Capitulo 6
—Los niños se están divirtiendo jugando —dice Alina, casi terminado de preparar la cena de esta noche.
—Terminemos y nos unimos —sugiero —todavía falta para que anochezca.
—Sí, queda tiempo, ¿quieres más vino? —niego, estoy un poco achispada.
—Más tarde quizás —asiente con una sonrisa.
—¿Ya pusiste los regalos bajo del árbol? —pregunta cortando la ensalada.
—Sí, cuando fuimos por las galletas —sonrió —les va a encantar —los chicos tienen tres regalos cada uno, uno de Rick, otro de Alina y uno mío —ellos también pusieron un regalo.
—Parece que van a regalarte algo —habla, apago la olla cuando veo que está bien cocido —bueno, terminamos, vamos a divertirnos —ríe.
Nos abrigamos y salimos, nada más poner un pie fuera somos recibidas por unas bolas de nieves.
—Ups —escucho decir a Rick, miro a Alina, quien asiente.
Nos agachamos y les lanzamos algunas bolas de nieve.
—Oye en la cara no —dice preparándose para lanzarnos otra.
—Quieren guerra, bien que así sea —digo cogiendo Alina y escondiéndonos detrás de uno de los postes.
Pasamos lo que quedaba de la tarde, jugando entre nosotros. La pelea de bolas de nieves la ganamos nosotras, lo que provoco una revancha que nos llevó a tirarnos al suelo, donde hicimos ángeles de nieves.
—Tengo frío —dice Lisa terminando de poner la zanahoria en el muñeco de nieve.
—Ya terminamos de adornar a Don Zanahoria —digo riendo —así que entremos a tomar un poco de chocolate caliente —los niños chillan y salen corriendo para correr hacia la casa —sacúdanse la nieve —grito caminando unos metros detrás junto a Alina y Rick, quien tienen la nariz roja de tanto frío —parece que eres tú quien más necesita ese chocolate —le digo con gracia a Rick, él resopla y camina más rápido para entrar, nosotras reímos.
Entramos a la casa, viendo a los tres sentados cerca de la chimenea esperando su chocolate, rio y le hago saber a Alina que iré yo por las tasas, ella asiente y se dirige hacia ellos. Tomo cinco tasas y las lleno de chocolate, las pongo en una bandeja y me dirijo a la sala.
—Eso es hermoso —digo viendo lo que Alina tiene en la mano, una pulsera de lo más linda, decorada con pequeños corazones. Pongo la bandeja en la mesa y cada uno toma su tasa.
—Me lo regalaron los gemelos —dice sonriendo.
—Queríamos regalarles algo —dice Lisa sonrojada —en clases aprendimos a hacer manualidades.
—Yo hice la pulsera y Lisa el delantal —dice Max orgulloso, señalando un delantal que tiene Rick en la mano, que dice con grandes letras de color rojas EL MEJOR ABUELO, sonrió —no queríamos esperar para mañana, así que se lo adelantamos hoy.
—Así que fue eso lo que guardaron en la mochila —confirmo y ellos asiente.
—Mañana mismo estreno este delantal —dice Rick con varias lágrimas en los ojos.
Por lo que ellos me contaron no pudieron tener hijos, una vez les pregunte por qué no adoptaron y no tuvieron una respuesta para mí.
—No llores abuelo —dice Lisa abrazándole.
—También te tenemos un regalo para ti mamá —dice Max poniendo la tasa vacía en la mesa y después acostándose en el suelo con la cabeza en mis pies.
—Fue la linda caja que pusieron bajo el árbol —hablo y ellos asienten.
—Nos tienes que enseñar que te regalaron mañana —dice Alina y veo que se puso la pulsera, asiento y miro el reloj, son más de las 7 —¿bueno quien tiene hambre? —pregunta, seguro también vio la hora.
—Nosotros —gritan los niños y Rick grita con ellos, reímos y nos levantamos para ir para la cocina, donde se encuentra la mesa ya adornada y con toda la comida en ella.
Cenamos entre risas, como ha sido tradición entre nosotros desde que ellos me acogieron hace ya mucho tiempo, los años pasan volando. Miro a mí alrededor y sonrió, esto es lo que siempre quise, una familia con quien convivir y ser feliz. Levanto la copa y llamo la atención de todos para hacer un brindis.
—Adelante querida —dice Alina cogiendo su copa, al igual que Rick, los niños levantan sus copas con refresco.
—Quiero brindar por un año más en el que estamos juntos —digo y siento cómo una lágrima resbala por mi mejilla, siento el apretón en mi muslo de parte de Rick, sonrió y continuo —por un año de alegría, y quiero agradecer poder estar con esta gran familia —sonrió —brindemos por la familia.
—Brindemos por el amor —me sigue Rick.
—Por la vida —sigue Alina.
—Y por tener otro —dice Lisa.
—Año igual o mejor que este-termina la frase Max —aunque todavía falten unos días para el año nuevo —dice y todos reímos, chocamos las copas y bebemos.
Terminamos la cena como empezó, llena de risas. Como debe ser en una familia normal, aunque la nuestra no tenga nada de normal.
A la hora del postre dejamos que este año los niños picaran el pastel, ellos repartieron el pastel, dándome el primer trozo a mí, tuve que aguantar las ganas de llorar cuando me lo dieron.
—Como siempre el pastel te quedo para chuparse los dedos —dice Rick sobándose la barriga sentado en el sofá con los niños dormidos a su lado, niego con la cabeza mientras cojo las cosas de los niños, ya es hora de irnos.
—Sabes que me gusta esmerarme —Alina toma las cosas de Lisa y se acerca para abrigarla, tratando de no despertarla, Rick hace lo mismo con Max, tomo dos cajas de mi bolso y las acomodo debajo del árbol.
—No debiste comprarnos nada Vero —dice Rick negando con la cabeza.
—Quería hacerlo —sonrió y ellos se miran, Alina se acerca al árbol y coge una pequeña caja.
—Te diría que lo abras mañana, pero me gustaría que lo abrieras ahora —dice dándome la pequeña cajita, sonrió y con cuidado la abro, abro los ojos cuando encuentro un hermoso collar con un dije en forma de corazón.
—Es hermoso, pero no puedo acertarlo —digo, pero los dos niegan.
—Lo acertarás —dice Rick —perteneció a la madre de Alina y ella se lo paso cuando cumplió los 15 —explica —tendría que pasar a nuestra hija, y eso eres para nosotros —dice y dejo que las lágrimas que tenía contenidas salgan.
Alina me abraza y acaricia mi cabello, Rick se une envolviéndonos a las dos en sus brazos.
—No llores cariño, te pones fea cuando haces eso —rio sin poder contenerme.
—Gracias —digo, dejando que entre los dos sequen mis lágrimas.
—Gracias a ti por aparecer en nuestra vida —dice Alina tomando el collar, le doy la espalda y dejo que me lo ponga —te queda hermoso —dice sonriendo con algunas lágrimas en los ojos —siempre agradeceré haberme olvidado de la llaves-rio recordando cómo fue que nos encontramos, yo llevaba horas caminando cuando choque con ellos que iban de regreso a buscar la llave que se les había quedado en el restaurante.
—Sí, yo también, ustedes me salvaron —sonrió y les vuelvo a abrazar —les quiero.
—Nosotros también te queremos hija —dice Rick, respiro para no llorar más.
—Será mejor que nos vallamos antes de que vuelva a llorar como magdalena —digo alejándome.
—Si será lo mejor, no vaya a ser que mañana parezcamos zombis —rio por la ocurrencia de Alina, ella adora esas películas, tomo el abrigo, los guantes y me los pongo.
—Serían unos zombis muy hermosas —nos miramos y reímos de las tonterías de Rick —oigan no se rían —dice haciéndose el ofendido.
Me acerco al sofá y cojo con cuidado a Lisa, ella pesa menos que su hermano, pero igual pesa, y agradezco otra vez por vivir solo a tres casas de aquí.
—Nos vemos mañana —me despido de Alina quien nos abre la puerta.
Salgo siendo seguida por Rick, caminamos en un silencio cómodo hasta llevar a la casa, subo las escaleras y abro la puerta con cuidado, pasamos y dejamos a los niños en la cama. Rick le da un beso a cada uno, sonrió viendo esa escena.
—Hasta mañana Rick, que tengan una buena noche —le doy un abrazo que él me devuelve.
—Yo cierro —asiento y me dirijo a mi habitación.
Me quito todos los abrigos, quedando solo en ropa interior y me lanzo a la cama. Estoy agotada y solo son las 11, suspiro y me dejo llevar por el sueño.
Esperó que les guste. Y que me dicen de la nueva portada, que les pareció una amiga mía la hizo a ella le encanta hacerlas. TKM @SheilaQuevedo23 eres una gran amiga.
Besos y hasta la próxima.
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