa del infierno y serían todos... - contesto ignorando a esa extraña sirvienta del hotel y a Cherri.

- ¿Crees qué le pueda hacer una visita? - se acercó un poco a Loona.

- Creo que aún es muy pronto para él, me sorprende el hecho que ninguno de ustedes se preocupe por su seguridad - los regaño Loona.

- Cariño, es el infierno... no hay ningún lugar seguro en toda esta mierda. Si está con Alastor y la princesita de Lucifer estará bien - le interrumpió Blitz, parecía que su hija se olvida en donde residen.

- Tal vez Moxxie no sea el demonio más peligro, y no será quien causa pesadillas a los niños, pero no le teme a nada... sabe cuidarse solo - respondió en tono firme - aunque si esos peligros serán parte de su rutina diaria lo mejor sería traerlo de regreso con nosotros. Voy a necesitar su ayuda -.

Blitz y Loona se miraron mutuamente, ambos pudieron entenderse sin decir palabra alguna, luego miraron a la inocente Millie - No creemos que eso sea buena idea - hablaron al unísono.

- Moxxie nunca disfruto este trabajo como nosotros, solo lo hacía para ganar dinero rápido. Eso lo sabes perfectamente, sin él este lugar no es el mismo, y no me hagan hablar más cosas cursis, ¡De acuerdo!, ¡Odio esa mierda! - sin hacer más escandalo entro a su oficina.

- Solo dale un poco más tiempo, si tanto deseas verlo puedes acompañarme la proxima vez - pone su pata en el hombro de Millie - podrás con toda esta mierda, aun no eres tan vieja -.

- Gracias, supongo - dijo con una sonrisa y un tono de voz que reflejaba cierta tristeza. Ya pocas cosas la hacían olvidar a Moxxie.

- ¡Blitz deja de llorar ahí adentro, tenemos mucho trabajo que hacer! - grito Loona al saber que su padre adoptivo estaba haciendo una escena.

- ¡Déjame en paz Loona!, ¡Y no estoy llorando tú estas llorando! - grito entre lágrimas, pero trataba de sacarlas.

- Aahh, es bueno estar en el trabajo - dijo suavemente con una sonrisa, aquella pequeña IMP.

Lejos de ese lugar Vox y Belcebú iban en un camión blindado con dirección a una enorme bodega que se encontraba disfrazada por un supuesto set de grabación nopor. Al llegar al lugar ambos tenían un poco de nervios por el cargamento que llevan.

- Este año tenemos más material para crear una enorme cantidad de armas, las lanzas de los angeles vaya que son muy valiosas, me sorprende que el amo de estas tierras se olvide tan fácil de su existencia - dijo Vox con una sonrisa.

- Eso sucede cuando falta ambición, el amo de este lugar hace mucho que no tiene un rival por estos rumbos, nadie desafía su autoridad y por ende poco le interesa obtener poder desde hace mucho, por eso llegará nuestro reinado - toma una de las cajas del camión y la lleva a una oficina donde solo ellos junto a sus demas compañeros podían entrar - aunque por ahora debemos hacer tratos con este desgraciado, sólo él tiene los recursos para moldear esté material en cosas más mortíferas - dejo la caja en el suelo antes de entrar en aquel lugar, pues se moría por los nervios.

- Si, comprendo el sentimiento, este desgraciado es mucho más poderoso que Satan y dice la leyenda que puede ganarle a varios angeles en una pelea. El si es un señor de la oscuridad - respondió Vox.

Ambos entraron sin más al lugar y justo frente a ellos estaba él - Por fin llegan caballeros, ¿Traen lo que les pedí? - preguntó con una sonrisa y un tono algo desafiante.

- Por supuesto... señor Black hat - respondió Belcebú con algo de nervios.

- Excelente, mientras cubran la cuota que me corresponde yo les traeré armas para que puedan hacer su patética revolución, y es amo Black hat para ustedes. ¿Entendido? - pregunto con su siniestra sonrisa llena de maldad.

- Por supuesto señor... digo amo Black hat - interrumpió Vox.

- ¡Ya me cansé de esto! - Belcebú no estaba nervioso por negociar con Black hat, sus nervios se debían a que planeaba eliminarlo para así quedarse con todo el material. Tomó una de las lanzas y se fue con todo contra Black hat.

Cuando recuperó la conciencia se encontraba en el suelo siendo pisado en el rostro - Como es tú primera falta no te voy a eliminar de la existencia, pero que no se vuelva a repetir - presionó más con su pie el rostro de su victima hasta crear un hueco en el suelo - diles a tus compañeros que no quiero más faltas como estás ó todos serán mis esclavos. Recuerda que solo hago negocio con ustedes por el acero del cielo, lo necesito para mis naves principalmente y me ahorran mucho tiempo... pero quiero que les quede bien grabado una cosa, yo puedo acabar con todo este patético infierno si quisiera; ustedes solo son ¡Moscas! - alza a Belcebú con sus poderes y comienza a torturar su cuerpo, con su energía comenzó a romper sus huesos de sus piernas - hagan lo que les plazca, poco o nada me interesan sus planes. Solo entiendan su lugar - sin más deja a su victima caer al suelo.

- Por supuesto amo - Vox se arrodillo para evitar más conflicto - aunque si no es mucho problema quisiera saber, ¿Si le pagamos nos ayudaría a exterminar a un estorbo? - preguntó temeroso.

- Si hablan de Lucifer, me encantaría humillar a esa excusa de ente maligno... pero todo se paga y eso les costaría mucho. Primero reunan el material y luego hablamos de negocios, hagan que se realicen más exterminios, ¡Háganlo necesito más material! -.

- ¡Cuente con nosotros!, ¡Los jinetes del Apocalipsis siempre cumplen! - gritaron ambos demonios al unísono y con dificultades ambos empezaron a salir de la oficina.

- Patética excusa de demonios - en ese punto Black hat solo busca provocarlos.

Pese a escucharlo ambos se fueron sin hacer nada, ya sabían lo que iba a ocurrir. Por eso duplicarian sus esfuerzos, nadie más iba a tratarlos como simples peones, pronto tanto Lucifer como Black hat pagarían caro todos sus actos.


Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top