Capítulo 21 : Salidas

- Yo soy Saunders – se presento su hace rato enemigo.

- Saunders...¿tu eres el que conocieron nuestras hermanas el otro día en hamburguesas eructo? – preguntó Lisa algo sorprendida al conocer su nombre.

- Yo también estaba por preguntarles si eran hermanos de las chicas Loud que llegue a conocer – añadió él pelinegro con un ligera sonrisa.

- Pues por lo visto ya nos conocíamos – agregó Lincoln.

- Así es su hermana Lana, me comentó que eran 11 hermanos en total, pero nunca me dijo que 2 de ustedes trabajaban para una organización del gobierno – dijo el joven de cabello largo.

- Es que proteger las identidades es algo importante en organizaciones de justicia – comentó la científica mientras  se sacaba el pasamontañas y se ponía los lentes.

- Eso lo entiendo, es mejor así para evitar que los malos le hagan daño a tu familia y a tus conocidos, por eso yo también me mantengo de incógnito – contó Saunders mientras miraba hacia el frente.

- Entonces por eso no dejabas ver tus datos en la encuesta ¿verdad? – cuestionó la castaña.

- Vaya eres lista chica, pues si es por eso – respondió él joven.

- Bien ahora entendemos tus razones amigo – dijo el albino en un tono comprensivo.

- Y lamento haber pensado que son novios, es que con sus actitudes sobreprotectoras del uno con el otro cualquiera llegaría a pensar  lo mismo que yo – se disculpó en un tono nervioso.

Ambos hermanos al escuchar esa palabra “novios” se sonrojaron mucho, Lisa aparto la vista para que no lo notasen, pero Lincoln no se movió agradeciendo internamente que su pasamontañas no permita ver su rostro acalorado; no habían reaccionado al comentario cuando peleaban entre sí debido a la presión y adrenalina del momento pero ahora no había nada que los haga distraerse de tal pensamiento que los hacia avergonzarse mucho y ponerse algo incómodos, a uno mas que a otro.

El albino tragó saliva para recomponerse y mantener la postura sin mostrar nerviosismo, tenia que aclarar el asunto y aceptar la disculpa para que el chico pelinegro no se haga una idea errónea.

- Descuida no hay problema, la mayoría lo hace -  respondió Lincoln haciendo esfuerzos enormes para ocultar sus nervios.

- S..si es que nosotros nos cuidamos mucho – añadió Lisa algo nerviosa también.

- Es que ella es mi hermana favorita y por eso – dijo el albino frotando sus manos entre sí recuperando sus nervios.

- Es..eso lo que él dijo – añadió de nuevo la castaña sin poder esconder sus notables nervios.

- ¿Okey? – se cuestionó Saunders al ver la forma de actuar de ambos mientras alzaba una ceja en señal de no entender nada.

- Solo no se lo digas a mis demás hermanas por favor – rogó el albino.

- Descuida chico, no diré nada, soy una tumba – contestó accediendo a guardar el secreto.

- Gracias – dijo soltando un suspiro.

- Bueno chicos, la canción está a punto de terminar así que me despido tengo un concierto que dar – mencionó Saunders alejándose de ellos y acercándose a su equipo de sonido.

Los hermanos no dijeron nada solo se despidieron con una mano quedándose estáticos en el lugar.

Saunders volvió con su guitarra hacia el eufórico público para comenzar a tocar una nueva canción dándole ambiente a la noche, mientras tanto Lisa y Lincoln se quedaron pensando en sus lugares sin moverse.

- ¿Ahora que haremos Lincoln? – preguntó preocupada la castaña de lentes.

- No lo se, por lo visto nos equivocamos de villano, ahora tenemos que buscar de nuevo – contestó el albino.

- Ahora tenemos que buscar la manera de bajar de aquí – comentó Lisa acercándose al borde.

- Yo me pregunto ¿Cómo le hizo para crear este campo de protección? O ¿Cómo hizo también para tener tanta energía eléctrica? – se cuestionó el chico.

- Pues creo que uso la fuerza sónica expansiva del sonido emitido por los altavoces, así como Luna solo que muchas veces mas fuerte; pero la manera en la que obtiene energía eléctrica no es de mi conocimiento, talvez tengamos que preguntárselo – explicó la científica acomodándose los lentes.

- Pero para eso deberíamos esperar a que termine su canción – comentó Lincoln mirando hacia el lugar donde Saunders se encontraba tocando su guitarra.

- Tienes razón hermano, lo mejor será esperar ya que si intentamos bajar ahora la fuerza nos mandara a volar varios metro lejos de nuestra posición actual – replicó ella dándole la razón a su hermano.

- Pero la pregunta es ¿Cómo bajaremos de aquí? – formuló el albino.

- Bueno otra razón mas por la que debemos esperar – respondió sentándose el piso.

- Eso haremos entonces – fue lo que dijo el albino imitando la acción de su hermana.

Se dispusieron a esperar el tiempo necesario para que Saunders terminase de tocar su canción, pasó un aproximado de 3 minutos cuando la canción por fin parecía terminar, los hermanos Loud se miraron entre si y asistieron entendiéndose al instante, se pusieron de pie y caminaron hacia el chico de cabello largo.

- ¡Muchas gracias Royal Woods! – gritó eufóricamente Saunders dando finalizada la canción.

- Hey amigo – llamó el albino haciendo que el sujeto volteara a verlo.

- Queremos bajar de aquí – agregó la castaña.

EL pelinegro asintió, se acercó a su equipo de música y reprodujo otra canción, esta vez era Electro-House, dejo su guitarra de lado al igual que su micrófono, tomó una patineta (o skateboard) que se encontraba a una lado e hizo una seña para que lo siguieran; ambos hermanos entendieron y lo siguieron.

Llegaron y se detuvieron frente a una escotilla ubicada en una de las esquina del suelo, Saunders se hincó frente a ella y sacó una llave que traía sujeta a su cuello como si fuese un collar, colocó la llave en su lugar, abrió la escotilla bajó el primero para finalmente invitarlos a bajar también.

Una vez en el tercer piso mantenían el silencio en el oscuro lugar, siguiendo a quien era su guía en ese momento, algo curioso es que el sonido de la música allí dentro era muy tenue y apenas se llegaban a sentir ligeras vibraciones pero nada mas que solo eso, llegaron a unos escalones los cuales Saunders bajó con mucha naturalidad, estando en el final encendió el foco del lugar permitiendo la vista de los hermanos ahora si con mas tranquilidad descendieron al segundo piso.

El lugar solamente constaba de un pasillo con dos puertas en el lado derecho y una puerta mas grande en el lado izquierdo, el ambiente seguía silencioso y algo incomodo, con el fin de eliminar esa incomodidad el albino decidió comenzar una conversación.

- Oye amigo ¿como obtienes tu energía eléctrica? -  preguntó Lincoln amablemente.

El otro chico solo volteó rápidamente y puso el dedo índice sobre sus labios de forma vertical haciendo la seña de que guarde silencio.

- Aquí es donde duermen los bebés, les responderé lo que sea cuando estemos abajo – le contestó en un susurro pidiendo silencio.

Ambos hermanos entendieron al situación y asintieron con su cabezas únicamente guardándose todas sus preguntas para cuando estén en el primer piso.

Caminaron muy lentamente a través del pasillo procurando no hacer ningún ruido, al final de trayecto se encontraron con otros escalones, Saunders apagó las luces del piso y encendió otras del piso de abajo descendiendo a la primera planta.

- Ahora si Lincoln, respondiendo a tu pregunta, es por que yo tengo una gran batería y un generador que funciona a base de unos molinos que giran gracias a la fuerza de las ondas expansivas de los altavoces, así tengo un circulo de carga y recarga – explicó el joven una vez que llegaron al primer piso.

- Como el sistema de recarga de un automóvil – comentó la castaña.

- Algo así – dijo él pelinegro.

- Y ¿Cómo es que el ruido no entra aquí? – preguntó el albino de forma curiosa.

- Insonoricé todo el edificio por dentro con gruesas capas de cartones para huevos, me llevó toda la tarde hacerlo – les contó su método con un tono voz cansado.

- Vaya eres muy ingenioso – le dijo Lisa algo impresionada por su forma de aprovechar su propio entorno a su favor.

- Gracias, el saber de todo un poco es bastante útil – agradeció él.

- Por cierto, nuestra hermana nos habló sobre ti diciendo que sabes hacer muchas cosas – le mencionó el albino.

- ¿Quién de todas? Por que tienen varias – preguntó entre ligeras risas.

- Fue Lucy, la que viste de negro por si no la recuerdas – contesto Lincoln.

- ¿Lucy? Yo pensé que fue Lana o Lori, a Lucy parecía que no le caí muy bien, se veía bastante nerviosa la primera vez que nos vimos – dijo algo confundido por que no se esperaba ser relato de la chica gótica.

- Ella nos dijo que tu le parecías raro y le causabas incomodidad, pero lo mas seguro es por que ella no es muy social – le explicó Lisa.

- Bueno espero que sea eso, no quiero que me tenga miedo – dijo Saunders algo preocupado.

- Si ganaste la confianza de Lori, Lucy no te va a ser un gran problema – añadió Lincoln en un tono comprensivo.

- Gracias Lincoln, tu familia es muy especial, el conocerlos fue una de las mejores cosas que pudo haberme pasado – dijo el joven pelinegro en un tono melancólico.

Los hermanos compartieron una mirada fugaz, algo confundidos por el tono de la última frase sin saber como tomárselo, pero antes de seguir pensando, fueron interrumpidos.

- Bueno chicos ya llegamos – dio aviso mientras abría las puertas principales.

- ¿Cómo saldremos sin ser disparados hacia afuera? – preguntó la castaña.

- Pues para eso es mi patineta – respondió colocando la patineta en el suelo sobre sus 4 ruedas.

- Aun no respondes mi pregunta – dijo ella al disgustada.

- Solo siéntense en la patineta y sujétense bien, solo vamos a dejar que la fuerza de expansión haga el resto – explicó su idea.

- Vaya esa una buena idea, adelante – mencionó el albino muy emocionado sentándose en la patineta si titubear.

- Buen punto – dijo Lisa imitando la acción de su hermano.

Una vez ambos acomodados y sujetados, Saunders los empujaba poco a poco acercándolos a la salida para que puedan salir de ahí sin hacerse mucho daño.

- ¡Espera! ¿Cómo te devolveremos la patineta? – pregunto apresuradamente el albino antes de ser lanzado.

- Oh es cierto, bueno como supongo que ustedes seguirán con su misión talvez podrían dársela a una de sus hermanas y yo uno de estos días iré a buscarla a su casa, no debe haber problemas por que estoy seguro que están pidiendo dulces a esta hora – sugirió el pelinegro.

- Bien nos encargaremos de eso, descuida – dijo Lisa.

Sanders asintió y les dio el ultimo empujón, la patineta entro en el campo de un onda que la hizo acelerar y adquirir una velocidad tan alta como la de una montaña rusa en pendiente abajo, o al menos así lo sintieron los hermanos.

EL chico pelinegro al ver que los hermanos se alejaban a gran velocidad cerró las puertas nuevamente con seguro, se encamino de regreso a la zona alta para continuar con su concierto de doble propósito, ya que no faltaba mucho para que la canción terminase así que se dio prisa.

En cuanto a los hermanos Loud estos gracias a la gran velocidad recorrieron varias cuadras, Lincoln aunque muy emocionado por la adrenalina del momento tuvo que sujetarse fuertemente de la patineta para no caerse de la misma, mientras que Lisa se aferro fuertemente a su hermano abrazándolo por la espalada apegando su cabeza y cerrando los ojos, algo que ellos no notaron es que sus trajes emitieron una corriente externa muy visible.

Una vez que la acción de la inercia terminó la patineta se detuvo en medio de la calle con ambos hermanos muy despeinados, con rostros sorprendidos los niños que pasaban con sus disfraces los miraban algo extrañados por haber salido de la nada a gran velocidad.

- Vaya, eso fue intenso – dijo Lincoln aún sin bajarse de la patineta.

- Si que lo fue, pensé que me iba a caer por la fuerza cinética – comentó Lisa acomodándose los lentes con una mano mientras que con el otro brazo aún sujetaba el torso de su hermano.

Compartieron miradas, y se echaron a reír con una risas ni tan ligeras ni tan exageradas mientras se mantenían juntos todavía sentados sobre el pequeño medio de transporte que Saunders les prestó, la gente seguía mirándolos pero a ellos no les importaba en lo más mínimo.

- Lisa, Lincoln ¿Son ustedes? – preguntó una voz femenina haciendo que detengan sus risas y volteen.

- LORI – exclamaron los mencionados al unísono levantándose de la patineta y corriendo muy emocionados a saludar a su hermana.


...

Mientras tanto al otro lado de la ciudad, específicamente en las afueras había un gran camión negro en movimiento por las calles buscando un lugar en específico, dentro de la cabina se encontraban dos personas, una que se mantenía en silencio en el puesto de chofer y otro de copiloto quien tenía una llamada.

- Bien Johnny, según Grimm los mocosos tendrán ocupado al tal Saunders en el centro de la ciudad así que tengo la zona libre – dijo el hombre castaño al teléfono.

- Genial Padre, usted ocúpese de eso, por que yo ya me encargué de los otros así que nos reuniremos en el escondite en una hora – mencionó el presidente de su lado.

- Hecho nos vemos allí – respondió el sacerdote y corto la comunicación.

El camión continuo dando sus rondas en busca de su objetivo, Hill buscaba meticulosamente con la vista el lugar en específico hasta que por fin dio con el.

- Detente – ordenó el sacerdote a su chofer.

Su objetivo no era nada mas no nada menos que una humilde vivienda de tan solo un piso, que al verla logró reconocerla al instante teniendo un recuerdo sobre el lugar en sí.

- Tráiganme a todo quien que este en esa casa – ordeno de nuevo pero esta vez lo hizo golpeando la ventanilla que daba con el sitio de carga.

Al instante salieron varios hombres de la parte de atrás, vestidos de negro, forzaron la entrada de la pequeña vivienda e ingresaron en ella.

Mientras tanto el sacerdote solo observaba desde su asiento, algo disgustado por la música proveniente desde el centro de la ciudad.

- ¡Quien pone ese horrible ruido a ese volumen! – exclamo al aire estando muy enojado.

Al rato llegaron de vuelta sus hombres con una persona amordazada, manos y pies atados y con una bolsa negra cubriendo su cabeza.

Abrieron las puertas de carga y lanzaron a la persona al interior, la misma que cayo aparatosamente de costado soltando un quejido ahogado, los hombres entraron también y cerrando las puertas tras de si completaron el secuestro.

- Listo jefe – aviso uno de los hombres en voz alta desde la parte de atrás.

- Ya oíste ¡sácanos de aquí ahora mismo! – ordeno el sacerdote a su chofer.

El hombre al volante arrancó el camión a toda velocidad saliendo de la ciudad con dirección a al autopista que llevaba a Detroit, mientras que Hill tomaba de nuevo el teléfono para volver a llamar.

- Oye Johnny ya tengo todo listo y voy directo al escondite – dijo el Padre al teléfono.

- Perfecto yo ya estoy en el escondite y estoy preparando todo para su llegada – respondió el presidente.

- En unos minutos ya llego – avisó el castaño.

- Oiga Padre, solo tenemos un problema – comentó el otro castaño político.

- ¿Qué problema? – preguntó Hill.

- Grimm no contesta a mis llamadas – respondió Johnny.

- Talvez este en la misión y por eso tiene el teléfono apagado, estoy seguro que para mañana nos llamará a preguntar – dijo este muy tranquilo y despreocupado.

- Talvez tenga razón Padre, mejor lo llamo mañana en la mañana – mencionó mas calmado.

- Bien ten preparado todo que ya estoy cerca – dio su aviso el mayor de todos.

- Delo por hecho – respondió para después cortar la llamada.

El vehículo continuo con su recorrido hasta la mitad de la autopista en donde tomo el desvió de tierra y otro mas hasta llegar a la cabaña en la que tenían las reuniones de los temas mas privados.

Se estacionó a la par de un vehículo de estilo militar color negro, se bajó del camión dejando al chofer de vigilante, los hombres de atrás también bajaron cargando a la persona secuestrada la cual daba gritos de auxilios silenciados y se movía desesperadamente en sus intentos inútiles por escapar.

Loa hombres con la persona sobre sus hombros se adentraron en la cabaña guiados por su jefe, en el camino se encontraron con varios guardias ubicados en distintos puntos estratégicos del lugar estos solo saludaron asintiendo con sus cabezas y dejándolos pasar.

Llegaron a unas escaleras iluminadas por las cuales descendieron hasta llegar a un frio y oscuro sótano en el que ya se hallaba presente Johnny sentado en un escritorio, los hombres se acercaron a la pared y encadenaron a la persona junto a otras dos que ya se encontraban encadenadas allí con bolsas en sus cabezas también.

- Llega a tiempo Padre – le dijo el presidente mientras buscaba un objeto en un cajón.

- Cuando te eh fallado Johnny – respondió soberbio.

- Tiene razón, mejor démosle prisa a esto – se apresuro a decir sacando un par de mascaras y unos micrófonos.

Ambos hombres castaños se colocaron las mascaras incluyendo los micrófonos los mismo que se encargarían de distorsionar su voz.

Hicieron una seña y los hombres les quitaron  las bolsas de sus cabezas dejando ver que eran tres personas de edad algo avanzada, dos mujeres y un varón, les quitaron también las mordazas de sus bocas para que por fin puedan hablar.

- Buenas noches señores – saludo Johnny con la voz distorsionada evitando su reconocimiento.

- ¿Qué quieren de nosotros? – exigió saber el hombre mayor mientras intentaba tomar aire de nuevo.

- Muy pronto lo sabrán – respondió el mismo haciendo otra seña.

Uno de los hombres trajo una cámara y la ubicó en el centro del escritorio apuntando hacías las tres personas encadenadas y dando al botón de grabar; el presidente se puso de pie y se puso en frente de la cámara para salir en la grabación.

- Hola que tal, no hace falta que diga tu nombre por que tu serás la única persona que tendrá acceso a este video, después tu veras si le cuentas a alguien mas, ese ya es problema tuyo – dijo el presidente a la cámara ocultando su rostro y voz.

- Adjunto a este video te enviaremos un documento con lo que queremos, puedes llamar a la policía si quieres pero no te servirá de nada, y para que veas que no es una broma de mal gusto te presento a unas personas muy importantes – mencionó y se aparto un poco dejando que la cámara se acerque y enfoque a los tres adultos mayores a los que habían vuelto a ponerles sus mordazas.

- Oh pero eso no es lo único como cereza en el pastel te tengo esto...tráiganlo – agregó y dio una orden a sus hombres.

Estos trajeron a un joven hombre también atado de manos y pies, y amordazado; lo pusieron de rodillas frente a Johnny sin la posibilidad de moverse.

Hill se levanto de su asiento también con una mano tras su espalda escondiendo lo que tenia y tomo el lugar relevando a Johnny.

- Aquí tienes tu regalito de bienvenida – dijo este revelando una escopeta de doble cañón y colocándola entre ceja y ceja del joven hombre.

Dos de los adultos encadenados comenzaron a sacudirse y soltar gritos, lagrimas y llantos silenciados totalmente inútiles e impotentes al ver la escena y su inevitable interrupción, la otra mujer solo mostro una cara de horror preparándose para lo que estaría a punto de presenciar, el joven hombre solo abrió los ojos comenzando a temblar.

- Hasta nunca – dijo finalmente y accionó el gatillo.


*BANG*


El sonido del disparo resonó en todo el lugar, el cráneo de la victima se destrozó cual cascaron y sus partes óseas rotas, sangre y sesos se esparcieron por toda la habitación, manchando un poco el lente de la cámara.

La parejas de adultos que se encontraba atrás volvieron a gritar siendo silenciados nuevamente, esta vez lloraban a cantaros sin rastros de querer detenerse. La otra mujer también lloraba  por el horror que acababa de pasar frente a sus ojos, estaba en shock con su cuerpo sufriendo de espasmos por la horrida experiencia.

Johnny volvió a posar frente a la cámara junto a su compañero para mirar directamente y dar el aviso final.

- No olvides colaborar, de no ser así el próximo será el señor – advirtió el presidente quien seguía ocultándose.

- Nos vemos pronto – dijeron al unísono ambos hombres castaños, para después estallar en carcajadas psicópatas.

Luego de un rato de haber disfrutado de su inmoral acto detuvieron la grabación, volvieron a sus asientos para admirar su cometido como si fuese una obra de arte.

- Michael, lleva esto y tráeme la grabación en una USB – ordeno entregándole la cámara a su guardaespaldas personal.

- Enseguida señor – el fornido guardaespaldas se hizo presente de entre las sombras tomando la cámara y dirigiéndose hacia arriba.

- ¿Qué les pareció señores? – preguntó Hill dirigiéndose al trio que se encontraba encadenado.

Estos solo hizo que el mismo par de antes intensificara sus llantos, esto provocaba de nuevo las risas de los hombres en el escritorio que disfrutaban como si fuese una obra de comedia.

- Vamos muchachos – ordenaron ambos y sus hombres acataron la orden.

Al cabo de un rato se pusieron de pie, se sacudieron sus ropas y salieron del sótano apagando las luces, dejando en el oscuro lugar a una pareja con incesantes llantos y lamentos, a una mujer traumada y a un cadáver con el cráneo hecho polvo en medio de la fría habitación.


Continuará...



Espero que les haya gustado, no se olviden de votar.

Nos vemos en el próximo capítulo amigos.

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